Un taller muy importante fue realizado durante el mes de junio del 1984 en la Asociación Médica Dominicana, presidida por el Dr. Nelson Astacio, en la búsqueda de consenso sobre el futuro de la formación de los médicos dominicanos. El Dr. Astacio, dijo que en 1964 en el país solo había una escuela de Medicina y en el 1984, existían 13. En su discurso dijo: “Nos hemos dado cita aquí esta noche con el propósito de escucharnos todos en torno a la formación del médico dominicano. Estaremos durante el tiempo fijado para este evento, con el pensamiento orientado en la búsqueda de respuestas adecuadas a la problemática que tenemos de frente. Cada quien desde su institución, deberá aportar sugerencias factibles que sirvan de marco teórico para el diseño de nuestra meta: El médico que necesita la República Dominicana. No podemos ignorar que el proceso de producción de médicos ha sido anárquico, unos veintidós años atrás existía en el país una sola escuela de Medicina, la de nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, hoy sobrepasan la docena. Ahora lo que sí es necesario, que nos dispongamos a reglamentar, normalizar con un sentido justo y racional el desajuste que se nos advierte en los centros de formación de médicos, de ahí la tarea fundamental de la tarea que emprendemos en este momento. En todos los aspectos se observa la necesidad del ordenamiento de la enseñanza, basta con revisar los pénsums de las escuelas médicas donde a nuestro juicio hay un exceso de la formación teórica y desconexión abismal de la realidad social del país. No es posible en este momento que el profesional universitario, y sobretodo el médico sea un extraño en su propio medio. La masificación de la enseñanza y la proliferación de las escuelas de Medicina son dos situaciones que han contribuido en forma sustancial con el deterioro que se observa en la formación del médico. La masificación sin dudas ha descuidado algunos elementos de la calidad y orientacion filosófica del médico que producimos hoy. Un país esencialmente agrícola y no obstante le es imposible satisfacer sus necesidades de alimentación básica, obligándosele por presiones foráneas a producir una aberración de su enseñanza que niega el idioma, que niega su realidad sanitaria, simplemente porque le obliga a colocarse de espaldas a sus más puros intereses, el crecimiento desorbitado de los centros de educación superior cumplen los dictados formulados con desconocimientos a la realidad sociopolítica y cultural de nuestro pueblo. La proliferación de las escuelas de Medicina ha estimulado los mercaderes del apostolado de la docencia a enriquecerse con la enseñanza de la medicina en algunos casos. Se dice que estamos saturados ya de médicos y visto superficialmente parecería cierta esta premisa por dos razones que mencionábamos, masificación y proliferación de escuelas médicas, pero si nos ceñimos al criterio de los expertos de las Naciones Unidas, tenemos que admitir la falsedad de este concepto puesto que los técnicos de la Organización Mundial de la Salud, señalan que para países como el nuestro se requieren 8 médicos por 10,000 habitantes y apenas alcanzamos 5.2., no obstante tenemos 1500 médicos desempleados. El médico en formación no debe ser sujeto pasivo de la enseñanza sino sujeto activo de la misma. La educación médica superior es parte del privilegio, de la educacion global de un país, por tanto la educación traduce el tenor y la ideología de los círculos de dominación nacionales e internacionales”. En ese taller participaron entre otros los Dres. Luis Emilio Montalvo, Jesús Feris, Fernando Sánchez Martínez, Ligia Leroux de Ramírez, Amiro Pérez Mera, Diómedes Robles (UASD), Carlos Musa(UCE), Raymundo Jiménez(INTEC), Jorge Gobaira (UNPHU) y Luis José Castillo (PUCAMAIMA).

Las palabras del Dr. Astacio, hace 34 años, siguen vigentes hoy.

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