Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Precisiones1.- Al terminar este trabajo quiero precisar que los adversarios al doctor Balaguer durante su régimen de los doce años no eran santos ni demonios, pura y simplemente eran dominicanos y dominicanas que consideraban…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Para que la opinión pública internacional tuviera conocimiento de la situación que estaba viviendo el país para el año 1980, le remití la siguiente carta al secretario de la Asociación Latinoamericana de los Derechos Humanos:Santiago…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Mi amigo, el hoy finado periodista Miguel Ángel Velásquez Mainardi, también manifestó su rechazo al atropello de que fui objeto por decir lo que creía estaba en el deber de denunciar. Velázquez Mainardi escribió:Incalificable…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

El periódico El Nacional, para esa época bajo la dirección de Mario Álvarez Dugan, publicó un editorial precisando:Negro VerasEl doctor Ramón Antonio Veras (Negro) es un conocido abogado que vive y ejerce su profesión…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Luego, el 17 de noviembre de 1980, en el periódico El Nacional publiqué un artículo con el título «El fiscal de Santiago», en el cual dije, entre otras cosas: En la ciudad de Santiago ocurren hechos al margen de la ley, que el representante…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Denuncias de la represión policial contra el pueblo se extendieron hasta mi persona; un allanamiento a mi domicilio. La intervención del doctor Aníbal Campagna.En los primeros meses del mes de octubre del año 1980,…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

En fecha 3 de junio de 1979 el periódico El Sol hizo constar en su editorial:Ante una denunciaNo debe pasar desapercibida la denuncia formulada la semana pasada por la filial de Santiago del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Ante el comunicado del Sindicato de Periodistas, decidí remitirle una carta, en fecha 22 de junio de 1979, al presidente Antonio Guzmán Fernández, con los siguientes términos:

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

A un año del gobierno del PRD se comprueba la intolerancia política. Un caso en el Ayuntamiento de Santiago. Imposición de la mordaza. Una carta al presidente Guzmán El PRD llegó al gobierno central el 16 de agosto de 1978. El pueblo…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

La reelección hizo sentir más fuerte al doctor Balaguer y a su régimen No hay lugar a discusión: con la reelección en el año 1974, el doctor Balaguer se sintió afianzado en el poder. Para él, había pasado lo peor porque…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo XIXRepresión colectiva a nivel nacional. Continúa la cacería de adversarios políticos Es bueno destacar que las acciones represivas, odiosas y despóticas, del régimen de los doce…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo XVIIICaso Orlando Martínez El 17 de marzo de 1975, fue asesinado el periodista Orlando Martínez, con quien yo mantenía estrechas relaciones de amistad y afinidad política e ideológica.…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo XVIIEn el año 1975 continúa la represión política en nuestro país En vista de que el régimen del Dr. Balaguer continuaba la represión contra sus adversarios políticos, yo no podía ceder…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo XV (2) Después de una campaña hecha principalmente por la radio de la ciudad, el domingo 23, más de trescientas personas, hombres y mujeres de Santiago, entre los cuales había estudiantes, sacerdotes, obreros,…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo XIVDetención de seis dirigentes del Movimiento Popular Dominicano. Mi participación en su defensa. El caso de Onelio Espaillat El 13 de enero del año 1973, seis dirigentes del Movimiento…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo XIII (Segunda parte) Es bueno aclarar que la razón por la cual allanaron mi casa y me hicieron preso fue el asesinato de Francisco Alberto Caamaño, con quien los servicios de seguridad del Estado me vinculaban, lo que no era cierto.

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo XIII (Primera parte)Después de la golpiza continuaba mis orientaciones y defensas a los presos políticos. Casos de periodistas y profesores. Sometimiento al jefe de la Policía local y al encargado de la cárcel.…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo XIILa Policía Nacional me pasa la cuenta por los casos de «El Che» y «El Sombrerero». El primero de mayo de 1972. La golpiza en UNACHOSIN. La primera actividad en la cual participé en el mes de mayo…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo (XI)El caso de «El Sombrerero». La intolerancia oficial. Una burla a la justicia. Su deportación Debo señalar que no me amilanó la advertencia que me hizo el jefe del Servicio Secreto con respecto…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo X (segunda parte) Luego del cuestionamiento fui despachado, pero le hice la observación al jefe del Servicio Secreto que continuaría con las charlas en la forma como venía haciéndolo, y así se lo hice saber a…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo X (primera parte) La organización criminal «La Banda». Charlas y conferencias para concienciar al pueblo. Un interrogatorio en la policía E staba plenamente convencido de que la acción represiva del fiscal…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo IX (tercera parte) Mi investidura como abogado. El asesinato del capitán Salvador Vinicio Polanco Fernández. El caso de «El Che». Detenido por querella temeraria. A la audiencia del día 30 de octubre compareció…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo IX (segunda parte)Mi investidura como abogado. El asesinato del capitán Salvador Vinicio Polanco Fernández. El caso de «El Che». Detenido por querella temeraria.En razón de que la Policía Nacional…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo IX (primera parte)Mi investidura como abogado. El asesinato del capitán Salvador Vinicio Polanco Fernández. El caso de «El Che». Detenido por querella temeraria.En el año 1967 recibí el título…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo VAccionando en la universidad. Participación del Movimiento Estudiantil UniversitarioProcede que haga la observación de que al final de 1961 me inscribí como estudiante en la Facultad de Derecho de la…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo IVConstitución de la Asociación de Estudiantes Secundarios de Santiago (ANES). Movilizaciones y detencionesEl día 7 de septiembre de 1961, en horas de la tarde llegó a Santiago el estudiante universitario …

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

Capítulo II Llegada del MPD a Santiago. Mitin en el Parque Colón. Desfile por la calle Del Sol. Enfrentamientos en Pueblo Nuevo. Detenciones.El año 1960 avanzaba y mi indignación contra la dictadura se…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

d.- Una experiencia personal de la perversidad de Trujillo 49.- Los seres humanos pasamos por momentos difíciles que marcan nuestras vidas; su recuerdo se fija para siempre en nuestra conciencia; la dificultad se nos…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

B- El caso de Minerva Mirabal, después de la fiesta de San Cristóbal. Para que los jóvenes de hoy tengan una idea de lo que fue el régimen tiránico de Trujillo, me voy a permitir tomar como referencia de su perversión…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

II.- Algunos rasgos de comportamiento ante el régimen despiadado de Trujillo. Los opositores al régimen de Trujillo, debían de actuar con mucha inteligencia, sagacidad y prudencia; proceder con disimulo, extrema cautela…

Algunas de mis vivencias estudiantiles y profesionales

SugerenciaSugiero que todo aquel que decida leer los capítulos que integran este texto, en aquellos hechos en los cuales figura el autor, haga abstracción de su persona y retenga solamente los hechos en sí mismos.

Precisiones

1.- Al terminar este trabajo quiero precisar que los adversarios al doctor Balaguer durante su régimen de los doce años no eran santos ni demonios, pura y simplemente eran dominicanos y dominicanas que consideraban que el gobernante representaba el pasado, el trujillismo, la contrarrevolución de abril y la intervención de 1965 y que por tal razón había que enfrentarlo por todos los medios y aplicando todos los métodos, pacíficos y violentos, sin importar las circunstancias.

2.- De igual manera, el doctor Balaguer, desde su punto de vista, consideraba que contra sus opositores políticos también tenía que utilizar todos los métodos sin importar que fueran odiosos, despóticos, inhumanos, crueles y salvajes. Este criterio le llevó a decir, en un discurso que pronunció por televisión, que la oposición a su gobierno no era un nido de palomas, sino una cueva de cacatas.

3.- Yo siempre estuve consciente, como abogado, durante los doce años del gobierno del doctor Balaguer, que no todos los acusados por la Policía eran inocentes. Esto me motivó, una vez hubo cambio de gobierno, a escribir un artículo en La Información del 19 de septiembre de 1978, con el título «El men y El Curío», en el cual dije, entre otras cosas: Durante el régimen que presidió el doctor Joaquín Balaguer asistimos ante los tribunales del país a 2,056 personas acusadas por asuntos políticos. Como abogado siempre tomamos en cuenta para defender a un preso político el hecho de que no hubiera participado en un acto terrorista, conforme resultara del estudio que hiciéramos del expediente. No preguntábamos a qué partido político pertenecía el acusado. Nos bastaba que el amigo o familiar que requería nuestros servicios nos explicara que estaba preso por cuestiones políticas y nosotros convencernos de que el detenido no era un terrorista. Tampoco tomábamos en cuenta a qué partido político pertenecía la persona detenida. Defendimos presos políticos de todos los partidos: PRD, MPD,PCD, PACOREDO, CORECATO, Voz Proletaria, Línea Roja, en fin, de todos los partidos que se oponían al régimen y que sus miembros eran acusados por cuestiones políticas. Así, en defensa de los presos políticos, visitamos distintos tribunales del país, desde Santiago hasta Pedernales, desde San Pedro de Macorís hasta Puerto Plata, desde San Francisco de Macorís hasta Dajabón, en fin, fuimos desde la República Dominicana hasta la Unión Soviética y Estados Unidos de Norteamérica, tocando puertas en defensa de los presos políticos…

4.- La generalidad de las personas a las cuales defendí ante los tribunales penales por cuestiones políticas todavía viven; a ninguna de ellas, ni a sus familiares, les cobré un centavo por concepto de honorarios o servicios profesionales. Les defendí por solidaridad, convicciones políticas e ideológicas y mi compromiso como profesional del derecho.

5.- No guardo ningún rencor por las acciones represivas que los distintos gobiernos y autoridades policiales, militares y civiles han tomado contra mi persona, las he aceptado como formando parte de la lucha social y política en la cual he incidido, aceptando previamente las consecuencias que entraña el accionar político y social.

6.- Si hoy tuviera que volver a recorrer el camino de mis actividades políticas de cuando era estudiante, o el tránsito en la brega por los tribunales penales en defensa de prisioneros políticos, lo retomaría nuevamente y con más fe.

7.- Quiero dejar constancia que la carta de fecha 10 de noviembre de 1980 que le remití, entre otros, al Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales, de quienes recibí respuesta el día 19 de noviembre 1980, precisamente el mismo día de mi detención.

8.- Todo aquel que quiera tener conocimiento directo de lo que he expuesto en los distintos capítulos le basta con recurrir a la fuente de información que cito en las notas al calce de cada capítulo. Algunos documentos reposan en los archivos personales del autor y están a disposición de quien quiera hacer uso de ellos con fines de cualquier investigación seria que pueda servir para elevar la conciencia cívica nacional.

9.- En la relación que he hecho de los distintos casos penales en los cuales intervine durante el gobierno de los doce años del doctor Balaguer, no figuran algunos de relevancia, como el expediente del atraco al mensajero de Rentas Internas en Santiago, sobre el cual ya escribí en una serie relacionada con los casos especiales que defendí en la época a que me he referido.

10.- Creo que todo dominicano o dominicana está en el deber de dar a conocer lo que sabe con relación a hechos que han transcurrido en el país y los cuales no son conocidos por jóvenes que hoy cuentan con 30 o 40 años de edad. Nadie puede considerarse con derecho a tener el monopolio de la verdad.

____________________________________
Fuente de citas:
(1) La Información, 21 de julio de 1962.
(2) La Información, 17 de mayo 1962.
(3) La Información, 11 de agosto de 1960.
(4) La Información, 12 de agosto de 1960.
(5) El Caribe, 8 de julio 1960.
(6) La Información, 9 de
septiembre de 1961.
(7) La Información, 12 de septiembre 1961.
(8) La Información, 18 de octubre 1961.
(9) La Información, 19 de octubre de 1961.
(10) La Información, 16 de julio de 1962.
(11) El Nacional, 25 de octubre de 1970.
(12) El Nacional, 26 de octubre de 1970.
(13) Archivo judicial del Caso El Che.
(14) Archivo judicial del Caso El Che.
(15) Archivo judicial del Caso El Che.
(16) La Información, 15 de enero de 1972.
(17) La Información, 4 de marzo de 1972.
(18) Periódico Última Hora,
4 de marzo 1972.
(19) La Información, 4 de marzo de 1972.
(20) La Información, 10 de abril 1972.
(21) La Información, 20 de abril de 1972.
(22) La Información, 21 de abril de 1972.
(23) La Información, 24 de abril 1972.
(24) El Nacional, 23 de septiembre de 1978.
(25) El Nacional, 4 de mayo de 1972.
(26) El Sol y La Información,
10 de mayo 1972.
(27) Listín Diario, 8 de mayo 1972.
28) El Caribe, 8 de mayo 1972.
(29) La Información, febrero de 1971.
(30) El Nacional, 2 de julio 1973.
(31) El Caribe, 27 de septiembre 1972.
(32) El Nacional, 2 de febrero de 1973.
(33) Última Hora, 2 de mayo de 1973.
(34) El Nacional, 19 de febrero de 1975.
(35) El Sol, 1 de febrero 1973.
(36) Última Hora, 15 de marzo de 1973.
(37) El Nacional, 21 de febrero, 3 y 10 de marzo, 13 de abril de 1973; El Caribe, 2 de marzo 1973; Listín Diario, 3 de marzo 1973.
(38) (Fuente: archivo personal Dr. Veras)
(39) (Fuente: archivo personal Dr. Veras)
(40) (Fuente: archivo personal
del doctor Veras)
(41) El Nacional, 21 de julio 1974.
(42) La Noticia, 21 de agosto 1974.
(43) El Nacional, 6 de septiembre 1974.
(44) El Nacional, 22 de agosto de 1974.
(45) El Nacional, 14 de septiembre de 1974.
(46) Archivo personal Dr. Veras.
(47)(Fuente: archivo doctor Veras)
(48)(Fuente: archivo del Dr. Veras)
(49)(Fuente: archivo del doctor Veras)
(50) (Fuente: archivo del Dr. Veras).
(51) El Sol, 6 de mayo 1975.
(52) La Noticia, 19 de junio de 1975.
(53) El Nacional, 18 de junio de 1975.
(54) La Información, 18 de junio 1975.
(55) Última Hora, 20 de junio de 1975.
(56) (Fuente: archivo del doctor Veras)
(57) El Nacional, 1 de julio de 1976.
(58) La Información, 4
de septiembre de 1976.
(59) El Nacional, 5 de octubre de 1976.
(60) El Nacional, 9 de febrero de 1977.
(61) La Noticia, 14 de diciembre de 1976.
(62) La Información, 2 de agosto de 1977.
(63) El Nacional, 9 de marzo de 1977.
(64) La Noticia, 10 de mayo de 1977.
(65) El Nacional, 10 de mayo 1977.
(66) El Nacional, 25 de agosto de 1977.
(67) La Información, 2 de enero 1979.
(68) El Nacional, 30 de octubre de 1968.
(69) La Información, 30 de mayo1979 y El Nacional, 3 de junio de 1979.
(70) El Nacional, 4 de marzo de 1979.
(71) La Información, 19 de mayo de 1979.
(72) La Noticia, 22 de junio 1979.
(73) (Fuente: archivo personal
del doctor Veras).
(74) La Noticia, 9 de julio 1979.
(75) La Noticia, 15 de julio de 1979.
(76)(Fuente: archivo personal
del doctor Veras.)
(77) El Nacional, 21 de noviembre de 1980.
(78) El Nacional, 20 de noviembre de 1980.
(79) El Nacional, 21 de noviembre de 1979.
(80)(Fuente: archivo personal
del doctor Veras.)
(81) última Hora, 21 de noviembre de 1980.
(82) El Nacional, 21 de noviembre de 1980.
(83) (Fuente: archivo personal
del Dr. Veras).
84) El Nacional, 21 de noviembre de 1980

Posted in Sin categoría

Para que la opinión pública internacional tuviera conocimiento de la situación que estaba viviendo el país para el año 1980, le remití la siguiente carta al secretario de la Asociación Latinoamericana de los Derechos Humanos:
Santiago de los Caballeros, R.D.
27 de noviembre de 1980

Señor
Horacio Sevilla B.
Asociación Latinoamericana por los Derechos Humanos

Distinguido secretario:
En interés de que su organización conozca la situación de deterioro de los derechos humanos en la República Dominicana, le remitimos la presente para que tome nota de la misma y de a conocer su contenido a la opinión internacional.

A medida que transcurre el período presidencial constitucional del gobierno socialdemócrata que preside don Antonio Guzmán Fernández, y ante la imposibilidad de satisfacer las promesas electorales hechas al pueblo, el gobierno dominicano ha optado por utilizar la represión como medio de acallar las demandas de las masas populares.

La represión y persecución se dirige, fundamentalmente, contra los obreros, sus organizaciones sindicales y de masas, así como contra todos los sectores democráticos que en una u otra forma manifiestan su oposición contra los métodos odiosos y despóticos que utiliza el gobierno contra el pueblo.

En el mes de septiembre pasado, tres jóvenes fueron sacados de la cárcel pública de Santiago, uno de ellos está desaparecido y otro fue encontrado muerto con un bloque colgado en el cuello después que lo lanzaron al Océano Atlántico, en la ciudad de Puerto Plata.

Recientemente la ciudad capital fue escenario de acciones represivas que consternaron a todo el pueblo dominicano.

Profesores que se encontraban en huelga de hambre dentro de una iglesia fueron sacados a palos en horas de la madrugada por una banda de forajidos con estampa oficial y a esta acción no escaparon los sacerdotes que se encontraban durmiendo en la iglesia.

El día 19 del corriente mes nosotros mismos fuimos detenidos, vejados y nuestra casa allanada por el simple hecho [de] denunciar el estado de represión que está imperando en el país y particularmente en la ciudad de Santiago.

El doctor José Francisco Peña Gómez, secretario general del partido que está en el gobierno y directivo de la organización de la que usted forma parte, puede dar testimonio de lo que informamos por medio de la presente. Para su mejor información le estamos remitiendo documentos que revelan lo que decimos.

Consideramos prudente que la Asociación Latinoamericana por los derechos humanos ponga en conocimiento de la opinión pública internacional la precariedad de los derechos humanos en la República Dominicana y de su deterioro en los últimos tiempos.

En igual sentido nos estamos dirigiendo a otras organizaciones internacionales que se preocupan por los derechos humanos, a fin de que tomen conciencia de lo que está ocurriendo en nuestro país bajo el gobierno que preside don Antonio Guzmán Fernández.
Sin otro particular le saluda,
Ramón Antonio Veras.

El amigo Álvaro Arvelo hijo, escribió una de sus «Cápsulas» con respecto a mi caso, y dijo:
El doctor Negro Veras es un prominente abogado, articulista, intelectual y santiagués preocupado por su país.
Aunque no comparto muchos de los planteamientos del buen amigo de la Hidalga, le tengo mucho respeto. Como se lo tienen sus compatriotas. Y como se lo deben tener las autoridades. Se supone.(84)

Debo señalar que al momento de darle inicio al interrogatorio, el general Paulino Reyes de León se despojó de su arma de reglamento, la colocó sobre su escritorio y me dijo: «Prepárate para que nos matemos tú y yo; tú no eres más que un difamador; quiero que me des detalles de lo que dices en tu carta leída ayer por la radio, desgraciado». Le respondí:

General, su arma no guarda proporción con la mía pues usted tiene una pistola y yo solamente mi boca, por tal razón no podemos batirnos a tiros; no soy un difamador porque lo que digo en mi carta se lo puedo probar: usted sabe que bajo su jefatura policial en Barahona, fueron asesinados los hermanos Viloria; usted fue sacado de San Cristóbal, por represivo, mediante una resolución del Ayuntamiento, y también bajo su jefatura en San Francisco de Macorís desapareció el dirigente emepedeísta Pablo Liberato Rodríguez; por último, general, ahora bajo su jefatura en Santiago han desaparecido los tres muchachos que motivaron mi carta.

Por coincidencia, al momento de terminar mi respuesta, hizo acto de presencia el doctor Aníbal Campagna, quien desempeñaba el cargo de gobernador de la provincia de Santiago.

Una vez llegó Aníbal y saludó al general, éste le dijo: «Doctor, ¿y usted también viene a hablar en favor de este perro que tiene en zozobra a Santiago y difama los cuerpos armados?» Acto seguido le dijo: «Mire doctor, esta carta fue la que este hijo de puta leyó ayer por la radio en contra de mi persona»
Aníbal comenzó a leer la carta y al terminar, dijo:

General, esta carta es muy dura, el doctor Veras es muy apasionado, pero vengo porque el señor Presidente don Antonio Guzmán, ha recibido varias llamadas desde Santiago solicitándole que intervenga por la libertad del Dr. Veras, y el señor Presidente quiere que usted le complazca.

El general Reyes de León, le respondió: «Doctor, llévese de mi presencia a este abusador, y yo espero que no me ofenda otra vez este desgraciado».
Abandoné el cuartel policial luego de haber pasado un día de amarguras, sinsabores y humillaciones.

Con el doctor Aníbal Campagna, mantuve siempre cordiales relaciones, desde que él era dirigente de la Unión Cívica Nacional y luego senador.

Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Mi amigo, el hoy finado periodista Miguel Ángel Velásquez Mainardi, también manifestó su rechazo al atropello de que fui objeto por decir lo que creía estaba en el deber de denunciar. Velázquez Mainardi escribió:

Incalificable atropello

Hace dos días fue arrestado por varias horas, el doctor Ramón Antonio Veras. El apresamiento ocurrió en el Palacio de Justicia de Santiago en momentos en que el jurista atendía asuntos concernientes a su oficio.

Visto así, simplemente, el hecho nos debería mover a serias reflexiones porque cualquiera está expuesto a una detención por los más disímiles motivos. En cualquier sociedad, salvo los que gozan de privilegios, hasta por una insignificante infracción de las leyes de tránsito puede uno caer preso.

Pero el apresamiento del doctor Ramón Antonio Veras no obedeció a ninguna causa que lo justificara. Por lo que se ha sabido, ni se le acusaba de haber violado ninguna ley ni se le tenía por sospechoso en la comisión de algún delito.
Sencillamente, se le detuvo sin mayores explicaciones.

En la sede policíaca, sin embargo, sí se supo, al instante, por qué se le había hecho preso. Según su propio testimonio, el primer objeto de su detención fue amedrentarlo, con los mismos procedimientos de la Era de Trujillo, para forzarlo a cambiar de actitud y doblegarlo por el terror.

Efectivamente, el doctor Ramón Antonio Veras ha dicho que lo primero que hizo el jefe del Departamento Norte de la Policía Nacional con asiento en Santiago, general Paulino Reyes de León, fue reunir a los oficiales de ese destacamento para decirles: «¡Este es Negro Veras, reconózcanlo!» ¿Qué perseguía el alto jefe policíaco con este terrorífico señalamiento? Evidentemente, mostrar a alguien sobre quien se ciernen ominosos designios para su seguridad personal debido a su destacada y consecuente actividad democrática en defensa de los derechos humanos.

No otra cosa se puede inferir del procedimiento empleado por el general Paulino Reyes de León. Pero ahí no se queda todo, porque con ese aparataje no concluyó el atropello de que fue víctima el doctor Ramón Antonio Veras. No, hay algo más grave aún que ese método intimidatorio. En efecto, según lo dicho por el distinguido jurista, a él se le trató con palabras soeces, en forma más desconsiderada que cuando estuvo preso durante la tiranía de Trujillo. Esa conducta policíaca dista mucho de la prédica que ha hecho el Gobierno del PRD y el mismo jefe de la institución mayor general y doctor Virgilio Payano Rojas.
¿Hay asideros para presuponer que existen dos jefaturas policíacas?

Si en el pasado reciente, cuyos métodos no han sido erradicados, se daban esos casos de dualidad, ¿por qué negar que ahora, estando el poder disperso, en compartimientos inexpugnables, no esté sucediendo lo mismo? El arresto del doctor Ramón Antonio Veras deja bien claro que en Santiago y en toda la zona Norte hay autonomía de acción para el mencionado jefe policíaco. Igual que ese hecho hay otros que, concatenados, sirven de evidencias para establecer esa conclusión sobre una base inobjetablemente lógica.

¿Quiénes mandaron a cometer el atropello contra el doctor Ramón Antonio Veras? ¿Quiénes fueron los responsables de la burda patraña con la que se pretendió fundamentar mi arresto hace algunos meses? En uno u otro caso, por lo que he podido averiguar, están en las manos de cuatro funcionarios civiles, que despachan en el Palacio Nacional, y que manejan el poder a su antojo y caprichos. (82)

Los movimientos obrero y sindical, en vista de la acción policial en mi contra, fijaron su posición pública emitiendo un comunicado con los siguientes términos:
Los trabajadores de Santiago demandamos la libertad del jurista santiagués doctor Ramón Antonio Veras

Las organizaciones sindicales abajo firmantes, frente a las graves violaciones a los derechos humanos que se vienen cometiendo en la ciudad de Santiago, específicamente frente al arbitrario allanamiento y detención del doctor Ramón Antonio Veras, queremos manifestar nuestra activa repulsa a estos hechos que están llevando la zozobra y la intranquilidad a los hogares de nuestro pueblo.
Desde que el general Paulino Reyes de León fue nombrado por el gobierno de Antonio Guzmán Fernández en la Jefatura del Comando Regional Norte de la Policía Nacional con asiento en Santiago, los atropellos y arbitrariedades han estado a la orden del día en nuestra apacible y tranquila ciudad de Santiago.
Con motivo de la justa huelga de la Asociación Dominicana de Profesores ADP, muchos de los integrantes y dirigentes de esa organización sindical han tenido que abandonar sus hogares frente a la actitud represiva de dicho general.

Hoy, la escalada represiva llevada a cabo por la Policía Nacional en esta ciudad de Santiago y exabrupto del general Reyes de León, han tocado a la persona del Dr. Ramón Antonio Veras.

Para nosotros los trabajadores es bien conocida la actitud firme y decidida del doctor Veras en torno a la defensa de los intereses de nuestra clase y en contra de los patronos explotadores.

Los trabajadores santiagueros hemos conocido y recibido de múltiples maneras la solidaridad y el apoyo desinteresado del doctor Negro Veras. Cuantas veces hemos sido objeto de los abusos y arbitrariedades por parte de los patronos, o bien hemos necesitado de la orientación en torno al tratamiento de determinados problemas, siempre ha estado presente el doctor Veras.

Por todo ello y atendiendo a nuestra vocación de organizaciones sindicales con espíritu democrático y fieles defensores de los derechos humanos, firmamos este documento en demanda del cese de las persecuciones, apresamientos y allanamientos a dirigentes sindicales y personalidades públicas de Santiago.
También demandamos del gobierno del presidente Antonio Guzmán Fernández, que se ponga inmediatamente en libertad al doctor Ramón Antonio Veras, así como que se ordene una exhaustiva investigación en torno a las denuncias de los abusos de poder que está cometiendo en la ciudad de Santiago el general Paulino Reyes de León.

Por último, las organizaciones sindicales de Santiago exigimos que, para que la paz y la tranquilidad pública vuelvan a esta ciudad, el gobierno debe prescindir de generales que, como Paulino Reyes de León, ponen en entredicho las cacareadas libertades públicas.

Por las organizaciones sindicales: Movimiento Sindical de la Unidad Obrera, Federación de Trabajadores del Norte (SITRACODE), Sindicato de Trabajadores de la Tenería Cibao, Sindicato de Trabajadores de SITRACORAASAN, Sindicato de Carpinteros de Santiago, Sindicato de Zapateros de Santiago, Sindicato de la Zona Franca, Sindicato de Mecánicos de Santiago, Sindicato de Trabajadores de Lavandería de Santiago, Central General de Trabajadores (CGT), Sindicato de Trabajadores Telefónicos (STT), Sindicato de Trabajadores de la Pepsi Cola, Sindicato de Trabajadores de Tenería Bermúdez, Sindicato de Panaderos Santiago, Sindicato de Albañiles de Santiago, Sindicato de la Industria Germán, Sindicato de Trabajadores de Bombas de Gasolina, Sindicato de Sastres de Santiago, Asociación de Empleados de La Curacao. (83) l
Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

El periódico El Nacional, para esa época bajo la dirección de Mario Álvarez Dugan, publicó un editorial precisando:

Negro Veras

El doctor Ramón Antonio Veras (Negro) es un conocido abogado que vive y ejerce su profesión en Santiago. Al doctor Veras se le conoce como un hombre que profesa ideas políticas de izquierda. Es un defensor a rajatabla, de los derechos humanos de los haitianos que residen en el país.

Y es un enemigo jurado de la tiranía que encabeza Jean Claude Duvalier. El doctor Veras vierte sus ideas en una columna que escribe, desde hace tiempo, en El Nacional.

No es necesario compartir las ideas que expone el doctor Veras, muchas veces con crudeza, para respetar las mismas.

Y hay que hacer constar que el doctor Veras desarrolla sus actividades a la luz del día. No lo hace en forma oculta, clandestina. Jamás ha escondido su pensamiento político y lo expone por la prensa, la radio y la televisión.

