Controlador aéreo: la garantía de un vuelo firme y seguro

Generalmente, la persona que toma un vuelo al extranjero pocas veces se entera de la gestión que se realiza en tierra para ayudar a que el piloto conduzca la aeronave por las vías y lugares seguros, evitando hasta el más mínimo riesgo para las vidas&#

Generalmente, la persona que toma un vuelo al extranjero pocas veces se entera de la gestión que se realiza en tierra para ayudar a que el piloto conduzca la aeronave por las vías y lugares seguros, evitando hasta el más mínimo riesgo para las vidas que lleva bajo su responsabilidad. La parte del control de tránsito aéreo que la gente comúnmente conoce es la torre de control que está en los aeropuertos, pero resulta que el corazón del servicio del control aéreo no está ahí, sino que eso es una parte. El control de tránsito aéreo es más amplio de lo que usted pueda imaginar.

El sistema de aviación cuenta, a la vez, con un sistema de navegación para ayudar a los tripulantes, que les permite circunnavegar el espacio aéreo y determinar su posición en un gran porcentaje del espacio aéreo. No obstante, cada vez que una aeronave despega de la tierra en un aeropuerto, no lo hace ella sola, sino que despegan muchas otras. El trabajo primordial del controlador aéreo es precisamente evitar que las aeronaves colisionen o choquen entre sí. Generalmente, los pilotos de los aviones visualmente no pueden ver hacia dónde van hasta tanto llegan a un punto en el que tienen referencia con el terreno. Mientras vuelan están entre nubes. Están volando en una dirección que le indica la instrumentación, pero no están viendo nada hacia adelante, concretamente.

Como los pilotos no están viendo hacia adelante no tienen vigilancia ni conciencia de lo que está pasando a su alrededor. Esa función la hace el controlador de tránsito aéreo, de advertirles quién está a su izquierda, quién a su derecha, quién está adelante, arriba y abajo. También le da instrucciones precisas sobre cómo y hacia dónde alinearse con el avión.

De ese tema conversaron con elCaribe los expertos Julio César Mejía Alcántara, encargado del Departamento de Gestión del Tránsito Aéreo del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC); Roosevelt Peña, encargado de Sección de Estación de los Servicios de Navegación Aérea; Rafael Urbáez Nin, encargado de la Sección Centro de Control de Vuelo, y Betty Castaing Martínez, coordinadora técnica de Navegación Aérea de la institución estatal.

“Cada piloto traza su ruta, pero ese piloto no sabe cuál es la ruta del otro piloto (que va en una aeronave distinta). El controlador aéreo sí sabe dónde están todas las aeronaves en relación a su posición. Por ello, el controlador hace un ordenamiento, de tal manera que el flujo de tránsito aéreo (de aeronaves) no se produzca –por lo menos en la parte de llegada- a un mismo tiempo por un mismo punto”, le explica Mejía Alcántara a un equipo de prensa de este periódico que acudió al edificio sede de la Navegación Aérea y Centro de Control de Vuelo, ubicado en Punta Caucedo.

Usualmente, los aeropuertos dominicanos, exceptuando el de Punta Cana, tienen una sola pista, por tanto, hay que realizar las operaciones de los aviones una a una. Eso significa que si llegan, por ejemplo, cinco aeronaves al mismo tiempo y se requiere ordenarlas, entonces, eso se hace tomando en cuenta una estructura que se encarga del ordenamiento para que todas las aeronaves lleguen espaciadas y sin demora. Si las aeronaves llegan a un mismo tiempo, es casi seguro que alguien tendrá que hacer una espera, y esa espera la hará quedándose volando en lo que uno aterriza y otro maniobra para hacerlo. Dada la sensibilidad de la función y tomando en cuenta que ante cualquier eventualidad aérea pueden perderse, incluso, cientos de vidas, hay mucha rigurosidad al momento de contratar un controlador de tránsito aéreo. “Se es extremadamente riguroso”, asegura Julio César Mejía Alcántara.

El personal que va a ser contratado como controlador de tránsito aéreo es sometido a una rigurosa depuración, tomando en cuenta que su labor es proteger vidas. “Tenemos que asegurarnos primero de que la persona tiene la capacidad cognoscitiva y de orientación espacial… hay un perfil específico que está descrito y que debe cumplir un controlador antes de ser aprobado para ejercer la carrera”, asegura.

Y agrega: “Necesitamos saber que esa persona que se va a contratar puede ponerse en el cerebro del piloto e identificar la posición en la que está una aeronave y las otras que quedan a su alrededor, sin importar las condiciones en las que esté laborando”.

Betty Castaing asegura que cuando el controlador está ejerciendo sus funciones debe entender claramente cuando el piloto le informa que está al noreste, por ejemplo, de un punto equis. Y cuando llega otro que te dice que está al este de la estación, el controlador debe saber en qué posición está con relación a las aeronaves y tripulación con las que el controlador está ya hablando. De esa forma puede dar instrucciones a cada uno y garantizar que se mantenga la separación de los aparatos, que es el objetivo de los servicios que ofrece.

