El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pronuncia un mensaje ante simpatizantes durante un acto político en la localidad de Francisco Beltrao, en el estado de Paraná, el lunes 26 de marzo de 2018. (AP Foto/Eraldo Peres)
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pronuncia un mensaje ante simpatizantes durante un acto político en la localidad de Francisco Beltrao, en el estado de Paraná, el lunes 26 de marzo de 2018. (AP Foto/Eraldo Peres)

SAO PAULO— El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva está cada vez más cerca de pisar prisión.

El lunes, los jueces de una corte de apelaciones ratificaron por unanimidad su decisión de rechazar la impugnación de Lula a una condena por cargos de corrupción, fallo que le impediría postularse como candidato presidencial y lo pondría tras las rejas.

A pesar de sus problemas con la justicia, Lula encabeza las encuestas de intención de voto de los comicios presidenciales de octubre, y actualmente realiza una gira por el sur de Brasil. Su caravana ha enfrentado a manifestantes en todo el trayecto.

El lunes, Lula pronunció un discurso ante miles de personas en Francisco Beltrao, en el estado de Paraná, donde reiteró que los cargos en su contra fueron fabricados para impedirle su regreso a la presidencia. Antes de la llegada del ex mandatario, algunos manifestantes lanzaron huevos contra la multitud, como lo hicieron en otras escalas de la gira.

Estos hechos son indicio del gran divisionismo generado por un político que alguna vez fue adorado. Para algunos, Lula es símbolo de los años de auge del país, durante los cuales millones de brasileños salieron de la pobreza. Para otros, representa la corrupción en la cúpula política de Brasil.

Lula fue declarado culpable el año pasado de hacer favores a la compañía constructora OAS a cambio de la promesa de un apartamento frente a la playa. La condena fue ratificada en enero por un grupo de magistrados federales que elevaron la sentencia a 12 años y un mes de prisión.

En Brasil, la defensa puede presentar una moción para impugnar esas decisiones señalando las incongruencias y contradicciones. Sin embargo, los magistrados rechazaron el lunes los argumentos de la defensa y en consecuencia la condena queda firme. Reconocieron un error en la manera como se refirieron a una compañía sin que ello afecte el resultado del caso.

La defensa de Lula podría presentar otra moción ante la misma corte, pero la abogada Carolina Cleve señaló la improbabilidad de conseguir algún cambio en virtud de la postura exhibida por el tribunal con su fallo del lunes. En el derecho brasileño, una vez agotadas todas las mociones relacionadas a la primera apelación, puede ordenarse que el acusado comience a cumplir sentencia. La ley también señala que debe quedar inhabilitado para cargos de elección popular.

Sin embargo, está pendiente otro detalle en el caso de Lula. Presentó una solicitud preventiva de habeas corpus ante el Supremo Tribunal Federal, y mientras no se resuelva, no puede ser encarcelado. Los jueces tienen previsto emitir su fallo el 4 de abril.

Aunque parece probable que sea encarcelado en las próximas semanas, Lula tiene permitido continuar apelando ante tribunales superiores mientras cumple sentencia.

Incluso los expertos consideran que el caso es complicado, y no precisamente porque la ley esté abierta a interpretaciones.

“Estamos en un escenario muy turbio”, declaró Cleve, profesora de derecho constitucional y electoral en el Centro de la Universidad Autónoma de Brasil. “La política interfiere en la justicia”.

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