Atacaron, en Chile, la Iglesia Santa Isabel de Hungría, a días de la llegada del Papa a ese país. Foto: AFP / Pablo Vera
Atacaron, en Chile, la Iglesia Santa Isabel de Hungría, a días de la llegada del Papa a ese país. Foto: AFP / Pablo Vera

SANTIAGO DE CHILE — La presidenta Michelle Bachelet informó el viernes de una reunión de diversas autoridades para revisar las medidas de seguridad durante la visita del Papa Francisco a partir del lunes, que coincidió con atentados contra cinco iglesias católicas en diversos puntos de la ciudad.

El Subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, declaró que los ataques son similares aunque “no necesariamente están vinculados”.El fiscal Raúl Guzmán, de la zona metropolitana sur, a cargo de las investigaciones, las calificó de “acciones de carácter violento que están encaminadas a intimidar a las personas”, agregó.Al consultar a la oficina de prensa de la mandataria, se dijo a The Associated Press que la reunión estaba prevista hace semanas y que sólo coincidió con los ataques.Sendos artefactos explosivos estallaron en parroquias de las comunas populares de Estación Central, Peñalolén y Recoleta, y en dos más, en Santiago y Quinta Normal, se descubrieron los bidones con combustible antes que estallaran.En el segundo ataque, en la parroquia Emmanuel, en Recoleta, aparecieron grandes panfletos con amenazas directas contra el papa.En la parroquia aparecieron panfletos que señalaban: “No nos someteremos jamás al dominio que quieran ejercer sobre nuestros cuerpos, nuestras ideas y actos, porque na. Cuerpos libres, impuras y salvajes. Atacamos con el fuego del combate haciendo explotar su asquerosa moral”, agrega.En letras mayúsculas finaliza: “Libertad a todos los presos políticos del mundo: Wallmapu (tierras mapuches) libre: Autonomía y resistencia. Papa Francisco las próximas bombas serán en tu sotana».Respecto a la reunión de seguridad, Bachelet precisó que participaron representantes del ejecutivo, las fuerzas armadas, policías y el Nuncio Apostólico.Se sabe que unos 17.000 policías custodiarán al Papa, más militares.Bachelet dijo que se analizaron “las medidas para garantizar las condiciones de seguridad, orden público y sanitarias».

El obispo de la comuna sureña de San Bernardo, Juan Ignacio González, calificó los hechos de “expresiones muy anárquicas».

La visita del papa a Chile tiene como puntos centrales el sufrimiento de los inmigrantes y los pueblos originarios de La Araucanía, donde grupos de mapuches demandan la devolución de tierras ancestrales y periódicamente queman maquinarias agrícolas, camiones y propiedades de empresas forestales.

Sin embargo, el tema que ha dominado los últimos días son los abusos sexuales de sacerdotes y de obispos, la mayoría de los cuales fueron ocultados por la jerarquía eclesiástica, según una organización estadounidense dedicada a investigar estos casos a nivel mundial.

Uno de los problemas que pesa sobre la Iglesia local es la designación en 2015 del obispo Juan Barros a la diócesis de Osorno, en el sur del país. Barros está acusado de encubrir al cura Fernando Karadima, el mayor pedófilo de la historia eclesial chilena y el ocultamiento de abusos sexuales de curas contra menores.

Una carta obtenida en exclusiva por The Associated Press reveló que el papa sabía de la resistencia que despertaba la designación en la Conferencia Episcopal y los habitantes de Osorno y que trató de sacar a otros dos obispos también sindicados como encubridores asignándoles un año sabático, pero el plan falló.

La Conferencia Episcopal reconoció el viernes la veracidad de la misiva.

Francisco llegará a Chile el lunes por la noche y seguirá su viaje a Perú el jueves.

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