Ese hit que Adrián Beltré golpeó el 5 de abril, para dejar atrás a Rod Carew en el listado de todos los tiempos en las Grandes Ligas, no sólo le permitió convertirse en el bateador nacido en América Latina con más imparables.

También fue una campanada y una profecía. Porque al dominicano todavía le queda gasolina en el tanque, a los 39 años de nacido, y ese combustible le conduce a un sitial privilegiado en la historia del beisbol del Caribe.

Beltré dejó atrás los 3.053 indiscutibles que acumuló el legendario panameño, miembro del Salón de la Fama y uno de los más consistentes toleteros en el último medio siglo, siete veces campeón bate de la Liga Americana y en 18 oportunidades integrante del equipo del joven circuito en el Juego de Estrellas.

El dominicano jamás ha atrapado un título por su average, aunque suma siete campañas sobre .300 y también empezó esta zafra sobre las tres centenas. Sus logros más notables sucedieron cuando terminó líder con 48 jonrones en 2004, con 49 dobles en 2010 y con 199 incogibles en 2013.

Pero Beltré no ha necesitado amontonar tantos trofeos para terminar acumulando algunas de las estadísticas más importantes en la legión de jugadores salidos de la región. Sus cuatro bates de plata no resumen con exactitud el lugar privilegiado que ocupa entre los maderos latinos.

El oriundo de Santo Domingo ya desplazó a Omar Vizquel como el jugador nacido por debajo del Río Grande con más turnos al bate. El venezolano se retiró con 10.586 y su heredero ya le aventaja por más de un centenar.

Esta misma temporada, si se mantiene saludable, tendrá el chance de superar a Rafael Palmeiro y finalmente a Vizquel como el pelotero con más encuentros jugados entre quienes vieron la luz en países de habla hispana, de acuerdo con el motor de búsqueda de Baseball Reference. El ex campocorto caraqueño participó en 2.968 y el tercera base de los Rangers de Texas inició la justa con 2.814, una diferencia de 154 choques para quien en 2017 vio acción en 153 oportunidades.

Está a punto de adueñarse del tope entre los sluggers con más dobletes. El legendario David Ortiz se mantiene en la cima, con 631, pero Beltré empezó el torneo con 613, en una puja con su compatriota Albert Pujols para ver quién llega primero al lugar que ocupa Big Papi.

La hazaña que completó el 5 de abril, sin embargo, es lo que da mayor brillo entre sus compañeros de región, a la espera de ver hasta dónde llegará con sus cuadrangulares, anotadas y empujadas, departamentos en los que se ubica entre los mejores ocho representantes de la zona.

No es difícil entender por qué. Un hit es el premio que busca cada toletero que camina al home con un bate entre las manos. Y en América Latina relumbra todavía la imagen del primero que superó los 3.000, nada menos que Roberto Clemente.

Al lado del puertorriqueño inmortal pasó Palmeiro y antes Carew, quien dejó la vara muy alta y logró por ello su placa en Cooperstown.

«Esto significa muchísimo para mí», dijo Beltré a MLB.com, momentos después de obtener sus cohetes 3.054 y 3.055, con los que desplazó al canaleño y alcanzó, de paso, al recordado Rickey Henderson, otro integrante del Salón de la Fama.

«Nosotros crecimos viéndolos jugar en las Mayores», añadió el quisqueyano. «Nunca llegué a imaginar que mencionarían mi nombre junto a los suyos. Lo tomo con mucha humildad. Me cuesta creerlo. Obviamente, esto se debe a que me he mantenido jugando durante mucho tiempo y a que he sido lo suficientemente afortunado como para continuar saltando al terreno».

Es una conclusión apurada por la modestia. Beltré ha jugado en 21 campeonatos, incluyendo este, porque es muy bueno en lo que hace. En la antesala ha ganado cinco guantes de oro y dos de platino. En el home es una fuerza, lo que le llevó a comenzar esta campaña con 462 bambinazos y 1.642 remolcadas. Y ha dejado la mejor parte para el final de su trayecto en la gran carpa.

Siete de sus ocho apariciones en la papeleta de votación para elegir al Jugador Más Valioso de la Americana han ocurrido a partir de 2010, un período que abarca ocho temporadas y contando. Sucede igual con seis de las siete veces que ha ligado para .300 o más. Acaba de cumplir 39 años de nacido, el 7 de abril, y no da señales de envejecer. No deja ver las canas y tampoco baja el ritmo.

Bateó para .306 con 5 tubeyes en sus primeros 13 cotejos de 2018. Sí, todavía le queda gasolina en el tanque. Y celebró su trigésimo noveno cumpleaños con el hit que le permitió superar a Carew dos días antes de soplar las velas del pastel.

«No sé cuánto tiempo más voy a estar aquí», declaró a MLB.com. «Hay un montón de muchachos que vienen empujando, detrás de mí. Pero conseguir esto me hace sentir orgulloso».

Pronto tendrá otros logros históricos que festejar. Superado Carew, le esperan ahora los 631 dobles de Ortiz y los 2.968 juegos de Vizquel.

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