1.- Si es cierto que lo que es de fea recordación busco la forma de excluirlo de mi existencia, no es menos cierto que lo bonito me gusta mantenerlo incorporado a lo que es mi diario vivir, porque manteniéndolo disfruto momentos que no debo olvidar. De la vida en mi niñez tengo agradables remembranzas con la familia integrada por los esposos Antonio Llenas y Aracelis Dávila de Llenas, y sus hijas e hijos. De un libro de la autoría de Niurka, una de las descendientes de Antonio y Aracelis, me voy a referir en este escrito.

2.- Niurka falleció en el año 2012, y antes de su deceso elaboró diferentes escritos que están recogidos en un libro que tiene por título: “Mamushka, Las hojas maduras de mi otoño”.

3.- Confieso que nunca imaginé la facilidad con que disponía Niurka para escribir sobre temas tan variados que van desde su infancia en el seno de su familia hasta del cáncer que padeció y le causó la muerte. Ella, con mucho donaire, trae a colación el relato que le hizo su madre de lo que llegarían a ser las antiguas vías ferroviarias, y escribe:

“…Mostrándome que vivíamos en el límite mismo de la pequeña ciudad de Santiago, donde nacimos y crecimos. Y me dijo con voz grave solemne y con ojos penetrantes perforando el tiempo: “Sabes hija, no lo veré yo, lo veras tú, tus hijos… y los hijos de tus hijos”. Escuché con respeto aquella profecía y continuo diciéndome: “Esta será en el futuro una de las más importantes avenidas de la ciudad”. Analizó entonces el desarrollo y hacia donde se expandiría la ciudad en razón de que las arterias principales solo estaban a tres calles más adelante.

4.- La autora, luego de hacer referencia a sus dos hermanas menores Vieska y Ginette, menciona a los tres más pequeños Gustavo, Anthony y Azyaden, para concluir haciendo referencia de su hermano mayor, Nelson, y la firma como pelotero novato de su otro hermanito menor Winston. Para comentar la noticia de la llegada del “scout” para la firma de El Chilote, ella relata en la obra:

“Al conocer la noticia, mi madre lo alentó, lo formó, lo inspiró a no dudar de él, a no temer cruzar el otro lado del océano. Tenía dieciséis años y ya era un hombre. Lo vi crecer al lado de Mamá; he espiado su vida con los ojos de ella, lo he amado siempre. Con los años transferí a mi vida biológica su ternura, el ruego, el desvelo, el gozo inefable de sus logros cuando fue esposo, padre y luego abuelo, el amor que más quiero. Como ella; descanso con su descanso del brazo de su compañera que también es mi hermana”.

5.- Recordando el ambiente hogareño, Niurka trae el recuerdo de un lugar que también yo disfruté, y es cuando narra.

“La mayor alegría y las mejores aventuras fueron las vividas en nuestro patio, lo que llegó a ser un parque de juegos cuando papá trajo a casa una rueda giratoria de cuatro sillas. ¡Ni un parque Disney tenía niños tan alegres! Las colas de los amiguitos impacientes con la llegada de su turno no se cobraban. Nelson era el maquinista, bajo la enseñanza: “el sol sale para todos”. Como era un chofer muy veloz, ponía en punta los balances como montaña rusa y los alaridos hacían salir corriendo a mamá de la cocina. No eran extraños accidentes donde resultaba herido alguno de los pequeños, y algunos vecinitos; seguido corría sangre, venía la madre a reclamar una antitetánica para el niño”.

6.- Con un gesto de franqueza, Niurka explica parte de algunas limitaciones económicas familiares que hasta a mí, personalmente, me afectaron, cuando en su obra expone:
“La inseguridad fue experimentada muchas veces por necesidad de alimentos, de techo y abrigo constantemente de modo natural, sin dramatismo ni reproche. Teníamos un padre amoroso, complaciente y buscador de la vida. No nos daba lujos, pero era un rey Midas. Un día todo lo trastocaba en magia… y ese día nuestros deseos eran complacidos como por la vara de un duende mágico. Llegamos a ser inmensamente felices y ricos por un día y al otro día, al desvanecerse el hechizo, nuevamente pobres por muchos días que pasaban veloces hasta repetirse el ciclo”.

7.- Admiradora ardorosa de su papá, don Antonio, de él hace referencia así:

“Papá, aquel vigoroso y hermoso rubicundo de ojos verdes, gallardo y galán de corazones al galope de briosos caballos de pura sangre. Con lenguaje poético cervantino, hizo palpitar y latir de prisa el corazón de muchas mujeres como mi madre. A quien le fue fiel amante y compañero de votos en enfermedad, en salud, en hambre y en abundancia hasta que la muerte los separó”.

