Agua

Vivimos el cuatrienio del agua. Ha sido la voluntad del gobierno. Concentrar durante estos cuatro años un esfuerzo en fomentar y mejorar la protección de las fuentes de los ríos, para garantizar y satisfacer las necesidades de la población.

Vivimos el cuatrienio del agua. Ha sido la voluntad del gobierno. Concentrar durante estos cuatro años un esfuerzo en fomentar y mejorar la protección de las fuentes de los ríos, para garantizar y satisfacer las necesidades de la población.Es una expresión de la comprensión del valor del agua. En ese temperamento vemos al Presidente de la República muy centrado en impulsar programas de preservación de las cuencas de los principales ríos desde una perspectiva de inclusión social, involucrando a las personas que habitan en sus entornos.

Ocurre en la sierra de Neiba, en la ladera sur de la cordillera Central, en la cuenca de los ríos que tienen una decisiva importancia para la vida de pueblos y ciudades de los tres principales valles de la región Sur.

En algunos casos, como en el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier, en Vallenuevo, Constanza, fue necesario adoptar medidas que conllevaron la desocupación de áreas de alto impacto en el bosque y en fuentes acuíferas clave para el suministro de agua en las zonas bajas de la región Norte.

Es manifiesto el empeño por garantizar el suministro de agua para las actividades productivas y el consumo humano. Eso es loable.

Pero se requiere completar la tarea de facilitar el acceso a la misma, sea mediante la construcción de infraestructuras para riego y también para el consumo humano. Este renglón se torna crítico.

Todavía el suministro de agua a los hogares es una meta por alcanzar.

De acuerdo con el Censo Nacional de Población de 2010, sólo un 46% contaba con ese servicio. Siete años después imaginamos que hay mejorías. El Segundo Informe de Monitoreo de los Avances del País en Agua Potable y Saneamiento de 2016, del Banco Mundial, la cobertura de agua potable a nivel nacional es de un 85%. Falta bastante todavía.

Nos conformamos en algunos casos con repartir millones de galones de agua en las casas, pero esa no es la solución. Deben hacerse las obras para que el agua no sea un privilegio, sino un servicio para todos.

Hay que proteger las cuencas. Pero deben hacerse los reservorios y presas y los acueductos para que la población pueda recibir tan importante insumo para la vida.

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