Intimidar y educar son las dos formas tradicionales para cobrar impuestos, para recaudar. La Dirección General de Impuestos Internos (DGII), parece que está convencida de esa fórmula, y ha decidido aplicarla en sus dos vertientes.

La educación impositiva busca crear conciencia en los contribuyentes u obligados a que tomen conciencia de su deber.

La intimidación es crearle el temor a los evasores de que la Administración Tributaria les puede llegar y descubrirlos, con las consecuencias que implica la práctica evasora. Es que perciban que pueden ser objeto de medidas que van desde el cierre de negocios hasta la imposición de multas y recargos onerosos.

En la práctica, intimidación y educación son dos opciones que la DGII puede aplicar simultáneamente, según la gravedad de la evasión que quiera enfrentar.

Cifras recientes, ofrecidas por el director general de Impuestos Internos, Magín Díaz, situaron los niveles de evasión en los dos principales impuestos que regentea la DGII, el Impuesto a las Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), y el Impuesto sobre la Renta (ISR), en 42 y 60 por ciento, respectivamente.

Es bien conocido que la Administración Tributaria ha estado inmersa en jornadas de inspecciones de ciertas zonas y vías comerciales, en las que las transacciones en efectivo son numerosas y voluminosas, con altas tasas de incumplimientos de las obligaciones tributarias. En esos lugares, se han cerrado numerosos establecimientos hasta que se han puesto al día en sus deberes.

Esas iniciativas son parte de las acciones de intimidación que la autoridad tributaria ejecuta, con el propósito de mantener en los contribuyentes la percepción de riesgo si incumplen sus obligaciones.

Ahora, la DGII ha entrado en la otra fase. Ha iniciado una campaña; en principio, un poco subliminar, a través de diferentes medios de comunicación, con un corto mensaje que dice: ¡No seas víctima de la evasión fiscal!

El objetivo de la campaña es educar a los consumidores a que aprendan a leer la factura que le entregan al comprar y así evitar que “se queden con el ITBIS” que le cargaron al comprar un bien o servicio gravado. Era tiempo de que la DGII iniciara una campaña de educación, para, en adición a las acciones de intimidación, educar acerca de la obligación de pagar impuestos de todos los que tienen capacidad contributiva.

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