Los aguinaldos, las fogatas y el intercambio de comida son algunas de las costumbres que han quedado en el olvido

Ya llegó otra vez esa época del año en la que muchas familias llevan un pino a sus casas para decorarlo, y los niños esperan un viejo vestido de rojo, con barba blanca y algunas libras de más que les llevará regalos. Vistas así, es una Navidad perfecta, pero viéndola desde otro punto de vista, son muchas las tradiciones que el tiempo le ha robado a la temporada más bonita del año.
La Navidad es un fenómeno cultural que llama poderosamente la atención, por el gran número de tradiciones y costumbres que están representadas en los hogares, lugares públicos y medios de comunicación; de hecho, en cada lugar del mundo se celebra con matices autóctonos de cada país, por ende, el mundo cristiano celebra esa fecha con su significado real, pero en cada zona se le da ciertas características singulares, con ciertas normas a seguir.

En cualquier lugar del mundo la Navidad es una amalgama de costumbres y tradiciones de muy diversos orígenes: lo más frecuente es que los grandes símbolos (el Belén, el Árbol, el Niño Jesús, el Viejo bonachón que reparte regalos, o los Reyes Magos) tengan su hegemonía sobre las tradiciones locales respectivas, conviviendo armoniosamente sin contradecirse entre sí.

Más de un suspiro de nostalgia le sale a muchas personas cuando recuerdan las tradiciones navideñas que han cedido al paso de los años, como las acostumbradas serenatas o aguinaldos que pasadas las 12:00 de la noche despertaban a los moradores de cualquier pueblo e incluso de la ciudad, con guitarras y voces que cantaban a coro “Ábreme la puerta, ábreme la puerta”. Tanto así, que para algunos, oír hablar de aguinaldos y serenatas ya les suena a historia pasada.

Las personas que salían a cantar para estas fechas eran recibidas con júbilo por los vecinos, que les brindaban té de jengibre, chocolate caliente, café, galletas, pan… algo que cada vez es menos frecuente en nuestro país.

Otras de las actividades comunes decembrinas eran las fogatas, cada vez menos frecuentes, por no decir que ya no existen. Una acción que realizaban lso jóvenes para disfrutar de Navidad y el Año Nuevo.

Hace menos de una década, quizás, era común ver la unión de los vecinos de los barrios para decorar sus entornos, cooperando para que la magia de la Navidad se expandiera, alegrando a los niños que vivían con algarabía el entorno festivo de la comunidad; hoy es casi una utopía. Para Natalia Guzmán, amante de las tradiciones navideñas, todo ha cambiado “porque la Navidad se ha convertido en un festejo en el que impera el sentido mercadológico y eso tiene mucho que ver con que se desvanezcan esas tradiciones, aquellas costumbres que a muchos nos hacían sentir el real espíritu de esta temporada”.

El intercambio de regalos

Los angelitos eran otro de los clásicos más esperados de la Navidad, y que con el tiempo se han ido desvaneciendo. Esta es una de las costumbres más genuinas de estas fechas, que tiene su origen en los regalos que, según la tradición, le entregaron los Reyes Magos al Niño Jesús en Belén. Antes este “juego” tenía otro significado y no importaba lo que te regalaran, lo importante era dar y recibir. Ahora, lo primero que preguntan las personas es de cuánto dinero es, y pero aún, cada quien dice lo que quiere el día final.

Las tradiciones navideñas dominicanas se mezclan entre religiosas y paganas. Una de las pocas que aún se mantienen es la “Misa del Gallo o de los Pastores”, que se celebra cada 25 de diciembre y que inicia a las 12:00 de la medianoche; sin embargo, ya no asiste la cantidad de feligreses de otras épocas.
A inicios del mes de diciembre se prepara la denominada bazuca, un instrumento fabricado con objetos de metal y activado con carburo, agua y fuego, produciendo una estruendosa explosión, practica que también se ha perdido con los años.

La costumbre de regalar en Navidad también se ha perdido.

Costumbre
Aunque algunas tradiciones navideñas se han perdido, hay quienes aún esperan esta temporada del año para reunirse con sus seres queridos y compartir los pormenores acontecidos durante todo el año, mientras que otros aún mantienen la esperanza de ser sorprendidos en horas de la madrugada con un aguinaldo navideño.

Teatro
Una tradición que también se ha desvanecido son las Pastorelas, representaciones teatrales que anuncian el nacimiento del Niño Dios a los pastores. Tradicionalmente, los personajes encarnan la lucha entre el bien y el mal, pero las obras varían dependiendo del contexto y la región del país en donde se realizan.

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