Un día moriremos, daremos la cara a todo cuanto le dimos la espalda, razones a todo lo que le dimos excusas, entenderemos que los patrones, filosofías y sistemas no definen nuestras decisiones cuando nos determinamos, que ser nosotros mismos es mejor que parecerse a quien fue nuestro foco, pero es una sombra del sistema. Morimos y luces extrañas aplastarán lo que creímos nuestro, la mentira toma su forma real, la realidad sus matices contrastantes; ahora la vida se mira en el espejo de la muerte y la realidad en la reseca pupila. Y mientras todo pasa, lecciones pendientes demandan atención contundente… ¡Toc toc! abre corazón, que el oro es nada y el tiempo es vida, tarde o temprano tu alma tropezará con la esquina donde te espera una sentencia divina.

Posted in Rosas para el alma

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