En mi condición de educador, principalmente de maestro, con más de 60 años de servicio y haber ocupado todo el escalafón del Sistema Educativo Nacional, al haberme iniciado en 1952 como maestro de alfabetización de adultos, de primaria y media en mi pueblo natal de Salcedo y haber sido titular de la Secretaría de Educación sugiero, con todo el aprecio que tengo a mi antigua casa de la Secretaría de Educación y a la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), cuyo gremio no me hizo huelga mientras fui titular de Educación y donde tengo muchos aprecios de parte de sus pasados y presentes directivos, algunos de los cuales se han profesionalizado en la Universidad UTE que, junto a otros valiosos educadores, creé en 1989 para que los adultos jóvenes y mayores tuvieran la oportunidad de ser profesionales.

Esta sugerencia no es absolutamente mía, sino de amplios sectores de la vida nacional, tal como lo recogen los medios de comunicación como: El Listín Diario, elCaribe, Hoy, Diario Libre, El Día, y la mayoría de los programas noticiosos y de panel que se difunden a través de la radio y la televisión.

La Real Academia de la Lengua Española dice que la huelga es el tiempo que uno está sin trabajar, que se convierte en “paro”, cuando se abandona el lugar del trabajo para obligar a los patronos a reconocer sus legítimas reivindicaciones.

Aunque desde el punto de vista sindical el maestro es un trabajador, creemos que en el presente caso es un trabajador especial, porque su labor consiste en una entrega intelectual destinada a educar, formar y enseñar a los niños que son el futuro de la patria, a los adolescentes, y a los adultos jóvenes y mayores en cuyas manos reposa el desarrollo de los pueblos.

Creo conveniente ofrecer, desde el punto de vista legal, algunas pinceladas relacionadas, tanto sobre el Minerd
como de la ADP.

En 1844 la función educativa estuvo a cargo del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, posteriormente la Ley No. 89 del 21/02/1931, asignó las atribuciones educativas a la Superintendencia General de Enseñanza y en noviembre de 1934 la Ley No. 786 creó la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, suprimiendo el término “Instrucción” por el de “Educación”, por ser más amplio que el de “Instrucción”.

Debo destacar que el primer titular de la Secretaría de Educación fue el gran maestro Don Ramón Emilio Jiménez, autor del libro “La patria en la canción”, que contiene extraordinarias canciones escolares e himnos dedicados a los Padres de la Patria, a la escuela, a la comunidad y al hogar.

El cambio de Secretaría a Ministerio de Educación se hizo en la Constitución, proclamada el 26 de enero del año 2010 que al momento de hoy es nuestra Carta Magna o Constitución de la República.

Por otra parte, la historia de la ADP está repleta de una lucha sindical que le ha proporcionado excelentes triunfos a favor del Magisterio Nacional, que cada día se fortalece más y que en sus orígenes se caracterizó por una gran lucha a favor de los afiliados que con el triunfo ha incluido el importante componente de la calidad de la educación, que se ha fortalecido extraordinariamente con el Primer Plan Decenal de la Educación, iniciativa que tuvo lugar cuando el autor de esta entrega le tocó el honor de ocupar la dirección de la educación del país, cuando en 1989 fue designado Secretario de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos.

La primera gran lucha de la ADP, en noviembre del 1972, fue por el establecimiento del “Estatuto y Escalafón de los Trabajadores de la Enseñanza”. Esta lucha obligó al Gobierno a promulgar un imperfecto Escalafón que por la lucha de la ADP ha obtenido valiosas conquistas a favor de los educadores de nuestro país.

Durante la década de los 80 promovió y fue uno de los principales actores junto a la comunidad internacional y la empresarial nacional, del Primer Plan Decenal de Educación y de los debates que dieron como resultado la nueva ley de Educación en 1997.

Sin obviar su importante labor sindical, la misión, visión y valores de este aguerrido gremio están fundamentados en la defensa de la educación pública, gratuita como lo establece la Constitución del Estado y de extraordinaria calidad para todos los dominicanos; reivindicar los derechos sociales, culturales y científicos de los maestros y del país.

Desde el punto de vista legal, la estructura del Sistema Educativo Dominicano está conformada por dos importantes componentes, que son:

I. El Ministerio de Educación.
II. El Consejo Nacional de Educación.
Por el componente No. I, el Ministerio de Educación es responsable de todo el aspecto administrativo del sistema pudiendo este ministerio designar, cancelar, trasladar, sancionar, etc., mediante Órdenes Departamentales, Circulares, oficios y Memorándums al personal bajo su dependencia.

Por el componente II, el Consejo Nacional de Educación es el máximo órgano de decisión en materia de política educativa al ser el responsable de todo el aspecto académico y estructura del Magisterio Nacional.

La Ley 66-97 establece en su Artículo 15 que el ingreso a un cargo docente, y el cargo de Director Regional de Educación y el de Director de Distrito, son cargos docentes, estará condicionado a la “existencia de vacantes en el puesto que se vaya a cubrir”; lo que también está establecido en el Título V de la Estructura de Personal de dicho Reglamento.

Por lo anteriormente señalado, el articulo 16 en su inciso (a) determina que para las vacantes ocasionadas para los puestos de oposición se fija en los meses de junio y diciembre de cada año, los cuales serán llenados con los candidatos que salgan airosos en los referidos puntos.

Finalmente, debo señalar que la Ordenanza No. 24-2017 es absolutamente legal porque aunque la misma modifica parte de la Ley No. 66-97, desde el punto de vista legal, las Ordenanzas también tienen fuerza de ley.

En razón de que las paralizaciones perjudican a los estudiantes, creo que ha llegado el momento de que la ADP y el Minerd se sienten en la mesa a dialogar para que con la sensatez que caracteriza a ambas instituciones finiquiten este impasse y las clases vuelvan a la normalidad para la tranquilidad y el bienestar de la familia dominicana, integrada principalmente por la Sociedad de Padres, Tutores y Amigos de la Escuela y por el Honorable Ministerio de Educación.

Diálogo y armonía se imponen en los presentes momentos para beneficio de esta patria de todos que nos legaron nuestros héroes de Febrero y Agosto, Duarte, Sánchez, Mella y Luperón.

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