Luego de haber conversado con un amigo empresario, muy pensante, éste me formuló una pregunta que me pareció interesantemente curiosa: ¿En qué tu crees? Para contestar dicha pregunta, debo remontarme a más de 2,400 años antes de Cristo, cuando Sócrates caminaba una tarde por el puerto de Pireo, y fue invitado a una tertulia en el jardín de la casa de un amigo. Luego de las presentaciones que las convenciones sociales de la época obligaban, Sócrates, un incurable aguafiestas, formuló una pregunta, que causaría pánico a cualquier anfitrión, hasta nuesros días: ¿Qué es la justicia?
Al formular esta pregunta, Sócrates llama nuestra atención a una condición indispensable para la convivencia humana, privada y social. Y es que para mantener un indispensable equilibrio social se requiere que tratemos a cada quien y a sus intereses con la misma consideración que nosotros deseamos que se nos trate. De ahí, la necesidad de ser justos.
Pero hay algo más en el diálogo socrático. Sócrates no comienza afirmando su concepción de la justicia. Al contrario, nos invita a explorar qué significa ser justos. Sócrates era el gran explorador. Era demasiado sabio (y astuto) para hablar con la contundencia con que lo hacemos muchos de nosotros, pues nos creemos dueños de una verdad. Una verdad que si revive Sócrates nos demostraría que no es tal.
Por ende, creemos que los hombres al igual que los colectivos humanos deben intenatr buscar lo justo….y para hacerlo de manera correcta, esa búsqueda debe ser honesta, sincera. Auténtica, como diría Sartre. Esto así, pues el que simula y miente nos está pagando con una moneda fraudulenta, lo que no es justo.
Hasta ahí, llegamos con Sócrates. Como rehuso decir que yo soy justo y auténtico, pues si lo dijera no sería mas que un ridículo patético, entonces debemos hechar mano de una idea que está en el centro de la tradición judaíca: La condición humana consiste de una lucha entre lo que realmente somos, y lo que deberíamos ser. Es decir, debemos tratar de ser justos y auténticos. Ese debe ser nuestro empeño, pues fallaremos muchas veces en el intento, pero lo importante es volver a intentarlo.
Entonces a la pregunta ¿En qué tu crees? Yo respondo que en nuestra historia, hay un líder que encarnó la lucha por la verdad y la justicia, y en su comportamiento, hasta donde es posible en un ser humano, la llegó a encarnar : Juan Pablo Duarte. En él creo y creo en su lucha por la justicia y la verdad. Los dominicanos deberíamos ser más conscientes del extraordinaorio privilegio de tener un padre de la patria de su estatura moral. Es un regalo de Navidad, que deberíamos agradecer cada día…
