El paracorto de los Marineros de Seattle le dijo a elCaribe que actualmente vive su mejor momento en las Grandes Ligas

Salió como muchos de República Dominicana, con la ilusión de sacar su familia adelante y ser alguien como pelotero profesional. Hoy por hoy, Jean Segura, atraviesa su mejor momento en Grandes Ligas. Y solo hay tres palabras que definen tal éxito: Dios, perseverancia y Robinson Canó.

Este último llegó en un momento en el cual Jean Carlos Enrique Segura luchaba tanto profesional como personalmente hace dos años, y junto al instructor de bateo de Robinson, mejoró ciertos aspectos ofensivos, defensivos y sobre todo, mentalmente. “Sí, sin dudas, estoy en mi mejor momento”, respondió rápidamente Segura a elCaribe. “Este año y el que pasó han sido mis mejores años”.

Después de pasar las dos últimas temporadas en Milwaukee, en lo cual califica de “años difíciles”, Segura llegó a Arizona a través de un cambio en la campaña muerta, y la estación siguiente se convirtió en un bateador productivo en todo el béisbol. Tuvo promedio de .319, conectó 20 jonrones y se robó 33 bases.“He cambiado mucho. Tengo más madurez. En este deporte tienes que ser serio, eso lo he aprendido mucho de Robbie (Robinson), ver como se faja, trabaja y se desenvuelve en temporada muerta. Le agradezco bastante, todo lo que ha hecho por mí”, dijo Jean, quien terminó la campaña pasada con los Marineros de Seattle tras un cambio que envió a Taijuan Walker y Ketel Marte a Arizona el 22 de noviembre del 2016.

Tras estar experimentando su primera temporada con los Marineros, ha continuado demostrando sus destrezas ofensivas, y el por qué trabajar con Canó es testimonio de buenos resultados.
“Un jugador como yo y ver este año que estoy teniendo, como me están saliendo las cosas. Entrené muy fuerte en vacaciones con Robbie. Vine con metas por cumplir. En temporada muerta, no descansamos, nos levantamos a las seis de la mañana y almorzábamos a las dos de la tarde”, enfatizó Segura, quien fue gratificado con un contrato de cinco años y 70 millones de dólares de parte de Seattle hace dos meses.

La carrera de Segura ha sido una serie de hazañas de perseverancia. Nació en San Juan de la Maguana, ayudó a su abuela a vender dulces, admiraba a su padre jugar béisbol y a su madre jugar softbol. Y se aferró al béisbol día y noche. Firmó por 70,000 mil dólares con los Ángeles de Anaheim. Tras pasar hambre, muchos sacrificios en Ligas Menores, y hasta romperse el tobillo en su primera temporada en Estados Unidos, que le hizo dudar si continuaba, siguió sin detenerse. Incluso tras la devastadora pérdida de un hijo en el 2015, de apenas nueve meses.

“Ha sido bien difícil, no solo para mí sino para mi familia. He venido de muy abajo, pasé mucha hambre en ligas menores, dificultades. Me partí una pierna, no pensé que iba a seguir y estoy aquí”, relató Segura, quien tiene 27 años.

En estos momentos, se aferra más a Dios que nunca, y tras atravesar por duros momentos, hoy disfruta de su estadía junto a sus compañeros de equipo y con la posibilidad de llegar a la postemporada. “Le doy muchas gracias a Dios por todo lo que me está pasando. Me ha enseñado a que no solo es tener talento, es trabajarlo día por día, poner de nuestro esfuerzo. La preparación y tu empeño al juego son los que hablarán por ti”, dijo Jean.

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