Una invaluable riqueza de la identidad dominicana, de su cultura, de las características de su peculiar personalidad, radica en las palabras que utiliza y que pertenecen, de manera exclusiva al diccionario criollo. Elemento inequívoco del acervo cultural criollo, que nos identifica adonde quiera que estemos, al margen de las tonalidades de expresiones diversas, según el lugar donde ha transcurrido el espacio de formación temprana: en el Cibao con su “i” característica y la “foima de epresailo”; con acento en la “r” si “e’der sur profundo” o con la “l” si “e campitaleño”. Parte de esa expresión autóctona desaparece con el ímpetu cibernético de las nacientes generaciones, con sus afanes digitales. Estar “abacorao” es casi lo mismo que estar “aperruchao” contra algo sólido, casi lo mismo “apeñucao, apiñao” aunque con matices y connotaciones diferenciadas. Estas últimas expresiones denotan estar confinados, apretujados en un área pequeña. “Achuchar” en cambio, es forzar a acomodarse. “Aciguatado” es dolencia por ingerir pescados que han comido algas que los “cienciólogos” indican que contienen mercurio. El conocimiento popular indica que ocurre solo en los meses sin “r”: desde abril hasta agosto.

Este envenenamiento afecta de manera muy sensible las extremidades inferiores, siendo recurrente por largo tiempo. “Acotejar” es acomodar, arreglar, adaptarse. “Viejevo” es aquel que de edad madura, viste y actúa como un joven, siendo notorio su desfase. “Rocorroco” es afección pulmonar, de sonido característico, que indica congestión en las vías respiratorias y señala un problema en la “caj’erpecho” . “Cicote” es mal olor en los pies. “”Chuipi” es una expresión onomatopéyica producida con los labios semicerrados y de amplio significado, que por lo general expresa desacuerdo o “error” del interlocutor. También expresa fastidio o preocupación, según expresión de la cara. “Atiborrado”, es muy lleno. “Bacano” expresa condición de muy bueno, excelente. “Bojote”, denota gran cantidad. “Gofio”, es maíz seco molido y endulzado, que años atrás se vendía en conos finos de papel de color pastel. “Nacío” es doloroso punto infeccioso, que puede tener “boca” o no. Si es de un ganglio en la ingle: es “una seca”. Si de enfermedades y dolencias se trata, la terminología vernácula es rica: “rasquiña” y “guachipa” son sinónimos de “sarpullio”. “Anortao” es el infante con diarrea, con evacuaciones usualmente verdes. La “batata” es la pantorrilla, a más del tubérculo dulzón, convidado a toda mesa criolla, que produce “jerbor” y “añugamiento”. “Tísico” es el que tiene tuberculosis, igual que “malograo”. “Tiricia” es enfermedad del hígado que torna la piel amarilla. “Galillo”, “gañote” y “cocote” aunque similares, “trasuntan diferencias”. “Añoñar” es consentir con mimos, caricias y muestras de cariño y afectos . “Enemocada” es nuez moscada. “Sus partes” son, los espacios íntimos de las personas.

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