Cuando la presión social afecta tu estado emocional

“¿Y para cuándo el novio?, ya está bueno”. “¿Cuándo es que vas a tener hijos?”. “¿Todavía andas a pie?, debes comprarte un carro”, son algunas de las miles de interrogantes a las que nos enfrentamos cada día si no cumplimos con…

“¿Y para cuándo el novio?, ya está bueno”. “¿Cuándo es que vas a tener hijos?”. “¿Todavía andas a pie?, debes comprarte un carro”, son algunas de las miles de interrogantes a las que nos enfrentamos cada día si no cumplimos con el parámetro establecido por la sociedad, lo que se termina convirtiendo en una presión social que afecta a hombres y mujeres.

Por ejemplo, en la sociedad existen parámetros de vida que son aprobados por la gran mayoría, como asistir a la universidad, a la iglesia, casarse, tener hijos, trabajar, entre otros, pero si alguien los rompe las preguntas y los reproches “lloverán”, tanto de parte de seres queridos cercanos, como de los lejanos.

Para la psicóloga Heidy Camilo, de Centro Vida y Familia, las presiones sociales vienen dadas por esas “conductas esperadas” de individuos o poblaciones. “Cuando hablamos de “conductas esperadas” son esas expectativas que la sociedad espera que se cumplan”, explica.

Camilo destaca que cuando alguien llega a los 20 años se asume de inmediato que inició la universidad o está por terminar la carrera. Si esto no es así, aparece la presión social, porque lo “normal” es llegar a ser un profesional, para tener una aprobación.

Otra situación que expone la especialista, es que hay familias que exigen a sus integrantes que escojan la carrera que estudiaron otros de sus miembros, como el tío, el papá, la mamá, y es probable que ese joven no lo acepte porque no tiene las aptitudes necesarias para carreras como, por ejemplo, medicina, ingeniería, sino que quizás prefiere optar por ser chef, ebanista o pintor, decisión que termina decepcionando a sus seres queridos.

Para Camilo, las conductas y logros que se esperan de esos individuos son dadas desde lo macro, es decir desde el panorama social, hasta los microsistemas que son las familias. Ellas forman parte de este sistema exigente y, por ende, transmiten una demanda o solicitud a sus seres queridos.

“A la “oveja negra” es a la que mejor le va, porque es del que la familia no espera nada; pero a ese hijo que asume un rol de ser el “bueno” y por alguna razón no cumple con las expectativas, le reprochan el porqué les hace eso. A partir de ahí pueden aparecer los trastornos de ansiedad, depresión, elementos de adulación, donde dejan de ser auténticos por convertirse en lo que los demás esperan y pierde su identidad”, indica Camilo.

Según estudios, las actitudes del ser humano dependen de su percepción de la vida, resultado de su aprendizaje y el entorno en el que ha vivido. La presión social se hace sentir desde que nacemos, explica Camilo, por lo que es importante instruir a los niños desde pequeños sobre valores, para que se conviertan en jóvenes y adultos con identidad y puedan resistir a la presión social, y salir adelante con sus propias formas de vivir y pensar.

Algunas personas ceden a la presión y tienden a cambiar su comportamiento, porque quieren ser aceptados, incluso, muchos se precipitan a hacer cosas de las que luego se arrepienten, solo por la necesidad de no sentirse rechazados. A través de la presión social se ejerce influencia en la toma de decisiones y en las actuaciones de las personas. Y aunque existen efectos positivos, los negativos son los que más afectan.

Por lo general, cuanto el individuo tiene una personalidad insegura, muy superficial, más fácil sucumbe ante la presión social. “Lo primero que hay que hacer es asumir una identidad propia, para entenderse y ser valientes. Entonces, cuando la persona lo logra comienza a poner límites para que los demás lo respeten”, comenta Camilo.

Sobre la terapia, la especialista expresa que todo va a depender del marco referencial, para saber si se requiere terapia familiar, entre otras, pero siempre bajo la base de un psicólogo clínico.

Consecuencias de ceder a la presión social

Ceder a presiones sociales puede hacer sentir al individuo triste, ansioso, culpable y decepcionado de sí mismo. Según algunos especialista, todos nos hemos sometido a presiones sociales alguna vez en nuestras vidas. Entre las razones están: miedo a ser rechazado por otros, buscar cariño o no perder un amigo; querer aparentar ser mayor de lo que en verdad se es, y no querer lastimar los sentimientos de los familiares.

Un estudio del 2010 de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) encontró que las presiones sociales son una causa directa del incremento de comportamiento riesgoso entre adolescentes, lo cual incluye fumar cigarros, tomar alcohol y tener relaciones sexuales.

Aceptación
Cuando una persona, por ejemplo, tiene su autoestima baja es más propenso a aceptar la presión social.

Importante
La presión social se ejerce en cualquiera de los sistemas referenciales, como las académicas, religiosas y laborales, principales áreas en que se desenvuelven los individuos.

Posted in Edición Impresa, EstiloEtiquetas

Más de edicion-impresa

Más leídas de edicion-impresa

Las Más leídas