El último artículo publicado por el doctor Veras en El Nacional –el pasado lunes constituyó una defensa de las actuaciones del fiscal de Santiago y una censura a lo que él considera que son actuaciones desacertadas de la comandancia policial de esa ciudad. El miércoles último el doctor Veras fue arrestado e interrogado durante varias horas por la Policía destacada en la ciudad norteña. Su residencia, previo al arresto, fue allanada y la detención se produjo cuando el abogado se encontraba en el Palacio de Justicia. Este hecho merece una aclaración oficial. La ciudadanía tiene derecho a saber por cuáles razones se produjo y qué fines perseguían las autoridades con el mismo.

Si alguna persona –civil o de uniforme- entiende que el doctor Veras ha violado algún precepto legal con sus pronunciamientos, orales o escritos, tiene a su alcance los mecanismos que la propia ley establece. El doctor Veras podría ser sometido, en ese caso, por violación a la Ley de Expresión y Difusión del Pensamiento. Y sólo un tribunal es el calificado para conocer el mismo. La detención del doctor Veras, pues, es algo que el gobierno debe aclarar. El doctor Veras profesa ideas políticas que a mucha gente no gustan. Su forma de escribir tampoco puede agradar a muchas personas, por encima de todo esto, el doctor Veras no es un delincuente… (79)

He aquí la carta que le remití a Mario Álvarez Dugan, con motivo del editorial publicado en el periódico El Nacional:

Santiago de los Caballeros
21 de noviembre de 1980

Señor
Mario Álvarez D.
Director de El Nacional de Ahora

Distinguido Director:
Compartimos plenamente los términos vertidos en el editorial del periódico El Nacional de fecha 21 de noviembre de 1980 en el sentido de que: Si alguna persona –civil o de uniforme- entiende que el doctor Veras ha violado algún precepto legal con sus pronunciamientos, orales o escritos, tiene a su alcance los mecanismos que la propia ley establece. El doctor Veras podría ser sometido, en ese caso, por violación a la Ley de Expresión y Difusión del Pensamiento. Y sólo un tribunal es el calificado para conocer el mismo.

Durante el interrogatorio a que fuimos sometidos en el Servicio Secreto de la Policía Nacional en Santiago expresamos claramente que estábamos dispuestos a comparecer ante los tribunales para probar que no incurrimos en difamación e injuria contra la Policía Nacional ni contra el general José Paulino Reyes de León.
En cualquier momento podemos probar que el artículo publicado en El Nacional, en fecha 17 de noviembre en curso, así como la carta enviada a monseñor Roque Adames, a la Asociación de Abogados de Santiago y al Sindicato de Periodistas Profesionales, Regional Norte, y que motivaron nuestra detención, no contienen términos injuriosos ni difamatorios contra ninguna persona o institución.

Si se me respeta mi integridad física y se me permite mi propia defensa ante los tribunales estoy dispuesto, todavía hoy, a probar que no he difamado ni injuriado a la Policía Nacional ni al general José Paulino Reyes de León.
Puede usted hacer el uso que considere de lugar de esta carta, incluso publicarla.

Con la mayor estima y consideración, le saluda atentamente, Ramón Antonio Veras. (80)(Fuente: archivo personal del doctor Veras.)

En 1980, Carlos Cepeda, era un periodista joven y destacado, honesto y talentoso; hoy es víctima de los vicios que dominan a la sociedad dominicana. Le conocí cuando yo dictaba charlas y conferencias en los clubes culturales de Santiago. Carlos era un activista clubístico vinculado al Club Luz y Progreso, del cual era directivo. Desde esa época le quiero y distingo y quisiera que se curara del terrible mal que lo ha destruido como ser humano. Ante mi detención, escribió el artículo que se transcribe a continuación:

Cuidado con Negro Veras

Le recuerdo cuando en los años del terrorismo de izquierda y de derecha él condenaba ambas formas del delito común. Entonces yo era un niño, y también le recuerdo cuando alguna madre de un prisionero político requería sus servicios gratuitos para enfrentarse a jueces, fiscales y a algún expediente prefabricado. Desde entonces conozco a Negro Veras, y estoy seguro que no ha cambiado. Es un hombre de izquierda. Y como abogado es bien conocido porque, a pesar de su talento y habilidades, creo que aún no ha comprado un Mercedes Benz. Es un hombre de izquierda, pero no es un comunista en el sentido leninista de que comunista sólo es el cuadro del partido. Tiene tres o cuatro grandes pasiones políticos-sociales: es un romántico defensor del socialismo, de esos a quienes no basta Afganistán, Checoslováquia (naciones invadidas por Rusia), Cuba agresora en África, o Polonia como «estado proletariado » profundamente cuestionado por los obreros. El es, en su segunda gran pasión, un firme defensor de los sindicatos.

Su tercera pasión es la defensa de los derechos humanos que él resume en la defensa de los perseguidos políticos y los perseguidos de la miseria en Haití. Esto hay que respetarlo. La cuarta y última gran pasión del doctor Ramón Antonio Veras es la de defender, aunque esté en juego su vida, sus creencias, sus puntos de vista sobre la política y los problemas sociales. Si me piden que defina a Negro Veras en lo ideológico, yo me arriesgo a decir que es simple y sencillamente un rebelde, un amante de la libertad y la verdadera justicia social. Un abogado que si hoy es un rebelde contra muchos males del capitalismo, mañana bien podría ser un disidente en el exilio de un régimen comunista, como siempre ocurre con los auténticos rebeldes.

Negro, el abogado que combatió los expedientes prefabricados en el pasado gobierno, de la misma forma en que censuró los atracos y las muertes de agentes policiales por terroristas de izquierda, no goza de muchas simpatías en Santiago, su ciudad que no ha abandonado a pesar de las posibilidades que tuvo en 1978 de venir a la capital a una posición oficial. A él nunca le han querido los sectores cavernarios de la derecha santiaguera, ni los radicales de izquierda, como en la Argentina de hoy el premio Nobel de la Paz, Alfredo Pérez Esquivel, no es santo de la devoción de montoneros ni de generales fascistas. El presidente Antonio Guzmán, quien conoce desde hace muchos años a Negro Veras, no haría mal si instruye al comandante policial de Santiago para que deje en paz al doctor Veras.

Negro, señor Presidente, definido con el estilo humorístico herreriano, es algo así como un «agitador» necesario y de buena fe para la democracia. . (81) l

Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Luego, el 17 de noviembre de 1980, en el periódico El Nacional publiqué un artículo con el título «El fiscal de Santiago», en el cual dije, entre otras cosas:
En la ciudad de Santiago ocurren hechos al margen de la ley, que el representante del Ministerio Público debiera de tener conocimiento o, por lo menos, tomar una posición activa ante ello. Pero no está ocurriendo así; en Santiago no se siente la presencia del Ministerio Público cuando la Policía Nacional está actuando al margen de la ley.

Tenemos la firme creencia de que la acción de la Policía Nacional, por lo menos en los últimos tiempos, ha neutralizado la acción del Ministerio Público, Lic. Silverio Collado.

Es posible que el Lic. Collado, un joven profesional que se destacó durante el tiempo que ejerció su profesión por ser serio y ejecutar sus acciones dentro del marco de la disciplina y la ética profesional, esté ignorando que las violaciones a la ley y a la Constitución estando él al frente de la Procuraduría Fiscal de Santiago, le afectan en su condición de profesional serio y responsable. De seguir imperando el terror policial en Santiago, lo más atinado para el Lic. Silverio Collado es que renuncie al cargo que desempeña para que su lugar sea ocupado por otro profesional del derecho que ajuste sus actuaciones a lo que quiera la Policía Nacional en esta ciudad, ejecutando actos al margen de la constitución y las leyes.

Después de ocho días sin recibir respuesta y al día siguiente de publicar el citado artículo, en la edición de la tarde del programa de radio «La Situación Mundial», le di lectura íntegramente a mi carta del 10 de noviembre de 1980. El 19, mientras me encontraba en los estrados de la Primera Cámara Penal de Santiago, se presentó ante mí el Jefe del Servicio Secreto en compañía de un agente de la institución policial y me dijo: «doctor Veras, quiero que me acompañe al cuartel de la Policía ». «¿En qué calidad?», le pregunté de inmediato. «Detenido », fue la respuesta. Le pedí excusas para retirarme a la juez que presidía la audiencia, me quité la toga y el birrete y salí del tribunal en compañía del oficial y del agente policial.

Le relaté mi detención a la prensa en la forma siguiente:
El día miércoles, 19 de noviembre, o sea ayer, a las nueve y treinta de la mañana, mientras me encontraba en actividades profesionales en el Palacio de Justicia de la ciudad de Santiago, se presentó ante mí el jefe del Servicio Secreto de la Policía Nacional con asiento en Santiago, en compañía de otro agente, y me dijo que el general Paulino Reyes de León quería hablar conmigo. Le pregunté al oficial que si era en calidad de detenido. El oficial me respondió diciéndome que era en calidad de detenido. Una vez llegamos al Palacio de la Policía, fui llevado al Departamento Secreto y desde allí al despacho del general Paulino Reyes de León, quien de inmediato convocó a todos los oficiales y jefes de departamento de la institución para que me conocieran personalmente.

Luego del chequeo y registro de rigor, fui llevado a la cárcel preventiva de la Policía en Santiago donde permanecí desde las diez de la mañana hasta las dos de la tarde, cuando fui requerido para someterme a un interrogatorio. El interrogatorio giró en torno a una carta que había enviado a monseñor Roque Adames Rodríguez, a la Asociación de Abogados de Santiago y al Sindicato Nacional de Periodista Profesionales, Regional Norte, y a un artículo que salió publicado en El Nacional, en fecha 17 del mes en curso con mi firma.

Durante el interrogatorio hice constar que en ningún momento había tenido intención de injuriar ni difamar a la institución policial ni al general Paulino Reyes de León.

Durante el tiempo que permanecí detenido no fui objeto de agresión física, aunque sí se me lanzaron palabras hirientes.

En reiteradas ocasiones le manifesté al general Paulino Reyes de León, como a los otros oficiales que participaron en el interrogatorio, que no tengo ninguna animosidad contra la institución ni contra su jefe en Santiago, que lo que dije en la carta y en el artículo fue recogido de informaciones que me han suministrado personas que están siendo perseguidas, y [por] sus familiares, así como [por] personas que han sido objeto de detención en los últimos.

Durante el tiempo que permanecí detenido no fui objeto de agresión física, aunque sí se me lanzaron palabras hirientes.

En reiteradas ocasiones le manifesté al general Paulino Reyes de León, como a los otros oficiales que participaron en el interrogatorio, que no tengo ninguna animosidad contra la institución ni contra su jefe en Santiago, que lo que dije en la carta y en el artículo fue recogido de informaciones que me han suministrado personas que están siendo perseguidas, y [por] sus familiares, así como [por] personas que han sido objeto de detención en los últimos días en Santiago. De la detención de que fui objeto lamento, primero que contra mí se lanzaran palabras hirientes.

Segundo, que se me presentara como si fuera un vulgar delincuente ante oficiales y jefes de departamentos de la Policía en Santiago, y, tercero, que mi casa fue objeto de un allanamiento que, aunque se hizo con todas las de la Ley, no por eso deja de ser inquietante para mí y mis familiares.

Es posible que la Policía Nacional y el general Paulino Reyes de León, luego del interrogatorio que se me practicó, comprendieran que en ningún momento quise herir, difamar ni injuriar a la Policía ni a su comandante en Santiago. Luego de esto fui puesto en libertad, tras gestiones que realizara el doctor Aníbal Campagna y el movimiento de opinión de la Asociación de Abogados de Santiago, a las dos y unos minutos de la tarde. (77)

En su columna «Pulsaciones»,
Radhamés Gómez Pepín, refiriéndose a mi caso, publicó el siguiente artículo:
Pulsaciones

Negro Veras, el doctor Ramón Antonio Veras, por si alguien no lo conoce, ha vuelto a caer preso por decir lo que considera su verdad. Esta vez Negro Veras ha dicho algunas cosas que tienen que ver con la actuación de la Policía en Santiago, o más bien con el comandante de la región Norte, general Paulino Reyes de León. Según Negro Veras, ese oficial ejerce presión indebida sobre las autoridades judiciales de Santiago y citó casos específicos para avalar sus afirmaciones. Parece que la copa de la paciencia policial se desbordó con una carta que envió Negro Veras al obispo de Santiago, monseñor Roque Adames, y que fue leída por una radioemisora de esa ciudad. Entonces a Negro Veras lo detuvieron ayer en la mañana en el Palacio de Justicia y lo llevaron al Servicio Secreto de la Policía en Santiago, en donde –en presencia del general Reyes de León lo recubrieron de insultos impublicables, según me dijo ayer tarde por teléfono. Cualquier policía diría que nadie iba a leerle un poema de fray Luis de León o de Amado Nervo, y yo estaría de parte de quien diga eso.

Hay costumbres que no cambian por nada ni por nadie. Ahora bien, la mejor forma de evitar este tipo de incidentes es mediante una actuación que despeje todo género de dudas, con la Ley siempre en las manos, como tanto se dice.

Porque la Policía Nacional en Santiago ha sido escenario de hechos realmente lamentables en los últimos tiempos, y no quisiera citar como ejemplo el caso de los tres jóvenes sacados de la cárcel de allí, uno de los cuales todavía está desaparecido y a otro lo encontraron muerto con un bloque colgado en el cuello después que lo lanzaron al Océano Atlántico, por Puerto Plata. El ejemplo que quiero mencionar ocurrió el sábado último minutos antes de un juego de pelota en el Estadio Cibao, en donde participaría el equipo Águilas Cibaeñas. Con una sentencia judicial en sus manos y cubiertos todos los trámites que determinan las leyes, el licenciado Radhamés Bonilla fue a ejecutar un embargo contra la empresa Águilas Cibaeñas, C. Por A., y tanto ese abogado como sus acompañantes fueron a parar a la cárcel. El licenciado Bonilla dijo que tanto a él como al alguacil actuante se les hizo «fichas políticas» en el Servicio Secreto de Santiago pero aún así el fiscal de esa ciudad parece que desechó la burda acusación policial de escándalo en la vía pública y las otras yerbas que le habían añadido. El licenciado Bonilla, sencillamente, procedía a ejecutar una sentencia legal de embargo contra Águilas Cibaeñas, C. por A., que según esa sentencia debe un dinero a un cliente del abogado. Si eso se hace con una sentencia, entonces habrá que imaginarse qué cosa no sucederá frente a las opiniones verticales y zigzagueros que acostumbra emitir Negro Veras. Felizmente el trato que recibió Negro Veras no le causa sorpresa. Lo mismo que hacían cuando el doctor Balaguer. (78) El Nacional, 20 de noviembre de 1980.

Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Denuncias de la represión policial contra el pueblo se extendieron hasta mi persona; un allanamiento a mi domicilio. La intervención del doctor Aníbal Campagna.

En los primeros meses del mes de octubre del año 1980, tres muchachos de unos diez y once años de edad asaltaron, según se dijo, a una hermana del Presidente de la República, don Antonio Guzmán Fernández y la despojaron de una prenda preciosa. Los niños fueron detenidos y encarcelados en el cuartel de la Policía Nacional en Santiago, al frente de la cual estaba el general Paulino Reyes de León.

A los pocos días de su detención, los tres menores desaparecieron del cuartel policial; uno de ellos apareció flotando en las aguas del Océano Atlántico, en Puerto Plata, otro fue rescatado con vida y protegido por la prensa y el tercero no apareció jamás.

Desde hacía varios días venía observando que la ciudad de Santiago estaba viviendo bajo el terror policial impuesto por Paulino Reyes de León.

Esta situación me mantenía indignado y, unida al caso de los tres niños, me motivó elaborar una carta en fecha 10 de de noviembre de 1980. He aquí el contenido íntegro de la comunicación.
Santiago de los Caballeros
10 de noviembre de 1980

Reverendo
Monseñor Roque Adames
Obispo de Santiago

Señores
Directivos de la Asociación de Abogados de Santiago, Inc.
Ciudad

Señores
Directivos del Sindicato de Periodistas Profesionales
Ciudad

Señor Reverendo y Directivos:
Por medio de la presente ocupamos su atención con respecto a algo que nos preocupa y que de seguro también preocupa a otros hombres y mujeres de Santiago. Nos queremos referir a las actuaciones del general Paulino Reyes de León, jefe del Comando Norte de la Policía Nacional con asiento en Santiago.
En la ciudad de Santiago la lucha política y social se ha desarrollado siempre en forma diferente a la de otras ciudades del país, lo que tiene su explicación, probablemente, en la forma en que se ha desarrollado su economía y la estructura de las clases sociales de nuestra ciudad y sus pueblos vecinos. Así, mientras que en la ciudad capital la lucha social y política se efectúa en forma áspera, no se puede decir lo mismo de la ciudad de Santiago.

Incluso, bajo regímenes odiosos y despóticos, como los de Trujillo y Balaguer, la lucha social, la represión y la persecución, no se manifestaron en Santiago en forma idéntica a la de otras ciudades del país. «La 42», cuando Trujillo, y «La Banda» y «Los Incontrolables» durante el régimen de Balaguer, no llevaron a cabo acciones criminales en Santiago en la forma como lo hicieron en la ciudad capital.

Las veces que la ciudad de Santiago ha sido víctima de una acción criminal colectiva, como el caso de «Los Panfleteros», durante la Era de Trujillo, o casos individuales como fueron los crímenes contra Moncito Vargas (a) Vargas Vila, Boyoyo y los esposos norteamericanos Porter, los residentes en esta ciudad han expresado, en una u otra forma, su sentir; su repulsa se ha hecho sentir contra la acción política criminal, ante los órganos de poder oficial.

Hemos dado las explicaciones anteriores para referirnos a la actuación, como jefe del Comando Norte, del general Paulino Reyes de León.

La ciudad de Santiago está viviendo, a nivel de sectores populares y marginados, obreros y estudiantes, un estado permanente de terror desatado por la Policía Nacional bajo el mando del general Paulino Reyes de León. En los últimos tiempos en esta ciudad se han ejecutado actos criminales que repugnan a la conciencia cívica, a la convivencia civilizada y al comportamiento de todos los habitantes de la ciudad de Santiago de los Caballeros; han ocurrido hechos de sangre, dentro y fuera del cuartel de la Policía Nacional de aquí, y en una u otra forma miembros de la Policía Nacional han sido señalados por la opinión pública y los familiares de las víctimas, como responsables de tales acciones.
Ciudadanos, organizaciones políticas, sindicales y estudiantiles están sintiendo el peso de la represión policial.

Ya no es en forma aislada, sino en forma sistemática que dirigentes políticos, gremiales y estudiantiles son objeto de persecución por sus actuaciones apegadas a la Constitución política vigente, por defender sus derechos, o por la simple razón de no compartir la forma como se dirigen desde el gobierno central los destinos del país.

Las actuaciones del general Paulino Reyes de León no se compadecen con la conducta y el comportamiento de los habitantes de Santiago; ciudad de hombres y mujeres laboriosos que, si es cierto que en su gran mayoría viven en estado de miseria, desempleo y marginación social, no es menos cierto que esto no les quita su derecho a luchar por un futuro mejor para sí y para sus hijos, sin vivir en un estado permanente de inseguridad.

El comportamiento de la Policía Nacional en Santiago, bajo la dirección del general Paulino Reyes de León no se compadece con la existencia de un clima de convivencia democrática a que aspira vivir el pueblo dominicano, y en particular el pueblo de Santiago. Está al margen de la Constitución y las leyes todo acto que vulnere los derechos y libertades consagrados en nuestra Carta Magna. La conducta del general Paulino Reyes de León, en esta ciudad, no difiere a la que el mismo oficial ha observado en otras en el pasado régimen, y en el presente.

Los pueblos de Barahona, San Pedro, San Francisco de Macorís y San Cristóbal son testigos de los métodos represivos que ha aplicado el general Paulino Reyes de León contra la ciudadanía.

En nuestra ciudad el estado de terror e inseguridad que se siente mucho en los barrios marginados y populares ha llegado hasta el punto de que los hombres y mujeres del pueblo que se sienten perseguidos o que tienen sus familiares apresados, no tocan las puertas del máximo representante del Ministerio Público, el Procurador Fiscal, porque consideran que la acción de la Policía Nacional aquí neutraliza la función y misión del Ministerio Público. El hecho de que la represión no se lance contra determinadas figuras de la vida política local de la oposición, o de cierta notoriedad por sus actividades políticas en el seno del pueblo, no quiere decir, en modo alguno, que no exista. La represión existe y se siente; la sufren las masas populares, los trabajadores, los hombres y mujeres del pueblo que en una u otra forma expresan su sentir contra los abusos que se cometen o luchan por sus derechos burlados y pisoteados.

El obispo de Santiago, monseñor Roque Adames, periodistas destacados, etc., han sido, en su oportunidad, testigos del desprecio que tiene el general Paulino Reyes de León por los hombres y mujeres que en este país se preocupan por el destino de los que sufren, o que tratan de calmar el dolor de aquellos que han perdido, en una coyuntura política dada, a sus seres queridos.

Si ayer levantamos la voz para expresar nuestra firme protesta contra los abusos y atropellos que ejecutó el régimen que presidió el doctor Joaquín Balaguer, hoy también debemos decir claramente que no estamos de acuerdo con la inseguridad, intranquilidad, abusos y atropello que están ocurriendo en la ciudad de Santiago. La defensa de los derechos humanos y las libertades públicas no puede ser hija de las circunstancias.

Por todo lo antes dicho creemos que se debe integrar un amplio movimiento de opinión pública con el fin de que el pueblo dominicano haga conciencia de los métodos odiosos y despóticos que está aplicando la Policía Nacional en Santiago bajo la dirección del general Paulino Reyes de León.

Al externar nuestro criterio con respecto a las actuaciones del general Paulino Reyes de León no estamos movidos por posiciones personales. Lo que nos mueve a escribir estas líneas es que no compartimos la represión, venga de donde venga, y sin importar contra quién se dirija, y si nos dirigimos a ustedes es porque creemos que están en la posibilidad de mover amplios sectores de opinión pública, a fin de que en Santiago cese el terror que impera hoy.
Atentamente, doctor Ramón Antonio Veras. (76). Hasta ahí el contenido de mi carta.
Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

En fecha 3 de junio de 1979 el periódico El Sol hizo constar en su editorial:
Ante una denuncia

No debe pasar desapercibida la denuncia formulada la semana pasada por la filial de Santiago del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales en el sentido de que varios de sus miembros han recibido presiones para que «amolden» su trabajo a las corrientes oficialistas que dirigen empresas estatales. Más específicamente, los directivos del SNPP en Santiago señalaron que al noticiero Mundo Noticias, que difunde Radio Libertad, le retiraron los anuncios de la Compañía Anónima Tabacalera por haber publicado una entrevista hecha al doctor Ramón Antonio Veras. Se ha afirmado públicamente, también, que el director de otra emisora santiaguense dio instrucciones a los periodistas para que no difundan declaraciones del abogado Negro Veras, y que otro programa, incluso realizado por perredeístas, también le retiraron anuncios por diferencias intrapartidarias. La situación ha llegado al grado de que los directivos de la regional del SNPP decidieron solicitar una entrevista al presidente Guzmán para tratarle sobre esas «agresiones económicas y políticas».

Cualquiera se resiste a creer que no hay alguna exageración de parte de los colegas santiaguenses, porque eso resulta increíble a menos de un año de establecido el presente gobierno, a cuyos funcionarios se les debe suponer conscientes de la política de privilegios que hasta su fin practicó el régimen anterior, y que de nada le sirvió a no ser para compactar oposición. Resulta grave también que la saña se dirija en particular contra el doctor Ramón Antonio Veras, con quien se puede disentir, pero que está catalogado justamente de eminente jurista y civilista preocupado por la vigencia de los derechos ciudadanos y las libertades públicas…

El periodista Huchi Lora se manifestó en igual sentido, rechazando la medida tomada por el Consejo Directivo de la Tabacalera a través de un artículo titulado:

Un abogado mudo

¿Recuerdan ustedes lo que les hizo el gobierno de Balaguer a Peña Gómez y a Casimiro Castro? En una medida ilegal y abusiva, el gobierno balaguerista prohibió que los dos dirigentes perredeístas hablaran por radio y televisión. Ese tipo de actitudes le costó el poder a Joaquín Balaguer, pues en mayo de 1978 la gente votó contra ese y contra muchísimos abusos más. Lógicamente, los dominicanos esperaban que desaparecieran todos esos abusos de la vida nacional, y de hecho han desaparecido muchos de ellos, porque en el país desapareció con el balaguerato el crimen político, la persecución, el arresto ilegal y el destierro. Pero resulta muy extraño que durante el gobierno perredeísta se trate de vedar la radio a un ciudadano, única y exclusivamente en razón de sus ideas, de su forma de pensar y de sus posiciones y opiniones políticas. El reconocido jurista santiaguero doctor Ramón Antonio Veras parece estar en ese caso. El doctor Veras tuvo el 15 de mayo último una confrontación con el presidente del Ayuntamiento en una sesión del cabildo santiaguero, cuando denunció presuntas irregularidades. Esto produjo un incidente tan caldeado, que el presidente del Ayuntamiento, doctor Octavio Portella, sufrió un choque emocional y fue preciso suspender la sesión. Al día siguiente, el noticiario Mundo Noticias transmitió unas declaraciones del doctor Veras sobre el asunto, y en esa misma fecha la Compañía Anónima Tabacalera retiró su patrocinio al indicado órgano periodístico radial. Por coincidencia, el presidente del Consejo de Administración de la Tabacalera, es el mismo doctor Portella, presidente del Ayuntamiento de Santiago…. (74) La Noticia, 9 de julio 1979.

Si en Santiago hay un hombre vinculado con los medios de comunicación que me conoce a mí y a mi familia, lo es Ramón de Luna. Por tal razón él tenía calidad para escribir como lo hizo en esa oportunidad donde señaló, en un artículo, entre otras cosas, lo siguiente:

Un caso inconcebible

Las presiones más graves se materializan con el retiro de la publicidad de cierta empresa del Estado o la amenaza de hacerlo si se hacen eco de sus declaraciones. Aparte de lo que Negro pueda ser, comunista o no comunista, abogado o no, es una persona que en este país hay que respetar.

Incursionemos en su vida política. Negro fue desde joven un militante de la izquierda dominicana, pero no un militante teórico o de esos que se refugian en notas para la prensa. Ejerció sus derechos políticos abiertamente, en tal forma, que cuando aquí muy pocos se atrevían a subirse a una tribuna, aunque la concurrencia se pudiera contar con los dedos de las dos manos, Negro lo hizo.

Desde entonces tuvo que soportar golpizas, prisiones injustas y presiones de todo género. Como profesional del derecho ha cumplido cabalmente. Que lo digan los miles de perseguidos y acusados injustamente que él, en forma desinteresada ha defendido. Además, maneja los asuntos ligados a su trabajo con mucha honestidad, con mucha profesionalidad, con mucha seriedad, cualidades que podemos encontrar en muy pocos abogados, para hablar claramente. En su vida privada nadie tiene derecho a hurgar, pero diremos que es esposo ejemplar y padre responsable. Si alguna vez el hogar de los esposos Veras-Rodríguez se ha conmovido ha sido por la tenaz persecución de que fue víctima Negro durante el anterior régimen. Recordamos una vez que fuimos a su despacho. En ese tiempo le estaban aplicando el terror sicológico. Le vimos sollozar, no de miedo, no. De impotencia. Si tenía miedo no era por él. Era por su esposa y sus chiquitos. Antes de claudicar en la defensa de lo que él creía, resolvió correr la suerte que los matones de entonces le tuvieran reservada. (75) La Noticia, 15 de julio de 1979.

El resultado de todo fue que me limité, con respecto a mi denuncia, a depositar en la Secretaría del Ayuntamiento los documentos en base a los cuales apoyaba mi denuncia y copia de los cuales conservo. Con relación a la mordaza que se me quiso imponer, la opinión pública sensata se levantó y venció la resistencia de aquellos que querían que yo fuera un ciudadano mudo o un loro amaestrado. 

Posted in Sin categoría

Ante el comunicado del Sindicato de Periodistas, decidí remitirle una carta, en fecha 22 de junio de 1979, al presidente Antonio Guzmán Fernández, con los siguientes términos:

Santiago de los Caballeros
22 de junio de 1979

Señor
Don Silvestre Antonio Guzmán
Fernández
Presidente de la República
Palacio Nacional
Santo Domingo, D. N.
Señor Presidente:
Sorprendido por el comunicado emitido por el Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales, Seccional Norte, en el sentido de que determinados medios de comunicación están recibiendo presiones económicas de empresas estatales para que amolden su trabajo periodístico a corrientes políticas oficialistas, y en razón de que en el comunicado se hace alusión a mi persona, me permito remitirle esta carta con el único interés de aclararle algunos puntos que a lo mejor son ignorados por usted y algunos de sus acólitos.

