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En la publicación anterior, bajo este mismo título analizamos datos de lo que ha sido el tema de la reelección presidencial y las reformas constitucionales que para tales fines hemos sufrido a lo largo de nuestra historia. Una vez analizada la situación, desde el punto de vista del contexto histórico, jurídico y geopolítico, ahora presentamos lo que consideramos puede ser una propuesta de solución.
En los nombres de Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux (Lilís), Alejandro Woss y Gil, Carlos Morales Languasco, Horacio Vásquez, Rafael Leónidas Trujillo, Joaquín Balaguer, Juan Bosch, José Francisco Peña Gómez, Jacobo Majluta, Jacinto Peynado, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina, Eduardo Estrella, Guillermo Moreno y Miguel Vargas se resumen más de 170 años de historia política republicana, ya sea habiendo ostentado por más de un período el solio presidencial o intentando alcanzarlo en más de una oportunidad.
No es justo para el relevo político generacional y para el surgimiento de nuevos liderazgos a lo interno de los partidos políticos, y es una muestra de inmadurez política garrafal, que en la República Dominicana tengamos los mismos candidatos a la Presidencia cada 4 años. Y es más injusto todavía que después de una persona ser presidente, candidato y/o ambas condiciones por varios períodos, se insista en promoverlas per secula seculorum.
Con el diseño del sistema político actual, tenemos una cantidad reducida de presidentes candidatos y candidatos presidentes sempiternos. Es como si el retiro o la jubilación no existiesen en el campo político. ¿Acaso se imaginan ustedes a Jimmy Carter, Gerald Ford, George Bush Padre o Hijo, Bill Clinton, Lula Da Silva, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe González, José María Aznar, Rodríguez Zapatero, Andrés Pastrana o Violeta Chamorro siendo candidatos o aspirando de nuevo a ser presidente de sus respectivos países?
Si bien es cierto que como dice el expresidente español Felipe González, los expresidentes son una especie de valioso jarrón chino que nadie sabe dónde poner, no menos cierto es que en ninguna actividad biológica del ser humano, demanda de su eternidad, ya que hasta la vida misma tiene su final.
En República Dominicana los expresidentes deberían dedicarse a forjar y apadrinar nuevos liderazgos políticos en sus respectivos partidos. Entrenarlos, enseñarlos, capacitarlos, forjar escuelas de formación política. Escribir sus memorias, dictar conferencias, asesorar a otros presidentes, salir a trabajar en organismos internacionales. Hay tantas cosas que podrían hacer en vez de empecinarse en repetir como candidatos queriendo volver a ser presidente.
Personalmente creo que establecer el modelo político de Estados Unidos es el modelo más indicado para la República Dominicana. Que sea posible la reelección presidencial por un solo período consecutivo y ya. ¡Nunca más! Y si el presidente que intentase reelegirse, no obtuviese los votos para lograr su segundo período, que tampoco pueda volver a postularse y se considere jubilado de intentar volver a ser presidente.