Durante nuestra colaboración con el Liceo Francés por 18 años aprendimos que buena parte del éxito educativo de los niños depende de varios factores independientes a sus cualidades innatas, como son el compromiso de los padres con su bienestar y educación, la armonía en el hogar, y el entorno social que les rodea. Siendo así, estamos convencidos de la necesidad de proveer una educación universal para consolidar la democracia, pero diferenciada…La meta debe ser el éxito como ser humano y como ciudadano de cada estudiante. La diferenciación implica ofrecer soluciones adecuadas a las necesidades específicas de cada quien.

Es por ello que pensamos que deberían existir escuelas que proporcionen la necesaria protección a aquellos niños y niñas de padres abusivos, quizás dependientes del alcohol y las drogas, o que viven en barriadas donde abunda la violencia y la vulgaridad, o aquellos niños y niñas de padres que simplemente no se interesan por su bienestar. Los maestros de dichos planteles deberían ser escogidos por su sensibilidad humana, para brindarles el calor humano tan necesario a la formación de personas equilibradas, con un programa basado en los deportes, la música y los ejercicios para relacionarse con los demás. La meta debe ser que aprendan a vivir con alegría, y convivir con los demás….La parte curricular en ese caso debe estar más enfocada a desarrollar habilidades básicas en las matemáticas, la lectura, la escritura y la historia. De tener éxito, estos niños podrían pasar a una escuela de formación técnica, que complementen su educación ciudadana.

Hay otros niños que por su inclinación, entorno, y el nivel cultural de sus padres prefieran y les convenga una educación técnica, que los ayude a aportar a la sociedad, y a vivir una vida plena y profesionalmente remunerada. Esta educación debe ser prolongada, pues no solamente se trata de enseñar habilidades técnicas, sino de inculcar el valor de ser organizados, observadores, perseverantes, exactos, y de trabajar siguiendo los protocolos para cada tarea. Estos son patrones de comportamiento que se aprenden a muy temprana edad. En fin, consideramos preferible que un niño aprenda aquello que despierta su curiosidad, a que abandone la escuela. Este esfuerzo conlleva la re-valorización de las carreras técnicas, para que sean fuentes de prestigio personal, como en Alemania y Francia.

Finalmente, aquellos niños de capacidad especial y con un hogar que los impulse y los apoye deben continuar una educación mas intelectual, que los lleve a un alto desarrollo cultural.

En una sociedad bien organizada, cada quien debe aportar de acuerdo a sus habilidades, y el Estado debe dotarles de oportunidades, adecuándolas a las potencialidades y retos de cada uno.

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