En el comunicado de los periodistas de Santiago, además de poner de manifiesto lo frágil que se ha colocado la libertad de información por el celo infundado de algunos de sus ciegos seguidores políticos, se señala que «al noticiero Mundo Noticias que se transmite en Santiago a través de Radio Libertad, se le retiró el patrocinio de la Compañía Anónima Tabacalera el mismo día que difundió una entrevista con el doctor Ramón Antonio Veras (Negro)… por otra parte, sigue diciendo el SNPP, Seccional de Santiago, que el señor Roque Candelario, regidor de este Municipio y director-propietario de la emisora Ondas del Yaque, que transmite un noticiero patrocinado por la Compañía Anónima Tabacalera, prohibió a su departamento de prensa que difunda entrevistas o declaraciones del doctor Veras.

Lo que más me ha preocupado del comunicado es el peligro que encierra para la libertad de información los métodos que se están empleando, al decir de los periodistas, para condicionar la libertad de información. Nadie pone en duda la influencia que tiene el Estado Dominicano como propietario de varias empresas que invierten fuertes sumas en anuncios y que por tal motivo es un cliente potencial de las empresas publicitarias, y por vía de consecuencia, de los órganos de prensa, muchos de los cuales se nutren de los anuncios de las empresas que son propiedad del Estado, o donde este es accionista importante. Le ratifico que, de todo lo expresado por los periodistas en su comunicado, lo que más me inquieta es que se pretende manipular la prensa tomando como base los dineros de las empresas estatales.

En lo que a mí se refiere, y a las presiones que hagan o puedan hacer para que no se difundan por la prensa mis ideas políticas, le puedo decir que eso me tiene sin cuidado.

En este país, desde Trujillo hasta hoy, he defendido el derecho que tiene el pueblo dominicano a expresarse libremente, y nadie, sin importar la investidura, sea civil o militar, me va a prohibir expresar, por cualquier medio, lo que es el fruto de mi concepción ideológica. El criterio que tengo con respecto a su gobierno no lo he disimulado: he dicho, y se lo ratifico, que aunque durante su gobierno se ha recorrido a nivel de libertades públicas, un camino más largo que durante los doce años del doctor Balaguer, nadie puede ignorar que su gobierno sirve a los intereses extranjeros y a las fuerzas motrices que se oponen a los cambios y transformaciones sociales que requiere el país. A nivel de libertades públicas, su gobierno no ha dado todas las que el pueblo esperaba de un gobierno presidido por usted, como se comprueba por el mantenimiento en el exilio de varios dominicanos y la represión policial lanzada contra sectores democráticos y progresistas.

Don Antonio, quiero advertirle que me equivoqué con usted, pues aunque hemos mantenido criterios ideológicos distintos, pensé que en su gobierno los dominicanos gozaríamos de plena libertad y que ninguna libertad formal perecería en sus manos, pero el exilio de varios dominicanos, la represión lanzada contra organizaciones obreras y estudiantiles; las trabas impuestas a organizaciones políticas para ejercer libremente sus derechos y la indiferencia ante los que pretenden silenciar ciudadanos y órganos de prensa, etc., me han demostrado lo contrario.

No puede escapar a su conocimiento que mi actitud ante su gobierno responde a una posición de concepción política, y nada más. No tengo prejuicios contra usted, ni contra su partido.

En distintas oportunidades usted fue testigo de mi disposición de colaborar, desinteresadamente, con su partido. Recuerdo que en mi casa se hizo una reunión, presidida por usted y el doctor Peña Gómez en momento en que el PRD se encontraba perseguido por Balaguer y sacudido por divergencias políticas internas. En esa reunión se encontraban más de cincuenta profesionales de Santiago, y por coincidencias no estaba presente ninguno de los que hoy están a su lado, presentándome, a lo mejor, como un enemigo jurado, o diciéndole que a mí hay que callarme la boca para que no critique su gobierno.

Mi solidaridad con el partido que lo llevó al gobierno se ha manifestado de distintas formas. No han pasado Antonio Guzmán más de tres años que el Comité de su partido en Santiago, huérfano de profesionales perredeístas, requirió mis modestos conocimientos políticos para dictar charlas, y usted sabe que pasó a mi lado, durante más de siete horas continuas –desde las ocho de la noche hasta las tres de la madrugada mientras yo dictaba una charla en el local de su partido en Santiago. Tampoco escapa a su conocimiento que estando yo preso en Santiago, conjuntamente con el doctor Ambiórix Díaz Estrella, usted se presentó, en horas de la noche, con una almohada y una colchoneta en la cabeza para que no durmiéramos en el suelo. Sé que usted lo hizo porque sabía que había ido a la cárcel porque la Policía Nacional pensaba que yo era militante perredeísta.

Además, son muchos los hombres y mujeres de la base del PRD que durante los doce años de Balaguer solicitaron mis servicios profesionales y yo les extendí la mano solidaria. Pero no solamente de la base del PRD, sino también de la dirección de su partido, porque usted mismo fue defendido por mí en los tribunales cuando fue víctima de una querella temeraria. Todo esto demuestra que no hay, de mi parte, nada de índole personal contra usted y su partido.

Sería muy bueno, señor Presidente, que los que ahora pretenden desde el poder silenciarme les dijeran a usted, dónde estaban durante los doce años de Balaguer, dónde estaban cuando el PRD necesitó en Santiago reunirse con profesionales independientes, dónde estaban cuando el PRD buscaba hombres y mujeres para dar charlas, dónde estaban cuando Balaguer lanzaba la represión contra los perredeístas, dónde estaban cuando los perredeístas iban a los tribunales y no tenían abogados para que los defendieran, dónde estaban cuando usted fue llevado a los tribunales por una querella temeraria en contra, dónde estaban esos pelafustanes que ayer no tuvieron valor ni para firmar un comunicado repudiando el crimen, el terror y los abusos que impuso Balaguer durante doce años.

Los que ayer no se enfrentaron con Balaguer y hoy están cobijados bajo la sombra del poder, a lo mejor están molestos porque yo no he ido, ni iré a donde usted a buscar un cargo por mi solidaridad con el PRD. Si pensaban que yo buscaba algo al hacer causa común con el PRD, se equivocaron. No busco prebendas en la política y si mañana el PRD requiere mi colaboración volveré nuevamente a servirle, sin esperar ninguna recompensa material.

Atentamente, Ramón Antonio Veras. (73) (Fuente: archivo personal del doctor Veras). 

Posted in Sin categoría

A un año del gobierno del PRD se comprueba la intolerancia política. Un caso en el Ayuntamiento de Santiago. Imposición de la mordaza. Una carta al presidente Guzmán

El PRD llegó al gobierno central el 16 de agosto de 1978. El pueblo dominicano pensó que la intolerancia había quedado atrás, que era cosa del pasado régimen del doctor Balaguer. Pero no resultó así. Personalmente lo comprobé con un hecho que ocurrió en el Ayuntamiento del municipio de Santiago, precisamente un día antes de cumplirse el primer año del partido blanco haber ganado las elecciones. Veamos.

Recibí la información de que en el Ayuntamiento de Santiago se estaban emitiendo cheques a favor de personas fallecidas que eran cobrados por seres humanos vivientes. Denuncié el hecho por medio del programa «La situación mundial», que dirigía el periodista Ramón De Luna. Ante mi denuncia, el síndico de Santiago me emplazó públicamente para que aportara la prueba de lo que había dicho. Ese mismo día le solicité un turno, mediante instancia, a la Sala Capitular del Ayuntamiento para probar la denuncia que había formulado.

Una vez allí, los regidores perredeístas se opusieron, en un principio, a que yo hablara; luego, se impuso la mayoría y se me cedió un turno. Comencé haciendo una exposición detallada de lo que había dicho por la radio; cuando le di inicio a la exhibición de los cheques le dio un mareo al doctor Octavio Portella, presidente del Ayuntamiento, y la sesión se suspendió.

Una reseña de lo ocurrido fue publicada en la primera página del periódico La Información de fecha 16 de mayo de 1979, con el siguiente titular y comentario:

Jurista denuncia la existencia de anomalías en Ayuntamiento

Un abogado santiagués denunció anoche ante la Sala Capitular del Ayuntamiento la existencia de anomalías en la administración pública y afirmó que tenía pruebas en su poder de la denuncia. El doctor Ramón Antonio Veras se refirió específicamente a la expedición de cheques y a los nombramientos a favor de los alcaldes pedáneos y sus ayudantes en las sesiones rurales del municipio de Santiago. Empero el jurista no pudo concluir su exposición debido a un incidente con el doctor Octavio Portella, presidente del Ayuntamiento, que motivó la suspensión de la sesión y su reenvío para el próximo martes 22. El incidente se produjo a las nueve y 20 de anoche, cuando el doctor Veras presentaba como prueba de su denuncia un cheque por valor de 50 pesos, expedido a nombre del alcalde pedáneo Ramón Eligio Lora y cobrado por otra persona.

En ese momento el doctor Portella interrumpió al doctor Veras y le señaló que el Ayuntamiento de Santiago había investigado el caso y que no permitiría que se utilizara la Sala Capitular para proyectar a ninguna persona en base a denuncias de hechos que ya habían sido esclarecidos.

Los doctores Portella y Veras se cruzaron palabras en tono violento y cuando el doctor Portella replicaba sufrió un ligero desmayo que motivó la petición de un receso de diez minutos en la sesión a solicitud del vicepresidente del cabildo, doctor Robinson Abreu Blondet. El doctor Abreu Blondet habló brevemente con el doctor Veras y poco después se anunció la suspensión de la sesión y su postergación para el martes siguiente para escuchar completa la exposición del doctor Veras. Al producirse el incidente ya el doctor Veras hacía constar que el número de la cédula que figuraba en el cheque, debajo de la firma, era precisamente el número del cheque y especificaba que el funcionario rural había cobrado el valor en efectivo en el mes de marzo, pese a que el cheque había sido expedido en el mes de diciembre.

Veras también expuso el caso del señor José Rafael Taveras Patiño, ayudante de alcalde de la sesión Guardarraya, en Arroyo Arriba, quien no había recibido su cheque correspondiente al mes de enero de 1979 y que recibió el pago en efectivo el viernes 11 de mayo de este año; después que se iniciaron las denuncias sobre las anomalías. A la sesión de anoche no asistió el síndico municipal, licenciado Víctor Méndez y Méndez. El ejecutivo municipal había emplazado al doctor Veras para que aportara pruebas de las denuncias que había hecho a través de un programa radial.

En su exposición el doctor Veras precisaba que había cumplido con el emplazamiento del Síndico Municipal y que, a su vez emplazaba al Cabildo para que diera una explicación satisfactoria de los casos expuestos.

El mismo día 16, el regidor perredeísta William Tavares, denunció ante la opinión pública nacional que estaba siendo objeto de amenazas por personas desconocidas porque supuestamente había aportado al doctor Negro Veras los documentos e informaciones que sirvieron a Veras para hacer la denuncia de lo ocurrido en el Ayuntamiento. (71)

Pero todo no terminó con la suspensión de la sesión del día 15 de mayo y las amenazas al regidor William Tavares. Para esa época el doctor Octavio Portella, además de ser el presidente del Ayuntamiento de Santiago, también ocupaba la función de presidente de la Compañía Anónima Tabacalera, que hacía una millonaria inversión en publicidad, principalmente promoviendo su cigarrillo Montecarlo.

La empresa estatal cigarrillera dispuso que ninguna emisora o canal de televisión donde se promoviera el cigarrillo Montecarlo, podía pasar entrevistas o declaraciones del doctor Ramón Antonio Veras. Ante esta situación, el Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales, Seccional Norte, emitió un comunicado en el cual dijo, entre otras cosas, lo siguiente:

El gremio expresa su preocupación por la utilización de presiones económicas sobre determinados medios de comunicación para que amolden su trabajo periodístico a corrientes políticas oficialistas que controlan empresas estatales.
Dice el gremio que, aunque no se trata de un atropello abierto contra la libertad de prensa, estos casos se enmarcan dentro de una presión sutil, pues se da la situación sui generis de que el Estado es al mismo tiempo empresario, y hay empresas estatales que invierten gruesas sumas de dinero en publicidad. En ese sentido el gremio señala el caso del noticiario Mundo Noticias, que se transmite aquí a través de Radio Libertad, al cual se le retiró sorpresivamente el patrocinio de la Compañía Anónima Tabacalera el mismo día que difundió una entrevista con el Dr. Ramón Antonio Veras, quien habló sobre el incidente que se había producido la noche anterior entre él y el doctor Octavio Portella, presidente del ayuntamiento y además presidente del Consejo de Administración de la Tabacalera.

La filial del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales indica que el incidente se originó porque el doctor Veras participó en una sesión del cabildo denunciando presuntas irregularidades de las que exceptuó tanto al doctor Portella como al síndico licenciado Víctor Méndez. Señala también el gremio que al día siguiente el doctor Veras fue entrevistado y en esa misma fecha 16 de mayo, La Tabacalera retiró su propaganda de dicho noticiero. En otra parte del comunicado, el sindicado de periodistas apunta que el señor Roque Candelario Llenas, propietario de la emisora Ondas del Yaque, que transmite un noticiario patrocinado por la Compañía Anónima Tabacalera, prohibió a su departamento de prensa que difunda entrevistas o declaraciones del jurista Veras… .(72)
La Noticia, 22 de junio 1979. 

Posted in Sin categoría

La reelección hizo sentir más fuerte al doctor Balaguer y a su régimen

No hay lugar a discusión: con la reelección en el año 1974, el doctor Balaguer se sintió afianzado en el poder. Para él, había pasado lo peor porque ya había eliminado parte de los remanentes de aquellos que en el 1965 tomaron las armas en busca de reponer en el poder al profesor Juan Bosch. La acción política represiva siguió su curso normal: los movimientos obrero, sindical, gremial, estudiantil y cívico fueron alcanzados por la política represiva del gobierno. Más adelante voy a destacar hechos que retratan de cuerpo entero la forma como la Policía, en alianza impúdica con el Servicio Judicial, neutralizaba, silenciaba o sacaba de circulación a todo aquel que, en una u otra forma, expresara su descontento contra el gobierno. Veamos qué nos dice la prensa de la época:

Hábeas corpus por siete presos redada

Catorce abogados elevaron hoy una instancia para un recurso de hábeas corpus a favor de siete de los acusados por la Policía de atentar contra la seguridad del Estado.

La solicitud del mandamiento se hizo a favor de David Onelio Espaillat, Francisco Antonio Santos, Eugenio Pérez Cepeda, Julio de Peña Valdez, José Francisco Suárez, César Félix Santana y David Baldemore Lewis. El doctor Julio Aníbal Suárez depositó la instancia esta mañana en la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, Pérez Cepeda y De Peña Valdez son dirigentes de la Central General de Trabajadores. Este último y Espaillat son dirigentes del Movimiento Popular Dominicano. La solicitud del mandamiento de hábeas corpus está suscrita por catorce abogados, entre quienes figuran los doctores Suárez, Porfirio Hernández, Abraham Bautista Alcántara, Orlando Rodríguez, Ramón Antonio Veras y Radhamés Rodríguez Gómez. El doctor Veras fue expresamente encargado de la solicitud a favor de Onelio Espaillat por la esposa de éste, señora Guillermina de Espaillat. El abogado Veras declaró en Santiago al corresponsal José Sandoval Pérez que el fundamento del hábeas corpus solicitado es la absoluta carencia de indicios de culpabilidad en cuanto a la acusación que le hizo la Policía al grupo que detuvo recientemente.

El Movimiento Popular llamó hoy a todo el pueblo a movilizarse de manera decidida en demanda de la libertad de los dirigentes políticos y sindicalistas detenidos.

A su vez, la esposa de David Onelio Espaillat pidió a la Asociación Médica Dominicana y al Patronato contra la Diabetes «exigir su derecho a visitar a Onelio en la cárcel y de controlar el tratamiento interrumpido por su arbitrario encarcelamiento». (52)

La dinámica de la vida política del país me imponía vivir entre los estrados y la cárcel. Sabía en el medio que me estaba moviendo y los riesgos que entrañaba mi posición de denuncia permanente contra la represión y la defensa ante los tribunales de aquellos que eran alcanzados por el látigo del régimen.

Era una lucha constante: no bien salía de la prisión o terminaba una larga audiencia, cuando tenía que hacer un pronunciamiento para alertar a la opinión pública de la violación que se ejecutaba o se pretendía llevar a cabo contra un prisionero que ya había cumplido el martirio de su prisión. El caso de Rafael (Fafa) Taveras así lo demuestra. Este había cumplido con la pena que se le había impuesto, pero el gobierno se negaba a ponerlo en libertad, lo que me motivó a hacer pública mi opinión al respecto:

Abogado solicita libertad de Fafa

Un jurista santiagués abogó hoy porque el dirigente emepedeísta Rafael (Fafa) Taveras sea libertado pasado mañana, cuando cumple la condena de cinco años de prisión que le impuso la Corte de Apelación de Santo Domingo.

El doctor Ramón Antonio Veras, columnista de El Nacional, opinó que por respeto a los principios legales y sentido de justicia, Taveras debe ser libertado el viernes «y al hacerlo así, la justicia dominicana cobraría algo del brillo perdido en los últimos años». Veras señaló que todas las fuerzas democráticas y que creen en los más elementales principios de los derechos humanos y las libertades públicas, deben manifestar su solidaridad con la puesta en libertad del dirigente del Movimiento Popular Dominicano.

Taveras fue condenado a cinco años de prisión por la Corte de Apelación de Santo Domingo después que la Policía lo acusó de ser el autor intelectual del secuestro del coronel norteamericano Donald J. Crowley. Crowley fue secuestrado en 1970 en la capital dominicana por un grupo que lo liberó a cambio de que fueran sacados del país unos veinte reclusos izquierdistas. Crowley era el agregado militar norteamericano en la República Dominicana. El Dr. Veras observó que parte del desprestigio de la justicia dominicana ha estado muchas veces en no acatar sus propias decisiones al mantener en prisión a personas que han cumplido sus condenas. Consideró que no se debe permitir que se haga con Taveras lo que se ha hecho con Eligio Blanco Peña, otro dirigente izquierdista al que se ha mantenido en prisión tras cumplir condena. Indicó que la protesta pública contra “los actos odiosos y despóticos del régimen actual debe ser firme” y demandó que los sectores más sensatos del país se pronuncien por la libertad de Taveras.

Dijo que así se le hace saber al gobierno que el pueblo mantiene en alto el sentido de la solidaridad con las causas justas. El Dr. Veras consideró que los trabajadores, los estudiantes, los profesionales del derecho deben levantar su voz para exigir la libertad de Taveras. El jurista observó que para defender una causa justa no es necesario estar identificado ideológicamente con ella “y en el caso concreto de Taveras se presenta una situación de justicia y legalidad”.
De justicia por el contenido humano, legal porque la misma ley establece que Fafa Taveras debe ser puesto e libertad. Veras dijo que si se hace así, se está cumpliendo con lo decidido por los tribunales “y la maltrecha justicia dominicana adquiere algo de valor ante el descalabro en que ha caído por el desconocimiento de las decisiones de sus propias instituciones y por la mala imagen que tiene por su politización”. (53)

El sentir, el reclamo que había planteado demandando la libertad del dirigente emepedeísta Fafa Taveras, hoy perredeísta, fue recogido por la Seccional Norte del Sindicato Nacional de Periodistas, la cual hizo público un comunicado diciendo:

Exigen libertad de Fafa

La Seccional Norte del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales (SNPP) hizo hoy un dramático llamado al presidente de la República para que ordene la libertad del dirigente izquierdista Rafael (Fafa) Taveras cuando cumpla su condena. El llamado del gremio periodístico al Dr. Joaquín Balaguer está contenido en una comunicación firmada por su secretario Carlos Ramírez Báez. Expresa la nota que, de mantenerse en prisión al dirigente del Movimiento Popular Dominicano, una vez más se estaría deteriorando la justicia dominicana y pisoteando los derechos humanos. Indica el sindicato que es indignante que se mantenga en prisión a una persona, luego de cumplir con una condena que le impusieron los tribunales del país.

“Cinco años es demasiado para que al fin se lleve la alegría y la tranquilidad a uno de los tantos hogares que están huérfanos del calor de sus familiares en este país”, dice la nota del SNPP. El gremio de periodistas señala que si mañana libertan a Fafa Taveras, ese hecho constituirá un hálito de esperanza de que todavía nuestra maltratada justicia pudiera regenerarse. El Sindicato de Periodistas estimó conveniente que se plantee a nivel de los juristas nacionales un cambio en la estructura de la judicatura nacional.
“Tal vez con un cambio en su estructura podría lograrse la independencia de los tres poderes, hecho que hasta ahora es algo utópico”, indica el gremio. Agrega que hay que gritar para que se respeten los derechos individuales. Otras organizaciones y personalidades del país han dirigido igual petición al presidente de la República doctor Joaquín Balaguer. (54)

El fatídico año 1975 representó para todo el movimiento democrático y progresista nacional una verdadera pesadilla. Lo que en verdad se llama pueblo pagó con la represión el precio de sus aspiraciones de libertad y justicia.
El aparato judicial inclinó la balanza al lado del poder político. Jueces y fiscales, en su generalidad, se sentían a gusto despreciando, humillando, hiriendo a hombres y mujeres que tocaban las puertas de los tribunales reclamando justicia. He aquí un ejemplo de lo que he dicho y cómo lo reseñaba la prensa de la época:

Reenvían por octava vez juicio joven preso Santiago.

Por octava vez consecutiva fue reenviada ayer la causa seguida al joven izquierdista Darío Peña, acusado de asociación de malhechores conjuntamente con otras personas.

Darío Peña Fernández fue descargado tres veces mediante recursos de hábeas corpus interpuestos a su favor, pero siempre que se le daba la orden de libertad se presentaba nueva acusación en su contra.

La primera acusación fue por atraco, pero la supuesta persona atracada declaró en audiencia pública que en ningún momento había acusado a Darío Peña de ser la persona que lo había atracado. La segunda acusación fue de haber participado en la muerte a tiros del estudiante Leonardo Díaz, pero también de esta acusación fue descargado en un juicio de hábeas corpus. La policía también lo acusó de formar parte de una banda de ladrones, pero fue descargado porque nadie lo acusó, a no ser la Policía. Después de los tres descargos por juicios de hábeas corpus, la policía lo acusó de haber tiroteado a un miembro de esa institución policial, y de esa acusación es por lo que se le ha pospuesto el juicio en ocho oportunidades. Anteriormente a todas estas acusaciones, Darío Peña fue acusado en el año 1972 de haber participado, conjuntamente con otras personas, en la muerte del capitán policial Salvador Vinicio Polanco Fernández, pero fue descargado por el Tribunal de Primera Instancia de San Cristóbal. Los padres y hermanos de Darío Peña se quejan de que el fiscal actual, cuantas veces van al despacho de él, el magistrado los trata con descortesía. Dijeron los familiares de Darío Peña que éste tiene más de dos años sin que se le haya conocido su causa. Informaron que éste fue trasladado a la cárcel de Moca y que ahora el argumento que tiene la justicia para no conocer de su caso es que uno de los acusados, José Dolores Rodríguez, está prófugo, pero según informes de los mismos familiares este acusado fue muerto a tiros en la ciudad de Santo Domingo hace más de cinco meses por miembros de una patrulla.

Los familiares de Darío Peña hicieron un llamado a la Asociación de Abogados de Santiago para que interponga sus buenos oficios a fin de que el caso de su pariente sea solucionado en los tribunales. En todas las audiencias en que se ha visto involucrado Darío Peña ha estado asistido, gratuitamente, por el doctor Ramón Antonio Veras. (55)

Posted in Sin categoría

Capítulo XIX

Represión colectiva a nivel nacional. Continúa la cacería de adversarios políticos

Es bueno destacar que las acciones represivas, odiosas y despóticas, del régimen de los doce años no se detuvieron luego del crimen contra Orlando Martínez. El gobierno mantuvo la represión selectiva y colectiva, como se comprueba por las detenciones en gran escala llevadas a cabo en mayo y junio del año 1975.

La persecución colectiva en los primeros meses de ese año fue tan alarmante que la prensa escrita nacional recogió en sus primeras páginas la forma como el régimen, por medio de sus órganos de represión, llevó a la cárcel a cientos de reales o supuestos adversarios políticos. Para que se tenga una idea de cómo apreciaron los medios informativos la cacería de ciudadanos dominicanos, transcribimos lo que reseñó en su portada el periódico El Sol de fecha 6 de mayo de 1975.

Falso rumor provoca redada en el país

Un informe de que antenoche había ocurrido un desembarco guerrillero encabezado por Hamlet Herman provocó ayer una redada en todo el país, como consecuencia de la cual fueron encarcelados cientos de opositores al Gobierno.

De fuentes de alta confiabilidad se supo que el informe era incierto, y esto hizo que círculos periodísticos consideraran que hoy serían libertadas todas las personas detenidas.

La fuente informante explicó anoche que las detenciones eran «medidas precautorias». Los detenidos en Santo Domingo fueron llevados al Palacio de la Policía. Pero durmieron en la cárcel preventiva del ensanche La Fe.

Oficialmente nada se explicó, y esto dio pie a una serie de incontables rumores entre los que se incluyó que había sido descubierta una trama para secuestrar a un directivo de una poderosa empresa extranjera.

Los falsos rumores se reflejaron negativamente en las actividades nocturnas de Santo Domingo y otras ciudades, en donde sus habitantes se recogieron temprano a sus residencias; cines y restaurantes se veían vacíos. Hamlet Herman, quien reside en Cuba, fue uno de los tres guerrilleros supervivientes del desembarco que el coronel Francisco Alberto Caamaño encabezó en febrero de 1972.

Los demás fueron Claudio Caamaño y Toribio Peña Jáquez. Cientos de oposicionistas, tanto de izquierda ilegales como legales, fueron encerrados en las cárceles policiales desde temprano en la mañana. «Han sido detenidos para interrogarlos en relación con asuntos que interesan a la Policía», fue el alegato de la jefatura policial.

Se supo en el palacio de la Policía que el jefe de la institución, mayor general Neit Rafael Nivar Seijas, se había reunido con jerarcas de las Fuerzas Armadas, sin embargo, no se especificó el lugar de la reunión. Los apresamientos fueron realizados desde las seis de la mañana. Algunos dirigentes de izquierda dejaron saber su criterio desde las celdas del Servicio Secreto en la capital. Manifestaron que «parece que han detectado alguna inquietud en círculos del Gobierno y quieren el control absoluto de cualquier persona que se pueda mover». El patrullaje policial fue inusual en las calles de la capital durante todo el día.
Cientos de agentes fueron acuartelados y dispuestos en sitios estratégicos de la capital durante la noche.

El palacio de Gobierno fue vigilado por agentes policiales, medida poco común.
Pese a que los detenidos en la capital fueron conducidos a la cárcel preventiva del ensanche La Fe, al llegar la noche, alguno que fue libertado hizo saber que «hay una diferencia en relación con apresamientos en otras circunstancias; tienen todas las características de medidas preventivas.

El jefe del Servicio Secreto, coronel Caonabo Reynoso Rosario, dijo a los parientes del dirigente de la Central General de Trabajadores, Julio de Peña Valdez, que «a él lo apresamos porque participó en una reunión que se realizó en Montecristi. (51)
El lector de esta reseña puede, sin mucho esfuerzo, formarse una idea clara de lo que era el ambiente político nacional en nuestro país para esos días fatídicos del año 1975.

Pero, como señalé anteriormente, el régimen de los doce años ejecutaba la acción represiva en forma colectiva y también selectiva; en el capítulo anterior destaqué la primera, la colectiva, ahora voy a poner un ejemplo de la selectiva.
Es bueno señalar que los ideólogos del reformismo de los doce años, en interés de confundir a la opinión pública nacional e internacional, lanzaban la represión contra militantes partidistas y contra personas no vinculadas con organización política alguna. En el capítulo siguiente se destaca un caso que sirve de ejemplo.

Capítulo XX

Ligazón de militantes y no militantes políticos en la represión oficial. Caso de Onelio Espaillat y Negro Veras El gobierno del doctor Balaguer, integrado por personas que tenían un gran sentido de la política y de cómo golpear políticamente a todos aquellos que adversaban a su régimen, buscaba todas las formas de cómo hacer creer a la opinión pública que todos aquellos que eran apresados formaban parte de la oposición y que, por tanto, debían sufrir las mismas consecuencias sin importar que estuvieran dentro de una organización política o no fueran militantes. Esto quedó comprobado el 5 de junio de 1975, con la detención en Santiago de Onelio Espaillat y de mi persona.
El periódico La Información, en la primera página de su edición de fecha 5 de junio de 1975, destaca lo siguiente:

Detienen a Onelio  y doctor Negro Veras

Agentes de la Policía detuvieron esta mañana al doctor Ramón Antonio Veras (Negro) y al dirigente del Movimiento Popular Onelio Espaillat.

