La Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro) trabaja intensamente para crear las condiciones que conduzcan a una revisión del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta), fundamentalmente en la parte que atañe a productos esenciales de la dieta alimenticia dominicana.
La organización está dispuesta a hacer todo lo humano posible para alcanzar la meta. Ha sostenido encuentros con sectores de alto nivel a escala internacional –como es el caso de Guatemala- y lo hace también en el ámbito interno.
La Confenagro no se anda con rodeos en lo que busca y lo dejó claro ayer, en una visita que realizó la cúpula de su directiva a elCaribe. Eric Rivero, presidente de la organización, Hecmilio Galván, director ejecutivo, y Pedro Porrello, director ejecutivo de Asociación Dominicana de Granjas Porcinas (Adogranja) explicaron sobre la importancia y necesidad de que se proteja la producción nacional de arroz, leche, carne de cerdo y de pollo, habichuelas, cebollas y el ajo.
Los directivos advierten que todos esos rubros corren riesgo de desaparecer si no hay una revisión del acuerdo. “No se trata de una violación del tratado ni de crear una crisis diplomática, sino que eso debe darse dentro de un proceso afectuoso de discusión en la que se pueda establecer esas nuevas formas, que están incluidas -incluso- en el mismo acuerdo.
La Confenagro ha elaborado un documento como primer borrador, conteniendo las propuestas más importantes del sector, a los fines de que pueda contribuir al debate. El mismo podrá ser revisado y mejorado, informó Galván a este periódico.
El documento parte de las siguientes premisas: 1) El Acuerdo puede y debe ser revisado y modificado y el mismo acuerdo establece los mecanismos para lograrlo. 2) El Acuerdo se puede administrar mejor, especialmente en materia de administración de contingentes y aplicación de salvaguardias. 3) El país debe revisar y modificar su política agropecuaria, tomando medidas de carácter estructural. 4) Es una gran oportunidad para desarrollar las revisiones del tratado y las internas que debemos tomar. Como quinto punto la institución indica que lo que se realice dependerá del interés de los sectores y de la participación de la sociedad para impulsarlo y respaldarlo.
“Se nos vendió siempre que el acuerdo era algo estático e imposible de negociar. Sin embargo, el mismo DR-Cafta establece cómo se puede negociar, ajustar y mejorar el mismo. Tiene las herramientas, solo hay que ver cómo aprovecharlas”, dice Galván. La Confenagro es una institución de tercer nivel que agrupa a diferentes instituciones del sector agropecuario.
¿Qué pasó con la comisión?
El 16 de septiembre de 2016, el presidente Danilo Medina emitió el decreto 260-16 creando una comisión de alto nivel para evaluar el impacto del DR-Cafta en la agropecuaria. En ella sería evaluada la desgravación arancelaria y la apertura comercial en productos sensibles del agro.
La comisión debía rendir un informe al presidente en 45 días a partir de la fecha de emisión del decreto. Hecmilio Galván criticó ayer la infuncionalidad de los comisionados. “Eso ha sido una decepción. No ha tenido ningún tipo de resultados para los productores agropecuarios”, aseguró el director ejecutivo de la Confenagro. Y agregó que la forma como se negoció el DR-Cafta y quizás la falta de experiencia del momento no permitió garantizar la protección debida a una serie de productos dominicanos. “Hay que decir que no todos los problemas son del acuerdo. Muchos problemas son de nosotros y de mala administración del acuerdo y de falta de políticas agropecuarias. El acuerdo es una vía para salir al exterior. También es una vía para entrar; pero si no nos preparamos para salir no lo vamos a lograr”, apuntó el director ejecutivo de la Confenagro.
En Guatemala, Eric Rivero pronunció un discurso ante la cortesía de sala ofrecida por el Parlamento Centroamericano, en el que aseguró que los pueblos de la región están esperanzados en que sus propuestas sean escuchadas y tomadas en cuenta con miras a que pueda generarse la suficiente voluntad política para lograr una modificación al DR-Cafta.
“Si se logra esa enmienda al acuerdo se podrá conseguir un régimen de justicia comercial que garantice la vida de millones de productores agrícolas y ganaderos de la región, y sobretodo, proteger el empleo y la riqueza de nuestras tierras”, indicó Rivero.
Recordó ayer que la revisión del DR-Cafta fue una de las consignas principales bajo las cuales se creó a Confenagro, entidad que agrupa a las principales asociaciones de productores agropecuarios en República Dominicana, y que a través de los años ha mantenido una incesante lucha en procura de ese objetivo.
La Confenagro ha dejado claro que el propio acuerdo comercial establece mecanismos para desarrollar el proceso de renegociación. A modo de ejemplo cita el artículo 3.17 del tratado, que establece unas consultas sobre el comercio del pollo, que deben ser solicitadas por los países parte. También el artículo 3.18 establece la Comisión de Revisión Agropecuaria para el año 14, cuyo objetivo es revisar el Acuerdo Agrícola frente al tema de los subsidios, sobre los cuales no se han eliminado en la OMC. Otro artículo del DR-Cafta deja abierta la ventana para la revisión es el 22.2, que establece las enmiendas, las cuales son las modificaciones del acuerdo, mecanismo que ya ha sido utilizado en el pasado en varias ocasiones.
En porcicultura el daño se siente con gran fuerza
Pedro Porrello, el representante de Adogranja, ofreció una panorámica de lo que ha ido ocurriendo en perjuicio de los productores de cerdos del país.
Rememoró que en el año 2003 a República Dominicana entraban en importación, según la Dirección General de Aduanas, cuatro millones 420 mil libras de MDM o Mechanically deboned meat (Carne deshuesada mecánicamente). “Eso fue antes del acuerdo. Viene el acuerdo y esa cantidad subió a 66.3 millones en el año 2016. Esa cantidad que entra al país sustituye 67 millones de libras de pollos que pudieran vender los granjeros locales, pero por esa causa tienen que quedarse con ellas”, lamenta.
El MDM es un subproducto del pollo (no está catalogado como carne). En detalle, para obtener MDM lo que se hace es aprovechar los huesos de los pollos, los tuétanos, ciertas vísceras, la piel de aves y otras partes que un ciudadano común echaría a la basura, según explica el directivo de Adogranja.