Al parecer otras personas podría estar envueltas en la desaparición de Emely, a parte de los acusados Marlon Martínez, novio y la madre de este Marlin.

Cenovi, San Francisco de Macorís.-. “Necesitamos la verdad, donde está Emely, Rompan el Silencio”, dice una de las pancartas que ha sido colocada en el centro de la vivienda donde vivía la joven estudiante de 16 años de edad, Emely Peguero Polanco, cuya desaparición ocurrió hace 10 días.

Sobre el hecho, su compañero sentimental ha manifestado haberle dado muerte, pero hasta el momento su cadáver no ha sido localizado a pesar de los esfuerzos que han realizado las autoridades judiciales y policiales de las provincias Duarte y Hermanas Mirabal.

El suceso se debate entre un manto de misterio en el que al parecer otras personas podría estar envueltas, a parte del novio de Emely, Marlon Martínez y su madre Marlin. Esta versión se desprende de una llamada que recibiera la señora Martínez cuando regresaba de Santo Domingo en compañía de la abuela de la joven desaparecida, Ana Mercedes Cáceres , quien le manifestó su preocupación  por la situación que aparentemente en ese momento estaba ocurriendo, por lo que le dijo a quien le llamaba que si su hijo Marlon se encontraba en la casa y fue en ese momento que se entabló  una conversación entre la madre y el acusado a donde  ella le expresó “tu no sabe lo que has hecho, trata de envenenarte porque cuando yo llegue sino no lo has hecho te cargo a tiros”. Esto de acuerdo a lo informado por la abuela de la menor.

“Ese muchacho nos ha engañado a todos nosotros, lo vimos crecer desde cuando llegó a nuestra comunidad, nadie podría creer que ese muchacho tenía un corazón para hacer eso, nadie podría creer, si él está vinculado a eso, es con otra persona, porque no creo que podría hacer eso solo”, narró la abuela de Emely en medio de un mar de llanto por la situación que hoy vive esa familia.

Establece la abuela, que el día que se produjo el hecho había viajado a la Embajada de Italia con Marlin Martínez para la solicitud de un visado del que acostumbraba hacerles a los residentes en esa comunidad, pero en el trayecto del viaje desde Santo Domingo a Cenoví, “fue que se produjo la llamada que ha cambiado el curso de su vida de manera total, pues ya Emely no está más con ella”.

También, dice la señora Ana Mercedes Cáceres que en la llamada le manifestaron que el señor Genaro Peguero estaba amenazándole a su hijo Brando, por lo que ella manifestó que lo matarán, preguntando la abuela que, por qué le iban a matar a su hijo, y ella respondió porque su hija había salido embarazada y el andaba en busca de Marlon.

“Tanto que yo te dije que no saliera y prepárate, para cuando yo llegue, y si tú encuentra veneno bébetelo, pues yo soy capaz de darte dos balazos cuando yo llegue”, le manifestó Marlin a su hijo, de acuerdo a la abuela de la menor.

Al parecer todo se produjo después de que se descubriera que la menor se encontraba embarazada a lo que Marlon no soportó la sentencia de su madre y procedió a emprenderla en contra de la joven con quien llevaba una relación de noviazgo desde los 11 años de edad de la niña.

Familia

Para la familia, Emely Peguero Polanco fue siempre una niña entregada a su comunidad, sobre todo a la iglesia católica, llegando a formar parte del coro parroquial de la comunidad de San José de Cenoví, según lo establece su tía la señora Meydi de la Cruz, con quien compartía el mayor de su tiempo la niña.

“Este hecho nos ha llenado de consternación a todos, pues Emely era una niña que siempre estuvo muy cerca de Marlin, a tal extremo, que cuando le llegaba una visita llamaba a la niña para que le limpiara la casa, pues siempre fue una niña entregada a servirle a los demás. Por esa situación es que personas se han sorprendió de todo lo que ha ocurrido, ya que ambos residían en dos viviendas una en frente de la otra, aunque se nota la diferencia entre ambas viviendas, una de personas humildes y la otra totalmente de personas adineradas.

Al definir a la menor desaparecida Meydi de la Cruz dice que su pasión era el poder servir siempre a su comunidad y de manera especial a los mayores, trasladase en muchas ocasiones a llevarle medicamentos, no importándole distancia.