Un controlador en ocasiones puede estar ayudando a guiar a tierra o al aire a muchas aeronaves, hasta 20, por citar un número. Depende del sector y la carga de aeronaves que tenga o que pueda aguantar un sector en particular. Tendrá mucho que ver, además, el tipo de tránsito, las horas de mayor flujo y otros elementos propios del oficio. En cuanto a la labor en la torre de control, hay otros niveles más arriba de esa parte. Después de estar laborando en la torre de control, el controlador aéreo tiene otros niveles por escalar. Hay que aclarar que los niveles a los que se hace referencia en ese caso, bajo ningún concepto se refieren a que un controlador sea más importante o menos importante que el otro, sino al área que se circunscribe la jurisdicción de control de tránsito aéreo dentro del esquema orgánico del sistema.

Por ejemplo, el controlador de aeródromo está solamente en la torre (en el aeropuerto) y solo tiene control de las aeronaves que operan, es decir, que salen, despegan o sobrevuelan alrededor de las 10 millas y los 2,000 pies de ese aeródromo. Eso, en concreto, significa que ese controlador solo controla (en ese caso) lo que alcanza a ver. El controlador de aproximación se encarga de realizar el trabajo cuando la aeronave vuela desde los 2,000 pies hacia arriba hasta los 19,500 pies. En el caso dominicano (en la aproximación en el Aeropuerto Las Américas), maneja hasta las 50 millas. En el caso de “rutas”, que es el control de área, el controlador se encarga desde los 19,500 pies hasta los 60,000 pies, que es el espacio de jurisdicción hasta donde se puede controlar. Ese es un controlador (el de área) que solo se encarga de trabajar con las aeronaves que están rectas y niveladas, es decir, establecidas en su nivel para llegar a su destino.

El idioma que se usa generalmente para la comunicación entre tripulantes y controladores aéreos es el inglés a nivel internacional o el idioma nativo del Estado en que está entrando o saliendo esa tripulación. Es decir, que si la aeronave está llegando a República Dominicana, la comunicación o conversación pudiera darse en inglés o en español.

La aviación de los países (las normas y otros componentes) se rige por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y esa institución crea estándares mundiales, con el objetivo de que -sin importar de qué lugar del mundo se trate- el lenguaje (son como unos códigos propios de ese ramo) o la fraseología técnica sea la misma, de suerte que el controlador aéreo y la tripulación siempre se entiendan y no haya excusas para no lograrlo.

“Si hablan y manejan la fraseología tal cual está descrita, nunca debe existir ambigüedad. Siempre podrán entenderse”, dice Mejía Alcántara. “Básicamente, están establecidas las frases que para cada situación van a utilizar, tanto los pilotos como los controladores aéreos”, indica Betty Castaing en otra parte del diálogo.

Cuando la experta se refiere a ese aspecto, quiere decir que si el piloto desea realizar una acción en particular sabe ya, por una fraseología que está preestablecida, lo que tiene que decir, para que el controlador, a su vez, la entienda y pueda dar una respuesta con la seguridad de que el piloto entenderá. Cuando una aeronave llama por primera vez a la dependencia ya el controlador sabe lo que le va a decir. En este caso, lo que va a cambiar son los valores, pero el orden en que se van a decir las cosas está preestablecido y el piloto sabe el orden en que le van a contestar cada cosa.

Cuando se va a contratar un controlador, una de las características que se le exige es tener por lo menos un nivel cuatro de inglés. Pero ese nivel cuatro debe ser muy superior al que se conoce en las academias de idiomas. Nivel cuatro, desde el punto de vista y la escala de la OACI, es un inglés que le permite al controlador tener una conversación fluida con otra persona en idioma inglés. La escala de inglés llega hasta seis y a partir de ahí se van midiendo otros parámetros, como fluidez, pronunciación, la estructuración de la oración y otros puntos, detalla Castaing.

Actualmente hay 350 controladores aéreos laborando en el país. De ellos 100 son de la parte de radar. El controlador de tránsito aéreo es sometido a altos niveles de estrés y en ocasiones puede encontrarse con una emergencia que le reporta el piloto, como por ejemplo, que los flaps del avión no se desplegaron, u otra falla. En casos así el controlador debe mantener la calma (está preparado para eso) y contribuir a que el piloto aterrice la aeronave con las personas a bordo sanas. Lo que hace el controlador es una gestión del espacio aéreo (así se le llama modernamente a sus servicios).

Reciben riguroso entrenamiento

En el IDAC existe un departamento de medicina aeronáutica, integrado por expertos de la conducta. Cuando el controlador acude a renovar su licencia un psicólogo lo entrevista y lo analiza.

Los controladores aéreos se forman en la Academia Superior de Ciencias Aeronáuticas. En los cursos de control se incluyen las asignaturas relativas a las aeronaves, espacio aéreo, reglamento aeronáutico, políticas, leyes aeronáuticas y otras. Es decir, el controlador tiene conocimientos amplios sobre aeronaves. Hay una materia denominada aerodinámica en el currículo, que describe la aeronave completa para que el controlador la conozca. El controlador está para mantener separados los aviones. Por eso, están preestablecidas las separaciones procedimentales, que son las separaciones de manual, y las separaciones de radares. Con el radar se ofrecen tres servicios: vigilancia, separación y vectoración. Esto último significa que los controladores dirigen las aeronaves para acomodarlas de forma ordenada y llegue una detrás de otra.

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