Veras fue detenido por dos agentes secretos de la Policía en el momento en que iniciaba sus labores en el bufete del doctor Salvador Jorge Blanco, ubicado en la calle 16 de Agosto. Los agentes no dieron ninguna explicación acerca de los motivos de la detención del conocido abogado.

Veras permanecía detenido en el cuartel general de la Policía. Se informó a los periodistas que estaba siendo investigado sobre asuntos que no se dieron a conocer. El doctor Veras mantiene una columna de opinión en el vespertino El Nacional. Con frecuencia ofrece charlas en clubes barriales de la ciudad sobre temas políticos y sociales. En los últimos años no se le conoce militancia política.

Por otra parte, Onelio Espaillat fue detenido en su residencia de la calle Sabana Larga en las primeras horas de la mañana de hoy; poco después fue conducido al Palacio de la Policía Nacional. Espaillat, junto a otros dirigentes emepedeístas permanece en prisión bajo la acusación de conspirar contra el Gobierno.

Según se conoció esta mañana la detención de Onelio Espaillat y del doctor Ramón Antonio Veras obedece a una redada a nivel nacional iniciada hoy temprano por la Policía. En Santo Domingo se practicaron varias detenciones.

Uno de los detenidos es el dirigente del MPD Julio de Peña Valdez.

La redada ha sido recibida con sorpresa por la opinión pública. Según todas las apariencias, el país está en calma y no hay ningún signo de alteración del orden público. Se espera que en las próximas horas la Jefatura de la Policía Nacional de una explicación acerca de los motivos de estas detenciones.

Periodistas de este diario comprobaron esta mañana que miembros de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas estaban revisando los vehículos que entran y salen de la ciudad. Los ocupantes de los vehículos eran registrados minuciosamente por los efectivos militares y policiales.

Posted in Sin categoría

Capítulo XVIII
Caso Orlando Martínez

El 17 de marzo de 1975, fue asesinado el periodista Orlando Martínez, con quien yo mantenía estrechas relaciones de amistad y afinidad política e ideológica. El crimen me causó mucho pesar.

El hecho de ser amigo de Orlando, mantener relaciones con los compañeros de su partido y permanente comunicación con sus padres, hermanos y demás familiares, hizo que para mí el caso permaneciera siempre vigente.

El 8 de marzo de 1985, con la finalidad de interrumpir la prescripción del crimen, el doctor Abel Rodríguez del Orbe y yo, en representación del padre de Orlando, don Luis Mariano Martínez, depositamos una querella con constitución en parte civil, con las precisiones que hizo el padre querellante y quien las expuso así:

1.- Que en fecha 23 del mes de septiembre del año mil novecientos cuarenta y cuatro (1944), en Las Matas de Farfán, le nació un hijo al cual puso el nombre de LUIS ORLANDO, fruto de su matrimonio con la señora ADRIANA HOWLEY. Mi hijo Luis Orlando, luego de hacer sus estudios primarios en su ciudad natal, terminó su bachillerato en Filosofía y Letras e inició sus estudios de Sociología en esta ciudad de Santo Domingo y, desde muy temprana edad, mostró su inclinación por las actividades políticas y literarias a las que se dedicó con amoroso desinterés y a través de las cuales sirvió a las causas más justas del pueblo dominicano. La pluma valiente e insobornable de mi hijo le conquistó un nombre imperecedero en el periodismo y, al propio tiempo, como era lógico y natural, la enemistad de los que temen a la luz de la verdad, porque sólo en las sombras pueden colmar sus instintos primitivos.

2.- El veinticinco (25) del mes de febrero del año mil novecientos setenta y cinco (1975) en un artículo titulado «Por qué no, Dr. Balaguer?», LUIS ORLANDO, indignado por el impedimento de entrada al país que existía en contra del artista dominicano SILVANO LORA, explicaba que las personas a las que se debía sacar de este país eran todos los corruptos, a los delincuentes uniformados y sin uniformar, a los traficantes de influencias, a los que dan palos, apresan y torturan campesinos que luchan por sus derechos, a los calieses, a los vagos que cobran sin trabajar, y a los funcionarios irresponsables.
Este artículo terminaba recomendándole al Dr. Balaguer: «Si es inevitable que esta situación continué, si es imposible evitar actos indignantes y miserables como el que presencié el domingo en el aeropuerto, ¿por qué, Dr. Balaguer, no se decide usted a subirse en el avión o en el barco y a desaparecer definitivamente de este país junto con todos los que anteriormente he mencionado?

3.- El diecisiete (17) de marzo del año mil novecientos setenta y cinco (1975), a eso de las siete de la tarde, en la calle José Contreras, cerca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, mi hijo LUIS ORLANDO apareció dentro de su carro, herido de varios balazos. Fue recogido por el señor ÁNGEL GÓMEZ POLANCO, capitán de la Policía Nacional, que llegó en esos momentos en un carro patrulla, y trasladado al Hospital Militar Enrique Lithgow Ceara, lugar en donde expiró a consecuencia de las heridas que había recibido.

Orlando, que no tuvo enemigos personales, fue abatido por los enemigos de las ideas que él sustentaba y de los sectores que, como los campesinos, con su pluma defendía. En esta ocasión, tal vez como una forma de esconder a los verdaderos culpables, se persiguió y encarceló a personas inocentes que nada tenían que ver con este crimen y quienes luego fueron puestas en libertad. En ese entonces era jefe de la Policía el GENERAL GUZMÁN ACOSTA, y, como cosa extraña, es necesario señalar que el resultado de las investigaciones realizadas, si es que se realizó alguna, no fue remitido al Magistrado Procurador Fiscal del Distrito Nacional.

4.- Para el mes de julio del año 1975, se presentó varias veces a mi residencia el señor RAMÓN FONT BERNARD, quien trabajaba en un cargo administrativo en la Presidencia, y me manifestó que el presidente Balaguer había accedido a una reunión conmigo y mi esposa para tratar el caso del asesinato de mi hijo.
Fuimos juntos con el SR. FONT BERNARD a la entrevista, la que duró más de dos horas. En esta entrevista mi hijo, EDMUNDO ADRIANO MARTÍNEZ HOWLEY, luego también vilmente asesinado, suministró al DR. JOAQUÍN BALAGUER, por escrito, los nombres de las personas que habían dado muerte a LUIS ORLANDO MARTÍNEZ HOWLEY.

El presidente BALAGUER me prometió que ordenaría al GENERAL NIVAR SEIJAS, para ese entonces jefe de la Policía Nacional, realizar una investigación del caso y que los culpables serían puestos a disposición de la justicia.

El GENERAL NIVAR SEIJAS le manifestó a uno de mis hijos que las investigaciones habían estado a cargo del CORONEL CAONABO REYNOSO ROSARIO y que se grabaron varias cintas magnetofónicas en las que quedaron plasmados los interrogatorios practicados a todas las personas que fueron detenidas. El expediente, que nunca fue enviado a la Procuraduría Fiscal, se encuentra, según informes, en los archivos de la Policía Nacional. Las cintas magnetofónicas, según informó el GENERAL NIVAR SEIJAS, fueron entregadas a varias personas, entre ellas al periodista DON RAFAEL HERRERA CABRAL.
El GENERAL NIVAR SEIJAS dijo además, que para asegurar que esa grabación no desapareciera, tomó una copia de la misma y la hizo guardar en la ciudad de Miami.

El próximo día diecisiete (17) del mes en curso, se cumplen diez (10) años del vil asesinato de mi hijo LUIS ORLANDO MARTÍNEZ HOWLEY, y hasta hoy la justicia dominicana no ha ejecutado ningún acto que sirva para interrumpir la prescripción de la acción pública.

Por las razones antes expuestas, Honorable Magistrado, en mi indicada calidad de padre del finado LUIS ORLANDO MARTÍNEZ HOWLEY, os solicito: PRIMERO: Recibirme formal querella, con constitución en parte civil, contra cualquier persona que resulte culpable del crimen en que perdió la vida mi hijo LUIS ORLANDO MARTÍNEZ HOWLEY. SEGUNDO: Disponer que sean requeridos, para ser oídos como testigos, los ciudadanos, DR. JOAQUÍN BALAGUER, domiciliado y residente en la casa No. 25 de la Ave. Máximo Gómez, de esta ciudad; DON RAFAEL HERRERA CABRAL, director general de la Editora Listín Diario, C. por A., el periodista RAMÓN A. FONT BERNARD, domiciliado y residente en esta ciudad; y el Ing. José Israel Cuello, domiciliado y residente en la casa No. 208 de la calle Billini, de esta ciudad.

TERCERO: Para la presente querella y constitución en parte civil, constituyo como mis abogados apoderados especiales a los DRES. ANTONIO VERAS Y ABEL RODRÍGUEZ DEL ORBE, y hago elección de domicilio en el apartamento No. 406 del edificio No. 203, ubicado en la calle El Conde de esta ciudad. Es justicia que se os pide y espera merecer, en Santo Domingo, Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, a los ocho (8) días del mes de marzo del año mil novecientos ochenta y cinco (1985). (50)

Posteriormente se depositaron otras instancias ratificando esa primera querella.
Después de duras batallas en los tribunales, y principalmente por la denuncia constante de camaradas de Orlando, y por la presencia en la Procuraduría General de la República del Dr. Abel Rodríguez del Orbe, una parte de los autores materiales del crimen fue detenida, y luego parcialmente sancionados.
Los autores intelectuales del crimen han quedado, hasta ahora, cubiertos con el manto de la impunidad.

El expediente del caso Orlando Martínez permaneció durante mucho tiempo en estado de fallo en la Cámara Penal de la Suprema Corte de Justicia, producto de un alegato hecho por la defensa del imputado Pou Castro, quien pretendía ser liberado bajo el supuesto de que le favorece la Ley de Amnistía que se dictó para beneficiar a los presos políticos de los doce años del Dr. Balaguer.
También alegaba Pou Castro, que la acción penal del caso Orlando Martínez estaba prescrita porque, supuestamente, no fue interrumpida en el curso de los diez años transcurridos desde el 17 de marzo de 1975 hasta el 17 de marzo de 1985. Este alegato rodó por el suelo porque, como hemos visto, el 8 de marzo de 1985, el padre de Orlando Martínez, por medio de sus abogados, presentó querella con constitución en parte civil, con lo que quedó interrumpida la prescripción.

Posted in Sin categoría

Capítulo XVII
En el año 1975 continúa la represión política en nuestro país

En vista de que el régimen del Dr. Balaguer continuaba la represión contra sus adversarios políticos, yo no podía ceder en mis permanentes denuncias contra todo aquello que constituía una ofensa a los derechos humanos y las libertades públicas.
En ese sentido, en fecha 5 de febrero de 1975 remití a los directivos de la Asociación de Abogados de Santiago, la siguiente carta:

Santiago de los Caballeros
5 de febrero de 1975
Señor
Presidente y demás miembros de la
Asociación de Abogados de Santiago, Inc.
Ciudad

Señores directivos:
En nuestra condición de miembro de la Asociación de Abogados de Santiago, Inc., y en virtud de las disposiciones estatutarias que rigen la organización, nos permitimos llevar al conocimiento de ustedes, lo siguiente: Desde hace algún tiempo hemos venido observando que la ciudad de Santiago está viviendo un estado de inseguridad y violencia que no se compadece con el comportamiento de los miembros de esta comunidad. Los primeros hechos que ocurrieron, como demostración de los actos de violencia, fueron dos muertes cuyos autores todavía son desconocidos, por los menos, por nosotros. A esas dos muertes ha seguido una serie de allanamientos, persecuciones y detenciones.

En lo que va del corriente año, en nuestra condición de abogado en ejercicio, hemos recibido más de cien personas que nos han solicitado intervención profesional para solucionar casos de familiares, amigos y allegados que han sido detenidos por cuestiones que en el fondo tienen un matiz típicamente político.

En los tribunales de la jurisdicción de este Distrito Judicial reposan expedientes en los cuales ciudadanos son acusados de portar panfletos, granadas, bombas, armas, etc. Es posible que en uno u otro caso algunos de los detenidos tengan en sus domicilios libros o periódicos de organizaciones comunistas, pero en los expedientes se hacen figurar armas, granadas u otros objetos que dan carácter criminal a la acusación. Como ejemplo de los casos que denunciamos, podemos señalar los expedientes de los señores José Antonio López Paulino y Enrique Pichardo Fernández, de los cuales se encuentra apoderado el Juez de Instrucción de la Primera Circunscripción del Distrito Judicial de Santiago.

Somos los primeros en repudiar los actos de terrorismo, vengan de donde vengan, pero también somos opuestos a que pacíficos ciudadanos sean llevados a las cárceles y privados de su libertad, sólo por su concepción ideológica.

Los estatutos de la Asociación de Abogados de Santiago, Inc., señalan la defensa de las libertades públicas y los derechos humanos como uno de sus deberes, y los integrantes de esa directiva, hombres preocupados por los problemas sociales y el respeto a la integridad física de las personas, no pueden mantenerse indiferentes ante una situación que afecta a todo el pueblo dominicano, y en este caso, a la ciudad de Santiago de los Caballeros.
La situación de inseguridad que está viviendo esta ciudad se observa, principalmente, en los barrios marginados, donde vive la mayor parte de los habitantes de esta comunidad.
Sabemos que la Asociación de Abogados de Santiago, Inc., en distintas épocas, y en circunstancias semejantes a las que denunciamos, ha tomado las decisiones que considera procedentes.

Para una mayor edificación, nos permitimos sugerirle a la Asociación, por órgano de sus directivos, visitar los dos juzgados de instrucción de este Distrito Judicial y sostener intercambios de opiniones con abogados que ejercen principalmente en materia penal, y así obtendrán mayores datos e informaciones que, conjuntamente con los que les damos por medio de la presente, servirán para que se formen un criterio cabal de lo denunciado.
Con todo respeto y consideración, atentamente.
Dr. Ramón Antonio Veras. (47)

Para mayor orientación, anexé a la carta una relación de los distintos hechos que habían ocurrido en Santiago en los últimos tiempos y que mantenían en estado de incertidumbre a nuestro pueblo.

He aquí la lista:
1.- 14 de diciembre de 1974. Asesinan de varios balazos a Antonio Cabrera, zapatero.
2.- 16 de diciembre de 1974. Asesinan de varios balazos a Máximo Antonio Abreu, albañil.
3.- 16 de diciembre de 1974, Allanan la residencia de Vicente Miguel, Rafael Radhamés Villalona Chávez, en el número 172 de la avenida 27 de Febrero.
4.- 16 de diciembre de 1974. Allanan la casa de José Miguel Morel Inoa, en el número 118 de la calle Onofre de Lora, Pueblo Nuevo.
5.- 17 de diciembre de 1974. Allanan la casa de Andrés Vásquez Inoa, en El Ejido.
6.- 18 de diciembre de 1974. Apresan a José Antonio López Paulino, acusado de portar una bomba.
7.- 20 de diciembre de 1974. Allanan la casa de Apolinar Beato, en el No. 38 de la calle «A».
8.- 21 de diciembre de 1974. Detienen a Manuel Castro en el No. 76 de la avenida Simón Bolívar, Ens. Bolívar.
9.- 28 de diciembre de 1974. Detienen a Rafael Liviano en el No. 25 de la calle Pedro Quezada.
10.- 10 de diciembre de 1974. Son detenidos Gilberto Díaz Inoa y los hermanos Hernández, en el No. 15 de la calle Raúl Sterling.
11.- 2 de enero de 1975. Detienen a Andrés Reyes, junto a su esposa, en el No. 46 de la calle Juana Saltitopa.
12.- Enero de 1975. Detienen a los hermanos Inoa en el No. 50 de la calle No. 8.
13.- 4 de enero de 1975. Allanan la casa de los esposos Lantigua y Martínez, en el No. 222 de la calle No. 3 del ensanche Libertad. Ambos son detenidos.
14.- 3 de enero de 1975. Los hermanos Moronta (3) son detenidos en el ensanche Enriquillo.
15.- 5 de enero de 1975. Detienen a Héctor Radhamés Filión y José de Jesús Álvarez.
16.- 11 de enero de 1975. Detienen a Ana Gueco, dirigente del sindicato de La Aguja y residente en Nibaje.
17.- 13 de enero de 1975. Detienen a Domingo Rosario y Félix Castillo, dirigentes del Club Cultural Juana Saltitopa, en Los Jazmines.
18.- 14 de enero de 1975. Detienen a Julio Pérez e Hipólito Adames, choferes de la Ruta de Nibaje.
19.- 16 de enero de 1975. Detienen a José Serrata, obrero, reside en Villa Jagua.
20.- 18 de enero de 1975. Víctor Manuel López, residente en la Máximo Gómez No.153 (parte baja) detenido.
21.- 19 de enero de 1975. Allanan la casa de Germán Reyes, residente en la parte baja del No. 153 de la calle Máximo Gómez. En este mismo allanamiento fue detenida la menor de siete años Kenia Reyes.
22.- 20 de enero de 1975. Detienen a Enrique Pichardo Hernández, profesor, después de allanar su casa.
22.- 21 de enero de 1975. Allanan la casa de los esposos Cosme Lantigua, en el ensanche Libertad. Ambos son detenidos.
24.- 23 de enero de 1975. Detienen a Enrique Camilo Reyes, dirigente de Unachosin.
25.- 24 de enero de 1975. Allanan nuevamente la casa de los Cosme Lantigua. Dicen que buscan al profesor Pichardo Hernández.
26.- 31 de enero de 1975. Antonio, Víctor y Rafael Medina (hermanos) son detenidos en un allanamiento en la casa No. 27 de la calle No. 17 del barrio El Ejido.
27.- 4 de febrero de 1975. Es allanada la casa No.191 de la avenida Franco Bidó (antigua Av. Duarte) y son detenidos el profesor Félix Ramón Luna junto con sus hijos Natalia y Fidias.
28.- 4 de febrero de 1975. Allanan la casa No. 9 de la calle 25 del Ejido y detienen a la señorita Altagracia Gómez.
29.- 4 de febrero de 1975. Allanan la casa No. 161 de la Ave. Franco Bidó (antigua Ave. Duarte) y detienen al señor Daniel Antonio Reynoso.
30.- 6 de febrero de 1975. Es allanada la casa No.14 de la Ave. Hermanas Mirabal, donde reside el agrónomo Luis Estrella.
31.- 11 de febrero de 1975. Es herido de bala el joven Cecilio Antonio Yapor, en la autopista Duarte.
32.- 17 de febrero de 1975. Agentes del Servicio Secreto detienen a los jóvenes Willian e Hipólito Aponte y José Rafael Jiménez.
33.- 18 de febrero de 1975. El Juez de la Segunda Cámara Penal de Santiago, por decisión de hábeas corpus ordena la libertad de José Antonio López (El Che). Fue desconocida la sentencia y mantenido en prisión.
34.- 18 de febrero de 1975. Es allanada la Imprenta Santiago, calle San Luis No. 40, y son detenidas todas las personas que laboran en ella, incluyendo su administrador, señor Hedí Suazo.
37.- 18 de febrero de 1975. Se practican varios allanamientos en los barrios de Pueblo Nuevo, ensanche Libertad y Los Platanitos. (Ver La Noticia, día 18 de febrero, p. 14)
38.-19 de febrero de 1975. Detienen 8 personas: Elsa y Bernardo Peña F., residentes en la calle Abúa Rodríguez del barrio de Pueblo Nuevo, y otros (ver El Nacional de fecha 19 de febrero de 1975, p. 24).(48).

Posted in Sin categoría

Capítulo XV (2)

Después de una campaña hecha principalmente por la radio de la ciudad, el domingo 23, más de trescientas personas, hombres y mujeres de Santiago, entre los cuales había estudiantes, sacerdotes, obreros, seminaristas, abogados y otros profesionales, se lanzaron a las calles, casa por casa, pidiendo algo para la libertad de Onelio Espaillat, llevando como identificación una carta y una banderita que decía: «Dame algo para la libertad de Onelio».

Desde las siete de la mañana Salvador Jorge Blanco y yo estábamos en la Alianza Cibaeña para recibir los aportes que se hicieran personalmente. El primer aporte que llegó fue de un señor de El Mamey, que entregó un peso. Luego vino un aporte significativo de Marcelo Bermúdez.

De inmediato comenzaron a llegar los recaudadores; todos venían contentos, optimistas, interesados en saber cuánto se había recolectado; algunos preguntaban: ¿faltan muchos cuartos para llegar a los dos mil pesos?

El padre Esteban, un sacerdote militante por la causa de los humildes, visitaba constantemente los barrios marginados para ver cómo marchaba el trabajo de recaudación; luego volvía y me decía: Negro, ¿hacen falta muchachos en algunos barrios?

El Ing. Eulogio Santaella, el domingo de la recaudación cambió momentáneamente de profesión: hizo la labor de contabilidad junto con el Lic. Juan Guillermo Franco.

El doctor Conrado González Monción y el licenciado Domingo Fadul, se encargaron del transporte; la licenciada Dilena de Rodríguez, la viuda Minaya, el doctor Rafael Nicolás Gómez, el bachiller Tiagarlay Núñez, Germania Luna y las esposas de algunos miembros del Comité, después de terminar la labor de recaudación en sus respectivas zonas, se encargaron de recibir el dinero.

Los barrios marginados de Santiago, de la época, demostraron gran sensibilidad, y fue desde donde se recibieron los mayores aportes. Los sobres de barrios tales como Pueblo Nuevo, La Joya, Los Pepines, Los Jazmines, Camboya, Corea, Vietnam, Buenos Aires, Bella Vista, Ensache Libertad y Bermúdez, El Ciruelito, y otros llegaban a la Alianza Cibaeña con buenas sumas en monedas.

El pueblo de Santiago respondió al llamado de solidaridad y humanismo que se le hizo.

Al terminar la jornada, el doctor Salvador Jorge Blanco y yo, en nombre del Comité, emitimos un documento en el cual expusimos lo siguiente:
El Comité Pro recaudación de la multa de RD$2,000.00, que Onelio Espaillat debe pagar al Estado dominicano, expresa su reconocimiento a la comunidad de Santiago de los Caballeros y a aquellas personas que de otros lugares, dieron su aporte.

La jornada que el domingo 23 de este mes se escenificó en esta ciudad de Santiago de los Treinta Caballeros, fue una demostración de humanismo, cultura y concienciación sin precedentes en el país. Los 300 visitadores, compuestos por hombres y mujeres, jóvenes y viejos, profesionales y obreros, y también por la gran mayoría de los miembros de los clubes culturales, trabajaron con la mística tradicional de esta ciudad y con una honradez enaltecedora.

La recaudación, a las 7:30 del domingo 23, había llegado a RD$4,072.80. Inmediatamente el Comité dispuso que sus delegados se trasladaran a la capital el martes 25 a pagar la multa y obtener la libertad de Onelio Espaillat.
Luego el Comité se reunirá el miércoles 26 para disponer la forma en que se empleará el excedente, de todo lo cual se publicará un aviso en la prensa con el detalle del ingreso y del egreso, de manera que todo el pueblo conozca como sus fondos han sido manejados. Mientras tanto, están depositados en una cuenta de un banco de esta ciudad.

Salvador Jorge Blanco – Ramón Antonio Veras

24 de junio de 1974.(40)
Se pagó la multa y Onelio Espaillat quedó en libertad. Con la suma restante se abrió una cuenta y de ella se extraía una suma mensual, con la autorización de Guillermina –la esposa de Onelio–, para pagar la educación de sus dos hijos que vivían junto a ellos en la calle Sabana Larga.

Siempre mantuve con Onelio, una relación que llegó a nivel familiar. Él sostenía una posición firme en defensa de sus ideas comunistas. Recuerdo que para definir a los renegados de la lucha revolucionaria y señalar a los flojos decía una frase muy suya: «Mira Negro, ese ya se rajó, está degomao».

No pasaban dos días sin que Onelio y yo nos juntáramos para hablar de distintos temas de la situación política nacional. Siempre fue un apasionado en la defensa de sus ideas y en los criterios que sostenía en torno a la problemática nacional e internacional.

Las veces que fue detenido y llevado a la cárcel, con el agravante de su estado de salud por la aguda diabetes que le acompañó durante muchos años de su vida, le hizo amarga su existencia. Pero Onelio tenía una voluntad firme de lucha lo que le permitió llegar hasta los últimos años de su vida combatiendo por las mejores causas del pueblo dominicano.

Capítulo XVI

La segunda reelección de Balaguer en 1974
El año 1974 fue de mucha represión en todo el país. Por ejemplo, en Puerto Plata, el militante del 14 de Junio, Apolinar Estrella Mancebo, fue acusado de poseer una granada fragmentaria. Le asistí en su defensa y se comprobó que la acusación era falsa. (41)

En San Francisco de Macorís, fueron detenidas varias personas acusadas de tener en su poder una gran cantidad de armas de fuego. En compañía de monseñor Roque Adames y el periodista Ramón de Luna, me trasladé hasta allí para indagar el destino del joven Pablo Liberato Rodríguez, dirigente de izquierda del MPD, quien desapareció allá, en Macorís, bajo la jefatura del coronel Paulino Reyes de León. Nunca se supo ni se sabe hoy dónde reposa su cadáver. (42)

La situación que estaba viviendo el pueblo de San Francisco de Macorís resultaba tan alarmante que me motivó a escribir un artículo con el título «Terror en Macorís», en el cual reseñaba el estado insoportable de vida que se respiraba en aquella ciudad. (43)

El 2 de agosto fue detenido en Santiago el militante revolucionario Gerardo Marmolejos. De inmediato fue trasladado al Departamento del Servicio Secreto de la Policía Nacional en Santo Domingo. En compañía de los doctores Salvador Jorge Blanco y Abel Rodríguez del Orbe, interpuse un recurso de hábeas corpus a su favor. (44)

Un tribunal dispuso su puesta en libertad, pero la Policía lo mantuvo detenido. Finalmente fue condenado a dos años de prisión. (45)

Es bueno consignar que Marmolejos, quien ahora reside en España sin militancia política y es tío del dirigente peledeísta Daniel Toribio Marmolejos, es también uno de los dominicanos que siempre ha estado ligado a todas las causas justas que ha librado el pueblo dominicano.

En otro orden, preocupado por lo que estaba ocurriendo en el país en aquel momento, el 11 de julio de 1974, el profesor Juan Bosch, me remitió la siguiente carta:

Señor
Dr. Ramón Antonio Veras
Secretario General de la
Asociación de Abogados
de Santiago.

Muy estimado amigo:
Seguramente estás enterado de que soy miembro del Tribunal Beltrand Russell II y de que debo viajar en enero del año que viene a Bruselas donde se reunirá el Tribunal para conocer los casos de violaciones de los derechos humanos en la República Dominicana y en otros países de la América Latina.
Reunidos para estudiar los detalles de mi viaje, el Comité Político del PLD acordó que me dirigiera por tu medio a la Asociación de Abogados de Santiago y a la Asociación Dominicana de Abogados de la Capital por medio de su presidente, Dr. Bienvenido Mejía y Mejía, pidiéndoles que tú, en los límites de la jurisdicción del Cibao, y él en la jurisdicción del Este y del Sur, recogieran toda la información sobre las mencionadas violaciones, con el mayor número posible de detalles, a fin de que pueda presentar ante el Tribunal un expediente que sirva para fundamentar algún tipo de instancia ante los organismos internacionales encargados de velar por el respeto de los derechos humanos y ante el gobierno dominicano. Con los saludos más afectuosos queda a tu mandar, Juan Bosch. (46)

Mediante comunicación de fecha 1ro. de agosto del año 1974, le di respuesta a la carta del profesor Juan Bosch, diciéndole, entre otras cosas, que se dirigiera directamente a la Directiva de la Asociación de Abogados de Santiago, presidida por el Dr. Rafael Reyes Martínez, para que así los directivos determinaran si podía o no aportarle las informaciones que me había requerido. La Asociación no me autorizó, pero a título personal organicé un expediente y le suministré todos los casos de violaciones de los cuales yo tenía conocimiento en mi condición de abogado y como simple ciudadano.

Posted in Sin categoría

Capítulo XIV

Detención de seis dirigentes del Movimiento Popular Dominicano. Mi participación en su defensa. El caso de Onelio Espaillat

El 13 de enero del año 1973, seis dirigentes del Movimiento Popular Dominicano fueron detenidos mientras efectuaban una reunión de tipo político; ellos fueron Julio de Peña Valdez, Edgar Erickson Pichardo, Moisés Blanco Genao, David Onelio Espaillat Campos, Luis Elpidio Sosa y Rafael (Cucullo) Báez.

La casa de la reunión y lugar de detención estaba ubicada en la calle Proyecto No. 7 del ensanche Quisqueya de la ciudad capital; el procurador fiscal que intervino en el allanamiento hizo constar en acta levantada al efecto que en la vivienda se había encontrado un fusil FAL, una pistola calibre 45 y un revólver.

