La mejor garantía de que los desechos bioinfecciosos no se conviertan en una amenaza a la salud es que sean tratados con tecnología adecuada en los mismos hospitales antes de descargarlos en los vertederos.

El gerente general de la empresa Healthcare Products Centroamérica, Juan José Zonta, explicó que cuando ese tipo de basura sale de los hospitales va esparciendo virus y bacterias por el centro de la población, lo que unido al contacto que pudieran tener con ella los vectores, como gatos y ratas pudieran trasladar los virus patógenos hacia las viviendas y lugares de expendio de comida cercanos a los centros de salud.

El otro peligro es para los recolectores de basura que pudieran resultar infectados con los objetos punzo cortantes mientras manipulan los desechos.

Puso como ejemplo lo sucedido en Costa Rica cuando un recolector de basura de la municipalidad de San José se pinchó con una aguja y sometió un recurso de amparo ante la Sala Constitucional. Los jueces obligaron al Gobierno a pagarle una indemnización y al sistema de salud a implementar protocolos, capacitación y equipamiento para el tratamiento de la basura infecciosa.

De ahí que la multinacional costarricense con presencia en Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador y Guatemala propone la utilización de equipos integrados capaces de triturar a vapor más de 250 kilogramos de desechos punzo cortantes y biológicos por hora y convertirlos en kilo energía que puede ser vendida a las cementeras y otras fábricas de calderas.

Dijo que este moderno equipo italiano fue probado con éxito durante ocho meses en el hospital Marcelino Vélez de Herrera. Y aunque el costo de este equipo ronda los US$400 mil, Zonta afirma que la inversión puede ser recuperada por los hospitales que pueden aprovechar la capacidad instalada y vender el servicio a las clínicas privadas, centros odontológicos y ginecológicos cercanos, ayudándoles con su autosostenibilidad.

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