MIAMI. Jeremy Lin se espantó al ver la lesión de Gordon Hayward, cuya temporada probablemente terminó después de menos de cinco minutos del primer partido de los Celtics.

Una noche después, el base de los Nets de Brooklyn corrió la misma suerte. La primera fecha de partidos de la temporada de la NBA tuvo momentos memorables, como los 37 puntos de Giannis Antetokounmpo, un coqueteo con un triple-doble de parte de LeBron James, o el triunfo de Houston sobre el campeón Golden State. Todas esas noticias fueron opacadas por las lesiones.
Este no es el inicio de temporada que la NBA tenía en mente.

“Es duro ver que le pase eso a cualquiera en la NBA”, dijo el jugador de Golden State, Shaun Livingston, cuya espeluznante lesión de rodilla de 2007 fue comparada de inmediato a la lesión que Hayward sufrió el martes por la noche. “Somos una hermandad, todos queremos que le vaya bien a los demás”.
Muchos integrantes de esa hermandad están en problemas.

El astro de San Antonio, Kawhi Leonard, no ha jugado esta temporada por una lesión de muslo. Draymond Green, de los Warriors, fue sometido a una resonancia magnética de la rodilla izquierda por una lesión que lo marginó del final del partido inaugural y podría inhabilitarlo para el encuentro del viernes en Nueva Orleáns.

Chris Paul (Houston) se perdió el partido del miércoles en Sacramento por dolor de rodilla, e Isaiah Thomas (Cleveland) no jugará al menos hasta enero por una lesión de cadera.

Todos ellos, además de Hayward, fueron al Juego de Estrellas la temporada pasada. Hayward fue operado el miércoles por la noche por una fractura de tibia y dislocación de tobillo. La lesión de Lin no fue tan horripilante como la de Hayward, pero el resultado fue el mismo, ya que se perderá la temporada por una rotura del tendón de la rótula de la rodilla derecha, informaron los Nets.

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