La familia Corripio, encabezada por el soporte y empuje principal, el señor José Luis Corripio Estrada, Don Pepín, realizará el próximo 13 de noviembre un acto de agradecimiento a la sociedad dominicana, al arribar a los 100 años de haber llegado desde España a esta hermosa tierra caribeña que los ha convertido en hijos distinguidos de siempre.

Los Corripio son un hermoso ejemplo de perseverancia, superación y visión de futuro. Hace cien años llegaron desde la madre patria y sentaron una impronta de laboriosidad, trabajo, entrega, servicio y vocación de solidaridad sin límites. Fruto de esos 100 años de trabajo ininterrumpidos, de negociación con sentido estratégico, de solidaridad permanente y de alta vocación nacionalista, han logrado crear un emporio empresarial que hoy en día genera y mantiene miles de empleos, genera muchos productos de demanda interna e internacional, paga millones de impuestos, es soporte de importantes medios de comunicación escritos, radiales y televisivos, y en fin, es parte significativa del proceso de desarrollo y crecimiento de la economía y la sociedad dominicana.

Don Pepín Corripio como empresario y como ser humano, es una persona excepcional. Un gran visionario, un negociador innato y un forjador de talentos sin límites. Ha sido el soporte y guía de una familia que su norte principal ha sido el trabajo y el servicio. Su esposa, doña Ana María Alonso, sus hijos Manuel, José Alfredo, Lucía y Ana, han sabido mantener la antorcha de Don Pepín en alto, y han recorrido su senda con dignidad y con orgullo.

Este acto que realizarán por su 100 años de la llegada a Santo Domingo es “un abrazo a la sociedad dominicana” y una muestra de agradecimiento por todo lo que ellos han recibido. Y siendo consecuente con el mandamiento cristiano expresado en Hechos 20:35, que expresa que siempre “es más bienaventurado dar que recibir”, el acto será también un reconocimiento y una premiación de 100 instituciones sin fines de lucro de la sociedad dominicana que se dedican a ayudar y a servir a los demás.

Al momento de anunciar la actividad y con el corazón lleno de emoción, Don Pepín resaltó que habían hecho una gran búsqueda en toda la nación para seleccionar esas 100 instituciones que dan servicios y atenciones a jóvenes, ancianos, mujeres, entidades educativas y de fe. Cada una recibirá un millón de pesos en metálico y una placa conmemorativa de los 100 años de la llegada al país de la familia Corripio.

Don Pepín precisó que el dinero sale del patrimonio de su familia y que no es un pago, sino un agradecimiento. Con humildad y emoción dijo: “Nuestro énfasis no es el reconocimiento metálico porque no estamos pagando nada que no tengamos con creces justificado. No queremos hacer énfasis en que nuestro reconocimiento depende únicamente de la parte metálica del mismo, porque no hay precio para pagar nuestro agradecimiento a la sociedad dominicana”.

Esta aleccionadora acción sienta un importante precedente para la clase empresarial dominicana. El fin fundamental de los empresarios exitosos no debe ser el dinero y las ganancias. Hay que saber ser agradecidos y ayudar a los demás. Hay que tener sentido de amor y misericordia y una gran responsabilidad social corporativa.

Con este acto, la familia Corripio escribe una hermosa página de amor en el corazón y en el alma de cada uno de los dominicanos que luchamos cada día porque nuestra nación sea más justa, más libre, más solidaria y más cristiana. Gracias, Don Pepín y familia. Que Dios les siga bendiciendo.

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