La razón es una oruga que nunca llegará muy lejos, ¡si primero no entra y se deja tomar prisionero en el capullo de un sabio y noble corazón! A todo progreso le antecede un proceso. Hay un tiempo para entender que nacimos para alcanzar ciertos horizontes, luego tiempo de creerlo, ¡más tarde tiempo de prepararnos para volar y tiempo de lanzarnos! Volar es el llamado que Dios hace al mismo corazón del hombre para que alcance su destino, el reto a avanzar contra vientos y tempestades, a elevarse sobre las tormentas, a reconocer que vive en este mundo pero pertenece a Dios, a discernir los tiempos y pesar los espíritus, a comprender que hay espacio para todos y a reconocer que llegar alto depende fundamentalmente de ti.

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