Solo para Haití

En medio de tantas disputas, controversias; donde, cuando revisas la prensa, son tantas las cosas negativas, que piensas: “¿Dónde está todo aquello que nos ha caracterizado desde siempre; qué pasa con el respeto, amor, solidaridad; cualidades…

Solo para Haití

En medio de tantas disputas, controversias; donde, cuando revisas la prensa, son tantas las cosas negativas, que piensas: “¿Dónde…

En medio de tantas disputas, controversias; donde, cuando revisas la prensa, son tantas las cosas negativas, que piensas: “¿Dónde está todo aquello que nos ha caracterizado desde siempre; qué pasa con el respeto, amor, solidaridad; cualidades éstas que nos identificaban como sociedad?”.

El año pasado tuve la oportunidad de conocer a una señora, perteneciente a un nivel socioeconómico alto, con la cual he podido interactuar en muchas ocasiones y que, desde el primer día, su actitud, y sobre todo su humildad y sencillez, ha sido para mí una oportunidad de ver que estos valores no se han extinguido. Estas cualidades, no solamente están en ella, sino que parecen ser inherentes a toda su familia, hasta la tercera generación, que son los nietos.

Dicha señora, quien hablaba de sus hijos y nietos, me narra el hermoso gesto de su primera nieta, quien cumplía sus 15 años dos meses después del terremoto de Haití. Todos esperaban con regocijo este momento con grandes cosas para esta adolescente.

Para sorpresa de todos, la joven les cambia el proyecto por uno que, a mí en particular, me fue de gran enseñanza; prefiriendo no hacer celebración alguna ante la catástrofe que estaba viviendo el vecino país. Impactada por las escenas que pudo ella misma presenciar, pidió lo siguiente: “¡Cómo voy a hacer fiesta mientras otros tan cercanos a mí están pasando momentos tan difíciles, carentes de todo!, lo único que quiero de ustedes y de mis amigos, por favor, es que cambien todo lo que me iban a dar y los regalos que me iban a comprar, por leche para Haití; sería el mejor regalo de 15 años que me podrían dar.”

¿Qué les parece?, estilos de familia como este deben servirnos de ejemplo y enseñanza, pero sobre todo nos confirman que es dentro del hogar donde tenemos que trabajar para operar los cambios que se necesitan en nuestra sociedad. La sensibilidad de esta joven ha sido aprendida por generaciones. Es por esto, la necesidad de revisar los paradigmas a través de los cuales se están formando las familias dominicanas. ¿Cuáles son los valores que rigen las mismas?, ¿Vale la pena revisarlos?, ¿Hay urgencia en cambiarlos?; todas estas interrogantes se las dejo a cada uno de ustedes que, igual que yo, tienen como meta una sociedad sana.

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En medio de tantas disputas, controversias; donde, cuando revisas la prensa, son tantas las cosas negativas, que piensas: “¿Dónde está todo aquello que nos ha caracterizado desde siempre; qué pasa con el respeto, amor, solidaridad; cualidades éstas que nos identificaban como sociedad?”.

El año pasado tuve la oportunidad de conocer y tratar a una señora, de un nivel socioeconómico alto, con la cual he tenido la oportunidad de interactuar en muchas ocasiones y que, desde el primer día, su actitud y, sobre todo, humildad y sencillez, ha sido para mí una oportunidad de ver que esto no se ha extinguido. Estas cualidades, no solamente están en ella, sino que parecen ser inherentes a toda su familia, hasta la tercera generación, que son los nietos.

Dicha señora, quien hablaba de sus hijos y nietos, me narra el hermoso gesto de su primera nieta, quien cumplía sus 15 años dos meses después del terremoto de Haití. Todos esperaban con regocijo este momento con grandes cosas para esta adolescente. Para sorpresa de todos, la joven les cambia el proyecto por uno que a mí en particular me fue de gran enseñanza; prefiriendo no hacer celebración alguna ante la catástrofe que estaba viviendo el vecino país; impactada por las escenas que pudo ella misma presenciar, pidió lo siguiente: “¡Cómo voy a hacer fiesta mientras otros tan cercanos a mí están pasando momentos tan difíciles, carentes de todo!, lo único que quiero de ustedes y de mis amigos, por favor, es, que cambien todo lo que me iban a dar y los regalos que me iban a comprar, por leche para Haití; sería el mejor regalo de 15 años que me podrían dar.”

¿Qué les parece?, estilos de familia como este debe servirnos de ejemplo y enseñanza, pero sobretodo confirma que es dentro del hogar donde tenemos que trabajar para operar los cambios que se necesitan en nuestra sociedad.  Es por esto, la necesidad de revisar los paradigmas a través de los cuales se están formando las familias dominicanas. ¿Cuáles son los valores que rigen las mismas?, ¿Vale la pena revisarlos?, ¿Hay urgencia en cambiarlos?; todas estas interrogantes se las dejo a cada uno de ustedes que, igual que yo, tienen como meta una sociedad sana.

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