Pertenecía a los diferentes grupos juveniles de la comunidad, integrándose permanentemente a trabajar por el bien de ésta en sentido general.

Su vivienda fue un centro de concentración para sus compañeros de estudios porque siempre la visitaban.

Narra, Meydi de la Cruz, que un día antes de ocurrir el hecho, Emely le había manifestado que tenía gran alegría, pero le dijo luego te cuento tía, y no fue hasta el día siguiente que una hermana le comunicó que la menor se encontraba embarazada.

Emely, conoció desde niña a quien con el tiempo se convertirá en su novio, pero nunca pensó que con esa relación encontraría ser la protagonista en silencio de un drama que golpea a la sociedad dominicana y de manera particular, la población francomacorisana, que ha encendido velas para reclamar justicia.

Marlon, llegó a la comunidad luego que entre su madre y su progenitor rompieran la relación y este se fuera a vivir a casa de su padrastro, que está ubicada frente a la vivienda de la joven hoy desaparecida.

Para la familia y demás ciudadanos, todo ha sido un drama de dolor y angustia estableciéndose en la comunidad de San José de Cenovi la esperanza de que se hará justicia.

Algunos familiares de la adolescente desaparecida que pidieron reserva de sus nombres establecen como la autora intelectual del hecho a la señora Marlyn, madre del principal sospechoso del hecho, ya que según dijeron la conocen y la califican como una mujer de acciones frías y capaz de cometer este y otros tipos de hechos similares.

Los familiares insisten en que Marlyn es considerada una mujer muy astuta que nunca actuaría de manera directa, y frente a la situación, era capaz de cometer cualquier cosa para que su hijo no fuera a la prisión. Por esta y otras razones entienden que otras personas podrían estar envueltas en el caso.

La señora de la Cruz explicó que al conocer del embarazo la señora Martínez se presentó a la vivienda y les manifestó a los padres de la joven que no se preocuparan que ella resolvería la situación y que le construiría una habitación donde vivía la niña, estableciendo los familiares que esta era una forma de ella ir preparándose para que se produjera lo que ya hoy todos conocemos.

Sus profesores

Para la profesora Joselyn Jiménez, directora de la escuela Max Henríquez Ureña, Emely fue la expresión sublime de una estudiante llena de disciplina, aplicada a sus estudios y siempre entrada a sus compañeros estudiantes.

“Yo defino a Emely como una niña alegre, con excelente empatía que nos supo robar el corazón desde que llego al centro, y ahora iría a su tercer grado de la educación secundaria estableciendo como un gran orgullo tener estudiantes de las condiciones como ella”, dijo la maestra Jiménez.

Explicó, que era parte del coro del centro, y hace poco que se elaboró el himno de la escuela y su voz fue escogida para que formara parte del coro por sus excelentes condiciones. Buscaba siempre el por qué de las cosas, y fue capaz de ganarse el cariño de todos sus compañeros y profesores.

Manifestó la profesora que al iniciarse el año escolar, la joven no acudió a la escuela, por la situación que se estaba presentando y que fue expuesta a la dirección por la madre de la menor.

La directora de la escuela, establece que es necesario el fortalecimiento en la familia y trabajar para fomentar más los valores como herramienta de poder vivir en una sociedad mejor sin tanta violencia como actualmente estamos viviendo.

La madre consternada.

En medio del llantos, la madre de Emely, Adalgiza Polanco, solo utiliza su voz para reclamar justicia por la situación de su hija, “ yo no tengo como expresar nada, solo quiero que se haga justicia, me han arrancado la vida con la muerte de mi hija”.

Dice que su descendiente era una seguidora del papa Francisco, del que le pide a Dios le de fuerza para poder vivir sin la presencia de su hija. En el centro de la humilde vivienda, una mesa con dos ramos de flores, el teléfono, y un rosario son recuerdos imborrables que formaban parte de la vida de Emely Peguero.

Mientras tanto, la población espera que las autoridades realicen todo el trabajo investigativo y los posibles responsables del hecho sean traducidos a la justicia.

Para este viernes, está anunciada una marcha frente al palacio de justicia para reclamar que el caso sea castigado de manera ejemplar.

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