Efectos traumáticos que causa un desastre natural

Terremotos,huracanes y otros fenómenos pueden causar en las personas traumas que le impiden continuar con su ritmo de vida normal

Terremotos,huracanes y otros fenómenos pueden causar en las personas traumas que le impiden continuar con su ritmo de vida normal

Es normal pensar que los fenómenos naturales vividos últimamente, como el huracán Irma y María, incidirán en el desarrollo de enfermedades y patologías asociadas, al desborde de las aguas, así como a la economía del país, afectando los precios de algunos de los productos de primera necesidad. Pero estos accidentes de la naturaleza también afectan a las personas a nivel emocional, ya sea de manera directa o indirecta.

Y es que los desastres naturales en general tienen fuertes repercusiones sobre la salud mental de la población, y las diversas manifestaciones de estos pueden aparecer en corto, mediano o largo plazo.

Luego de los pasados huracanes que afectaron diversas provincias del país, como Nagua, Samaná y Montecristi, los sentimientos que priman en los individuos son el miedo y la angustia, apareciendo trastornos en las rutinas de alimentación, sueño y escasa sensación de fuerza y energía.

En ese sentido, la psicóloga clínica, Maricécili Mora, dice que los fenómenos naturales, como los huracanes, los terremotos, los tornados, los deslizamientos de tierra, crecida de ríos, lluvias torrenciales, pueden constituir un hecho traumático cuando las personas sienten una amenaza para su vida y sus seres queridos.

Traumas psicológicos
Según la especialista, el miedo es la emoción más presente en momentos en los que hay altos niveles de vulnerabilidad. Después que el hecho pasa, pueden producirse secuelas emocionales, que pueden presentarse de diferentes formas y constituir un cuadro psicológico que debe ser tratado si los síntomas persisten en el tiempo.

Mora señala que los traumas en su manifestación más leve producen secuelas postraumáticas, como ansiedad ante el recuerdo del suceso, miedo a que se produzca nuevamente, pesadillas, etc. En su manifestación más grave, se presenta el trastorno de estrés postraumático, un cuadro clínico que persiste en el tiempo y que perturba la vida del sujeto que lo padece.

Cuando el sujeto sufre un trastorno de estrés postraumático no va solo a recordar el suceso, sino que también presentará reacciones como si lo estuviera viviendo de nuevo, dice Mora.

Los sueños pasan a ser muy perturbadores, pues hay ocasiones en que se presenta el insomnio, se despierta temprano o no concilia el sueño. Además, un malestar interno muy intenso ante cualquier estimulo que se parezca al hecho traumático, pueden incluso producir alucinaciones y delirios en los casos más severos, es decir, una percepción alterada de la realidad.

Mora asegura que un individuo con un trastorno de estrés postraumático siente mermado el ritmo normal de su vida tanto a nivel físico como mental.

En su versión más leve, el sujeto sentirá angustia y miedo ante la posibilidad de que el evento traumático se repita. De igual forma, tendrá respuestas exageradas de sobresalto, hipervigilancia, irritabilidad o ira, y hará todo lo posible por evitar verse en una situación semejante.

De igual forma, se pueden tener recuerdos repetidos y vívidos del acontecimiento. Esas visiones retrospectivas pueden producirse sin razón aparente, y pueden provocar reacciones físicas como taquicardia o sudoración. Por igual, se puede confrontar dificultades para concentrarse o tomar decisiones, o sentir confusión con mayor facilidad. Además, se pueden alterar los patrones de sueño y alimentación.

Los aniversarios del acontecimiento, como el mes o el año, pueden desencadenar recuerdos desagradables de la experiencia traumática. Estos “desencadenantes” pueden estar acompañados por el temor de que se repita el hecho estresante.

Superación del trauma
Mora comenta que las secuelas postraumáticas tienden a desaparecer con el tiempo, tras una etapa de mucha angustia. “Depende mucho de la fortaleza de cada persona y de los recursos de afrontamiento, tanto internos como externos, con los que cuente”, resalta. Sin embargo, asegura que cuando se habla de un trastorno de estrés postraumático, es indispensable la ayuda psicológica.

“Los especialistas buscamos aumentar lo que nosotros llamados el “locus de control interno” (grado en que un sujeto percibe el origen de los eventos), ya que ayuda a que la persona aminore la sensación de vulnerabilidad que lo deja a expensa del pánico.
La especialista dice que cuando el afectado presenta este tipo de comportamientos la familia debe ayudarlo a que reciba una asistencia especializada para evitar que su vida cotidiana se vea entorpecida o invalidada por lo acontecido. En el caso de los niños y los envejecientes, es recomendable transmitirles seguridad y protección para calmar la angustia.

“Es importante que aprendamos a prepararnos ante un suceso como es la llegada de un huracán, ese protocolo preventivo, de almacenamiento de agua y comida, protección de ventanas e, incluso, acudir a un refugio seguro, contribuyen a prevenir situaciones como las que muchas personas vivieron recientemente en el país”, explica Mora.

Para la psicóloga los profesionales de la salud mental deben prestar servicio a la comunidad, aunque sea mediante un voluntariado, como ha ocurrido en algunos países como México ante el terremoto y España, tras los atentados terroristas. Pero, aún no contamos con ese tipo de servicio, por lo que debemos de buscar ayuda profesional para afrontar las secuelas o los trastornos emocionales que quedan. También indica que aún queda mucho por avanzar en los protocolos de emergencias y desastres, en los que la parte psicológica juega un papel fundamental. Además, expresa que hace falta esa contención psicológica para lograr que los sujetos afectados recuperen su tranquilidad y la normalidad emocional, variables que también afectan el desenvolvimiento de las personas. Un hecho importante a recordar es que los desastres no solo afectan a las personas que son heridas durante el evento. Puede afectar entre otros a los que escapan de la muerte por poco, los heridos y los que son simplemente testigos del evento.

Importante
Las visitas médicas deben ser implementadas cuando la persona no puede volver a retomar el ritmo de su vida previo a la catástrofe, por ejemplo, cuando teme salir de su casa, asistir al colegio, o cuando aparecen trastornos del sueño, de la alimentación, alteraciones del comportamiento, desorganización personal, emocionalidad intensa entre otros.

Saber
En el caso de los niños pequeños, pueden aparecer síntomas somáticos sin causa médica, tales como dolores abdominales y de cabeza ligados a la angustia y ansiedad, también la dependencia de adultos manifestada como angustia de separación.

Maricécili Mora, psicóloga clínica.

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