En la lápida donde reposan los restos de María Cristina Lugo de González en el cementerio Nacional de la Máximo Gómez, hay escrito un mensaje: “Te amaré toda la vida Fernandito”.Esa fueron una de las últimas expresiones hecha por doña María a su esposo Fernando Arturo González Tirado, quien después de 17 años vuelve a reencontrarse con su amada.
Ayer, los restos del veterano cronista deportivo fueron sepultados precisamente en el mismo lugar donde también el 8 de octubre de 1998 le fue dado el último adiós a su inseparable esposa.
“Pierdo la persona con quien más compartí. Ahora volverá a reencontrarse con su amada esposa María. Fue una persona que manifestaba un perfil modesto, que le preocupaba la calidad del trabajo de sus compañeros”, expresó Rafael González Tirado, segundo de 14 hijos que procrearon la pareja Fernando González y Delia Tirado. Fernando, a quien le apodaban “La Biblia” por sus vastos conocimientos sobre el deporte, en especial el béisbol, falleció el pasado lunes producto de un infarto al miocardio en su residencia del ensanche La Fe.
“Dejó una huella imborrable en la ciudadanía. Fue parte de una pléyade de periodistas que tuvo el país. Fue solidario con sus colegas. Fue una persona que se entregó en cuerpo y alma al periodismo. Quedará como un referente de ética y que debe ser un modelo para esta nueva generación”, dijo Heriberto Morrison.
Al sepelio asistió una reducida cantidad de personas, además de familiares, una delegación de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD), encabezado por el presidente, Ramón Cuello; el editor del periódico El Nacional, Leo Corporán, y vecinos del ensanche La Fe. “Siempre tuvo un comportamiento positivo en el sector, en especial con los niños a quienes los saludaba con la expresión ‘give me five’ (dame esos cinco)”, relata entre llantos, Juan Ramos, quien residía a escasos metros de la residencia de González Tirado.