Barcelona. El presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, asumió lo que consideró “el mandato” del referéndum del 1 de octubre para que la región sea independiente, pero suspendió los efectos de la declaración de independencia para abrir un proceso de diálogo.
“Asumo el mandato del pueblo de Cataluña para que sea un Estado independiente en forma de república”, dijo Puigdemont, en un discurso en el Parlamento regional, en el que habló en español y catalán, y en el que aseguró que las urnas, el 1 de octubre, fijaron un recorrido que él está “dispuesto a transitar”.
A continuación, propuso dejar en suspenso la declaración de independencia para que “en las próximas semanas” se emprenda un diálogo, y emplazó al Gobierno español a aceptar una mediación.
Ello, explicó, en un intento de “desescalar la tensión” con el Estado español, al que pidió “un gesto de generosidad y responsabilidad”.
La primera reacción del Ejecutivo español fue restar validez a una “no declaración de independencia” como la anunciada hoy por Puigdemont, que además, según el ministro de Justicia, Rafael Catalá, se suspende “inmediatamente”.
Además, dijo que no se puede dar por válido un pronunciamiento que parte de un ley, la del referéndum aprobada el 6 de septiembre por el Parlamento catalán, suspendida por el Tribunal Constitucional y de una consulta “con un recuento irregular”.
Según el líder catalán, su Ejecutivo celebrará una sesión ordinaria para declarar la independencia e iniciar un proceso constituyente. Afirmó que no tiene nada contra España, pero apuntó que la relación es “insostenible” después de años de lo que consideró agravios por parte de las autoridades españolas.
La oposición critica el discurso de Puigdemont
La oposición criticó el planteamiento de Puigdemont, que calificó de “golpe a la democracia”, y le acusó de representar “el peor nacionalismo” que ha existido en Europa. “Una minoría no se puede imponer a una mayoría”, dijo el líder socialista catalán, Miquel Iceta, al considerar que los resultados del referéndum del 1 de octubre solo representan a un 38 % de población de Cataluña.