Para la fecha el jefe de la Policía Nacional lo era el general Enrique Pérez y Pérez, quien mantuvo a los apresados bajo secuestro durante nueve meses, en celdas subterráneas del cuartel general policial. Los detenidos, en primera instancia fueron condenados a diez años de prisión, y dos mil pesos de multa. La sentencia fue confirmada en apelación; luego fue recurrida en casación. La Suprema Corte de Justicia casó la sentencia y envió el expediente a la Corte de Apelación de San Cristóbal.

Además de mi presencia, el consejo de defensa de los seis dirigentes del MPD estaba compuesto por los doctores Salvador Jorge Blanco, Virgilio Bello Rosa, Julio Aníbal Suárez, Orlando Rodríguez, Julio César Castaños Espaillat, Héctor Cabral Ortega, Manuel Ramón Morel Cerda y Mignolio Pujols.

Finalmente, los acusados fueron condenados por la Corte de Apelación de San Cristóbal a tres años de prisión y dos mil pesos de multa cada uno. El grupo había cumplido la pena impuesta, pero para salir en libertad debía de hacer el pago de la multa. Todos ofrecieron pagar, excepto Onelio; el procurador fiscal de San Cristóbal, doctor Manlio Pérez, dijo que aceptaba el pago a condición de que los acusados dieran asentimiento a la sentencia que les había condenado en primer grado a diez años. Al final, cinco pagaron la multa y obtuvieron su libertad, pero Onelio Espaillat seguía en prisión domiciliaria en su casa en Santiago porque no tenía los dos mil pesos para el pago de la multa; ¿cómo se obtuvieron los RD$2,000.00 para pagarla?

Capítulo XV
El calor solidario del pueblo de Santiago pagó la multa de Onelio Espaillat

Siempre he sido renuente a participar en actividades donde se trate de recaudar dinero para determinados fines, en razón de que en el país se ha hecho un vicio las colectas para fines imaginarios; el pueblo se muestra celoso para cualquier colaboración económica, y toma más en cuenta la persona que solicita el aporte que el fin perseguido con la misma.

Pero no obstante la negativa a participar en colectas, hay situaciones que uno no puede soslayar, y de ahí la explicación de mi participación en el caso que voy a exponer.

En una visita que le hice a Onelio Espaillat, en su domicilio en Santiago, éste me informó que estaba en una situación difícil, ya que, además de su precaria salud y la presencia de un servicio policial en la puerta de su casa, se veía en la imposibilidad de pagar la multa que le habían impuesto los tribunales. Le dije que hablaría con mi amigo y colega, el doctor Salvador Jorge Blanco, para ver qué labor se podía hacer para obtener el monto de la multa.

Salvador y yo regresamos a la casa de Onelio, hablamos con él y le dijimos que formaríamos un comité integrado por personas democráticas para recaudar los dos mil pesos, a fin de que pagara la multa y obtuviera su completa libertad, pero que poníamos como condición que sólo el comité que se formara tendría derecho a decidir la forma de la recaudación. Onelio aceptó.

De inmediato se formó el organismo. En un principio, algunos miembros consideraban que la forma de conseguir el dinero era dirigirse a algunos amigos y al comercio en general; otros planteamos que había que combinar el trabajo: solicitar aportes a personas e instituciones, pero principalmente hacer una colecta popular para apoyarnos en el pueblo y así fuera él, fundamentalmente, quien pagara la multa de un hombre que estaba privado de su libertad y había perdido su salud luchando por lo que creía convenía más a los intereses populares. Al final se aceptó esta última sugerencia.

Tomando en consideración que era un trabajo que comprendía toda la ciudad de Santiago, el material humano era lo indispensable. De inmediato recurrimos a los clubes culturales, para esa época verdaderas poleas de la lucha del pueblo, y a algunos sindicatos.

No quisimos que participaran los sindicatos como organización en sí, para no crear cismas en sus respectivas directivas que podían estar o no de acuerdo con esa forma de trabajo, pero sí hay que hacer constar que de todas las organizaciones laborales se recibieron aportes y muchos de sus principales dirigentes trabajaron en la obtención de los valores.

El 3 de junio de 1974, el doctor Salvador Jorge Blanco y yo hicimos un llamamiento al pueblo de Santiago con el siguiente contenido:

La comunidad de Santiago, que siempre ha dado notas de sensibilidad, se mantiene pendiente de la situación por la cual atraviesa Onelio Espaillat, quien todavía guarda prisión domiciliaria en su residencia de esta ciudad, en razón de que no obstante han pasado más de tres años de la fecha de la sentencia de Santo Domingo, como no ha pagado los RD$2,000.00 de multa, se mantienen los efectos de la prisión.

Solamente con el pago de la multa recuperaría su libertad, tal como acaba de ser consagrado por la Suprema Corte de Justicia con un proceso que ha hecho historia en la República Dominicana.

En su domicilio Onelio guarda prisión, pues la vigilancia policial se le mantiene, no siendo su enfermedad un obstáculo a tal medida. Su plena libertad solamente la podrá recuperar con el pago de la multa de RD$2,000.00; y pensamos que con esfuerzo masivo de toda la comunidad, pudiera recolectarse en un día ese valor. Es por ello que invitamos a la formación de un comité con esa finalidad exclusiva de organizar una colecta popular que dure un día, creando un grupo seleccionado de doscientos visitadores con sus correspondientes y auténticas credenciales, de manera que los valores sean recibidos por el Presidente del Comité, que debe ser una persona de reconocida solvencia moral. Cualquier excedente de la colecta popular deberá ser donado al Obispado de Santiago.

Esta es nuestra idea a la cual estamos dispuestos a darle todo nuestro apoyo en una campaña de solidaridad con la libertad de Onelio.
Santiago, 3 de junio de 1974.

Dr. Salvador Jorge Blanco,
Dr. Ramón Ant. Veras. (38)
Luego, el día 22 de junio, en nombre del Comité hice el siguiente llamado:
El pueblo de Santiago, demostrará una vez más su gran sentido de solidaridad y sensibilidad, cuando mañana domingo 23 de junio aporte la suma de dos mil pesos oro para pagar la multa de Onelio Espaillat. El Comité por la Multa de Onelio recuerda al pueblo de Santiago que desde las siete de la mañana hasta las siete de la noche, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, obreros y profesionales de las distintas ramas recorrerán la ciudad de casa en casa solicitando dinero para pagar la multa de Onelio, pero solamente las personas que porten una carta firmada por los doctores Ramón Antonio Veras y Salvador Jorge Blanco están autorizadas a recibir los valores donados. Si alguna persona desea hacer su contribución personalmente la puede hacer en la Alianza Cibaeña, calle Beller No.127, donde estarán el doctor Veras y Jorge Blanco, o pueden llamar al teléfono 582-5220 para un miembro del Comité pasar a procurar la contribución personalmente.

Que se recuerde bien: hay tres formas de colaborar económicamente para la multa de Onelio Espaillat:

1.- Recibiendo en su casa a uno de los visitadores que tenga su carta de identificación;
2.- Entregando el aporte personalmente a la Alianza Cibaeña en la calle Beller No.127; y
3.- Llamando al teléfono 582-5220 para que un miembro del Comité lo procure en su casa.
¡Adelante pueblo de Santiago, en tu buena voluntad está la libertad de Onelio Espaillat!
Por el Comité: Dr. Ramón Antonio Veras.
Santiago, 22 de junio de 1974.(39) 

Posted in Sin categoría

Capítulo XIII (Segunda parte)

Es bueno aclarar que la razón por la cual allanaron mi casa y me hicieron preso fue el asesinato de Francisco Alberto Caamaño, con quien los servicios de seguridad del Estado me vinculaban, lo que no era cierto.

Una vez fui liberado, le di continuación al recurso de hábeas corpus que había intentado a favor del profesor Porfirio García.

Con respecto a su expediente, me vi en la obligación legal de emplazar ante el tribunal al jefe de la Policía Nacional en Santiago, coronel doctor Francisco Gerónimo Graciano de los Santos.

El periódico Última Hora del lunes 15 de marzo de 1973 trajo la siguiente información:
Tras emplazar a P. N., acusan líder maestros de actos de subversión
El coronel PN doctor Francisco Gerónimo Graciano de los Santos, comandante local de la Policía, fue emplazado a deponer en un hábeas corpus para que diga por qué tiene preso al profesor Porfirio García. La puesta en causa de Graciano de los Santos fue determinada por un acto del abogado de García, el doctor Ramón Antonio Veras, Negro.

A media mañana la policía envió a la justicia las acusaciones contra García. Lo acusa de violar e incitar a violar los artículos 103 y 105 del Código Penal. Estos se refieren a actos de subversión. Es criminal y según una Ley Adjetiva del 1968 los acusados de crímenes no pueden ser puestos en libertad, a no ser por su descargo. El informe de la acusación fue dado por el mayor doctor Julio Alcides Pozo Vélez, consultor jurídico de la zona norte de la Policía, luego del emplazamiento que el doctor Veras le hizo a Graciano de los Santos.

García tiene más de una semana preso. Se informó que pese a la ubicación de las acusaciones, Graciano de los Santos, quien además es abogado, está obligado a comparecer a juicio. García, quien es directivo de la Asociación de Profesores de Santiago, fue hecho preso hace hoy siete días y hasta el momento la policía no le ha formulado ninguna acusación, no obstante haber transcurrido el plazo legal establecido por la Constitución de la República. Es la primera vez que un coronel de la PN es sometido a la justicia por retención ilegal de un ciudadano.

De acuerdo a la instancia interpuesta ante el juez de la Segunda Cámara Penal, el coronel Graciano de los Santos deberá comparecer el día que se fije la audiencia llevando al profesor Porfirio García y declarar en el tribunal en virtud de qué lo tiene detenido y por qué no se le ha formulado ninguna acusación.

El comandante policial, en las ocasiones en que los reporteros indagaron sobre las razones de la detención de García se ha concretado a decir que “es investigado sobre asuntos que interesan a la Policía”. García fue trasladado el viernes al Palacio de la Policía en Santo Domingo. Según se informó, fue retornado al cuartel general de esta ciudad el domingo en la tarde. En la instancia que contiene la solicitud de hábeas corpus se indica que de conformidad con el artículo 8 letra D de la Constitución de la República “toda persona privada de su libertad será sometida a la autoridad judicial competente dentro de las 48 horas de su detención, o puesta en libertad”.

Se advierte en otro de los argumentos de la instancia que, no obstante el estado de anormalidad existente en el país, ninguna disposición legal ha suspendido las garantías constitucionales, por lo que la prisión del profesor García es ilegal, toda vez que ha transcurrido el plazo legal establecido por la Constitución para que sea sometido a la acción de la justicia o puesto en libertad. (36)
Finalmente, el tribunal ordenó su libertad y la sentencia fue ejecutada.

Así como comprendí la necesidad de emplazar al coronel Graciano de los Santos en el caso detallado, una acción semejante tuve que llevar a cabo contra el encargado de la cárcel pública de Santiago. Esto último ocurrió debido a que en un acto criminal que fue repudiado por todo el pueblo de Santiago, fue víctima de una acción terrorista el raso policial José Otalicio Ortiz, quien fue asesinado de varios balazos el día 8 de febrero de 1973. La policía acusó del hecho a Seferino Francisco Suero Morillo, Delfino Núñez, Luis Laureano Figueroa y al Ing. Leopoldo Grullón.

Me hice cargo de la defensa de los acusados, los cuales eran militantes del PRD y de partidos de izquierda. El primero en ser puesto en libertad fue Seferino Suero porque se demostró que estaba preso el día que ocurrió el hecho. Luego se comprobó que los restantes también habían sido detenidos antes de ocurrir el crimen.

El encargado de la cárcel de Santiago se negó a presentar al juez de Hábeas Corpus a Delfino Núñez. Le pedimos al juez que ordenara la prisión del alcaide; el juez acogió la petición y el procurador apeló la decisión. Posteriormente los tres fueron puestos en libertad.

Con respecto al Ing. Grullón, la orden de libertad se ejecutó pero en la puerta de la cárcel le esperaban agentes del Servicio Secreto, quienes lo introdujeron en un carro de la Policía que lo trasladó de inmediato a la ciudad capital, donde le prepararon un expediente bajo la acusación de atentar contra la seguridad del Estado.

Leopoldo Grullón, falleció hace varios años; Delfino Núñez- Pecho- es uno de los dueños del reconocido Centro Automotriz “Hermanos Muñoz”, en Santiago, y mantenemos cordiales relaciones de amistad. (37)

Las circunstancias que rodearon los casos de los periodistas, de los profesores y de los acusados del crimen del agente policial, revelan el estado de ilegalidad que existía en el país en los primeros años de la década del 70. Esta situación me impulsaba a continuar la labor de orientación en el seno del pueblo y es así que desde el mismo inicio del año 1973 le di continuación a las charlas y conferencias. He aquí la labor de educación cívica que llevé a cabo en el curso de ese año:

• Actividad de jornada cultural (La Información, 8 de enero).
• Dr. Veras favorece Comité Defensa Derechos Humanos (La Información, 23 de enero).

• Llamado a campesinos a mantenerse unidos (El Nacional, 28 de enero).
• Una orientación obrera conveniente (La Información, 5 de 1973).
• Apoyar lucha del PRD (La Información, 10 de abril).
• Por la unidad de los trabajadores (El Nacional, 29 de abril).

• Problema de los obreros es la unidad de acción (La Información, 30 de abril).
• División perjudica a los trabajadores (La Información, 2 de mayo).
• Fuerza de los obreros reside en la unidad (El Nacional de Ahora, 3 de mayo).
• Lucha de masas por la liberación (El Nacional de Ahora, 5 de mayo).
• El alto costo de la vida (La Información, 23 de mayo).
• Asuntos penales pierden seriedad (El Nacional, 24 de mayo).
• Alarma de la población es justa (La Información, 24 de mayo).
• Politiqueros engatusan campesinos (El Nacional, 13 de junio).
• Causas de las alzas de precios (La Información, 30 de junio).
• Apoyo a la lucha (La Información, 7 de julio).
• Aprovechar los cambios que vive el país (Última Hora, 10 de julio).
El año 1973 fue de gran represión oficial. La Banda continuaba sus fechorías, las acciones ilegales oficiales se mantenían a la orden del día. La lucha política se hacía sumamente difícil y el espacio para hacer política legal que dejaba el régimen del doctor Balaguer, era sumamente limitado. Cada quien se movía en política a su cuenta y riesgo.
No quiero terminar de hacer un recuento de las actividades de este año 1973, sin antes traer a colación el caso conocido como “Los seis dirigentes del MPD”. l

FUENTES:
(36) Última Hora, 15 de marzo de 1973
(37) El Nacional, 21 de febrero, 3 y 10 de marzo, 13 de abril de 1973; El Caribe, 2 de marzo 1973.

Continuará la semana próxima.

Posted in Sin categoría

Capítulo XIII (Primera parte)

Después de la golpiza continuaba mis orientaciones y defensas a los presos políticos. Casos de periodistas y profesores. Sometimiento al jefe de la Policía local y al encargado de la cárcel. Fusilamiento de Caamaño. Mi prisión

El hecho de que la acción en mi contra se llevara a cabo el 1ro. de mayo en UNACHOSIN fue algo accidental; poco importa el escenario. Para los organismos represivos yo tenía cuenta pendiente con ellos y me la iban a cobrar, aún fuera en la Catedral.

Pero lo ocurrido aquel día no me iba a impedir continuar denunciando el terrorismo de Estado, dictando charlas y defendiendo a los perseguidos políticos. Así se lo hice constar al periodista Bolívar Díaz Gómez, mientras me encontraba interno en el Centro Médico Cibao, en una entrevista que me hizo y que fue publicada en el periódico El Nacional de fecha 5 de mayo de 1972.

He aquí las charlas y conferencias que dicté durante el segundo semestre de ese año 1972, una vez salí de la clínica y me sentí en condiciones físicas de actuar:
• Abogado pide superar el subdesarrollo (La Información, 10 de junio).
• Abogado da charla economía (El Sol, 12 de junio).
• Revela campesinos viven aislados (La Información, 10 de julio).
• Pide intelectuales hablen al pueblo (La Información, 3 de agosto).
• Exige compromiso intelectuales (Última Hora, 3 de agosto).
• Señala papel intelectuales en lucha favor del pueblo (El Sol, 4 de agosto).
• Explica función social del trabajo (La Información, 17 de agosto).
• Habla acerca del salario en sección Jacagua Abajo (El Sol, 18 de agosto).
• Cree reformas tratan silenciar demandas (La Información, 9 de septiembre).
• Pide levantar impedimentos (El Nacional, 17 de septiembre).
• Ponen a circular revista Reflejos (La Información, 19 de septiembre).
• Critica aumento costo de la vida (La Información, 22 de septiembre).
• Abogado analiza consecuencias de la inflación (La Información, 10 de octubre).
• Desligan campesinos de vida de la Nación (El Nacional de Ahora, 25 de octubre).
• Urge liberación del monocultivo (La Información, 15 de diciembre).
• Dice independencia es base de libertad (El Nacional, 17 de diciembre 1972).
Además de las charlas y conferencias debía de asistir en sus medios de defensas a los que resultaban apresados por motivos políticos.

En esos días era común el arresto de los corresponsales que trabajaban para periódicos en el interior del país, como fueron los casos de los periodistas Guillermo Quiñones, corresponsal en Santiago, acusado de lanzar piedras a la Policía Nacional, en dicha ciudad. (29)

Además, Restituyo Torres, corresponsal de El Nacional en Valverde Mao, acusado de constituirse en turba, agredir a un miembro del ejército y a otro de la Policía, de injuriar al Presidente de la República y de practicar el comunismo. (30)

Antonio Espinal, corresponsal de El Nacional en Mao, acusado de constituirse en turba, agredir a miembros del ejército y tratar de desarmar a un miembro de la misma institución. (31)

Erasmo Ulloa Jiménez, corresponsal de El Nacional en Dajabón, acusado de injuriar a un primer teniente médico del Ejército Nacional. (32)

Miguel Noboa, corresponsal de El Nacional en Esperanza, acusado de difamación e injuria contra el diputado Miguel Ruiz Lama. (33)

El inconveniente para la defensa de estos periodistas residía en que tenía que trasladarme a los lugares donde habían sido apresados que, por lo regular, era siempre la misma ciudad donde laboraban.

Con relación al periodista Antonio Espinal debo precisar que fue víctima de una brutal agresión en abril de 1974. Pagó con su seguridad personal las denuncias que hacía contra los narcotraficantes, dueños de prostíbulos y otras lacras sociales.

Refiriéndose a la acción en su contra, Rafael Herrera escribió un editorial en el periódico Listín Diario y dijo: «La agresión contra el periodista Antonio Espinal, fue una agresión para matar». La revista ¡Ahora!, en su edición 544 del 15 de abril de ese año, trajo un artículo con un titular que decía: «La agresión contra Antonio Espinal: la corrupción enseña sus garras».

Al igual que a los periodistas, los profesores también fueron víctimas de las acciones represivas del gobierno. Me correspondió asumir la defensa de los profesores Porfirio García y de Enrique Pichardo. (34)

En el caso del profesor García, interpusimos en su favor un recurso de hábeas corpus y el tribunal ordenó su puesta en libertad. (35)

Antes de continuar narrando lo ocurrido con el profesor Porfirio García, voy a hacer un paréntesis porque una vez interpuse el recurso de hábeas corpus en su favor, el sábado 17 de febrero de 1973 mi casa fue allanada y yo fui detenido por la Policía Nacional. El periódico La Información de la citada fecha publica una noticia, en la primera página, con la firma del periodista Epifanio Rodríguez, que dice así:

La policía de Santiago reinició esta mañana los allanamientos a residencias de personas vinculadas con la oposición.

En las primeras requisas domiciliarias resultaron detenidos el reconocido abogado Ramón Antonio Veras (Negro) y varios dirigentes provinciales del Comité Municipal del Partido Revolucionario Dominicano. La residencia del doctor Veras, ubicada en los Jardines Metropolitanos, fue requisada por agentes del Departamento Secreto de la Policía Nacional. No estaban amparados de permiso judicial, según se comprobó. En el momento que se inició el allanamiento, el doctor Negro Veras se encontraba en su oficina.

Acudió a su casa en compañía del doctor Salvador Jorge Blanco y de otros abogados. Veras fue conducido al Cuartel General de la Policía donde se encontraba detenido aún a media mañana en el Departamento Secreto. En la residencia del abogado no se encontró nada comprometedor.

FUENTES:
(29) La Información, febrero de 1971
(30)El Nacional, 2 de julio 1973
(31) El Caribe, 27 de septiembre 1972
(32) El Nacional, 2 de febrero de 1973
(33) Última Hora, 2 de mayo de 1973
(34) El Nacional, 19 de febrero de 1975
(35) El Sol, 1 de febrero 1973.

Continuará la semana próxima.

Posted in Sin categoría

Capítulo XII

La Policía Nacional me pasa la cuenta por los casos de «El Che» y «El Sombrerero». El primero de mayo de 1972. La golpiza en UNACHOSIN.

La primera actividad en la cual participé en el mes de mayo de 1972, fue una charla que dicté a los integrantes del sindicato de La Tabacalera con el tema: «Este primero de mayo y Siempre la clase obrera con el pueblo de Vietnam».
El motivo por el cual expuse el tema de Vietnam fue porque todavía el pueblo vietnamita se encontraba en lucha firme contra el imperio del Norte y se imponía que el primero de mayo, fecha histórica de los trabajadores a nivel internacional, la charla se la dedicara a ese heroico pueblo.

Una vez terminé la charla, los directivos y todos los trabajadores presentes comenzaron a disfrutar de una pequeña fiesta, pero antes de iniciar la misma, el dirigente sindical Nelson Vásquez, dijo que en vista de que los compañeros del sindicato de UNACHOSIN no tenían dinero para comprar golosinas y refrescos, se les preparara una caja con bocadillos y otras picaderas para que una comisión se las entregara en su local, en la segunda planta de un edificio de la calle Pedro M. Hungría de la ciudad de Santiago. Los comisionados regresaron al poco rato e informaron que no habían podido hacer la entrega porque fueron impedidos de entrar, ya que el Servicio Secreto de la Policía Nacional había ocupado el local y estaba reprimiendo a los trabajadores que se encontraban en su interior. Ante esa información, la directiva del Sindicato decidió que otra comisión fuera a mediar con las autoridades. Se acordó que yo formara parte de la comisión mediadora. Acepté la decisión y partimos a cumplir con el encargo.

Al llegar, vimos que en la puerta de la primera planta estaba de servicio un teniente de apellido Columna. Le expliqué el objetivo de nuestra visita y nos dijo que el Servicio Secreto estaba en la segunda planta repartiéndole palos a todo el mundo… «¡y hasta niños hay ahí!», terminó diciendo. Cuando finalizó su exposición le dije: «¡Pues entonces con mayor razón acompáñenos hasta allá para ver qué se puede hacer!». El oficial accedió.

Una vez la comisión llegó al último peldaño de la escalera, el capitán Bienvenido Cruz Acevedo, jefe del Servicio Secreto, dijo, dirigiéndose a mí: «Este hijo de puta es el que está aquí organizando este desorden». Acto seguido le ordenó a un agente que me golpeara; el agente policial y otros más me propinaron golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo; me arrastraron por el piso, cargaron mi cuerpo y me lanzaron hacia el pavimento, donde fui recogido por los mismos agentes policiales, que me introdujeron en un carro policial y me trasladaron a la morgue del Hospital José María Cabral y Báez. Luego, por gestiones del doctor Salvador Jorge Blanco –compañero de oficina de abogado, fui llevado e internado en el Centro Médico Cibao, donde allí permanecí varios días.

Las lesiones que recibí en distintas partes del cuerpo fueron muy severas, hasta el punto de que durante mucho tiempo me afectaron parte del cerebro, lo que me impedía coordinar mis ideas. (25)

Lo peor de todo fue que la Policía Nacional, en combinación con el Procurador Fiscal, además de la golpiza, preparó en mi contra un infamante expediente y me sometió a la justicia. El fiscal titular solicitó que se me impusiera una fianza, pero el Procurador de la Corte declaró que yo no era culpable de los hechos que se me imputaban y dispuso mi libertad. (26)

El capitán Cruz Acevedo había manifestado inquina contra mi persona porque demostré, en 1970, que él había llevado la pistola que pusieron en la casa de José Antonio López (El Che).

También se sentía molesto conmigo porque había sostenido que Lorenzo Enrique Vargas (El Sombrerero) no había participado en el asesinato de Boyoyo ni en el crimen contra los esposos Porter y que, por el contrario, los familiares de Boyoyo señalaban a la policía, y específicamente al Servicio Secreto, como responsable del crimen.

Además, el agente policial a quien ordenó me golpeara, el sargento Andrés García, fue el mismo que puso la pistola en la casa de El Che, como bien lo declaró ante la Corte de Apelación Ana Lucía Rodríguez. (27)

Al momento de la Policía darme la paliza el 1ro. de mayo de 1972, el Procurador Fiscal titular lo era en Santiago el doctor Gustavo Féliz Carvajal, el mismo que en el año 1970 presentó en mi contra una querella porque, supuestamente, lo había difamado e injuriado al decir que él era un mentiroso porque había instrumentado el acta de allanamiento falsa donde hizo constar que, alegadamente, él había estado presente cuando apareció la pistola que portaba la víctima, el capitán Vinicio Polanco, la noche cuando fue asesinado. Por esta razón fue que, contrario a lo que declaró el licenciado Federico García Godoy, quien manifestó que yo no tenía ninguna responsabilidad de lo ocurrido el 1ro. de mayo, el doctor Carvajal dijo que sí, que yo era culpable de los hechos que habían sucedido en UNACHOSIN y que, por tanto, para salir en libertad debía pagar una fianza de RD$20,000.00.

Luego, todo quedó comprobado, y la Jefatura de la Policía Nacional dispuso el traslado de Cruz Acevedo y de todos los agentes que participaron en los golpes físicos en mi contra. (28)

Debo precisar que, mientras me encontraba interno en el Centro Médico Cibao, me visitó el doctor Víctor Castellanos, senador de la provincia de Santiago, y me manifestó que el doctor Joaquín Balaguer le había dicho que veía con buenos ojos que yo abandonara el país y que estaba dispuesto a poner a mi disposición un cargo consular donde lo escogiera. Le pedí que le diera las gracias por su preocupación y que le dijera que no estaba dispuesto a abandonar el país.

Luego de la conversación fui informado de que en Santiago, grupos políticos que me adversaban estaban motivando al doctor Balaguer para que me deportara.
El periódico El Sol de fecha 5 de mayo de 1972, publicó una noticia calzada con la firma del periodista Rubén Abreu Méndez, la cual dice, entre otras cosas:

Rumoréase abogado podría ser deportado

Se rumoró ayer con insistencia que sería deportado por el gobierno el doctor Ramón Antonio Veras, secretario general de la Asociación de Abogados de Santiago.

El abogado, quien guarda cama tras una severa golpiza que le propinaron varios policías, dijo que jurídicamente no puede ser deportado. Veras fue consultado sobre los rumores, que también llegaron a su habitación del Centro Médico Cibao. Anteayer se conocieron por primera vez estos rumores en el Palacio de Justicia de esta ciudad, mientras eran interrogados más de 40 detenidos durante los sucesos acaecidos el día primero en el local de Unión Nacional de Choferes Sindicalizados Independientes (UNACHOSIN).

“A mí no se me puede extrañar del país porque la Constitución me ampara y me da derecho a vivir aquí”, expresó el joven abogado santiaguense. Señaló que “ninguna sentencia de ningún tribunal me ha condenado a ser extrañado del territorio de la República Dominicana”. Dijo el doctor Veras que él no ha cometido ningún delito y “tengo derecho a vivir en mi país porque soy tan dominicano como el que más”. La agresión de que fue objeto el dirigente de la Asociación de Abogados de Santiago ha merecido el repudio de las organizaciones profesionales del país y de voceros de [la] opinión pública.

Algunos profesionales locales mostraron ayer su preocupación ante los insistentes rumores de la deportación del doctor Veras. De inmediato no se pudo determinar qué actitud asumirán las organizaciones profesionales en caso de que se materialice la expulsión del abogado.

Veras agregó que “aunque conmigo se ha cometido una violación a los más elementales derechos humanos, sigo creyendo que todo dominicano tiene derecho a vivir en su país. Ahora bien, ante tantas arbitrariedades que se cometen, no me sorprendería que alguna cabeza anide la idea de extrañarme del territorio nacional”, apuntó. Considera el profesional que nadie puede ubicarlo en ninguna organización política, porque se dedica única y exclusivamente al ejercicio de su profesión.

El doctor Veras se ha destacado en esta ciudad por su defensa de jóvenes acusados por motivos políticos y porque ha puesto su profesión gratuitamente al servicio de personas de escasos recursos económicos. Al respecto, dijo que “no voy a temer bajo ninguna circunstancia defender ante los tribunales a todo aquél que acuda a mi oficina reclamando mis servicios gratuitos, aunque esa defensa me traiga consecuencias peores que las que estoy sufriendo actualmente”. Dijo saber que la situación de animosidad hacia mi persona en algunos sectores es el resultado de la defensa que ha hecho en estrados de algunas personas que tienen expedientes con fondos políticos. Aclaró que cuando una persona le requiere sus servicios profesionales “yo no le pregunto su filiación política; me basta estudiar el expediente y determinar que se está cometiendo una injusticia con el acusado”.

Informó que las charlas y conferencias que viene dando tienen como objetivo principal edificar a los sectores del pueblo que no han tenido acceso a la escuela para que comprendan cuáles son los derechos humanos y las vías para hacerlos efectivos. «Si en nuestro país se comprendiera el significado de los derechos humanos, con mi persona no se hubiera cometido un acto de arbitrariedad material como el que se cometió y moral porque se me trata de involucrar en un expediente que a todas luces es el resultado de un revanchismo de tipo personal».

El doctor Veras se encontraba ayer aún internado en el Centro Médico Cibao, donde está desde el pasado día primero, fecha que fue agredido por agentes de la Policía Nacional.

Por feliz casualidad, solamente recibí la golpiza y el sometimiento que me hizo el fiscal. La deportación quedó en la mente calenturienta de aquellos que no aceptaron el debate de las ideas.

Debo destacar que el doctor Víctor Castellanos, en todo el curso de la conversación que sostuvimos, demostró mucho pesar por mi estado de salud y se comportó indignado por la acción que se había llevado a cabo. Como abogado y como político, el doctor Castellanos siempre demostró ser un hombre decente, respetuoso y sensible.

FUENTES:
(25) El Nacional, 4 de mayo de 1972.
(26) El Sol y La Información, 10 mayo 1972.
(27) Listín Diario, 8 de mayo 1972.
(28) El Caribe, 8 de mayo 1972.

Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Capítulo (XI)

El caso de «El Sombrerero». La intolerancia oficial. Una burla a la justicia. Su deportación

Debo señalar que no me amilanó la advertencia que me hizo el jefe del Servicio Secreto con respecto a las charlas que motivaron el interrogatorio. Seguí con la labor de orientación por medio de seminarios y conferencias y organizando cursos en los sindicatos para educar a los obreros, para que ellos aprendieran a defender sus derechos políticos, económicos y sociales.

He aquí algunas de las charlas y conferencias que dicté con posterioridad al interrogatorio del 3 de marzo de 1972, todas ese mismo año:

  • Llama a integración para defender derechos humanos (La Información, 4 de marzo).
  • Cursillo a sindicato de La Tabacalera (La Información, 5 de marzo).
  • El pueblo debe organizarse para defender sus derechos (El Sol, 7 de marzo).
  • El pueblo debe arrancar sus derechos y defenderlos (La Información, 11 de marzo).
  • Analiza la Reforma Agraria (La Información, 15 de marzo).
  • La reforma limitada no es solución (El Sol, 20 de marzo).
  • La situación del obrero agrícola (La Información, 24 de marzo).
  • Llamado por la amnistía (El Sol, 27 de marzo).
  • El estado de crimen. El terror y la descomposición social (La Información, 28 de marzo).
  • Protesta por atropellos en UASD (5 de abril).
  • Violan los derechos humanos. Quién debiera protegerlos (El Sol, 11 de abril).
  • La mujer y la lucha del pueblo (La Información, 13 de abril).
  • Dirigentes obreros deben analizar situación nacional (La Información, 15 de abril).
  • La clase obrera tiene por misión transformar la sociedad (El Sol, 29 de abril).

Muchas de las citadas charlas tenían por finalidad contrarrestar a la organización terrorista «La Banda», que continuaba sembrando el terror en el seno del pueblo. Así, por ejemplo, en el periódico La Información del 28 de marzo de 1972, hice constar:

El estado de crímenes, terror, asesinato, la inseguridad de la persona humana, el desconocimiento de las decisiones judiciales, la falta de garantía que vive el pueblo dominicano no es más que una consecuencia de la descomposición social que impera aquí.

El doctor Veras dijo que «los asesinatos recientes son eslabones de la cadena que hace cinco años se cometen en nuestro país, tienen un carácter típicamente terrorista cometidos con la anuencia oficial, tales como los cometidos por «La Banda» el martes en la noche contra dos indefensos dominicanos. Calificó «La Banda» como organización fascista y terrorista que ha sido organizada para implantar el terror en los sectores democráticos y progresistas de la oposición. El doctor Veras aseguró que al igual que otras organizaciones terroristas creadas en otras épocas en nuestro país, «La Banda» tiende a desaparecer.

Estaba convencido de que en la medida en que denunciaba a «La Banda», el pueblo se formaba la conciencia de que había que enfrentarla y luchar contra ella. Las charlas en los clubes culturales, asociaciones, gremios y sindicatos permitían que diferentes sectores se hicieran receptivos al mensaje que les transmitía en un lenguaje llano, directo y, por vía de consecuencia, fácil de comprender.

Además del trabajo de orientación popular, continuaba con la defensa de los perseguidos y presos políticos. Luego del interrogatorio a que fui sometido el 3 de marzo, se me presentó el ineludible deber de defender a un luchador democrático, revolucionario, socialista y patriota a toda prueba: Lorenzo Vargas (a) El Sombrerero.

El 1ro. de septiembre de 1971, fue asesinado Jesús María Álvarez (a) Boyoyo, y el 14 del mismo mes, la Policía Nacional acusó del crimen a El Sombrerero, versión que nunca fue aceptada por los familiares del ultimado; por el contrario, siempre se dijo que Jesús María había sido asesinado por la Policía. El Sombrerero también fue acusado del asesinato de los esposos Pablo y Nancy Porter; la opinión pública había señalado al organismo policial de la época como involucrado también en este último crimen. (20)

El Sombrerero, una vez fue informado de que había sido señalado por la Policía Nacional en los casos de Bayoyo y los esposos Porter, se lanzó a la clandestinidad, porque él sabía que el objetivo no era apresarlo, sino eliminarlo físicamente.

Lorenzo Enrique Vargas, es uno de los hombres más íntegros que ha tenido el movimiento popular, democrático, progresista y socialista del país. Sabía que era inocente de las imputaciones que le hacía la Policía y, por tanto, me entregué en cuerpo y alma a defender su inocencia.

Lo primero que hice en su favor fue interponer un recurso de hábeas corpus el cual fue acogido por el juez apoderado, el licenciado Ricardo Almánzar, quien ordenó su libertad. (21)

La sentencia fue apelada, y desacatada por la Policía y el Ministerio Público; y El Sombrerero mantenido en prisión. Le hice una intimación tanto al Fiscal como al Procurador de la Corte de Apelación de Santiago para que lo pusieran en libertad, pero ambos funcionarios se opusieron. (22)

Finalmente, el gobierno, convertido en ley, batuta y Constitución decidió deportar a El Sombrerero, hacia Europa. El 23 de abril de 1972. (23)

Una vez llegó al gobierno el PRD y Antonio Guzmán Fernández, le solicité al Procurador General de la República que en la lista que se había elaborado para el regreso de los exiliados se incluyera a Lorenzo Enrique Vargas. El Magistrado a quien le dirigí la petición hizo caso omiso a la misma. (24)

Este caso demostró la intolerancia del gobierno, la ineficacia de la justicia y la complicidad de ésta con todos los actos ilegales ejecutados por el régimen de los doce años del doctor Balaguer.

La deportación de El Sombrerero fue la culminación de una lucha en los estrados que llegó hasta su deportación. Cada día, el régimen del doctor Balaguer daba demostración de ser más y más insensible; yo estaba consciente, al igual que amplios sectores democráticos del pueblo dominicano, de que había que seguir dando la batalla para obligar al gobierno a que respetara los derechos y libertades del pueblo dominicano.

En el curso de la defensa que hice de El Sombrerero, utilicé como medio fundamental el argumento de que mi defendido no había tenido nada que ver con los asesinatos de Boyoyo ni de los esposos Porter, sino que eran crímenes que, por su naturaleza, respondían a la factura de los que la Policía ejecutaba. Esta tesis indignó a los servicios policiales, principalmente a los vinculados con el Servicio Secreto del organismo policial.

FUENTES:
(20)La Información, 10 de abril 1972
(21) La Información, 20 de abril de 1972
(22) La Información, 21 de abril de 1972.
(23) La Información, 24 de abril 1972.
(24) El Nacional, 23 de septiembre 1978.

Posted in Sin categoría

Capítulo X (segunda parte)

Luego del cuestionamiento fui despachado, pero le hice la observación al jefe del Servicio Secreto que continuaría con las charlas en la forma como venía haciéndolo, y así se lo hice saber a la prensa cuando le dije y fue reseñado en esta forma:

El doctor Ramón Antonio Veras fue interrogado ayer durante dos horas en el Departamento Secreto de la Policía Nacional en Santo Domingo. Veras fue «invitado» a pasar al despacho del jefe del Servicio Secreto, coronel Rolando Martínez Fernández.

Viajó acompañado del doctor Salvador Jorge Blanco, presidente de la Asociación de Abogados de Santiago. Según se lo manifestó el coronel Martínez Fernández, al Departamento Secreto había llegado una denuncia en el sentido de que «estaba por medio de charlas y conferencias adoctrinando a los sectores obreros y campesinos para lanzarlos a la violencia contra el gobierno».

Además que para tal fin el doctor Veras utilizaba la difusión de sus ideas en los campos y ciudades. Asimismo, el doctor Veras, al ser cuestionado sobre su comparecencia ante el jefe del Servicio Secreto dijo que se le interrogó respecto a su posición política. A tal cosa contestó el abogado que no tenía militancia política. También se le preguntó sobre qué método consideraba más adecuado para derrocar al gobierno.

El doctor Veras le dijo al oficial que no podía señalar ningún método porque tal cosa les correspondía a los dirigentes políticos y al pueblo en el momento dado.
El doctor Veras le dijo al jefe del Servicio Secreto que seguiría dando las charlas donde solicitaran, porque consideró que en la medida en que se edifique al pueblo en el conocimiento de los derechos humanos en esa misma medida nuestro pueblo avanza. Consideró que si nuestro pueblo no es capaz de defender los derechos elementales de la persona humana, mucho menos va a tener conciencia para conquistar un punto de conquista social más amplio.

Le ratificó al jefe del Servicio Secreto que esa labor la haría como simple ciudadano y que como profesional tenía derecho a preocuparse por los problemas sociales del país. Además que mientras «no me colocara al margen de la ley podía seguir dando las charlas». Anoche el doctor Veras cumplió con su compromiso de dictar una charla sobre los derechos humanos en un club barrial de la ciudad de Santiago. Indicó que en todo momento el trato que se le ofreció en el Servicio Secreto fue cortés. El interrogatorio comenzó alrededor de las once de la mañana de ayer y concluyó a la una de la tarde. (17)

Uno de los puntos respecto de los cuales fui interrogado fue sobre mi vida política y la táctica del golpe de Estado. (18)

El licenciado Rafael Gutiérrez Belliard escribió con relación a mis charlas y conferencias lo siguiente:

Negro Veras
Nos ha impresionado favorablemente que los organismos gubernamentales no hayan puesto cortapisas a la labor de concienciación social que realiza el distinguido abogado Ramón Antonio Veras (Negro).

Decimos nos ha impresionado, o más atinado, nos ha extrañado que se le permitiera continuar con sus charlas dirigidas a las clases menos preparadas del país, porque a otros que han realizado labor similar se les ha puesto obstáculos insalvables.

Hay muchos nombres que mencionar: Figueredo, Cabezas, y otros tantos. La campaña que realiza el doctor Veras está dirigida a crear conciencia en el ciudadano de poca o ninguna preparación intelectual, que es sujeto de derechos y deberes, que tiene un compromiso de ayuda con sus semejantes y que como ciudadano tiene que contribuir a la solución de los problemas que agobian el país. Esta campaña no es desinteresada. Negro Veras hace esa labor con un interés marcado, con una meta fija: hacer que el hombre adquiera conciencia y responsabilidad de ciudadano.

Esas charlas, que casi a diario el joven abogado ofrece en clubes humildes, parroquias rurales y escuelas olvidadas, son digno ejemplo de preocupación por los demás. El obrero o el campesino que las recibe, que las escucha, sale con una visión nueva de su propia personalidad, con una visión nueva de su país, con una visión nueva del mundo entero. Si tuviéramos en el país cinco hombres, solo cinco, que como Veras se dedicaran a crear cultura en nuestras mentes vírgenes, embotadas por el trabajo duro y las penurias graves, este fuera un país distinto.

Muchos verán en el trabajo de Veras una campaña de proselitismo político; otros le dirán «agitador», otros le echarán a cuestas el gastado adjetivo de «comunistoide». Empero la realidad es distinta, Negro Veras está llevando cultura a quienes no han tenido oportunidades de adquirirla en las escuelas o en nuestras universidades. Su labor es meritoria. Sus ideas políticas no nos importan, lo que nos interesa es esa labor de redención cultural que lleva a cabo fuera de política partidista y fuera de intereses mezquinos.

Hemos leído todas y cada una de las charlas del distinguido intelectual y en ellas no se nota ninguna inclinación sectaria. El está explicando al pueblo, lo que a nosotros nos enseñaron en las universidades. Pero en muchas ocasiones aquí se les ha dado un tapaboca a quienes se dedican a esa labor. Para no ir más lejos, al cierre de este artículo nos enteramos que el Servicio Secreto de la Policía objetó sus charlas y las calificó de subversivas. Ojalá todo no pase de ahí y pueda seguir el doctor Veras hablando sin cortapisas. (19)

El licenciado Belliard era el encargado de Redacción de La Información. En su escrito, plantea, con respecto a mis charlas y conferencias, un criterio que yo compartí y comparto ahora.

FUENTES:
(17) La Información, 4 de marzo de 1972
(18) Última Hora, 4 de marzo 1972
(19) La Información, 4 de marzo de 1972
Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Capítulo X (primera parte)

La organización criminal «La Banda». Charlas y conferencias para concienciar al pueblo. Un interrogatorio en la policía

E staba plenamente convencido de que la acción represiva del fiscal Carvajal en contra de mi persona no era por una actitud personal suya, sino que estaba impulsada por los servicios policiales y otros grupos represivos del régimen que se sentían molestos por mi actuación en defensa de los presos políticos y también por la labor de concienciación que hacía en distintos barrios de Santiago y el interior del país, abordando temas que no eran del agrado del gobierno.

Los dominicanos y dominicanas que vivimos en el país durante la gestión gubernativa de los doce años del doctor Joaquín Balaguer, sabemos que fue un régimen odioso, despótico e intolerante, durante el cual fueron violados los derechos humanos y las libertades públicas. El gobierno dejó muy poco espacio para que las masas populares expresaran su sentir, razón por la cual había que buscar la forma de cómo hacer llegar a las grandes mayorías nacionales ideas renovadoras, criterios diferentes a los del gobierno. Aquellos que no teníamos militancia política partidaria, pero que nos identificábamos con las aspiraciones de libertad y justicia, no podíamos ser indiferentes ante el drama que en los doce años vivió el pueblo dominicano.

Para el año 1972 estaba en pleno apogeo «La Banda», una organización de corte terrorista que se dedicaba a asesinar e implantar el miedo contra los enemigos del gobierno y que sembró el terror diurno y nocturno. Con sus acciones terroristas llenó de pánico a todo el país, situación que debía ser enfrentada.

Para orientar a las masas y hacer comprender a los sectores marginados lo que eran sus derechos y libertades, por medio de charlas y conferencias traté de mantener vivas las aspiraciones de los que en nuestro país son los más, aunque nunca han estado representados en el poder del Estado. Sabía que el Gobierno no iba a permitir que por mucho tiempo continuara con la labor de orientación en forma pública.

Las charlas y conferencias las dictaba en horas del día y de la noche, ante conocidos y desconocidos. Nunca me censuré para no decir lo que creía sobre el tema que en un club o sindicato me habían solicitado que abordara.

He aquí mis intervenciones en las aludidas conferencias y charlas.

1.- Sindicato repudia leyes del trabajo (La Información, 17 de febrero de 1971).
2. -Regímenes sociales RD (La Información, 13 de abril de 1971).
3.- Derechos humanos (El Sol, 4 de diciembre de 1971).
4.- Cierre de año de gran labor fructífera en derechos humanos. Día Justicia (La Información, 7 de enero de 1972).
5.- Balance sobre los derechos humanos (La Información, 7 de enero de 1972).
6.- Primeros pasos para formar frente (El Sol, 19 de enero de 1972).
7. Situación derechos humanos en RD (La Información, 1 de febrero de 1972).
8.- Derechos humanos son letra muerta en RD (El Sol, 2 de febrero de 1972).
9.- Libertades son precarias (El Nacional, 4 de febrero de 1972).
10.- La incorporación de los campesinos a la producción (La Información, 12 de febrero de 1972).
11. – La prostitución es un subproducto de explotación popular (La información, 18 de febrero de 1972).
12.- La planificación familiar fruto subdesarrollo económico (La Información, 22 de febrero de 1972).
13.- La miseria no es producto del aumento de la población (El Sol, 23 de febrero de 1972).
14.- Lucha por liberación exige base ideológica (La Información, 29 de febrero de 1972).
15.- Duarte para retener la libertad (La Información, 29 de febrero de 1972).
16.- La clase obrera y la liberación nacional (El Sol, 2 de marzo de 1972).

La tolerancia del gobierno con mis actividades de educación cívica molestaba a los grupos de poder. El día 3 de marzo de 1972 fui convocado para comparecer ante el Servicio Secreto de la Policía Nacional en la ciudad capital, donde fui interrogado por el coronel Caonabo Reynoso Rosario, por orden del Jefe del Servicio Secreto de la P. N., Rolando Martínez Fernández.

La charla que, al parecer, rebosó la copa fue una que dicté en Esperanza con el tema «Los trabajadores en la liberación nacional». En ella precisé, como lo reseñó el periódico El Sol del 4 de marzo de 1972:

Los sectores democráticos y progresistas del país deben dar su apoyo al movimiento de «liberación nacional» del pueblo dominicano.

El doctor Ramón Antonio Veras habló en el local del sindicato de trabajadores del ingenio Esperanza, sobre el tema «Los trabajadores en la liberación nacional». Dijo que no importa su credo político, religioso e ideológico, en la lucha por liberar al pueblo dominicano deben participar todos los sectores del pueblo.
Los dominicanos sensibles y honestos, aun con diferencias ideológicas, están conscientes de que no se puede permitir que el extranjero se apodere de las mejores tierras, de las minas, que domine el comercio, la banca e inclusive que dirija la política nuestra. No podemos permitir que el 70 por ciento de los dominicanos no sepan leer ni escribir.

Indicó el jurista que los dominicanos no están solos en la lucha contra la «dominación extranjera. Contamos con la solidaridad, con el apoyo de todos los pueblos del mundo », dijo, y agregó: Los tiempos en que los colonialistas tenían la última palabra en la decisión de los países de Latinoamérica, han terminado. Dijo el doctor Veras que el movimiento «democrático y progresista» de América Latina avanza con pasos firmes. Ya la clase obrera está en el poder en un país y en otro está en el gobierno. En fin en otros, militares de ideas avanzadas han tomado el poder y plantean claramente su decisión de expulsar a los colonialistas, de nacionalizar las empresas extranjeras y de entregar las tierras a los campesinos. Algunos ideólogos consideran un «cuco» la liberación nacional y la señalan como una consigna de los comunistas. Falsa tal aseveración; quienes plantean la lucha así quieren «confundir» al pueblo. «La liberación nacional no es ni puede ser obra exclusiva de los comunistas; es obra de todos los patriotas, de todos los hombres y mujeres que luchan por un futuro mejor». Nadie se puede hacer ilusiones en nuestro país, mientras aquí no se haga una reforma agraria, no se nacionalicen las empresas extranjeras, no nos liberemos del poder extranjero, no habrá progreso, paz, desarrollo ni económico ni social ni político. En nuestra época el movimiento nacional «obrero-liberador» ha adquirido «nuevos rasgos cualitativos». Dijo el doctor Veras que gracias a la actividad de la clase obrera y de todos los trabajadores, la humanidad ha entrado firmemente en la época del paso del cambio de un sistema social atrasado, caduco, por uno nuevo en desarrollo. La disertación del jurista fue a solicitud del ayuntamiento del municipio Esperanza. 

Posted in Sin categoría

Capítulo IX (tercera parte)

Mi investidura como abogado. El asesinato del capitán Salvador Vinicio Polanco Fernández. El caso de «El Che». Detenido por querella temeraria.

A la audiencia del día 30 de octubre compareció el doctor Gustavo Féliz Carvajal, quien declaró a la Corte de Apelación, entre otras cosas: «… un sargento vio la pistola, se lo dijo al teniente y él le dijo que la dejara ahí hasta que la levante el Magistrado. (13)

Con su declaración se confirmó que el Procurador Fiscal no se encontraba presente al momento que, supuestamente, el sargento encontró la pistola. Todo esto consta en la página No. 3 del acta de audiencia de fecha 30 de octubre de 1970, levantada ante la Corte de Apelación de Santiago. En la página No. 7 de la misma acta, la declarante Ana Lucía Rodríguez le dijo a la Corte de Apelación:
El secretario no estaba en el allanamiento; el Fiscal estaba en la puerta de la calle y luego entró, después que pusieron la pistola; yo vi que pusieron la pistola en el cochecito; no sé el nombre de quien puso la pistola, si me lo enseñan sé quien es; el tercero que declaró aquí fue quien puso la pistola. (14)
Finalmente, la Corte rechazó el recurso de hábeas corpus. El expediente, por seguridad de los acusados, fue declinado a San Cristóbal. Haciendo caso omiso al acta de allanamiento y a la supuesta prueba de la parafina, el tribunal de San Cristóbal declaró no culpable a los cinco acusados y ordenó su puesta en libertad. El periódico La Información, del 5 de febrero de 1972, publicó mi opinión respecto a la liberación de los detenidos.

Desde un principio yo estaba convencido de que los jóvenes acusados por la Policía no eran los culpables. A la primera audiencia que conoció el Tribunal de Primera Instancia de Santiago, por acto de alguacil de fecha 17 de junio de 1971, del ministerial Meraldo de Jesús Ovalle, a sugerencia mía, los acusados notificaron a la viuda del capitán asesinado, lo siguiente:

ACTO NO. EMPLAZAMIENTO
A CONSTITUIRSE
EN PARTE CIVIL

En la ciudad de Santiago de los Caballeros, Municipio y Provincia de Santiago, República Dominicana, a los diecisiete (17) días del mes de junio del año mil novecientos setenta y uno (1971).

A requerimiento de JOSÉ ANTONIO LÓPEZ (a) EL CHE, cédula número 27090, serie 41; ANDRÉS ORTIZ, cédula número 51513, serie 31; LEONCIO VALERIO, cédula número 65124, serie 31; ANTONIO VENTURA (a) EL HAITIANITO, y DARÍO PEÑA, todos dominicanos, mayores de edad, solteros, domiciliados y residentes en esta ciudad, y accidentalmente recluidos en la cárcel pública de la Fortaleza San Luis, quienes tienen como abogado constituido y apoderado especial al DR. RAMÓN Antonio VERAS, en cuyo estudio sito en la casa No. 99 de la calle 16 de Agosto de esta ciudad, hacen mis requerientes elección de domicilio para los fines y consecuencias legales del presente acto; LE NOTIFICO a la señora ESTELA ÁNGELES VIUDA FERNÁNDEZ, lo siguiente: a) Que mis requerientes le participan que el día JUEVES que contaremos a VEINTICUATRO (24) del mes de JUNIO a las NUEVE (9:00) horas de la mañana, del año 1971, la Segunda Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, en sus atribuciones criminales, conocerá de la causa seguida a los señores JOSÉ ANTONIO LÓPEZ (a) EL CHE, DARÍO Antonio PEÑA, LEONCIO VALERIO, ANDRÉS ORTIZ Y ANTONIO VENTURA (A) EL HAITIANITO, los dos primeros acusados de ser los autores de la muerte del que en vida se llamara DR. SALVADOR VINICIO POLANCO FERNÁNDEZ, capitán P. N., vilmente asesinado en fecha 22 de agosto de 1970, y los otros tres acusados de complicidad en el mismo hecho; dicha Cámara Penal está situada en uno de los apartamentos de la primera planta del Palacio de Justicia de esta ciudad; b) Que los requerientes, por este mismo acto LE EMPLAZAN para que en su calidad de madre y tutora legal de su hija menor, se constituya en parte civil contra ellos mismos, contra los requerientes, y en esa calidad aporte al tribunal todos los testigos que puedan servir para demostrar ante la justicia de que los señores JOSÉ ANTONIO LÓPEZ (a) EL CHE, DARÍO PEÑA, ANDRÉS ORTIZ, LEONCIO VALERIO y ANTONIO VENTURA, fueron los autores directos e indirectos de la muerte del pudoroso militar SALVADOR VINICIO POLANCO FERNÁNDEZ; c) Los requerientes le participan a la señora ESTELA ÁNGELES VIUDA FERNÁNDEZ, que solamente si ella aporta al tribunal testigos serios, idóneos, responsables e imparciales estarían conformes con cualquier decisión que tome la justicia; d) Que asimismo los requerientes le participan a la requerida que se sentirían conformes ante el pueblo dominicano si ella demostrará que real y positivamente ellos fueron los que participaron en la muerte del CAPITÁN SALVADOR VINICIO POLANCO FERNÁNDEZ, pero que también estarían más satisfechos si la requerida compareciera y declarará en su nombre propio y el de su hija que JOSÉ ANTONIO LÓPEZ (A) EL CHE, DARÍO PEÑA, ANDRÉS ORTIZ, LEONCIO VALERIO Y ANTONIO VENTURA (A) EL HAITIANITO no mataron al CAPITÁN SALVADOR VINICIO POLANCO FERNÁNDEZ. (15) A

Conviene destacar que la Policía acusó de la muerte del capitán Polanco Fernández, además de los cinco jóvenes liberados en San Cristóbal, a Ramón Fernández (a) Vargas Vila o Momoncito, quien luego fue detenido por la Policía Nacional y descuartizado en el Servicio Secreto en Santiago. El cadáver fue entregado a sus familiares quienes hicieron el velatorio en su casa ubicada en Pueblo Nuevo. El desprendimiento de sus órganos genitales evidenció las torturas que recibió antes de morir. Como reconocimiento a mi modesto aporte a la lucha por el adecentamiento del Servicio Judicial, la vigencia de las libertades públicas y los derechos humanos, el periódico La Información me seleccionó como el abogado más destacado del año 1971 en Ciencias Jurídicas. (16).

FUENTES:
(13) Archivo judicial del Caso El Che
(14) Archivo judicial del Caso El Che
(15) Archivo judicial del Caso El Che
(16) La Información, 15 de enero de 1972
Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Capítulo IX (segunda parte)

Mi investidura como abogado. El asesinato del capitán Salvador Vinicio Polanco Fernández. El caso de «El Che». Detenido por querella temeraria.

En razón de que la Policía Nacional sostenía que el principal acusado era José Antonio López (a) El Che, porque alegadamente en su casa había sido encontrada la pistola de la víctima y además, supuestamente había dado positiva la prueba de la parafina que se le había practicado en su mano derecha, decidí interponer ante un tribunal de Santiago un recurso de hábeas corpus  en su favor.

En primer grado, el recurso fue rechazado, razón por la cual interpuse un recurso de apelación y solicité a la Corte la citación del Procurador Fiscal titular para formularle preguntas en torno al acta de allanamiento que había instrumentado dando constancia del hallazgo de la pistola que, aparentemente, portaba la víctima el día del crimen. En las motivaciones que les hice a los jueces de la Corte de Apelación para justificar el pedimento de la comparecencia del fiscal, precisé que iba a probar que el Procurador Fiscal no se encontraba presente cuando, supuestamente, apareció la pistola; hice hincapié en que también probaría  que la pistola fue llevada y puesta por la Policía Nacional en el lugar donde alegadamente fue encontrada. La Corte dispuso la comparecencia del fiscal.

