¿Cómo descifrar esos mensajes?

¿Cómo leen los organismos de seguridad interna los ya recurrentes síntomas disonantes entre los miembros de determinados institutos armados, particularmente en la Policía Nacional?

¿Cómo leen los organismos de seguridad interna los ya recurrentes síntomas disonantes entre los miembros de determinados institutos armados, particularmente en la Policía Nacional?¿Qué importancia le atribuyen los organismos de seguridad interna del Estado dominicano al uso de las redes sociales de parte de militares y policías?

¿Valorarán esas expresiones como síntomas de desobediencia interna programada, más o menos organizada?

¿Se estarán preguntando si obedecen mandatos externos?

¿Si acaso fuesen parte de un plan de desobediencia estructurada, estarían bajo el influjo de ex uniformados que operan en el interior de los órganos militares o policiales?
¿Se dirán los organismos de seguridad: son incidentes aislados?

Se preguntarán: ¿obedece todo esto a un plan político o constituye un esfuerzo dirigido a objetivos limitados, como los actuales mandos policiales o militares?

Como habrá de imaginarse, las preguntas no son fortuitas. Se corresponden con un fenómeno nuevo, particularmente en las filas policiales. Sean denuncias de malos tratos de jefes superiores a subalternos a través de las redes sociales, o reclamos de mejorías de salarios. Quejas sobre supuestas hostilidades o persecuciones, etcétera.

Al mismo tiempo, ya es usual que los miembros de la Policía recurran a sus teléfonos inteligentes para grabar sus propios operativos, que comparten con terceros, incluidos los medios de comunicación.

Es más que evidente que se violentan los hábitos y usos tradicionales que caracterizaron la disciplina y la discrecionalidad en las operaciones de los organismos represivos. Y obviamente, se ha perdido el respeto a la línea de mando, toda vez que cualquier agente puede “subir” un dato o información sobre una determinada situación.

Pero el señalamiento anterior es apenas marginal. Lo capital es si los organismos de control interno de la Policía y las Fuerzas Armadas tienen la lectura correcta sobre este sintomático acontecer.

Particularmente, sería interesante saber cuál es la categorización que el Estado les da a estos eventos, sobre todo cuando existe una creciente actividad en pro de la humanización de la vida de los uniformados. Cosa loable, siempre que se circunscriba estrictamente a ese propósito.

¿Qué códigos se utilizan para descifrar esos mensajes?

Sólo los organismos de seguridad y asuntos internos tienen las respuestas correctas. 

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