En la comunidad se promueve la formación cultural y política de los adolescentes a través de los diferentes centros que están diseminados por todo el barrio

El interés por la formación política, deportiva y cultural de gran parte de la juventud de Guachupita resalta a la hora de reconocer el desarrollo que ha tenido este barrio de la zona norte del Distrito Nacional, cuyos moradores estiman es su patrimonio cultural y luchan diariamente por mantener viva en sus memorias el origen de esta comunidad.

De acuerdo con el representante del Comité para la Defensa de los Derechos Barriales (Copadeba) en ese barrio, Marcelino Moya Pérez, Guachupita comienza a surgir a finales de los 40. Dice que cuando en 1950 se produjo la llegada masiva de habitantes de Villa Duarte, el grupo que predominó en este barrio procedía del campo.

Según datos de una encuesta aplicada allí por jóvenes de la Parroquia San Martín de Porres, en el 1972 el 80% de los jefes de familia procedía del interior del país. Puntualmente el 40% llegó del Sur, el 20% del Este, otro 20% del Cibao y un 20% más de la misma capital.

Moya Pérez destaca que entre 1961 y 1965 con la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo llegaron migraciones de campesinos a los barrios de la capital, provocando que Guachupita creciera rápidamente.

Desarrollo de jóvenes

Son decenas los adolescentes que cada tarde se dan cita a las decenas de canchas improvisadas que están extendidas por todo el sector para divertirse. Pero también para ir tras sus sueños, de convertirse algún día en profesionales del deporte reconocidos a nivel mundial.

Guachupita consta de cuatro clubes deportivos, que desde hace 50 años han agrupado a cientos de jóvenes que practican disciplinas como el béisbol y el basquetbol. Pero igualmente, este espacio ha permitido el desarrollo de ese potencial en diversas actividades físicas.

El Club Renacer es uno de esos lugares de competición, donde por más de dos décadas se han forjado miles de adolescentes en varias áreas, que les ha permitido poner en alto a Guachupita en diversas competencias nacionales e internacionales, como es el caso del reconocido boxeador profesional Joan Guzmán, referente en nuestra región, quien ha sido campeón en diferentes torneos a nivel mundial.

Además, en este barrio que cuenta con más de 27 mil personas, el arte también es una de las áreas primordiales para el crecimiento de la masa juvenil, que se reúne en decenas de centros para aprender sobre pintura, música y baile.

“Cualquier cosa te puede gustar –cuenta Endri Mora Rodríguez, de 19 años–, pero pocas cosas puedes amar. Yo amo la música, amor el arte, y amo todo lo que eso provoca en mí”.

Mora Rodríguez lleva tres años estudiando en el Centro Cultural Comunitario de este barrio. Afirma que Guachupita tiene todo el potencial para darle a los jóvenes la formación que los haga triunfar en diferentes ramas culturales.

“Terminé mis estudios de bachillerato, ahora toca entregarme a lo que realmente me apasiona: la música. Por eso estudiaré eso en la universidad, y si no, algo relacionado con las artes”, asegura Mora Rodríguez, mientras mira con entusiasmo el saxofón con el que practica, ilusionado con poder estar pronto en algún escenario reconocido.

Lo que es más, de acuerdo con Marcelino Moya Pérez, la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia “ha realizado en este barrio un gran aporte”. Y es que esta entidad gubernamental ha acondicionado diferentes espacios culturales donde se impartan cursos y charlas, con el fin de prevenir problemas sociales y contribuir a la profesionalización de la niñez y la juventud en las artes.

“De lo que se trata es de formar a los jóvenes en áreas como el teatro y el baile en varios locales de la comunidad –cuenta Moya Pérez –. Y lo mejor es que todos los facilitadores somos de aquí, o sea, aprovechamos el talento nuestro para transmitirlo a la generación futura”.

Otro de los espacios de formación que dispone este barrio es el Liceo Técnico Hermana Rosario Torres Fe y Alegría, que brinda carreras como Informática, Contabilidad, Electrónica, entre otras, y fue recientemente escenario de la feria de emprendedurismo “Esencia de TRANSF”, realizada con el objetivo de crear conciencia en la juventud sobre la implementación de un negocio propio, y que obtengan una vivencia práctica que les permita emprenderse en el mundo real laboral con miras a la innovación.

También está la Escuela San Martín de Porres, donde además de impartir materias curriculares, se le brinda a varios jóvenes formación socio-política.

