Me encanta conversar con personas cuyas vivencias son ejemplos a seguir. Recientemente, junto con dos buenos amigos, visité el hogar de don Rubén Lulo Gitte, en su Moca amada. Allí estaban su esposa y sus hijos Orquídea y Rubén.

Compartir con don Rubén es un privilegio. Resulta difícil que alguien sea a la vez gloria del deporte nacional, político honesto y eficiente, profesional destacado, servidor público digno de ser referencia para las nuevas generaciones, prolífico escritor, patriota de corazón, noble de sentimiento y trabajador incansable.

Nos reunimos en la sala de su morada, cuyas paredes sirven de marco de decenas de placas y reconocimientos, fieles testigos de una trayectoria que merece ser resaltada. Se acomodó, a sabiendas de que le haríamos muchas preguntas, pues se notaba en nuestros rostros el anhelo de escucharle.

Nos habló, entre otros puntos, de su vida como selección nacional de volibol y de sus viajes representando al país en la época de Trujillo, donde tuvo la osadía de criticar al sátrapa; de sus gestiones al frente del ayuntamiento del municipio de Moca; y de su relación con Juan Bosch, Manolo Tavárez Justo, José Francisco Peña Gómez, Antonio Guzmán, Joaquín Balaguer, Salvador Jorge Blanco y Jacobo Majluta.

Pero hubo un aspecto que desconocía de don Rubén: su pasión por la naturaleza. Quedé impresionado por lo que hace por la madre tierra, desde la reforestación hasta apoyar a instituciones que laboran en favor del medio ambiente. En este orden, al final del encuentro, sacó de su bolsillo un papel y nos leyó el siguiente texto:

“La tierra estará contenta porque el hombre no despreciará la frescura del agua y el rocío de la noche. La tierra estará contenta porque el hombre no cortará los árboles que le dan sombra y fruto. La tierra estará contenta porque el hombre no quemará los campos, ni quemará la selva, ni quemará el bosque.

La tierra estará contenta porque el hombre querrá oler el aroma de las flores y mirar las bellas mariposas. La tierra estará contenta porque el hombre no contaminará el agua y no morirán los peces, ni contaminará el aire y no morirán las aves.

La tierra estará contenta porque el hombre no acallará las discusiones nocturnas de las ranas, ni el trino matutino de los pajarillos. La tierra estará contenta porque el hombre no matará la cotorra, ni el cocodrilo, ni la iguana, ni matará la culebra, ni matará la cigua palmera. La tierra estará contenta porque el hombre no quedará solo. La tierra estará contenta porque el hombre vivirá.”

¡Qué grato fue estar con don Rubén Lulo Gitte! Salimos de allí siendo mejores dominicanos.

*Escrito el día antes de su muerte.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas