Daneris, ecoturismo y áreas protegidas

Recientemente participé en un encuentro sobre áreas protegidas y turismo, al que asistieron la Asociación de Hoteles y Turismo de la RD (ASONAHORES), Ministerio de Turismo, Ministerio de Medio Ambiente, las asociaciones hoteleras del Este, La Romana/Bayahíbe y Puerto Plata, la Asociación Dominicana de Prensa Turística y la Asociación de Operadores Turísticos.

Recientemente participé en un encuentro sobre áreas protegidas y turismo, al que asistieron la Asociación de Hoteles y Turismo de la RD (ASONAHORES), Ministerio de Turismo, Ministerio de Medio Ambiente, las asociaciones hoteleras del Este, La Romana/Bayahíbe y Puerto Plata, la Asociación Dominicana de Prensa Turística y la Asociación de Operadores Turísticos.
También participaron ambientalistas, periodistas y representantes de la Fundación José Delio Guzmán, que auspició este encuentro junto con ASONAHORES. Las exposiciones y el diálogo fueron interesantes, pero la participación que más llamó mi atención fue la intervención de Daneris Santana, viceministro de Medio Ambiente, que expuso sobre “Desarrollo del Turismo en Áreas Protegidas”.

Apoyó sus ideas sobre el uso de las áreas protegidas citando los objetivos de ley que crea el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), un enfoque poco divulgado, que contrario a lo que exponen algunos ambientalistas radicales, acoge la propuesta de su uso para el turismo.

Santana expuso que los objetivos específicos del SINAP proponen: 1. Promover que las áreas naturales protegidas sean consideradas en los planes y estrategias de desarrollo, públicos y privados, a nivel nacional, sectorial, regional, provincial y municipal; y 2. Propiciar la participación de los diferentes sectores de la sociedad en la gestión y el uso de las áreas naturales protegidas incorporando los principios de equidad de género, a través de mecanismos participativos democráticos, específicamente a través del Comanejo donde participen las comunidades locales, los ayuntamientos y el establecimiento de áreas protegidas privadas.

También se refirió al derecho de todos a “participar en la gestión y uso de las áreas protegidas”, que deben utilizarse “de forma sostenible”, ser incorporadas “racionalmente al desarrollo económico” y de “manera especial a los esfuerzos de lucha contra la pobreza”.

Santana igualmente advirtió que se debe “incorporar la dimensión ambiental en la planificación y desarrollo de proyectos turísticos para asegurar su sostenibilidad y viabilidad a largo plazo”, y “modificar significativamente el desempeño ambiental del turismo tradicional para lograr su sostenibilidad”. La ley no lo prohíbe, dice cómo hacerlo.

Además, invertir más en el desarrollo y promoción del ecoturismo, que tiene en las áreas protegidas “la más amplia gama de oportunidades para desarrollar los destinos”, y debe ser estimulado en todas sus manifestaciones como alternativa “para diversificar la oferta turística”.

Santana planteó que el “ecoturismo no debe sustituir el turismo de sol y playa”, y más bien “debe ser una oferta complementaria que contribuya a restar la presión que ejerce esta actividad sobre los frágiles ecosistemas costero–marinos”.

A pesar de las referencias críticas al turismo, directas o implícitas, el viceministro fue preciso en asumir que las actividades turísticas sostenibles pueden existir en las áreas protegidas. Contradijo la obcecada actitud de quienes preferirían mudarnos a todos a otro lugar del planeta, para que la naturaleza se recupere por sí sola, y evitarse la compleja tarea de promover una relación amigable del ser humano con el medioambiente.

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