El doctor Carvajal, ante las afirmaciones que hice en estrados, presentó en mi contra una querella bajo el alegato de que lo había difamado en los pasillos del Palacio de Justicia. El fiscal cambió el escenario del tribunal donde yo exponía como abogado con inmunidad, por los pasillos del Palacio de Justicia y, además, agregó imputaciones que yo no le había hecho. En su querella, el doctor Gustavo Carvajal hizo constar:

En la ciudad de Santiago de los Caballeros, provincia del mismo nombre, República Dominicana, siendo las 10:50 a.m. del día 24 del mes de octubre del año mil novecientos setenta (1970), años 127 de la Independencia y 108 de la Restauración, encontrándonos en nuestro despacho, P. N., Ctel. Gra. Depto. Norte, y en el ejercicio legal de mis funciones como oficial del día del mismo, por ante nos 1er. Tte. JOSÉ ML. PANTALEÓN GARCÍA, P. N., compareció el DR. DOMINGO GUSTAVO FELIZ CARVAJAL, dom. de 45 años de edad, casado, doctor en leyes, cédula No. 21515-18, residente en la calle Gral. López esq. Salvador Cucurullo altos, de esta ciudad, y nos expuso lo que a continuación se consigna: Señor, el motivo de mi comparecencia por ante este despacho, P. N. es con el fin de presentar formal querella en contra del nombrado doctor Ramón Antonio Veras, de generales ignoradas, pero residente en la calle Salvador Cucurullo, próximo a la calle General López y quien puede ser localizado en la oficina de abogado del doctor Salvador Jorge Blanco, sita en la calle 16 de Agosto No.101, de esta ciudad, por el hecho de haberme injuriado y difamado en los pasillos del Palacio de Justicia de esta ciudad diciéndome que yo soy un charlatán y un hijo de la gran puta, expresiones dichas en presencia del señor Abraham López Salbonés, secretario de la Procuraduría Fiscal de este Distrito Judicial, y el doctor Florencio Santos, y además por haber declarado a la prensa en publicaciones que han salido en el periódico El Nacional de Ahora que yo había hecho constar falsamente en una acta de allanamiento que yo levanté en mi calidad de Procurador Fiscal del Distrito Judicial de Santiago,  conjuntamente con el secretario de dicha fiscalía, el hallazgo de una pistola calibre 45 en la residencia del nombrado JOSÉ LÓPEZ, (ALIAS EL CHE), acusado de la muerte del CAPITÁN SALVADOR VINICIO POLANCO FERNÁNDEZ, P. N., y haber declarado en publicación de El Nacional de Ahora de fecha 23 de octubre de 1970, pág. No. 8, que en la audiencia que celebrará la Corte de Apelación del Departamento Judicial de Santiago el próximo día 30 de los corrientes, para conocer el recurso de hábeas corpus interpuesto por el nombrado JOSÉ LÓPEZ (ALIAS EL CHE), de quien es abogado el DOCTOR RAMÓN ANTONIO VERAS, va a demostrar que yo soy un mentiroso, ya que yo no estaba en la casa de la madre del nombrado JOSÉ LÓPEZ, (ALIAS EL CHE) cuando la policía dice haber encontrado el arma que supuestamente perteneció al CAPITÁN Polanco FERNÁNDEZ, P. N. hecho ocurrido en horas de la mañana del día en que el Juez de la Tercera Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia de este Distrito Judicial mantuvo en prisión al nombrado JOSÉ LÓPEZ (ALIAS EL CHE), en el presente mes y año. Lo que pongo a su conocimiento para fines de ley correspondientes. Oída la declaración procedimos a redactar la presente acta, que leída por nos en alta voz al querellante, éste significó estar conforme y en demostración a ello la firmó junto con nos en señal de aprobación. DR. DOMINGO GUSTAVO FELIZ CARVAJAL. Querellante. JOSÉ ML. PANTALEÓN GARCÍA. 1er. Tte. P. N.

Al poco rato del Fiscal de Santiago presentar su querella, la policía fue a mi oficina de abogados y me hizo preso, trasladándome al cuartel general de la Policía Nacional en Santiago, donde de inmediato fui encerrado en una solitaria. Ante la injusticia de mi prisión, la Asociación de Abogados de Santiago emitió el siguiente comunicado:

Asociación de Abogados protesta por  actuación

1) No es común, en materia de difamación e injurias, que se produzca la   atención del inculpado, por lo que la actuación del Procurador Fiscal es a todas luces injusta y arbitraria, dando la impresión de que sus funciones judiciales las utilizó para resolver asuntos personales con el doctor Ramón Antonio Veras, un profesional del derecho de conducta esmerada.

2) A la vez que en el seno de este organismo ha creado profundas preocupaciones la irreflexiva y desconsiderada actuación del fiscal de Santiago, queremos dejar constancia de nuestro reconocimiento al Procurador General  Corte de Apelación, licenciado Federico García Godoy, quien en compañía de una comisión de esta asociación integrada por los suscritos y el doctor Salvador Jorge Blanco, ordenó la libertad inmediata del detenido, lo cual no se obtuvo ese mismo día, sino en horas de la mañana de hoy, por encontrarse fuera de los cuarteles el Comandante Policial de esta ciudad. En Santiago, hoy día veinticinco de octubre de mil novecientos setenta. Por la Asociación de Abogados de Santiago, licenciado Manuel Ramón Cruz Díaz, presidente; doctor Américo Espinal Hued, secretario. (11)

El 26 de octubre de ese año, la Policía Nacional sometió a la Fiscalía de Santiago el siguiente oficio:

Santiago de los Caballeros, R. D.
26 de octubre de 1970.

DETENIDO. NUM: 7118.
Of. Día.
Del: Aux. Consultor Jurídico Dep. Norte, P. N.
Al: Magistrado Procurador Fiscal,
Ciudad.
Asunto: Sometimiento judicial a cargo del DR. RAMÓN ANTONIO VERAS, como presunto autor de difamación e injurias, en perjuicio del Magistrado Procurador Fiscal de este Distrito Judicial DR. DOMINGO  GUSTAVO FELIZ CARVAJAL. (viol. Arts. 367 y 370 del C. P.).
Anexo: Un acta relativa al asunto. 1
REMITIDO, cortésmente, para los fines.
DR. ABRAHAM LÓPEZ PEÑA. Mayor (Abogado), P. N.
La prensa de la época
hizo la siguiente reseña:
El Nacional, 26 de octubre de 1970.

El doctor Ramón Antonio Veras, declaró esta mañana que su detención se debió a asuntos personales y afirmó que por el hecho de que diga en estrados que un expediente es «mentiroso» no se le puede encarcelar. Añadió que tampoco se le puede acusar de difamación e injurias «porque yo hago uso legítimo del derecho de defensa en nombre de José Antonio López (El Che). El doctor Veras fue apresado el sábado luego que el procurador fiscal de Santiago, doctor Domingo Gustavo Feliz Carvajal se querellara contra él acusándolo de difamación e injurias en contra suya. Veras obtuvo la libertad en la mañana de ayer luego que el procurador general de la Corte de Apelación, licenciado Federico Augusto García Godoy la ordenara, según informó la Asociación de Abogados de Santiago.

El jurista fue libertado pero con la condición de que hoy debería presentarse al cuartel policial en horas de la mañana. Cuando Veras fue al cuartel lo encerraron nuevamente en la única celda con que cuenta el recinto policial para los presos preventivos.

Después, el abogado fue llevado al patio del cuartel donde le tomaron varias fotografías «como si yo fuera un vulgar delincuente», expresó Veras. Indicó que fue encerrado nuevamente y que luego lo llevaron ante el Procurador Fiscal dejándolo en libertad hasta el día de la causa. Veras dijo que lo que más lamenta son las fotografías que le tomaron en la Policía y que no se explica el motivo. (12)

Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Capítulo IX (primera parte)

Mi investidura como abogado. El asesinato del capitán Salvador Vinicio Polanco Fernández. El caso de «El Che». Detenido por querella temeraria.

En el año 1967 recibí el título de doctor en Derecho en la UASD. De inmediato me trasladé a Santiago y comencé a ejercer la profesión en la oficina del licenciado Francisco Porfirio Veras (a) Don Lilo, quien me aceptó en su bufete con mucho cariño, respeto, consideración y sin ningún prejuicio político.  Muchas personas tenían la creencia de que todavía yo era militante del Partido Comunista Dominicano (PCD), lo que no era cierto, ya que me había desligado, como miembro desde el año 1966, aunque mantenía excelentes relaciones con todos sus miembros y dirigentes más destacados.

Mi investidura como abogado había sido antecedida por la llegada al poder del doctor Joaquín Balaguer en el año 1966. No voy hacer un análisis de lo que fue el régimen de los doce años del doctor Balaguer, aunque sí hay que destacar que fue represivo, intolerante y despiadado con sus adversarios políticos.

Aunque ya en 1967 no tenía militancia partidaria, me sentía totalmente identificado con los que hacían oposición al Gobierno. Los métodos de lucha que aplicaba tanto la oposición como el Estado, fueron los más diversos, violentos, pacíficos e ideológicos. La lucha política fue áspera, fuerte, agresiva, grosera, rigurosa, cruda, rígida, brusca; el país vivía una coyuntura política ruda en la cual cada sector se consideraba dueño de la verdad absoluta y con derecho a destruir a su adversario.

En ese escabroso, tortuoso y difícil medio social comencé mi oficio de abogado. Las circunstancias me llevaron a ligar mi profesión con mis convicciones políticas e ideológicas, a las cuales no podía renunciar, como tampoco a la profesión de la cual vivíamos mi familia y yo. Por tanto, como abogado, tenía que andar con el birrete y la toga debajo del brazo  para vestirme en cualquier momento, sin importar quién fuera el acusado o el lugar del país donde había sido apresado.

Desde que llegué a Santiago mis servicios profesionales estuvieron a disposición de todo aquel que se sintiera perseguido o llegara a caer en manos de los organismos represivos del Estado. Muchas veces compartí lágrimas con madres que me visitaban y traían en sus manos el pantalón o la camisa ensangrentada que su hijo le había hecho llegar desde una celda de la Policía y como muestra de las torturas que le estaban aplicando. Fui testigo de cuadros repugnantes que revelaban los tormentos a que eran sometidos los detenidos políticos en el Servicio Secreto para obligarlos a confesar hechos en  los que no habían participado y de los cuales los investigadores policiales querían que se hicieran responsables.

He dado la explicación anterior para que conste que en todo momento estuve consciente de los riesgos que corría al asumir la defensa en estrados de personas que, aunque con expedientes por delitos comunes, en el fondo sus detenciones tenían un tinte político. Además, las acusaciones eran hechas por la policía de Balaguer y, en su generalidad, los fiscales y jueces también se identificaban con la política balaguerista. Había que aceptar el reto porque, una de dos: me limitaba a ejercer mi profesión pura y simplemente, o involucraba mi ejercicio de abogado identificándome con los que se oponían al doctor Balaguer y a su forma de gobernar. Opté por lo último.

 He aquí uno de los tantos casos de los cuales asumí la defensa de los acusados y pagué con la prisión.

El día 22 de agosto de 1970 ocurrió un hecho en la ciudad de Santiago de los Caballeros que, por su naturaleza criminal y por la víctima, llenó de indignación a todo el pueblo dominicano, y en particular a la comunidad santiaguense. En un reporte del comunicador social Junio Lora para el periódico El Caribe, del 24 de agosto de 1970, se reseña el caso así:

Un capitán de la Policía es asesinado a balazos

De un tiro por la espalda fue muerto el sábado último en la noche, un capitán de la Policía atacado por tres hombres hasta ahora desconocidos, a poca distancia de su residencia.

El oficial asesinado es Salvador Vinicio Polanco Fernández, quien desempeñaba el cargo de ayudante del consultor jurídico de la Policía con asiento en La Vega. El hecho ocurrió en la calle Capotillo, a las 9:50, mientras Polanco se dirigía a su residencia, marcada con el número 120 de esa misma calle en esta ciudad. Polanco cayó abatido frente a la casa 114 –a sólo diez metros de su residencia– al regresar de una farmacia propiedad de su esposa Estela Ángeles de Polanco, situada en la esquina suroeste de las calles Capotillo e Independencia, a unos 50 metros de su hogar. Los vecinos del lugar donde ocurrió la tragedia manifestaron que se oyeron tres disparos realizados por tres desconocidos que huyeron de inmediato. En el lugar donde ocurrió el hecho fueron encontrados por la policía tres casquillos de pistola [calibre] 45 y la bala que presumiblemente segó la vida del oficial, atravesándole el corazón. Se informó que los victimarios de Polanco le sustrajeron una pistola [calibre] 45 que portaba. El oficial vestía de civil. En el lugar no se pudo obtenerse una versión clara de lo ocurrido, a causa de que al ser victimado Polanco, los vecinos cerraron las puertas de sus respectivas casas. Fue sólo cuando llegó la policía que el cadáver de Polanco fue levantado del lugar donde yacía por miembros de la institución y familiares de la víctima. A la hora de su muerte, el capitán y doctor en leyes contaba con 38 años. Era persona muy estimada aquí. Con la muerte de Polanco queda en la orfandad una niña de tres años, Odette, procreada con su esposa Estela.
Por otro lado, el coronel Eligio Bisonó Jackson, jefe de la dotación policial aquí, señaló que «el crimen no quedará impune». El citado oficial insinuó a este reportero que hay detenidos en torno al caso. Fuentes particulares indican que hay veinte personas detenidas, la mayoría residentes en el vecindario donde ocurrió el hecho. Se pudo comprobar el aprecio y la popularidad de que gozaba la víctima, por la gran asistencia de civiles al lugar del mortuorio.
Luego, el 8 de septiembre, la Policía Nacional en Santiago hizo el siguiente sometimiento:

República Dominicana
Policía Nacional
Santiago de los Caballeros, R. D.
8 de septiembre de 1970
Detenidos
Número 6123
E.C.H.
Del: Aux. Consultor Jurídico Depto. Norte.
Al: Magistrado Procurador Fiscal Ciudad.

Sometimiento judicial a cargo de los nombrados José López (a) El Che, Ramón  Fernández (a) Vargas Vila o Momoncito,  Leoncio Valerio, Darío Peña, José Serrata, Andrés Ortiz Cruz (a) El Chino y José Antonio Ventura Rodríguez (a) El Haitianito, como presuntos autores de homicidio voluntario armados de una pistola, y robo de una pistola marca Colt, calibre 45, número 236320, cometido de noche, por más de dos personas, en perjuicio de quien en vida respondió al nombre de Capitán doctor Salvador Vinicio Polanco Fernández, P.N. Violación a los  artículos 295, 304, 379 y 385 del C. P.)

Anexos

A) Un acta relativa al asunto.
B) Un certificado médico legal.
C) Un interrogatorio hecho al nombrado José López (a) El Che y D), dos (2) certificaciones de las pruebas de la parafina practicada a los nombrados José Antonio López, Paulino y Darío Peña Fernández.

Ante la prisión de los imputados, sus familiares me pidieron que gratuitamente les asistiera como abogado. Luego de investigaciones que hice, comprobé que ninguno de los jóvenes acusados por la Policía Nacional había participado en el crimen que se les imputaba.

Para darle visos de legalidad al sometimiento, la Policía acompañó el expediente de una acta de allanamiento que había levantado el procurador fiscal de Santiago, doctor Domingo Gustavo Féliz Carvajal, en la cual hacía constar que en la casa del principal acusado, José Antonio López (a) El Che, había aparecido la pistola que portaba el capitán la noche cuando fue asesinado.

Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Capítulo V
Accionando en la universidad. Participación del Movimiento Estudiantil Universitario

Procede que haga la observación de que al final de 1961 me inscribí como estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad de Santo Domingo. No obstante mis estudios en la ciudad capital, siempre regresaba a Santiago, donde hacía política.

Una vez ingresé a la universidad, comencé a participar en el movimiento estudiantil dentro del grupo «Fragua», junto a Asdrúbal Domínguez, Diómedes Mercedes, Narciso Isa Conde, Moisés Blanco Genao, José Israel Cuello, Rafael Nicolás Gómez, Julio Aníbal Suárez, Carlos Dore, Emma Tavárez Justo y otros compañeros y compañeras. Fui colaborador de una columna sindical del periódico Fragua y desempeñé cargos en el Claustro Universitario, en la Federación de Estudiantes Dominicanos y en la Asamblea de la Facultad de Derecho.

Quiero destacar que mis dos hermanos y compañeros de estudios en la Facultad de Derecho, Rafael Nicolás Gómez y Julio Aníbal Suárez, hacían actividades junto a mí, pero no eran del PSP. El primero era del 14 de Junio y el segundo no tenía militancia partidaria.

 En el plano político, en la ciudad capital mantenía relaciones de partido  con los principales miembros del Comité Central del Partido Socialista Popular (PSP), entre ellos los hermanos Félix y Juan Docoudray, José Espaillat, Tulio Arvelo, Niño Ramírez, Quírico Valdez, Justino José del Orbe, Luis Gómez Pérez, Mario Sánchez Córdova, Alfredo Conde y otros.

Con motivo del golpe de Estado contra el gobierno constitucional del profesor Juan Bosch en 1963, accioné políticamente en la capital y Santiago. Ante la acción guerrillera del 14 de junio fui detenido en Santiago,  y puesto en libertad porque se comprobó que no tenía vinculación con los hechos que se me imputaban, de colocar bombas en La Vega, Puerto Plata y Santiago.

En el año 1964, permanecí la mayor parte del tiempo en labor política en la capital, coordinando acciones preparativas para la huelga del movimiento obrero, choferil y sindical que se llevó a cabo contra el gobierno de facto del triunvirato presidido por el doctor Donald Read Cabral. En acciones anteriores al citado movimiento huelguístico,  hice trabajos en unión al poeta nacional, Pedro Mir, y coordiné tareas a los fines del Congreso de Obreros a celebrarse en 1964.
Debo precisar que luego de la acción golpista contra el profesor Bosch, hice política unitaria con hombres y mujeres de distintas organizaciones dentro del movimiento socialista y de izquierda, así como con sectores perredeístas e independientes. El reclamo por el retorno a la constitucionalidad hizo posible que se formara en el país un abanico de fuerzas motrices muy diversas.

El paso por la universidad también me permitió compartir con hombres y mujeres de diferentes concepciones ideológicas, así como poder apreciar y participar en el debate de las ideas más diversas que, a escala mundial, ejercían influencia en los primeros años de la década del sesenta del siglo pasado.

El hecho de ser miembro de un partido político,  y estar ligado a un grupo estudiantil,  me imponía verme de frente con los socialcristianos que estaban representados por José Joaquín Puello, Cholo Brenes, Freddy Ginebra, Bernardo Defilló, Antinoe Fiallo y otros; con los perredeístas Rafael Alburquerque, Armando Hoepelman, José del Carmen Rodríguez, José Francisco Peña Gómez, Franklin Almeyda Rancier, así como con otros cuadros del perredeísmo de esa época.

En mi propia organización estudiantil (Fragua) existía todo un mosaico político-ideológico. Se destacaban Cayetano Rodríguez del Prado, Narciso González (Narcisazo), Virgilio Bello Rosa, Emilio Herasme Peña, Raúl Pérez Peña (El Bacho), Pin Montás, Melvin Mañón, Amín Abel Hasbún, Oscar Santana, Luis Ibarra Ríos, Catalina Pumarol, Hilda Gautreaux, Alexis Licairac, Piedad Saviñón y decenas de jóvenes que hoy viven y desempeñan funciones en diferentes áreas del quehacer político, empresarial o profesional; de ellos, algunos murieron en circunstancias dramáticas, como Amín Abel, Oscar Santana, Luis Ibarra Ríos y Narciso González.

La integración a la lucha universitaria representaba para mí un triple compromiso porque, primero, debía hacer tareas partidarias; segundo, trabajar como dirigente estudiantil y, tercero, estar al día en mis estudios, porque de las calificaciones obtenidas al final de cada año académico dependía mi estadía en la universidad, ya que tenía asignada una beca de cuarenta pesos mensuales; debía mantener una calificación en mis notas que me hicieran merecedor de ella. Al terminar mis estudios, me sentí bien porque cumplí con la inversión que el pueblo dominicano había hecho para mi formación profesional. Fui investido con el título de Doctor en Derecho Magna Cum Laude en 1967.

Los profesores de esa época eran sumamente exigentes en sus cátedras; recuerdo las de Derecho Civil, impartida por el profesor doctor Juan Morel;  Procedimiento Civil, por el doctor Froilán Tavares;  Procedimiento Criminal, por el doctor Hipólito Herrera Billini;  Criminología, por el doctor Leoncio Ramos; Derecho Laboral, por el doctor Antonio Ballester Hernández, Derecho Penal, por el doctor José A. Paniagua; Responsabilidad Civil, por el doctor Antonio Rosario, Derecho Internacional, por el doctor Homero Henríquez; Derecho Comparado, por el doctor Almanzor González Canahuate. Además de los citados, otros fueron mis profesores, verdaderos juristas, maestros del Derecho. Siempre les he recordado por su capacidad, talento, disciplina y dedicación a la enseñanza. Mi primer profesor en las aulas universitarias fue el doctor Julio César Castaños Espaillat, quien impartía la materia de Economía Política,  y quien, como rector, me entregó el anillo de graduación.

Capítulo VIII
Desde Santiago a la cárcel pública de «La Victoria»

Por informaciones que había recibido por distintas vías, sabía que los servicios de inteligencia del Estado, en Santiago, me perseguían para detenerme, razón por la cual abandoné mi casa como medida de seguridad.

El 6 de junio de 1965, a las cinco de la mañana, en forma subrepticia, fui a visitar a mi madre que se encontraba enferma,  y que vivía junto a toda la familia en  Santiago, en la casa Núm. 66 de la calle Escalante, esquina Salvador Cucurullo. No habían transcurrido diez minutos de haber llegado cuando se presentó una guagua con unos diez policías, allanaron mi vivienda y me detuvieron. De inmediato me trasladaron al cuartel de la P.N. en la calle Del Sol y me encerraron en una celda donde ya se encontraban detenidos Genaro Brito, Nelson Santos, Luis Camarena y otros jóvenes vinculados con el PRD, partidos de izquierda o simpatizantes del movimiento constitucionalista.

Dos días después fui trasladado a la cárcel de la Fortaleza San Luis, donde permanecí tres días, al cabo de los cuales me llevaron a la Base Aérea de Santiago, ahí  un cubano, Gustavo Marín, quiso interrogarme, a lo que me negué manifestando que no aceptaba ser cuestionado por un extranjero. Él intentó golpearme con un tubo de hierro, ante lo cual intervino el coronel Folch Pérez, quien me hizo varias preguntas que procedí a contestar. El interrogatorio giraba en torno a que, según los servicios de seguridad, yo había participado en una balacera en la cual había fallecido una persona,  y que tenía en mi poder un mimeógrafo en el cual se imprimía la propaganda que circulaba en Santiago. Lo primero no era cierto, lo del mimeógrafo sí.

Al otro día, junto a otros compañeros de Santiago, fui trasladado en un camión del Ejército Nacional al cuartel general de la Polícia Nacional, en Santo Domingo, donde permanecí durante diez días. Recuerdo que estando allí, el custodio que fue a buscarme a la celda con motivo de una visita que me hizo mi madre, fue el músico, hoy oficial del E.N., Régulo Cruz, quien es mi amigo y vecino de la Plaza Valerio.

Desde el cuartel de la Policía  Nacional,  en Santo Domingo, fui trasladado a la cárcel pública de «La Victoria». En el trayecto se escuchó una explosión y todos los presos pensamos que de un lugar cercano a la carretera por la cual transitábamos, los guardias del CEFA nos habían disparado. Por casualidad, uno de los policías que nos custodiaban, Rafael Rodríguez, de Santiago, jugador de béisbol y hoy árbitro de bases, me dijo:

 -Negro, no te preocupes, yo estoy aquí, a nadie le pasará nada.

Hasta ese momento no me había dado cuenta de su presencia como parte de los policías que nos trasladaban al recinto penitenciario.

 Una vez en «La Victoria», fuimos divididos en grupos. Bajo el argumento de que no había querido colaborar en los interrogatorios, me encerraron en una solitaria, desnudo, y solo me suministraban comida una vez al día. Al lado de mi celda estaban el comediante y productor de televisión Freddy Beras Goico y el profesor doctor Dato Pagán Perdomo.

Diez días después, mi madre y mi hermana Mercedes María gestionaron con José Antonio Mayobre, representante en el país, durante la Guerra de Abril,  de las Naciones Unidas, para que yo fuera sacado de la solitaria. La gestión tuvo éxito y me trasladaron a una celda común donde encontré a hombres de distintos lugares del país que estaban en prisión por razones políticas, al igual que yo.

Permanecí en «La Victoria» 45 días. Fui puesto en libertad por nuevas gestiones que hizo mi familia ante el mismo señor Mayobre.

Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Capítulo IV

Constitución de la Asociación de Estudiantes Secundarios de Santiago (ANES). Movilizaciones y detenciones

El día 7 de septiembre de 1961, en horas de la tarde llegó a Santiago el estudiante universitario  Antonio Isa Conde, quien sostuvo un conversatorio con profesionales, y estudiantes universitarios y secundarios de la provincia. Asistí a la reunión, la cual se efectuó en la segunda planta del Edificio Fernández, sito en la esquina formada por las calles 30 de Marzo y Del Sol. El objetivo del encuentro fue orientar a los asistentes para que formaran sus respectivas asociaciones. Quedó como coordinadora Carmen Josefina Lora (a) Picky. 

Posteriormente, el día 9, elaboré  una nota y la deposité en el periódico La Información,  en la que convocaba a los estudiantes de las escuelas secundarias de Santiago para que asistieran el lunes 11 a las 3:00 de la tarde, al último piso del Hotel Mercedes, con la finalidad de constituirnos en asamblea y elegir la directiva de la Asociación Nacional de Estudiantes Secundarios de Santiago (ANES). (6)

A la hora indicada en la convocatoria, con la presencia de Picky Lora, se inició la asamblea a la cual asistieron unos 600 estudiantes de ambos sexos. Se procedió a las elecciones y resultaron como directivos los estudiantes Danilo Franco, Manuel Bueno, José Elli, Natalia Ferreiras, Rhina Menicucci, Nelson Rodríguez, Manuel Medina, Verónica Franco, Pedro Pablo Cordero, Hilda Contreras, Virgilio Perdomo Pérez, Wilfredo Cruz, José Schifino, Orlando Contreras,  y  yo.

Al salir de la asamblea, los estudiantes comenzamos  a lanzar consignas y hacer movilizaciones; muchos fuimos detenidos por la Policía Nacional bajo el alegato de que Antonio Isa Conde había venido a Santiago a motivarnos para que lanzáramos consignas revolucionarias en favor de Fidel Castro y Nikita Kruschev, e hiciéramos movilizaciones callejeras, lo que no era cierto. Una comisión de profesionales y estudiantes intervino ante la Policía Nacional y logró nuestra  libertad. (7)

Conviene destacar que Manuel Bueno, había sido integrante de «Los Panfleteros de Santiago» y de los torturados en «La 40», y Virgilio Perdomo fue un valiente combatiente que murió durante un enfrentamiento con la Policía en la avenida Las Américas,  el histórico 12 de enero de 1972, junto a Amaury Germán Aristy, Bienvenido Leal Prandy y Ulises Cerón.

Capítulo V

Acciones estudiantiles en el liceo Ulises Francisco Espaillat. Apresamientos
Los estudiantes secundarios de Santiago que habíamos hecho el compromiso de dirigir la Asociación de Estudiantes Secundarios de Santiago (ANES), estábamos conscientes de la difícil coyuntura que vivía el país en ese momento. No estaba Trujillo vivo pero su equipo represivo e ideológico se mantenía, razón por la cual, los que habíamos asumido la responsabilidad de orientar el movimiento estudiantil en Santiago debíamos hacerle frente a la situación imperante e ir guiando al pueblo con la idea de que había que accionar para desmontar todo el aparato trujillista. En esos días, en la Universidad de Santo Domingo, la Federación de Estudiantes Dominicanos había manifestado su protesta por la designación del doctor José Manuel Machado,  como rector de la universidad.

La directiva de la ANES expresó su solidaridad con los estudiantes universitarios de la capital y,  además,  declaró que había llegado el momento de quitar del medio todo aquello que simbolizara el régimen de Trujillo. Procedimos a destruir todos los retratos del dictador que estaban en el liceo secundario Ulises Francisco Espaillat, nos desplazamos por la calle Del Sol y al llegar a la 30 de Marzo fuimos reprimidos por militares, policías,  y los bomberos con chorros de agua.

Nuevamente nos volvimos a reunir en el Liceo el 19 de octubre y acordamos eliminar todos los rótulos de las calles que llevaran el nombre de Trujillo, su madre y su padre. Para tal  fin, desfilamos por la calle Del Sol y al llegar al Parque Duarte,  la policía nos recibió con tiros y bombas; corrimos hacia la Catedral y de allí fuimos obligados a salir. Tomamos entonces la calle 30 de Marzo y cuando llegamos a la Máximo Gómez, frente al Hotel Mercedes, la policía hizo varios disparos a la multitud.

En un momento rodé por el suelo y al no poder emprender la huida fui detenido junto a otros compañeros; una vez en el cuartel policial, intervino el gobernador de la provincia, para esa época, el licenciado Rafael Vidal Torres, y todos fuimos puestos en libertad. (8)

La movilización de ese día fue tan fuerte que un avión de la Fuerza Aérea hizo varios vuelos rasantes por el centro de la ciudad para intimidar a los manifestantes. (9)
 
Capítulo VI

El 1962 y el Consejo de Estado. Movilizaciones políticas. «12 de julio, yanquis no». Encarcelamientos.

