Después de los 60: ¿descansar o seguir trabajando?

A sus 20 y tantos años de edad, Genoveva Ramírez se había planteado la firme idea de retirarse del mundo laboral cuando cumpliese los 50. Tenía todo organizado para celebrar la llegada de su medio siglo y anunciar su retiro.

A sus 20 y tantos años de edad, Genoveva Ramírez se había planteado la firme idea de retirarse del mundo laboral cuando cumpliese los 50. Tenía todo organizado para celebrar la llegada de su medio siglo y anunciar su retiro.Hoy, a sus 60 años, Genoveva ha seguido trabajando, “me he convencido de que la edad tiene que ver más con la actitud de las personas, ‘no podemos morirnos en la víspera’. Seguir trabajando te da independencia, te sientes activo, útil, productivo, vigente en la sociedad”, explica al ser abordada sobre si es mejor retirarnos o seguir en la batalla del día a día laboral llegada la adultez mayor.

“La edad no debe ser una limitante para hacer lo que nos guste, a esto le sumas el tema económico. Los planes de pensión constan de ingresos mínimos que no garantizan un bienestar pleno al retiro”, abunda Genoveva.

Exhorta a nuestra sociedad a pensar más en insertar a las personas de la tercera edad para desempeñar trabajos acordes a su edad.

“En las naciones más desarrolladas se observan envejecientes laborando en tiendas por departamentos, supermercados, parques de diversión, en horarios acordes a sus posibilidades”, puntualiza.

De acuerdo con la medición más reciente del Banco Central, cortada al segundo trimestre del pasado año (2016), el rango con 60 o más años, considerada la última fase de la vida laboral en el sector formal de nuestra economía, apenas un 5.86 % se hallaba en ese nivel, con una población laboral absoluta de 119,035. En el sector informal el trabajador en vísperas de retiro por edad representa el 14.19% de la nómina general de ese segmento, con un monto absoluto de 283,040 empleados con 60 o más años. (Fuente elCaribe).

Alberto Capellán, 52 años, chofer de oficio, actualmente desempleado, se lamenta porque al solicitar trabajo su edad representa una limitante. “Me dicen que lo buscan entre los 30 a 40 años de edad”, expresa.

En algunas profesiones, la edad es un atributo muy bien compensado. Suelen ser las profesiones donde la experiencia suma. En otros constituye una limitación “no podría coger una niñera de más de 60 años, porque no estaría en condiciones de andarle detrás a un niño de dos”, dice Paloma Betancourt, madre de dos infantes.

“El trabajo es la actividad del hombre y de la mujer por excelencia, por lo cual, si estamos en salud podemos continuar laborando y prestando nuestra experiencia y conocimientos al mercado laboral perfectamente. Además, la esperanza de vida del dominicano es de 74 años de edad, en promedio, con lo cual, hoy duramos más. Cualquier persona que se ve joven, tiene 60 años, pues las personas hoy estamos más conscientes del cuidado, de la alimentación, de los ejercicios y de estar en forma, mental, físicamente y emocionalmente” quien así se expresa es Miguelina Veras, experta en Gestión Humana y presidenta de MACROS Consulting.

Al preguntársele si considera que el sistema de pensiones nuestro pone en desventaja a las personas después de los 60, ofrece esta explicación: “Nuestro sistema de pensiones comenzó hace poco, relativamente, por lo que el tiempo que tenemos aportando los de la generación de los baby boomer, (1943-1960) es poco; por eso, si tuviéramos que pensionarnos por algún motivo, las condiciones no serían las mejores. Tal vez, para los millenials, o generación Y, (1976-2000), las condiciones sean mejores, pues esos jóvenes están aportando desde ahora, y cuando tengan 65 años, ya tendrán un buen ahorro, esperamos”.

Veras no está de acuerdo con que la edad por sí sola deba detener el rol laboral, “para nada, los reclutadores decimos que una persona de 50 en adelante está verdaderamente en una edad de oro, pues ya sabe lo que quiere, ya hizo lo que iba a hacer; es decir, estudio, se casó o no, tuvo los hijos o no, decidió quién es y qué quiere hacer?”
Es decir, abunda la experta en el tema, que está lista para aportar sin presiones, sin estrés a cualquier organización.

