Relaciones Sociales: nacen, crecen y se reproducen en la desigualdad

Las relaciones sociales en las típicas sociedades modernas, asimétricas y desiguales, se limitan en el espacio público, a un intercambio económico de recíproca indiferencia (Luigini Bruni). Relaciones de mercado anónimas e impersonales basadas en la inmunitas.

Las relaciones sociales en las típicas sociedades modernas, asimétricas y desiguales, se limitan en el espacio público, a un intercambio económico de recíproca indiferencia (Luigini Bruni). Relaciones de mercado anónimas e impersonales basadas en la inmunitas.

La inmunitas, se reconoce porque evita el encuentro personal con el otro: un vendedor no depende de nadie en específico para obtener su sustento, pues depende de muchos (carnicero, tapicero, etc.). Dicho intercambio heredado de la teoría Smithiana, no necesita la benevolencia o solidaridad, son valores relegados al ámbito privado, a la familia.

Para los asalariados es similar, estas relaciones siguen además la idea de Hobbes, donde el “otro” es uno que está “arriba” o “debajo” de mí, no a mi lado como igual. Desde el aparato estatal, además de las relaciones de mercado, somos testigos de estructuras, leyes y sistemas, que privilegian a pequeños segmentos de la población, produciendo inequidades, ante la indiferencia de un Estado antagónico.

Inequidades que persisten en naciones auto declaradas democráticas y defensoras de Derechos Humanos; irónicamente la igualdad o la fraternidad como principios inspiradores de la democracia, se desvanecen en la vida cotidiana. La indiferencia subsiste, además de la teoría económica, gracias a una idea exacerbada de libertad, logrando superponerse a la igualdad y fraternidad, y por tanto diluye la teoría misma de democracia.
Poco se estimula la simultaneidad de los principios, hay quienes orientan la distinción de posturas ideológicas partidarias: de derecha e izquierda, a ordenarse según promuevan la igualdad o la libertad. Es decir, desde los partidos políticos, se las pone a competir, otra herencia del sistema económico instalado.

Apostamos a un sistema de relaciones recíprocas sean públicas o privadas, integrador de valores humanos, capaces de permear los intercambios económicos y al Estado, donde coexistan en dinámico equilibrio: la igualdad, libertad y fraternidad.
MARGARITA MOLL

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