“Lo que queremos es que aprendan a hacer política de verdad, que entiendan cuáles son los procesos sociales que se deben apoyar para desarrollar la comunidad, que conozcan a los pensadores de la política”, comenta al respecto Moya Pérez.

De acuerdo con este representante de Copadeba, a las decenas de jóvenes de entre 14 a 25 años les enseñan a buscar soluciones nuevas a los problemas del barrio “tratamos de que cambien su forma de pensar, de que miren más allá de las formas típicas de resolver todo lo que afrontamos como sociedad y reconozcan nuevas perspectivas de la política”.

Todas las organizaciones barriales forman parte del Espacio de Coordinación y Organización de Guachupita (ECOG), dirigido por Beato Araújo de los Santos, quien destaca que ese espacio es donde se analizan las decisiones más importantes del barrio “que van a favor de todos nosotros”.

“Tenemos el privilegio de estar en una ubicación estratégica en la ciudad de Santo Domingo. Ya que prácticamente estamos cerca de casi todos los establecimientos o paradas de transporte más importantes de la capital, no en el mismo centro, pero sí lo suficientemente cerca”, resalta.

Parroquia San Martín de Porres

Guachupita cuenta también con la Parroquia San Martín de Porres, cuyo origen guarda una historia de lucha y simbolismo, que comenzó en los años 70.

Este espacio religioso tiene la particularidad de que por fuera luce como un anafe al revés, que hace referencia a las dificultades que pasaban los habitantes de esa comunidad en años anteriores, donde, al no tener nada que comer, mantenían estos hornillos hacia abajo. Incluso, aunque está techado con concreto, en su interior tiene planchas de zinc, simbolizando el interior de los anafes.

Pero eso no es todo, en su interior, hay un gran mural, donde se puede apreciar parte de la comunidad y las vicisitudes a las que se enfrentan todos los días, como la falta de energía eléctrica o de alimentos, pero además, las ganas de su gente de trabajar y sacar adelante a su familia.

Asimismo, el altar donde el sacerdote celebra las misas, no es común. Se trata de una escultura metálica, donde se aprecian diversos instrumentos como una plancha, una pala, un pico, entre otros, que buscan recordar a los fieles los orígenes del barrio, y el valor de la entrega y el trabajo duro. Pero, como si fuera poco, la escultura en sí es una carretilla, pero con ruedas cuadradas, simbolizando lo difícil que ha sido avanzar para el barrio.

Sin embargo, sus moradores se sienten identificados y felices con dichas figuras. “Amamos nuestra herencia cultural, la defendemos donde sea que vayamos. Es parte de nuestras raíces, de lo que somos como barrio. Así que siempre recordamos que este es un pueblo de gente luchadora y de mucho esfuerzo, que cada día se levanta con ganas de echar adelante el barrio”, asegura Altagracia Flores, quien fue maestra por 40 años en varios centros de la comunidad.

El joven Mora Rodríguez también piensa lo mismo, afirma que “la lucha de nuestros antepasados, y el resultado que vemos hoy de eso, nos debe servir de inspiración para tener un poco más consciencia y aprovechar todo ese resultado, que se representa en los grupos de baile, de pintura, y también de canto, a través del arte. Los abuelos nuestros dejaron un ambiente lleno de historias”.

Guachupita tiene un capital juvenil con potencial, que en su mayoría se ha dado cuenta que en sus manos descansa el desarrollo de su comunidad, por eso aprovechan las oportunidades de formación en las distintas áreas, especialmente la cultural.

Reacciones

Guachupita ofrece a la juventud espacios para aprender y crear”
Marcelino Moya Pérez
Aquí descubrí mi pasión por la música. Este barrio me enseñó mucho”
Endri Rodríguez
A pesar de todo, Guachupita tiene gente alegre y llena de optimismo”
Altagracia Flores
Casi todo el mundo aquí está consciente de que podemos salir adelante si nos unimos”
Beato Araújo de los Santos

Organizaciones
En el barrio hay decenas de organizaciones que se preocupan por el bienestar de todos los moradores, sin importar partido”, Altagracia Flores.

Cultura
Las raíces de Guachupita han venido de los campos. Por eso tratamos de valorar esa herencia como debe ser”, Marcelino Moya Pérez.

Jóvenes practican en el Club Deportivo Renacer.

 

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