Sergio Vargas se llevó el Gran Soberano de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte). Es el premio a su trabajo artístico de algo más de 35 años.

Vargas es un trabajador de la música y también un promotor social. Sus éxitos artísticos han estado asociados al acompañamiento de su querida Villa Altagracia, tanto que pese a su crecimiento, ha mantenido residencia en ese terruño. Desde esa perspectiva, es un artista comprometido.

Nada que decir sobre su obra artística, ampliamente reconocida. En este momento vale más hablar de su vocación ciudadana, tanto, que se dejó seducir de la política para servir a su comunidad.

Por ese camino, alcanzó una curul en la Cámara de Diputados, y la percepción es que desempeñó el puesto con un sentido del deber.

Sus palabras en el momento de recibir el galardón hablan muy bien de sus ideas y su visión acerca de lo que se espera de quienes ejercen algún tipo de liderazgo en la sociedad:

“Yo me atrevería a cambiarle este trofeo al presidente Danilo Medina (…) por cinco escuelas, en cualquier lugar del país, para que nuestros músicos relevos y cantantes puedan exhibir mejor conducta, para que dejemos de ser buenos en el escenario y malos en conducta”.

Felicitamos al artista, y enfáticamente a ese promotor de ciudadanía.

El agua

No puede haber una mejor dedicatoria de un día más merecida que al agua.

Conmemorar el día del agua, un día como hoy, 22 de marzo, instituido por las Naciones Unidas desde 1992, es una oportunidad para reafirmar la importancia de comprender su valor, y especialmente, la necesidad de desarrollar políticas y prácticas de uso, manejo, conservación, protección y más modernamente, cultivo. Sí, el fomento de los factores para que el agua no desaparezca.

La realidad a nivel global, y local, dramáticamente en toda la isla, es que hablamos de un producto escaso, y cada vez lo será más.
El año pasado fue dedicado al agua y se impulsaron acciones para protegerla, como el inicio de la reforestación de 700 mil tareas de bosques, dentro de una visión de inclusión de quienes viven en o de las lomas.

Valoremos el agua, en un territorio amenazado de degradación grave.

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