8.- Haciendo hincapié de su querido hermano Chilote, dice:
“Como el joven hijo que es nuestro hermano. Un patriarca joven, con nombre de estadista insigne, con segundo nombre del valiente y magnánimo cacique indio. Con apodo tierno de la nodriza que lo trajo al mundo y exclamó al nacer: “No es un chichi, niño pequeño, es un chichi-lote de niño”. Así se llama nuestro patriarca joven: Winston Enriquillo Chilote Llenas Dávila”.
9.- Como ser humano, en su obra, Niurka deja ver su grandeza, al hacer mención de los contravalores. Ella nos dice:

“Vivimos en un sistema de valores invertidos; se rinde honra a quienes pierden su honra, se ganan el respeto aquellos que ganan sin respetos ajenos. Todo lo que adquieren en sus vidas, mientras mayores adquisiciones poseen… mayores respetos reciben”.

“La humildad se considera falta de personalidad, pobre estima. La honradez, ridiculez, estupidez, idiotez. La empatía es considerada falta de carácter, perfil bajo. El altruismo, servilismo. La bondad, necedad. Tú no vales, vale lo que tú posees. Fiel al dicho: “Tanto tienes, tanto vales”.

“Debemos aseguramos por cultivar amigos fieles, son los verdaderos amigos que al llegar los reveses económicos, de salud, familiares o de otra índole no te fallarán. Son aquellos de quienes habla Salomón en proverbio 17:17: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia”.

“Estos quedarán contigo, no se irán con lo que tenías, permanecerán a tu lado sin que tengas ninguna posesión. No te darán la espalda, serán tu única cosa de verdadero valor en un mundo de contravalores”.

“Amigos de escucharte, no de oírte. Amigos en el silencio, no en la algarabía. Amigos en la soledad, no entre las multitudes. Amigos a tu lado, no cerca de ti. Amigos en la casa del duelo, no en la casa del regocijo. En un sistema de contravalores, habremos aprendido la lección: “No es más rico quien más tiene, sino quien sabe vivir con menos”.

10.- Confieso que lamento haber compartido con Niurka, más en nuestra niñez que en la adultez. Muchos temas hubiéramos discutido, ampliado o acordado. Por ejemplo, la idea suya sobre la vanidad:

“No solo son los grandes, ni los poderosos, ni los famosos, ni los hermosos que corren tras el viento al alcance de esta veleidosa y a veces cruel dama llamada vanidad. También los pobres, los desposeídos, los anónimos, acuden a su casa que nunca abre sus puertas, detrás de las migajas que les deje caer la caprichosa buena fortuna, diosa de “vanidad de vanidades”.

“Ninguna causa es ganada sin espíritu de lucha, sin arrojo, sin valentía, sin amor por su causa, al ideal que defiende y cree y le impone el honor del uniforme que lleva puesto. Cuando llegue el momento de pasar lista a su comando, mira atrás para ver las almas que cayeron, recoger algunas, emular otras y honrar sus nombres”.

11.- Porque en mi vida he tenido que lidiar con muchos seres queridos afectados de cáncer, valoro en grande la parte del libro de Niurka, donde ésta le dirige una carta a la quimioterapia, en la cual le dice:

“Querida quimioterapia:

Hace 10 años que te conocí y no simpaticé contigo; en lugar de eso fui casi opuesta a ti. ¿Cómo ser amigo de algo o de alguien que penetra a mi cuerpo y produce tanta fealdad y molestias? Tumba mi pelo, mancha mi piel y debilita mis fuerzas. Fue después de diez años que volvimos a encontrarnos de nuevo; entraste dentro de mi sangre y ¿sabes? Ya no te rechazo, al contrario, ahora somos amigas. Te entiendo y aprecio lo que has hecho por mí, ahora tengo la esperanza de que al saberme tu amiga, me trates mejor y sé que lo harás … después de todo no eres totalmente responsable de mi mal. Si no fuera por alguien que también es mi amigo, el cáncer; tú no tendrías que ver con nada de esto. Pero algo que no puedo dejar de agradecerte es que me has tendido las manos dos veces y te perdono porque al ayudarme matando mis células malas, le des muerte también a las buenas, de eso tampoco eres totalmente responsable. Fueron tus maestros que no te enseñaron a leer.

Como puedes ver, estoy en paz contigo, con el cáncer, conmigo, con la vida, con el legado de mi madre, también legado por su madre con la esperanza de ser la última heredera de este defectuoso gen. Tu paciente y amiga: Mamushka”.

12.- Solamente yo, sus hermanos y hermanas, sabemos lo duro que ha sido para mí comentar el libro de un ser que quise mucho por su ternura y propensión a todo lo que significa nobleza. Leer la obra de Niurka, me retrotrae a mi niñez para recordar la solidaridad para conmigo de la familia Llenas Dávila. l

FUENTES DE CITAS:
Mamushka, Las hojas maduras de mi otoño, página 9.
Idem página 11
Página 12
Páginas 13 y 14
Página 19
Página 26
Páginas 47 y 48
Páginas 107 y 108
Página 111

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