En los últimos meses, el presidente Danilo Medina ha designado en su gobierno a dirigentes del PLD vinculados políticamente a su antecesor, Leonel Fernández, aunque algunos en puestos menos relevantes de los que ocuparon en las gestiones del presidente del partido morado.
Medina, al llegar a la Presidencia en el 2012, hizo pocos cambios en la administración pública, aunque a partir de su segundo año comenzó a “danilizar” el Gobierno, integrando o ascendiendo de puestos a gente de su entorno.
Pero últimamente, varios seguidores de Fernández, el otro líder del PLD, han sido designados por Medina en puestos del Gobierno.
El caso más reciente es el de César Pina Toribio, quien fue nombrado embajador de Argentina. Pina Toribio fue uno de los miembros del Comité Político del PLD que votó en contra de que se impulsara una reforma constitucional para restablecer la reelección presidencial, lo que permitió la repostulación del hoy reelecto mandatario.
Medina había nombrado, el año pasado, a dos de los dirigentes más cercanos al exmandatario: Nicolás Calderón y Bautista Rojas Gómez.
Calderón volvió a la administración de los Comedores Económicos del Estado, mientras que Bauta Rojas fue nombrado al frente de la Comisión Evaluadora de los Terrenos del CEA.
En tanto, Ernesto Reyna, tío del expresidente, fue designado vicepresidente ejecutivo de la Comisión de Cambio Climático y el exsenador Carlos Castillo, cónsul en Nueva York.
¿Concesión a Leonel, o le quitan seguidores?
La integración de leonelistas puede tener dos lecturas: O es una concesión al expresidente, ya que se le permite aumentar su cuota de poder, o es una forma de atraer a esas figuras, o al menos neutralizarlas con miras a futuras competencias internas. Pero algo llama la atención: la mayoría de los designados entran a puestos menos importantes que los que antes ocuparon.