“Siempre y cuando esa persona se mantenga actualizada a nivel intelectual, a nivel tecnológico, a nivel social y a nivel espiritual, porque se necesita tener energía para motorizar acciones y procesos, muy especialmente en esta era, en que hay en las empresas o muchos soñando o muchos queriendo simplificarlo todo; entonces, nos toca a esta generación, mantener el balance, cuidar los contenidos, la filosofía empresarial, la cultura, los valores, en fin….cuidarlo todo, cuidar la marca”, puntualiza.

Explica que a nivel profesional, los mayores de edad, “tenemos la ventaja de que nos buscan para enseñar, para ser consultores, para ser profesores, por el back ground y experiencia, para ser investigadores sociales o económicos, para otros puestos académicos, para puestos directivos de alto nivel, por aquello de la experiencia y los conocimientos”.

Señala la ejecutiva que en esta etapa (60 o más años), a nivel técnico se destacan los radiólogos, los tecnológicos, las asistentes ejecutivas, los electricistas, sastres, u otros puestos, en los cuales es importante la experiencia y el conocimiento, y la edad no es un tema, al revés.

Y a nivel obrero, los vigilantes, o supervisores de vigilantes, supervisores de planta u otros puestos, donde la edad es importante y se toma como sinónimo de responsabilidad e integridad.

Al preguntársele si considera que nuestra sociedad margina a las personas de 60 a la hora de contratar a su personal, responde que “definitivamente sí, y es paradójico, que nosotros en Gestión Humana, somos los que más criticamos esto, pero somos los que colocamos en las bolsas de empleo los requisitos para los distintos puestos”, admite.
Por lo que-continúa Veras- nos toca en las empresas hacer conciencia, pues el tema de la edad también está ligado al salario.

“En un sentido, pensamos a veces que una persona más joven pedirá un salario más bajo que uno de más edad, con más conocimientos, son limitantes a la hora de buscar un empleo o insertarse al mercado laboral, cuando se tiene 60 o más.”

La experta invita a las empresas, dependiendo del puesto, a ofrecer la oportunidad, tomando en cuenta los conocimientos, las experiencias, los valores de lealtad e identificación de esa generación más vieja”, pero que da balance y es vital en estos momentos en los que convivimos con varias generaciones dentro de las empresas y con varias subculturas, por la inmigración constante, para que puedan ocupar posiciones de responsabilidad y confianza”, ahonda en el tema.

Considera vital, y es ella el mejor ejemplo, “mantenerse joven de espíritu, de conocimiento, de carácter, ser flexible, sin perder la esencia, ser firme, sin cerrarse a las nuevas propuestas y estar dispuesto siempre a sumar, nunca restar”, dice enfáticamente esta exitosa empresaria.

El cerebro se degenera si se mantiene inactivo

“Es necesario hacer una advertencia. Aunque el cerebro es como un plástico que hasta el final de la vida se moldea, aprende, olvida y reaprende, en pocos días de mantenerlo inactivo empieza un proceso que se denomina Poda Cerebral”, explica la psicóloga Lourdes Henríquez Díaz, con entrenamiento en Neurociencia y Aprendizaje y maestría en Formación de Formadores. El cerebro es un órgano que cambia según las experiencias. “Si lo mantiene inactivo, va a empezar la degeneración cognitiva por lo que después de la jubilación necesitamos cambiar de actividad, pero nunca, nunca, parar”, aconseja.

A su entender, se requiere viajar, estudiar un nuevo idioma, estar activo en ejercicios, en lectura, sobre todo la literatura (novela, cuentos, poesía…teatro). “El trabajo, el sentirse útil, el entrenar nuevas y permanentes cogniciones, estudiar una nueva carrera o sacar finalmente el doctorado. Lo peor de la jubilación es la soledad, el apartarse de los grupos, de las redes sociales. Y estas pueden ser virtual o presencial. Eso no importa, lo que sí importa es realizar actividades que den sentido a la vida”, puntualiza Lourdes Henríquez Díaz.

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