La Cuaresma, que inicia hoy, es el tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua, es decir, un tiempo de purificación e iluminación que celebran la Iglesia Católica, la Copta, la Ortodoxa, la Anglicana y algunas protestantes.

Este tiempo litúrgico dura 40 días, comenzando el Miércoles de Ceniza, y termina antes de la Misa de la Cena del Señor, del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo los católicos estamos llamados a esforzarnos por recuperar el ritmo y estilo de vida verdaderos cristianos que viven como hijos de Dios.

No es un tiempo triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. Por eso, en la misa católica no se canta el “Gloria” al final del acto penitencial, excepto el Jueves Santo.

Según san León, la Cuaresma es “un retiro colectivo de cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto se prepara para la celebración de las solemnidades pascuales con la purificación del corazón y una práctica perfecta de la vida cristiana”.

De esta definición se infiere que se trataba de un tiempo, introducido por la imitación de Cristo y de Moisés, en el que la comunidad cristiana se esforzaba en realizar una renovación interior.

Más adelante, el Catecismo de la Iglesia Católica retoma esta idea, señalando que… “La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto”.

El color litúrgico asociado a este período es el morado, asociado al duelo, la penitencia y el sacrificio, a excepción del cuarto domingo que se usa el color rosa y el Domingo de Ramos en el que se usa el color rojo, referido a la Pasión del Señor.

La ceniza

El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma, se realiza el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente de los fieles católicos, que representa la destrucción de los errores del año anterior al ser estos quemados.

Hoy, en todas las parroquias del país, en horarios que van desde las 6:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, mientras el sacerdote impone la ceniza de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos anterior, cita el libro de Génesis diciendo: “Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver”.

Simbolismos

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

Los 40 días que dura la Cuaresma tienen su origen en la Biblia, y tienen diferentes simbolismos. El principal de ellos es la prueba de Jesús al permanecer durante 40 días en el desierto, previo a su misión pública, donde resistió y venció todo tipo de tentaciones de parte de Satanás.

También simbolizan los 40 días que duró el diluvio, además de los 40 años de la marcha del pueblo israelita por el desierto; los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, así como los 400 años que duró la esclavitud del pueblo judío en Egipto.

Conocer a Jesús

En la Cuaresma los cristianos católicos aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús, a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida, y es por ello que la Iglesia nos invita a vivirla como un camino de conversión hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas.

La práctica

La práctica de la Cuaresma data del siglo IV, cuando se da la tendencia para constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia de ingesta de carne.

Según el pasaje del Libro de Isaías 58:6-9 utilizado en celebraciones litúrgicas cuaresmales, el ayuno agradable a Dios consiste en compartir el pan con el hambriento, dejar entrar en la casa a los pobres sin techo, vestir al que se ve desnudo y no volver la espalda a los demás.

Hoy día, más que el simple ayuno de comida, la Iglesia Católica incentiva prácticas que afectan áreas más personales de la vida, observando que se trata de ayunar de la comodidad, de una vida fácil, de la mínima resistencia, de la mentalidad gregaria, del abuso de poder, del placer por el placer.

Anteriormente san Juan Pablo II y ahora el papa Francisco insisten en que se trata de ayunar del poder, la autocomplacencia y la gloria, de ayunar del egoísmo, de insensibilidad e inhumanidad.

En fin, “se trata ayunar de competitividad y beneficios a costa de otros; de las formas de proceder del mundo y de los reinos construidos con la acumulación de bienes a costa de las enormes necesidades de todos los que habitan en la tierra”, decía san Juan Pablo II.

Dato
Durante la Cuaresma, la Iglesia nos pide dos sacrificios especiales: ayunar y guardar abstinencia, es decir, no comer carne todos los viernes de Cuaresma.

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