Se reconoce el esfuerzo realizado por la comisión bicameral del Congreso Nacional para que sean aprobadas las leyes de partidos políticos y del régimen electoral. Tras un largo periodo, luego de su presentación inicial, ambos proyectos de leyes han sido sometidos a un serio debate en procura de la construcción de un consenso que haga posible su pronta aprobación. Sin embargo, después de que la comisión casi concluye con el conocimiento del proyecto de Ley de Partidos Políticos, este se encuentra en un limbo a causa de las diferencias internas en el PLD.
La responsabilidad de que no se haya avanzado en las reformas políticas, recae en los partidos políticos tradicionales que a lo largo de estas dos últimas décadas han tenido una representación importante en el Congreso. Los líderes políticos, con su resistencia a una nueva legislación, buscan evitar que sus organizaciones y las campañas electorales sean sometidas a un mayor control. Parecen no darse cuenta de que con esta actitud están contribuyendo a profundizar aún más la crisis del sistema político. Esto se constituye en un riesgo muy alto para la estabilidad de una democracia aún en construcción.
El PLD debe asumir el compromiso de tomar una decisión definitiva sobre el método que consideran más idóneo para la selección de candidatos a cargos de elección popular. La discusión sobre el tipo de primarias que más conviene a la democracia electoral, no puede seguir retrasando la aprobación de la Ley de Partidos Políticos. La profunda erosión de la confianza en los partidos políticos solo se puede detener si, entre otras cosas, se aprueba una legislación que permita que la democracia interna de las organizaciones políticas sea puesta en práctica, que haya una mayor transparencia y fiscalización del financiamiento político y que la competencia política se dé sobre la base de una mayor equidad de género.
No se puede asistir a un nuevo proceso electoral sin la aprobación de la nueva Ley del Régimen Electoral. La actual legislación quedó obsoleta con la Constitución del 2010. Los temas centrales de la reforma electoral tienen que ver con la definición de reglas que permitan la selección de una JCE independiente, el establecimiento de límites y control de las campañas electorales, la regulación del uso de los medios de comunicación y de las encuestas, entre otros aspectos de gran relevancia para la calidad de los procesos electorales. En definitiva, para desbloquear las reformas políticas se requiere de un pacto entre los principales líderes políticos del país, para que estas sean aprobadas a más tardar a mediados del 2018.
