La combinación de políticas económicas sensatas, en un ambiente de respeto a las leyes y a los compromisos asumidos con las empresas de inversión extranjera, creó un ambiente favorable para la creación en Singapur del cuarto centro financiero más importante y dinámico del mundo, detrás únicamente de New York, Londres y Hong Kong.
El clima favorable a la inversión extranjera permitió a Singapur recibir en el período 2010-2013 influjos netos de inversión extranjera directa por US$132,998 millones, catorce veces más que los recibidos por nuestro país en ese mismo período.
Lee Kuan Yew siempre estuvo claro que las buenas políticas económicas y el férreo compromiso con la “rule of law” eran condiciones necesarias pero no suficientes para transformar a Singapur de un país pobre en vías de desarrollo a uno de los más ricos y desarrollados del mundo en un período de tiempo relativamente corto. La condición más importante de todas era contar con una población lo mejor educada posible. Solo así podría convertir a Singapur en uno de los países más competitivos del mundo.
Lograr una educación de la mejor calidad posible se convirtió en uno de los principales objetivos de la política gubernamental. La mayor parte del presupuesto del Gobierno se destinó a la educación inicial, primaria, secundaria, técnica, pre-universitaria (junior colleges) y universitaria. Para competir globalmente no pueden tenerse pruritos ni complejos. Lee no los tenía.
Por eso, una de las grandes batallas libradas y ganadas por Lee fue la de convertir el inglés en la primera lengua de enseñanza en las escuelas. LKY tenía claro que el ofrecer recursos humanos que dominaran perfectamente el inglés, era un atractivo adicional que otros destinos de la región difícilmente podrían ofrecer a las empresas multinacionales.
El Gobierno no escatimó recursos. Durante el período 1960-2014, Singapur ha invertido un promedio anual de 3.2% del PIB en educación, monto que incluye la inversión del Gobierno en educación pre-universitaria y universitaria.
El compromiso con la educación de calidad era tan fuerte, que en el billete de $2 de Singapur se decidió cambiar en 1999 la imagen de fiesta de la celebración del nuevo año chino por la de niños tomando clases rodeados de las escuelas, institutos y universidades más prestigiosas de Singapur.
Alguien podría indicar que en los años 2013 y 2014 hemos invertido más que Singapur en educación. No olvidemos, sin embargo, que ese tipo de comparación tiene sus debilidades cuando la diferencia de los PIB es enorme, como sucede en el caso de RD y Singapur.
En el 2013 el Gobierno de Singapur invirtió 3.11% del PIB en educación y el nuestro 4.14%. Cuando medimos cuánto fue la inversión efectiva por estudiante, percibimos el porqué hay que tener cuidado con estas comparaciones.
Mientras en 2013 la inversión anual del gobierno dominicano por estudiante de básica o primaria fue de US$787, en Singapur el gobierno invirtió US$6,935, nueve veces más. En el caso de la educación media o secundaria, mientras en el 2013 el gobierno dominicano invirtió US$1,101 por estudiante, el de Singapur invirtió US$9,285, casi 8.5 veces más.
El Gobierno de Singapur, uno de los más efectivos, transparentes y honestos del mundo, ha logrado que cada dólar invertido en la educación genere un elevada productividad. En las últimas pruebas impartidas por el Programa Internacional de Alumnos (PISA) de la OECD correspondientes al año 2012, y en las cuales participaron 65 países, los estudiantes de Singapur obtuvieron la segunda calificación promedio más alta en matemáticas, superados únicamente por los de Shangai (China). En lectura y ciencias quedaron en la tercera posición, superados únicamente por los de Shangai y Hong Kong.
La sólida educación que reciben los estudiantes de Singapur a nivel de básica y media, explica en gran parte el porqué mientras en las universidades dominicanas apenas un 13.8% de sus graduados en el 2013 emanaron de las escuelas de ingeniería, arquitectura, tecnología de la información, ciencias aplicadas y ciencias puras, en las de Singapur esa proporción equivale a 51.0%, casi cuatro veces la nuestra. No es por casualidad que mientras República Dominicana apenas pudo exportar US$658 millones en maquinarias, equipos y productos electrónicos en el 2013, Singapur, en ese mismo renglón, excluyendo las re-exportaciones, registró un total de US$70,753 millones, es decir, 107 veces más.
LKY se propuso también ofrecer a sus habitantes uno de los países más limpios, seguros y verdes del mundo. Actualmente es el único país del mundo que aparece simultáneamente en la lista de los países más limpios y seguros del mundo. Aparece también dentro de las diez ciudades más verdes del mundo. Todo ello se debe al esfuerzo que hizo Lee para entronizar en la cultura de los chinos, malayos e hindúes de Singapur, el valor de un país limpio, seguro y arbolado.
Él mismo dio el ejemplo, limpiando las calles y sembrando todos los años un árbol, siembra que realizó durante 52 años consecutivos. Esto llena de orgullo los singapurenses y de asombro a los 15.6 millones de turistas que visitaron Singapur y gastaron US$18,756 millones en el 2013.
En el mundo se otorgan anualmente los Premios Nobel de la Paz, literatura y algunas ciencias. En matemáticas se otorga el Abel. Ojalá que alguna institución internacional se anime para crear y otorgar un Premio al gobernante que durante su período (o períodos) de gobierno haya contribuido más al desarrollo integral de su país y su pueblo. No podría llevar otro nombre que no sea Premio Lee Kuan Yew. Ningún otro estadista en la historia de la humanidad ha hecho tanto por su país como hizo el hombre sabio de Asia, ese gran gigante de la historia, que llevó el nombre de Lee Kuan Yew. l
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