Un domingo a media mañana se puede ver la ciudad “algo muerta”. Es el período en que transita por el Gran Santo Domingo con paz relativa (no se descarta un asalto), que permite mirar los ambientes. Resaltan los entornos deteriorados, el arrabal en que se convierte este hábitat más allá de los espacios donde viven los más acomodados: el polígono central y zonas circundantes.

Es el domingo, cuando quizás la inmensa mayoría, por no decir todos los trabajadores, descansan, incluso, una buena parte de quienes tienen la desagradable tarea de recoger los desperdicios, que el domingo resultan más visibles que cualquier otro día, cuando los espacios están más copados en la “gran ciudad”.

Más allá del polígono central se puede adentrar en cualquier barriada, llámese San Carlos, Villa Francisca, Borojol, o Villa Juana, Villa Consuelo, y ahí está esa mezcla de abandono. Del envejecimiento de las pobres edificaciones de las clases medias bajas y bajas, el grisáceo de los techos y tablas diluidas, de bolsones de basura de cuadra en cuadra; la pobre gente que se acostumbró a esa forma de vida que no es tal. Ese Santo Domingo del gradual desgaste de fachadas que marca tan crudamente las diferencias sociales.

Esa degradación se ensancha con el deterioro de las calles y las aceras, de los usos indiscriminados de los espacios y de las viviendas.

Esas son las expresiones visibles de una parte de la ciudad cada vez más ruinosa, que se multiplica al interior de la barriada. Bordeando la avenida Francisco del Rosario Sánchez, una mirada en la dirección del río Ozama, el panorama resulta desgarrador, con la desesperanza de que los vecinos apenas pueden darse cuenta del abandono. Y si se avanza hacia el puente de igual nombre, el de la 17, una mezcla de modernidad y arrabal, obliga a pensar en el futuro de una ciudad degradada. Y todo se replica nueva vez al Este del Ozama.

Todo tiene que ver con los dominicanos, el municipio, el gobierno nacional y de la propia gente, que ya rendida no puede ver cómo destroza a la pobre ciudad Santo Domingo.

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