La pobreza arropa a niños huérfanos por feminicidios

Un camión de juguete le devolvió la risa a Enfry Alexander. A un año de la muerte de su madre a manos de su expareja, su sonrisa se había borrado del rostro, transformándose eternamente en una cara triste, como la de los niños víctimas de la…

Un camión de juguete le devolvió la risa a Enfry Alexander. A un año de la muerte de su madre a manos de su expareja, su sonrisa se había borrado del rostro, transformándose eternamente en una cara triste, como la de los niños víctimas de la violencia intrafamiliar.

Eusebia de Gracia, abuela de Enfry y sus tres hermanos, viajó desde La Enea de Higüey hasta la ciudad de Santo Domingo con la esperanza de que uno de sus nietos recibiera una bicicleta de regalo por el Día de los Reyes, en una actividad celebrada por el Ministerio de la Mujer para los niños víctimas de feminicidios.

“Yo no trabajo, vivo por la gracia de Dios y las hermanas de la iglesia. Pero Juan Manuel me pidió sus Reyes, él no entiende que para eso no hay dinero”, dice doña Eusebia mientras comenta cómo su familia apenas sobrevive luego de la muerte de su hija de 36 años, quien era el sustento económico de todos en su hogar.

Eladia Encarnación de Gracia fue asesinada en enero del año pasado. En el 2016 se registraron en el país 78 feminicidios, dejando en la orfandad a alrededor de unos 70 niños de acuerdo a las Fundación Una Vida Sin Violencia. Sus cuatro hijos forman parte de las dolorosas estadísticas.

Doña Eusebia y sus nietos reciben asistencia emocional que proporciona el Ministerio de la Mujer a través del programa de acogida para víctimas de feminicidios. A pesar de que valora los aportes que esta institución realiza, solicita la ayuda económica para sacar adelante a los cuatro menores.

“Me acerqué al Ministerio con la intención de que me ayuden a conseguir alguna tarjeta Solidaridad o algo, algo que me ayude a mantener esos muchachos. La ayuda vale, pero la comida se necesita”, exclamó.

Piden ayuda

El clamor es común entre las mujeres que asistieron a la actividad infantil. Madres solidarias que “heredaron” los huérfanos de los feminicidios. Tías, abuelas, amigas y hasta vecinas han asumido esa responsabilidad.

Tal es el caso de Yamira Matos, residente en Brisas del Este. Su historia casi no puede ser contada. De su voz entrecortada sale el pedido de auxilio de una abuela que solo tiene amor para dar.

Vive junto a sus cinco nietos en una “pieza” en el segundo piso de su casa. La parte baja la alquiló y con eso se sostienen.

Arisleyda Báez también ha tenido que hacerse cargo de sus dos nietos menores de cuatro años. Reside en Bonao y apela por la “solidaridad” del Ministerio de la Mujer.

“Encima de perder a mi hija, tengo que sacar de abajo y darle mi mejor cara a esos muchachos que no tienen culpa de nada… aprendiendo a manejar la crisis que hacen, que se ponen agresivos”, asegura Arisleyda.

El drama que viven se agrava por el problema económico y la disolución de la familia. “Con la mamá muerta, el papá preso nadie de esa familia se acerca ni a darnos un pan”, lamenta.

Protocolo de Atención

La Vicepresidencia de la República, a través del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli), protege actualmente a 180 niños y adolescentes, mediante el Protocolo de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Huérfanos por Feminicidios.

Con la iniciativa, los niños provenientes de 70 familias de escasos recursos diseminados por el país reciben acompañamiento sociofamiliar, socioeducativo, apoyo sicológico y se dota de trasferencias monetarias condicionadas a aquellos hogares que, además de enfrentar un feminicidio, han sido categorizados en pobreza extrema o moderada por el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben).

El protocolo, lanzado en 2015, se ejecuta a través del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli), con el apoyo del Ministerio Público, el Consejo Nacional para la Niñez (Conani), los ministerios de la Mujer (MMujer) y Salud Pública, el Seguro Nacional de Salud (Senasa), Policía Nacional, Ministerio Público, entre otras instituciones del Estado y no gubernamentales, y viene a fortalecer la protección social con una política pública dirigida a garantizar los derechos de los menores afectados por dichas tragedias.

Sin embargo, esta iniciativa no es suficiente. Un estudio realizado por la Procuraduría General de la República en 2012 reveló que por cada feminicidio quedan huérfanos un promedio 2.5 niños y adolescentes, lo que representa 300 por año y el Prosoli acoge tan solo 180.

De acuerdo a la Vicepresidencia, la meta del programa es intervenir a 300 niños en esta condición por año, así como igual número de familias acogedoras, e incorporarlos a la red de protección social del Gabinete de Políticas Sociales que coordina Margarita Cedeño.

Ministerio de la Mujer entrega juguetes

En la actualidad hay 71 familias acogedoras a nivel nacional con seguimiento personalizado, 176 huérfanos y 230 intervenidos de manera integral.

La ministra de la Mujer, Janet Camilo, adelantó que este año se iniciará un nuevo programa en conjunto con el Plan Social de la Presidencia, para ampliar la asistencia social a estas familias acogedoras.

“Hemos organizado un día con los niños que han sido víctima de la violencia y con los familiares que los acogen, con el propósito de que estos puedan crecer en un ambiente favorable y tratar de llevar alegría y aliento a quienes han tenido que pasar por momentos tan difíciles”, manifestó. El evento se enmarcó dentro de las actividades de integración en coordinación con la Vicepresidencia.

Las familias acogedoras son de Moca, San Cristóbal, Santiago, Montecristi, Samaná, Sánchez,Bonao, San Pedro de Macorís, Elías Piña entre otros.

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