No le gustaba el voleibol y hoy es una futura estrella

Por la cabeza de Madeline Jazmín Guillén Paredes nunca le pasó la idea de jugar voleibol, ni tampoco otro deporte.

Madeline Guillén, de la selección Sub-23, revela a elCaribe que su sueño es formar parte de las “Reinas del Caribe”

Por la cabeza de Madeline Jazmín Guillén Paredes nunca le pasó la idea de jugar voleibol, ni tampoco otro deporte.

Pero su tamaño (6’1) la impulsó a enamorarse de este deporte gracias a la petición de varias personas, entre estas sus padres Ramón Guillén y Rosanna Paredes. “En principio no me gustaba el voleibol, aunque la gente me decía que sería buena en ese deporte. No le puse atención. Con el tiempo me animé, gracias a la motivación de mis padres y de mi entrenador Antonio Guzmán, quien me motivó mucho para que incursionara en este deporte”, agregó.

Relata que es a los nueve años que se decide por el voleibol y lo hace con el club Malanga y dos años después pasa a formar parte del Proyecto de Selecciones Nacionales de Voleibol Femenino de la República Dominicana. “Este es un deporte del que me he enamorado. Me apasiona por diferentes razones y una de ellas es que gracias a él he podido conocer otras culturas”, indicó Guillén, quien en la actualidad cursa el tercero del bachillerato en el colegio Santa Teresita. Asimismo, se confiesa una fiel seguidora de Bethania de la Cruz y Brayelin Martínez, ambas integrantes de la selección nacional de mayores.

“Son todas buenas. Son excelentes jugadoras, pero Bethania y Brayelin son las que más me motivan. Ambas me dan consejos de lo que es bueno y lo que es malo en este deporte. Mi sueño es ser una Reina del Caribe igual que ellas”, expresó la novel atleta.

Respeto

Madeline apenas tiene 17 años y ya su nombre es sonoro. Es que la esbelta joven de piel morena impuso, el año pasado, su respeto en el Campeonato Mundial U-18, celebrado, en Argentina.
Además de formar parte de la selección nacional de esa categoría que logró la medalla de plata en la final ante Italia, la nativa del sector de Manoguayabo, fue la máxima anotadora del certamen que reunió a 20 países del mundo. “No me lo esperaba”, manifestó Guillén. “Había varias jugadoras que también atacaron demasiado duro como yo y eso generaba puntos. De verdad que no esperaba ese premio”, agregó.

Madeline sumó un total de 155 puntos, para quedar por encima de Ebrar Karakurt, de Turquía, y Haruna Soga, de Japón, quienes concluyeron con 139 y 138 tantos, respectivamente. “Fue un campeonato sumamente emocionante. Fue una experiencia inolvidable, a pesar de no lograr el oro, que fue nuestra principal meta que nos habíamos trazado antes del partido ante Italia. Pero en lo personal fue muy gratificante ya que pude quedar en el equipo estrella del campeonato”, sostuvo.

Rehabilitación

En la actualidad, la joven jugadora lleva un proceso de rehabilitación luego de ser intervenida quirúrgicamente en su rodilla izquierda finalizado el campeonato mundial Sub-23, celebrado en Eslovenia en octubre pasado.

“Se me rompió el ligamento de la rodilla izquierda. Fue un proceso muy duro para mí, pero gracias a Dios que saqué fuerza durante todo este proceso de rehabilitación y en junio ya podré jugar otra vez voleibol”, dijo.

Todo ese tiempo que Guillén lleva recuperándose lo toma para ir a la iglesia, compartir con sus familiares y tener más interacción con sus demás compañeras de la selección, así como con Cristóbal Marte, quien mantiene constante comunicación sobre su estado de salud.

“No me puedo quejar con el trato que mi hija ha recibido por parte del señor Cristóbal durante todo este proceso. Siempre ha estado ahí”, apuntó su madre Ramona Paredes.

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