El arte culinario da rienda suelta a la imaginación de los chefs, quienes crean puras obras de arte con los alimentos
Hay una expresión muy popular a la hora de comer: “¡Yo como con los ojos!”, y es que para muchas personas, antes que degustar un plato, la presentación es lo primero que cuenta. Es por ello, que además de darle sabor a los platos, hay otra peculiaridad que los cocineros persiguen: ponerles creatividad a sus preparaciones. Y es ahí donde entra el arte culinario, que se manifiesta en la presentación de un plato, en cómo se corta una verdura o una fruta, en los colores utilizados en los ingredientes y en otros numerosos aspectos relacionados con la comida.
“Mientras que la gastronomía abarca todo lo relacionado con los alimentos y estudia la comida de manera general, el arte culinario va más atado a la cultura, la forma de preparar los alimentos y la expresión a través de la cocina”, explica Saverio Stassi, chef ejecutivo del restaurante Pat’ e palo.
Cuando un cocinero crea un plato, combina texturas, aromas, colores, formas y sabores, de manera que el resultado resulte atractivo para los comensales. No obstante, el chef destaca que para lograrlo se requiere el dominio, el conocimiento del producto y de las técnicas que se emplean en la cocina.
Para Stassi, esta isla tiene influencias sumamente culinarias que se hacen notar a través de las preparaciones populares.
“Poseemos una cultura gastronómica rica, lo cual da un amplio campo para la creatividad y el poder jugar con la combinación de tendencias y sabores”, sostiene.
Cada cultura tiene una expresión única, y una forma de cocinar los alimentos. Muchos países, aunque comparten ingredientes, tienen una manera única de tratarlos y procesarlos. Es lo que hace que cada cultura tenga un idioma único a través de los alimentos.
En lo que respecta a la preparación de los platos, la cocina creativa propone una mayor liviandad en los ingredientes y una menor cocción a los vegetales. Las salsas pesadas y las verduras cocidas sobremanera pierden terreno y ganan la parada las fusiones, las mezclas y, por supuesto, esos toques de presentación final que cautivarán la mirada de los comensales, porque en definitiva todo entra primero por los ojos, y en ello, precisamente, la cocina creativa decide hacer especial hincapié, algo a lo que prácticamente no se le daba demasiada atención antes.
El arte culinario se puede ir aprendiendo con la experiencia, el placer por la comida o la preparación de ella; pero cada vez más personas están asistiendo a la escuela culinaria y eligen las artes culinarias como una carrera profesional, más que simplemente un trabajo. Hay varias áreas para prepararse en este arte, en las que se incluyen la nutrición, los productos de pastelería, salsas y mucho más.
El proceso de creación de un nuevo plato, es en definitiva, tan importante como el plato en sí, ya que la evolución de una idea, de un sabor, una textura o una temperatura, te puede llevar por lugares completamente inesperados, encontrando posibilidades maravillosas o quizá intangibles. El nivel de creatividad de una persona, está basado en su abanico de conocimientos técnicos, experiencia, buena organización y, sobretodo, en su paladar, herramienta número uno de todo cocinero, ya que contar con un paladar desarrollado te permitirá jugar, probar y reconocer los sabores e ingredientes que más complementan al plato que se quiere crear.
Cocina llamativa
En la actualidad, cuando se habla de cocina creativa, los conocedores del mundo de la cocina no pasan por alto al reconocido chef Ferrán Adrià, considerado uno de los mejores cocineros del mundo, y creador de uno de los restaurantes más prestigiosos. Adrià ha sido precursor de nuevas técnicas en la cocina, impulsando innovadoras formas de cocinar y presentar los platos. Considera que la comida debe ser una experiencia lúdica, donde la gente va al restaurante a divertirse.
La presentación de los platos es primordial: es tan importante lo que se come como lo que se cuenta, y también la “escenografía” donde se presenta, dice.
