Dominicana entre los cinco países con más muertes infantiles

La República Dominicana ocupa el quinto lugar entre los 51 países de ingresos medianos altos con la mortalidad infantil más elevada, según cifras del Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil 2017.

La República Dominicana ocupa el quinto lugar entre los 51 países de ingresos medianos altos con la mortalidad infantil más elevada, según cifras del Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil 2017.

Los datos se encuentran dentro del informe “Cada vida cuenta” presentado el pasado mes de febrero por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) como parte de una campaña mundial que busca llamar la atención a los estados miembros sobre esta problemática en la Asamblea Mundial de la Salud que se realizará en Ginebra, Suiza, del 21 al 26 de mayo.

De acuerdo al informe que coloca a la República Dominicana por encima de países como Guyana, Iraq, Azerbaiyán, Namibia y Argelia y por debajo de Guinea Ecuatorial, Botswana, Turkmenistán y Gabón, por cada mil niños nacidos vivos que nacen en el país fallece un promedio de 21.

El país queda mal parado cuando se le compara con naciones de bajos ingresos como Senegal que tiene una menor tasa de muertes de 20 por mil nacidos vivos o el vecino Haití, en donde fallecen 24 bebés por mil nacidos vivos. Otros países de la región de ingresos medianos altos como Cuba o Panamá tienen una tasa de mortalidad de 2.4 y 9 muertes, respectivamente.

“En los últimos decenios, Rwanda, un país de bajos ingresos, ha conseguido reducir su tasa de mortalidad de recién nacidos más de un 50% –de 41 en 1990 a 17 en 2016–, lo que le sitúa muy por delante de otros países de ingresos medianos altos como la República Dominicana, donde la tasa asciende a 21. Este hecho demuestra que la existencia de voluntad política para invertir en sistemas de la salud sólidos que den prioridad a los recién nacidos y lleguen a los más pobres y marginados es esencial y puede marcar una gran diferencia, incluso en aquellos países donde los recursos son limitados”, resalta el informe.

De 184 países presentados en el informe, República Dominicana aparece en el puesto 51 con una tasa de 20.8 por mil nacidos vivos, lo que significa que 1 de cada 48 recién nacidos muere antes de los 28 días.

Mayoría de muertes son evitables

Para Unicef cada una de estas muertes supone una gran tragedia, si se tiene en cuenta que la mayor parte de ellas son evitables.
El organismo internacional estima que cada día fallecen 7 mil recién nacidos a nivel mundial y más del 80% de las muertes se producen como resultado de un nacimiento prematuro, complicaciones durante el trabajo de parto e infecciones como sepsis, meningitis y neumonía.

Según datos de la División Materno Infantil y Adolescentes del Ministerio de Salud Pública, veintitrés bebés por cada mil nacidos vivos son prematuros, lo que equivale a decir que el 8% del total de bebés nace antes de cumplir las 37 semanas de gestación.
La prematuridad está muy ligada al embarazo adolescente. Se calcula que entre el 27 al 30% del total de partos, cesáreas y abortos corresponden a niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años.

Un aspecto que llama la atención es que aquellos bebés cuyas madres no han recibido una educación tienen casi el doble de riesgo de morir durante el período neonatal que aquellos cuyas madres cuentan al menos con la educación secundaria.

Se necesitan hospitales limpios y con agua potable

Para Unicef las muertes neonatales no se pueden evitar con un solo medicamento o intervención, sino que se requiere de un enfoque global del sistema, que abarque aspectos tan elementales como establecimientos de salud limpios, funcionales y equipados con agua, jabón y electricidad; un número suficiente de médicos, enfermeros y parteros con competencias para salvar las vidas de los recién nacidos y la provisión de al menos diez medicamentos.

“Los centros requieren un suministro constante de agua limpia, instalaciones de la salud y electricidad, y deben someterse a supervisiones rutinarias donde se comprobará su nivel de limpieza, el desempeño del personal y la solvencia financiera. Con demasiada frecuencia, los establecimientos de salud y los trabajadores de la salud se ven limitados por factores aparentemente tan simples como la ausencia de agua limpia o de un saneamiento adecuado”, cita el informe.

Empoderamiento, educación sexual y lactancia materna

El estudio pone el foco sobre el empoderamiento a las adolescentes, madres y familias para que exijan y reciban una atención de salud de calidad y la necesidad de apoyar el inicio inmediato de la lactancia materna como una de las formas en que los trabajadores de la salud pueden ayudar a proteger la vida de los recién nacidos.

Señala que las adolescentes son especialmente vulnerables, ya que sus bebés tienen más probabilidades de tener un tamaño reducido y un riesgo considerablemente más elevado de morir durante el período neonatal.

En ese sentido, plantea ciertas estrategias como educación para la salud sexual y reproductiva, transferencias de efectivo para promover el acceso a los servicios de la salud y de nutrición, iniciativas orientadas a conocer la opinión de las niñas y las mujeres sobre estos servicios, y las políticas impuestas legalmente relativas las licencias familiares tras el nacimiento de un hijo.

¿Qué necesitan los centros de salud?

Según el informe, los centros de salud necesitan diez productos básicos y relativamente baratos para salvar las vidas de los recién nacidos, como respiradores manuales para reanimar a los recién nacidos que no respiran al nacer; antibióticos para tratar a las madres y a los recién nacidos que presentan algún tipo de infección y mantas y paños para mantener al bebé caliente y fomentar el contacto piel con piel durante la lactancia materna.

También precisan de Clorhexidina, un antiséptico de amplio espectro utilizado para prevenir la infección del cordón umbilical, que podría desencadenar en sepsis; máquinas de presión positiva continua en las vías respiratorias para bebés prematuros cuyos pulmones no están aún bien desarrollados y respiran con dificultad y equipos concentradores de oxígeno para ayudar a respirar a los bebés que nacen con un peso muy bajo.

Asimismo, máquinas de fototerapia para reducir la ictericia en los recién nacidos; suplementación con micronutrientes, especialmente hierro y ácido fólico, para prevenir la anemia ferropénica en las mujeres embarazadas y reducir el riesgo de que los bebés nazcan con un peso bajo y se produzcan complicaciones en el parto; vacuna antitetánica para evitar la infección por tétanos, derivada de unas condiciones antihigiénicas durante el parto y termómetros para supervisar la temperatura de los recién nacidos enfermos.

La campaña mundial “Cada vida cuenta” de UNICEF es un llamamiento urgente a los gobiernos, empresas, proveedores de la salud, comunidades y personas para cumplir la promesa de ofrecer una cobertura universal de la salud  y mantener con vida a todos los niños.

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas