Santiago. En el río Camú fueron bautizados los primeros cristianos del continente americano, pero las que fueron aguas cristalinas, hoy están totalmente contaminadas desde su cuenca en la reserva de ébano verde, en la cordillera Central, hasta su desembocadura en el Yuna.
A la degradación por la contaminación de los arroyos que alimentan al más importante afluente de la zona, y comunidades levantadas en su ribera, se suma, además, la extracción de materiales y la deforestación en la parte alta. A principio del siglo XIX, su importancia fue tal que para transportar las mercancías y productos agrícolas que dinamizaron la economía de la región del Cibao, eran usadas goletas y barcas con base plana a fin de evitar que se atascaran en los puntos de menos profundidad. Mientras´en barriadas improvisadas, como San Miguel, donde el Gobierno construye un proyecto habitacional, es normal que la basura sea depositada en las aguas del río.

Agresiones constantes

Los desperdicios como plástico y neumáticos son llevados en carretas arrastradas por caballos o burros y luego aprovechan para extraer arena, para venderla en el mercado. Al menos cinco barrios y varias empresas descargan sus desperdicios en el Camú, esto incluye heces fecales. Neris Núñez, residente en San Miguel, recuerda las constantes crecidas del río que en ocasiones han destruido decenas de viviendas. Teme que el dejarlas fuera del proyecto de casas o no concluir con la colocación de muros de gaviones, las 20 familias que presentan mayor peligro puedan ser arrastradas por las aguas.

El Camú es el principal río de la provincia de La Vega, nace en la cordillera Central, en la loma de la Sal, en la reserva de Ébano Verde, y recorre las llanuras veganas y del Cibao Central de 101 kilómetros, para desembocar en el Yuna, en la provincia Duarte. Sus afluentes principales son el río Licey, con 64 kilómetros; Jima, con 39, y los arroyos Yamí, Bayacanes, Pontón, Guaigüí y Cenoví.

Su cuenca, ubicada entre los paralelos 8-05 y 18 –21 de latitud norte y 70-30 y 70-38 longitud oeste, con un área de 2,351 kilómetros cuadrados, donde habitan más de 375 mil personas, con una densidad de población superior a 145.9 habitantes por kilómetro cuadrado. A su paso por La Vega, el Camú se ve afectado por la entrada de los arroyos Yasmín, el Ocho y el Riíto. Mientras que barriadas como Ático y Bajada Perdomo se ven expuestas a las crecidas, pues fueron levantadas en la ribera del río.

Creen que situación amerita atención

Ambientalistas han pedido que el río Camú sea incluido en el plan presidencial que además abarca al río Yaque del Norte. Creen que para detener las constantes agresiones contra este y otros afluentes es necesario que se invierta en crear conciencia sobre la necesidad de preservar las fuentes acuíferas del país. También creen necesario aplicar sanciones contra quienes atentan contra los ríos al lanzar basuras y escombros, además de que extraen materiales, como arenas y gravas, y contra quienes invaden sus riberas. Por estas razones entienden que las autoridades deben ser más responsables, tanto en la vigilancia, como a la hora de aplicar sanciones.

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