Aunque el Consejo de Estado,  fue un gobierno de transición creado para que, supuestamente, en forma imparcial organizara el proceso electoral que se celebraría el 20 de diciembre de 1962, en el fondo estaba parcializado con la Unión Cívica Nacional, y tenía una línea definida contra las organizaciones progresistas de la época. Por tanto, yo era adversario de ese régimen y como tal, participaba en las actividades políticas que se efectuaban en su contra. Para esta época, ya yo  formaba parte de la dirección del Partido Socialista Popular (PSP) en Santiago, al cual había ingresado en febrero de 1962, luego de un encuentro con los hermanos Juan y Félix Ducoudray, a quienes conocí por medio del hoy finado periodista Miguel Ángel Velásquez Mainardi.

Con la consigna de «12 de julio, yanquis no», el PSP organizó, en esa misma fecha, un mitin en la glorieta del Parque Duarte. Allí pronuncié un discurso para desempolvar la fecha en la cual los norteamericanos  desocuparon el país en 1924, luego de la intervención de 1916. En esa actividad, la Policía Nacional no intervino, pero ya me tenía bajo observación, ubicándome como dirigente comunista.

En ese período,  año 1962, con el consentimiento de la dirección del PSP y a petición del doctor Manuel Aurelio Tavares Justo, junta a la doctora Picky Lora y el ingeniero Adolfo Franco Brito, trabajé en el Departamento de Prensa e intervine varias veces en el programa radial del Movimiento Revolucionario 14 de Junio,  que en esos días tenía su local principal en la calle Sánchez a esquina General Cabrera, de Santiago.

El sábado 14 de julio de 1962, algunas organizaciones políticas y estudiantiles realizaron una manifestación en el Parque Duarte. Al finalizar la misma, hicimos movilizaciones por calles de la ciudad, principalmente por la calle Del Sol;  varios fuimos detenidos y encarcelados en el cuartel de la Policía Nacional de la ciudad.

El doctor Rafael Valera Benítez, fiscal de jurisdicción nacional que visitaba  a la ciudad de  Santiago,  en gestiones de investigación por el asesinato de las hermanas Mirabal, dispuso mi libertad y la de los demás compañeros detenidos. (10)

FUENTES:
(6) La Información, 9 de septiembre 1961
(7) La Información, 12 de septiembre 1961
(8) La Información, 18 de octubre 1961
(9) La Información, 19 de octubre de 1961
(10) La Información, 16 de julio de 1962

Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Capítulo II

Llegada del MPD a Santiago. Mitin en el Parque Colón. Desfile por la calle Del Sol. Enfrentamientos en Pueblo Nuevo. Detenciones.

El año 1960 avanzaba y mi indignación contra la dictadura se acentuaba. Mantenía contactos con diferentes grupos opositores a Trujillo en Santiago dispuestos a actuar para que desapareciera el régimen trujillista.

Yo tenía informaciones de que varios exiliados dominicanos habían regresado al país a enfrentar a Trujillo,  y se encontraban en la ciudad capital, y se habían agrupado en un partido que respondía al nombre de Movimiento Popular Dominicano (MPD).

En los primeros días del mes de agosto, un amigo me comunicó que los directivos del MPD de la capital vendrían próximamente a Santiago para hacer un mitin; le dije que me mantuviera al tanto para estar presente en la actividad.
El día 2 de agosto, a las cuatro de la tarde, previa convocatoria de boca a boca, un grupo de jóvenes, principalmente estudiantes, nos reunimos en el mismo centro del Parque Colón; el encuentro se hizo a instancia de los dirigentes del Movimiento Popular Dominicano, Máximo López Molina, Andrés Ramos Peguero y Florisell Erickson. Durante el acto hicimos uso de la palabra algunos de los presentes, quienes expresamos nuestro repudio al régimen de Trujillo.

Luego de concluidos los discursos, Máximo López Molina dijo que el próximo paso sería salir del Parque Colón y desfilar por el centro de la calle Presidente Trujillo (hoy calle Del Sol) para desafiar a Trujillo, y que así el pueblo viera que se podía luchar contra la dictadura. Doce de los presentes marchamos portando la bandera roja y negra del MPD;  una vez llegamos a la calle 17 de Julio (hoy San Luis), frente al edificio de correos, fuimos interceptados por miembros del Servicio de Inteligencia Militar, quienes nos llevaron detenidos a la Fortaleza San Luis, donde nos esperaban el general Oliva García, Alicinio Peña Rivera y Ursino Guzmán Liriano; a cada uno nos preguntaron los nombres, apellidos y dirección,  y nos despacharon. En la noche de ese mismo día, mi casa y la de Nelson Beato, ambas en la calle General Valverde, fueron rociadas con gasolina aunque no incendiadas.

De igual manera, la casa de la familia Erickson, ubicada en las proximidades del Parque Imbert, fue asaltada y destruidos sus ajuares.

El viernes 5 de agosto de 1960, el mismo grupo, ya más amplio, celebró otro mitin en el ensanche Presidente Trujillo (hoy Pueblo Nuevo), donde fuimos atacados por militares, policías y civiles paleros dirigidos por Miguel Aracena, Guarino de la Cruz y José de León (a) Joseíto Boca Mocha. Algunos fuimos detenidos y trasladados al cuartel de la Policía; luego, a cuatro de los apresados nos pusieron en libertad porque los servicios de seguridad comprobaron que teníamos que trabajar en el Censo Nacional que se iniciaba el domingo 7. De los otros detenidos, varios fueron sometidos a la justicia y condenados a una multa de RD$5.00, entre ellos, Máximo López Molina y Gabriel Belliard. Otros miembros del MPD fueron agredidos con palos, tubos de hierro y piedras, recibiendo heridas en distintas partes de sus cuerpos. (3)
 
No olvido que Andrés Ramos Peguero,  fue condenado a cuatro meses de prisión porque lanzó palabras hirientes contra el Poder Judicial,  al expresar en la sala de audiencias sus opiniones de lo que, según él, era la justicia bajo el régimen de Trujillo. Evidentemente, fue un revanchismo político lo que se hizo contra Ramos Peguero, quien en el régimen de los doce años del doctor Balaguer, fue desaparecido en el Cuartel General de la Policía Nacional. Todavía hoy no se sabe dónde descansa su cadáver.

Hay que destacar que las manifestaciones públicas realizadas en agosto de 1960 en Santiago, fueron las primeras que se hicieron en esta ciudad desde 1946, cuando la Juventud Democrática se manifestó públicamente contra el régimen imperante. (4)

Capítulo III

Incendio de Radio Caribe. Convocatoria del doctor Gustavo Vincent. Encuentro en el Parque Duarte. Marcha por la calle 30 de Marzo. Apresamientos
El 30 de mayo de 1961, Trujillo fue físicamente eliminado, pero su régimen quedó intacto, con sus órganos represivos y sus familiares y Balaguer dirigiendo el Estado. Además de La Voz Dominicana, el gobierno tenía como medio de difusión radial la emisora Radio Caribe, la cual fue incendiada el 7 de julio de 1961, en el curso de una amplia movilización popular llevada a cabo en la ciudad capital. (5)

En la mañana del día siguiente fui convocado para estar presente,  frente a la glorieta del Parque Duarte de Santiago;  justo a las 5:00 pm., el doctor Gustavo Vincent, hizo uso de la palabra llamando a cantar de rodillas el himno nacional; así lo hicimos,  él,  luego, pronunció un discurso que comenzó con las siguientes palabras: «no hemos venido a incendiar, como ocurrió ayer en la capital con Radio Caribe; venimos a incendiar las ideas de la libertad…». Una vez terminó dijo que el próximo paso sería salir en forma ordenada por la calle 30 de Marzo hasta llegar al Cementerio Municipal; iniciamos el desfile desde el frente del Restaurant Antillas, transitando hacia el Norte; ambas aceras estaban repletas de guardias y policías vestidos de civil; una vez llegamos a la avenida Central (hoy 27 de Febrero), frente a donde está ahora el cuartel del Cuerpo de Bomberos, decenas de policías nos impidieron llegar al cementerio. Se formó una amplia movilización, varios fuimos detenidos y traducidos al cuartel general de la Policía, comandada en ese momento por el coronel José Rafael Duvergé Mateo, quien nos dio un trato respetuoso. Al día siguiente fuimos puestos en libertad.

Posted in Sin categoría

d.- Una experiencia personal de la perversidad de Trujillo

49.- Los seres humanos pasamos por momentos difíciles que marcan nuestras vidas; su recuerdo se fija para siempre en nuestra conciencia; la dificultad se nos traduce, así, en contratiempo, y por más tiempo que transcurra nunca llegamos a olvidar el hecho dificultoso.

50.- Uno de los episodios de más amargura de mi vida fue cuando supe de la detención y eliminación física de quienes habían sido mis compañeros en la UGRI, luego conocido como Los Panfleteros de Santiago. La tribulación generada por ese hecho me fue acicateada por el mismo régimen de Trujillo, que no tenía piedad, se sentía bien demostrando crueldad contra sus adversarios.

51.- He aquí una experiencia ácida que me hizo vivir el régimen de Trujillo.

52.- La persecución contra el grupo de la Unión de Grupos Revolucionarios Independientes (UGRI), se inició con la detención de su fundador y líder Wenceslao Marcial Guillén Gómez, en su residencia de la calle  General Valverde No. 34, de la ciudad de Santiago de los Caballeros. El apresamiento se llevó a cabo la noche del viernes 15 de enero de 1960.

53.- La matanza de los Panfleteros de Santiago, según informaciones de los catorcistas que estaban en prisión con ellos para esa época en La 40, ocurrió entre el 21 y el 29 de enero de 1960.

54.- El día lunes 25 de enero de 1960, el profesor Justo Manuel Román, a la sazón subdirector del Liceo Secundario Nocturno Salvador Cucurrullo, donde yo estudiaba, siendo más o menos las siete y treinta (7:30) de la noche, me convocó a su despacho, y estando los dos reunidos me dijo: “Veras, te he mandado a buscar para hablar contigo, no como subdirector ni como profesor; quiero que me escuches como el papá de Hugo y Plinio; te hago esta introducción porque el director, el doctor Ramos, me dijo que te comunicara que la dirección del Partido Dominicano en esta ciudad, por instrucciones de la Secretaría de Educación, va hacer varias manifestaciones en Santiago en apoyo al Jefe, y al frente de ellas van a estar los estudiantes secundarios más sobresalientes de la ciudad, y de este liceo te escogieron a ti; no sé cuál participación te darán, pero Veras, lo que sí te puedo decir es, y quiero que me guardes el secreto, que el director parece que tiene informaciones de que tú eres del grupo de Wen; voy a esperar a ver qué me dice él, luego de informarle de esta conversación contigo”.

55.- El profesor Román gozaba de mi absoluta confianza; sabía que lo que me decía era la expresión de la verdad y de buena fe; no así el doctor Rafael Ramos, quien, aunque no era una mala persona, mantenía estrechos vínculos, como intelectual, con el régimen, hasta el punto de que además de ser el director del liceo y fiscal de Santiago, llegó a ser director de la Academia Batalla de las Carreras.

56.- Después de escuchar al profesor Román, regresé nuevamente al curso; al concluir las clases le informé al profesor Juan José Estévez, lo que me había dicho el profesor Román; el profesor Estévez me recomendó manejarme con suma prudencia y cuidado.

57.- La misma noche, al llegar a mi casa, le relaté a mamá la conversación que había sostenido con el profesor Román; ella me dijo que había que comunicarle eso a mi tío Manuel, que para esa época desempeñaba el cargo de secretario del Procurador Fiscal de Santiago, que lo era el doctor Anaiboní Guerrero Báez.

58.- A mi tío Manuel, le narré lo que me había manifestado el profesor Román; mi tío me dijo que no comentara eso con nadie hasta ver qué nueva información me aportaba el profesor Román.

59.- El miércoles 27 de enero, mientras me encontraba en los pasillos de la segunda planta del liceo, antes de entrar a mi aula, el profesor Román hizo un aparte conmigo y me dijo: “Veras, hablé con el director, doctor Ramos, y me explicó que ya el Partido Dominicano en Santiago, tiene todo organizado, incluyendo los estudiantes sobresalientes que van hablar en el mitin; la participación tuya y de otros estudiantes va a ser pasiva”.

60.- Del mitin me enteré, luego, por la prensa; no tuve ninguna incidencia en el mismo. Trujillo, al efectuar el mitin en Santiago, y hacer creer que el mismo era obra voluntaria de los estudiantes más meritorios de la ciudad, lo que perseguía era simular que él contaba con su apoyo, y a la vez herir a los familiares, compañeros y amigos de los jóvenes y estudiantes que habían sido apresados y asesinados por formar parte del grupo dirigido por Wenceslao Guillén.

61.- Durante la vigencia del régimen de Trujillo, toda actividad que se efectuaba en apoyo a su política, debía de hacerse sólo bajo la dirección y control de su maquinaria política, el Partido Dominicano.

62.- Los estudiantes que tuvieron participación destacada en el mitin, según reseñaron los medios de comunicación de la época, ciertamente eran en ese momento los más sobresalientes entre sus compañeros estudiantes por sus altas calificaciones, pero no tenían ninguna vinculación con el régimen; por el contrario, algunos de sus familiares más cercanos habían sido asesinados por la tiranía de Trujillo. De esos estudiantes que hicieron figurar como promotores del mitin, muchos todavía viven y son brillantes profesionales, principalmente de la ingeniería.

63.- Trujillo tenía, como sistema de gobierno, una estructura que respondía perfectamente a su capricho; disponía de una base que giraba alrededor de su conveniencia política; su régimen fue configurado, diseñado para que Trujillo, hiciera lo que le dictaba su conciencia criminal.

64.- Congreso, Partido Dominicano, Cuerpos Armados, y en general las instituciones y órganos del Estado, constituían una unidad que actuaban a favor de Trujillo; fusionados, integrados y debidamente compenetrados para complacer el albedrío, cualquier antojo del tirano.

65.- La perversidad de Trujillo no tenía límites. Con el fin de materializar sus designios políticos, no le importaba infligir sufrimiento a sus opositores; dirigía su sentido de la maldad en forma calculada para causar el mayor padecimiento y angustia a todo aquel que consideraba contrario a su gobierno. Para Trujillo era un deleite hacer sufrir, se alegraba del tormento ajeno.

Capítulo I
Actuación del resto de «Los Panfleteros de Santiago».
Trujillo en Santiago

El año 1960 había comenzado para mí bajo un estado anímico sumamente difícil porque mis compañeros de lucha política, en su gran mayoría, habían sido detenidos, torturados, asesinados y sus cadáveres desaparecidos. Mantenía con más fe y firmeza mi decisión de continuar las acciones contra el régimen de Trujillo porque me sentía, y me siento todavía hoy, comprometido con jovencitos que dieron sus vidas en el centro de torturas de «La 40» manteniendo en alto el pacto de honor que habíamos hecho de morir antes que denunciar a nuestro contacto en la organización que habíamos creado a finales de la década del cincuenta.

Para demostrarle a Trujillo que con la eliminación física de «Los Panfleteros de Santiago» no había terminado la lucha por la cual ellos habían pagado con sus vidas, los pocos que habíamos sobrevivido, informados de que iba a estar en Santiago el día 16 de mayo de 1960, antes de su llegada distribuimos un panfleto que decía: «Nos visita Trujillo, un ladrón que quiere ser gobernador de un pueblo que no le quiere ni como sereno. Vivan Los Panfleteros de Santiago».

 Los servicios de seguridad no pudieron detener a ninguno de los que participamos en el operativo, aunque personas desvinculadas de nuestra organización, pero contrarias a Trujillo, como el doctor Humberto Castellanos, fueron detenidas como consecuencia de la distribución del volante.

Para esa época, un joven que trabajaba para el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), me informó que en esa organización se había hecho referencia a mi persona con relación a los panfletos repartidos antes de la llegada de Trujillo, pero que él había salido en mi defensa diciendo que yo no estaba en eso, que podía dar constancia de mi inocencia. Luego de muerto Trujillo, ese confidente fue apresado y juzgado por un tribunal de Santiago; en el curso del proceso en su contra dijo, en su defensa, que había sido «calié», pero que también había intercedido en favor de adversarios a Trujillo, a los cuales había protegido; él hizo referencia a mi persona. Se trata de Félix Rodríguez (a) Félix Mueca; siempre residió por la parte baja de la ciudad y fue de los muchachos con los cuales compartíamos en la Plaza Valerio.

Luego de cumplir la sanción de un año por pertenecer al SIM, Félix desapareció de la ciudad de Santiago, y no sé cuál ha sido su destino, aunque hace unos días, el licenciado Pedro Fernández, exmagistrado juez presidente de la Corte de Apelación de Santiago, quien también le conoce, me dijo que residía actualmente en la ciudad de Nueva York. (1)

Al parecer, el dictador Trujillo fue informado de la distribución de los volantes en su contra, y fue lo que le motivó a declarar a la prensa, en forma molesta, el 17 de mayo de 1960, en Santiago, al día siguiente de una manifestación que se había hecho en apoyo suyo, lo siguiente:

 “La manifestación fue muy magnífica. Me ha complacido especialmente la asistencia de la juventud, porque esa juventud estará siempre dispuesta a castigar a los traidores internos y externos, en cualquier momento.

 Desde hace mucho tiempo, los Testigos de Jehová y los comunistas donde han echado raíces más hondas ha sido en la sección de Conuco y en la ciudad de Tenares y Salcedo, hasta llegar a San Francisco de Macorís.

Años atrás en Conuco se destacaron las Mirabal y sus familiares, y algunos miembros de la familia González.

Los comunistas también hicieron intensa campaña en La Vega y en las secciones de Cutupú y Río Verde. En Santiago, miembros de una familia Pérez, se unieron al reconocido comunista Bonilla Atiles, y ahora residen en Nueva York”. (2)

De las declaraciones de Trujillo hay que destacar lo siguiente:

a) Hizo referencia a la juventud como queriendo significar que los jóvenes que repartieron los volantes antes de su visita eran comunistas, y que los de valía eran los que habían desfilado en su honor;

b) Mencionó a las familias Mirabal y González, una evidencia de que ya él maquinaba el asesinato de las hermanas Mirabal que fueron, precisamente, asesinadas seis meses después de Trujillo haber hecho referencia de ellas en su declaración del día 17 de mayo de 1960, y

c) Para Trujillo hacer creer que sus enemigos no sólo eran los comunistas, mencionó a éstos y a los Testigos de Jehová.

Posted in Sin categoría

B- El caso de Minerva Mirabal, después de la fiesta de San Cristóbal.

Para que los jóvenes de hoy tengan una idea de lo que fue el régimen tiránico de Trujillo, me voy a permitir tomar como referencia de su perversión lo que le ocurrió con Minerva Mirabal, y cómo su actitud de seriedad, firmeza y responsabilidad, la arrastró a ella y a la familia a la persecución y la muerte.

24.- Como era su forma normal de actuar ante las jovencitas hermosas de la época, Trujillo se había interesado en satisfacer sus pretensiones carnales con Minerva Mirabal, y para tal fin organizó en San Cristóbal, la noche del 13 de octubre de 1949, una fiesta con el fin de conquistarla. En el curso de la celebración, mientras Minerva y Trujillo bailaban, éste le preguntó a Minerva si ella tenía novio, a lo que Minerva había respondido no. Él le preguntó: “¿Y a usted no le interesa mi política o no le gusta? La respuesta que Minerva le dio a Trujillo fue: “No, no me gusta”. Entonces Trujillo le dijo: “¿Y si yo mando mis seguidores a conquistarla?”. La respuesta de Minerva fue: “¿Y si yo los conquisto a ellos?”.

25.- Luego de la citada conversación, Minerva y sus familiares que la acompañaban, abandonaron el lugar del baile, sin despedirse del tirano y todavía la fiesta en curso. Para el orgullo, engreimiento y soberbia de El Jefe, esto constituía una ofensa imperdonable a su petulancia, endiosamiento, machismo, narcisismo y megalomanía.

26.- Una vez Trujillo tuvo conocimiento de la partida de Minerva, llegó a emberrenchinarse de tal forma que pateó de rabia, armó un escándalo, y a una soberbia que desarmó al gobernador y al senador de Moca”, ambos presentes en la festividad.

27.- En lo adelante, Trujillo puso en función su odio, concentró su perversidad para fastidiar a Minerva, a su familia y relacionados.

28.- La formación de un ser humano despiadado estaba caracterizado en la forma de Trujillo proceder  ante cualquier opositor suyo; no distinguía entre hombre o mujer, joven o anciano. Su actitud ceñuda, combinada con su manifestada frialdad y desfachatez, hizo de él una persona capaz de descargar sus resentimientos de la forma que le produjera la mayor alegría y satisfacción, y a sus víctimas los peores tormentos.

29.- Trujillo demostró ser obsesionado en su práctica política contra todo aquel a quien consideraba adverso a su régimen, y ante Minerva Mirabal, procedió con una especie de manía prejuiciada, llevada a la acción compulsiva del neurótico.
30.- Minerva buscó la forma de aplacar la ira, la persecución tenaz que Trujillo tenía en contra de ella, pero nada impedía que el tirano persistiera en su saña y rencor. Él sentía que había sido agraviado con la actitud valiente y digna de Minerva.

31.- En su interés de tener la posibilidad de inscribirse en la universidad, Minerva fue aconsejada en el sentido de que, aunque fuera en forma simulada, pronunciara un discurso alabando a Trujillo y elogiando su obra de gobierno; ella así lo hizo, participando como oradora en un mitin efectuado en Salcedo. Pero el tirano no cedió en su inflexible terquedad y designios criminales contra la joven que le había hecho saber que no todas las niñas de su época estaban a su servicio y pretensiones libidinosas.

32.- La perenne idea criminal de Trujillo, no había forma de que atenuara su alucinación enfermiza contra Minerva. Su ofuscación de hacerle la vida imposible no tuvo límites; para él no hubo período alguno de sosiego, serenidad ni tranquilidad en su afán de lesionarla.

33.- Aunque Minerva cumplió con la formalidad que se le imponía a todo estudiante universitario de la época de dedicarle la tesis de grado a Trujillo, éste hizo caso omiso a esa distinción proveniente de una adversaria de su política, y no le expidió el exequátur para ejercer la profesión, ni tampoco le fueron reconocidas sus sobresalientes méritos académicas.

34.- A la formación familiar, intelectual e ideológica de Minerva le repugnaba cualquier halago, elogio o exaltación al régimen de Trujillo, y nada reducía ni limitaría su actitud de censura, critica y total rechazo a la tiranía. Por la cabeza de Minerva nunca pasó la idea de amigarse, reconciliarse ni camaradería alguna con el trujillismo.

35.- La inteligencia de Minerva, le decía que debía actuar con suma lucidez para no exasperar al tirano que se mantenía al acecho para al menor desliz desencadenar acciones represivas contra ella y su familia. Por más comedida que Minerva actuara, Trujillo la hostigaba con mayor insolencia; su arrogancia y vanidad le hacían un hombre endiablado el cual desconocía el sentido de bondad, su formación de energúmeno impedía que conociera la tolerancia y la calma.

36.- Después del desplante en la fiesta de San Cristóbal, el tirano no le dio tregua a Minerva; se mantuvo en permanente beligerancia ante la imposibilidad de conquistarla sentimental y políticamente.

37.- Aunque en el fondo de su alma Minerva no soportaba a Trujillo, ella buscaba la forma de que él moderara su inquina y malquerencia. Así, por ejemplo, a sugerencia de un amigo suyo, cuando Manolo y ella decidieron contraer matrimonio, le cursó una invitación al tirano haciéndole partícipe de la celebración del enlace matrimonial.

38.- A Trujillo no le calmó su ira contra Minerva el hecho que su madre le visitara en el Palacio Nacional, y ante la pregunta de Trujillo de “Qué usted quiere que yo haga con su hija”, la progenitora de Minerva, respondió: “ Yo soy responsable de ella y me la llevo para mi casa”

39.- Ante Trujillo no valía ruego alguno, no aceptaba súplica; lo de él era la exigencia; su acritud reflejaba su aspereza; en sus actuaciones nunca conoció la benevolencia ni la dulzura. La amabilidad de la madre de Minerva no influyó en Trujillo, quien con su sarcasmo, ligado con su mordacidad, enseñaba los rasgos que marcaban su personalidad infame

40.- El padre de Minerva, conociendo la situación difícil en que se encontraba su familia ante el régimen, y lo truculento que era Trujillo, para calmar la ira permanente del tirano, luego de haber sido sometido a un tormentoso interrogatorio, para que no quedara duda alguna de la sinceridad de sus respuestas, le remitió una carta al gobernador de Moca, para esa época Antonio de la Maza, en la que daba su testimonio de adhesión al Jefe.

C.- El hostigamiento a Minerva se extendió hasta Manolo

41.- La situación de hostigamiento contra Minerva y su familia, se extendió a Manolo Tavárez Justo.

42.- Manolo Tavárez, desde antes de conocer a Minerva, ya estaba ubicado como adversario de la tiranía de Trujillo, porque en el año 1946, había sido militante de la Juventud Democrática, organismo dependiente del Partido Socialista Popular.

43.- Una vez Trujillo tuvo conocimiento de los amores de Minerva y Manolo, lanzó su furia contra ambos, y procuró crear discordia entre ellos, haciéndole saber a Minerva que estaba siendo víctima de su novio porque Manolo tenía una novia.

44.- Pero Manolo, al igual que Minerva, simulaba no ser contrario a la tiranía; para cuidarse y evitar estar en permanente conflicto con Trujillo, cubría la realidad con la apariencia.

45.- En las cartas que Manolo enviaba a Minerva, se advertía la forma como le decía que tenía que asistir a desfiles y concentraciones en honor a Trujillo, y poner su vehículo a disposición de aquellos que quisieran asistir a las actividades a favor del tirano.

46.- Trujillo procuraba acorralar a sus enemigos políticos sin importar la posición activa o pasiva que exhibieran, y aunque las actividades políticas estaban limitadas a las que se hacían a favor del trujillismo, el acoso era llevado a cabo frente a todo aquel que se sospechara era desafecto al gobierno.

47.- La vida de Manolo, una vez fueron conocidos sus relaciones amorosas con Minerva, fue de asedio total. Sus movimientos eran sometidos a vigilancia absoluta por parte de los organismos represivos de Trujillo.

48.- La brusquedad de Trujillo no tuvo límites; su mentalidad perversa se dirigía a mancillar honras sin distinguir entre hombre o mujer. Su voluntad criminal la revelaba en cualquier circunstancia. Solamente se sintió bien ante Minerva Mirabal, el día 25 de noviembre de 1960 cuando la asesinó en unión de sus hermanas Patria y María Teresa, y de quien la acompañaba como conductor del vehículo, Rufino de la Cruz.

Posted in Sin categoría

II.- Algunos rasgos de comportamiento ante el régimen despiadado de Trujillo.

Los opositores al régimen de Trujillo, debían de actuar con mucha inteligencia, sagacidad y prudencia; proceder con disimulo, extrema cautela y absoluta discreción.

11.- Bajo el régimen trujillista, para expresarse había que tomar en consideración el escenario, el medio y ante cuál persona o grupo lo hacía, porque el más mínimo desliz podía significar la muerte.

12.- El vocablo utilizado en una conversación debía de ser debidamente calculado, porque cualquier palabra o expresión con sentido doble podía ser interpretado con un término de desprecio al régimen.

13.- En todo el curso del gobierno de Trujillo, hasta el modo de una persona mirar podía significar una ofensa a la situación política; contemplar algo con sentido de asombro entrañaba una acción que lesionaba la política de Trujillo.

14.- Había que comportarse en todo momento con astucia; la sagacidad no se podía perder; asumir una actitud de ingenuidad, y hasta de candidez, resultaba conveniente para despistar a los soplones; aparentar ser un distraído político fue, en algún momento, una forma de combatir el régimen ceñudo de Trujillo.

15.- Aquel que decidía oponerse a Trujillo y conservar su vida, no podía cometer el más mínimo error; una pifia significaba la muerte, un desliz entrañaba la pérdida de la libertad condicionada de como se vivía. Equivocarse no estaba en las actuaciones de los contrarios a Trujillo.

16.- Al escribirle una carta a un familiar, amiga o enamorada, había que hacer un buen cálculo. La redacción no debía de permitir ninguna duda; la misma tenía que ser minuciosa y exacta. Un manuscrito no podía contener una palabra que, al ser abierto por aquellos que leían la correspondencia sospechosa en las oficinas de correos del país, podían considerar el texto con mensajes ofensivos o, supuestamente, lesivos a la persona o política de Trujillo.

17.- El régimen disponía de un material humano especial formado para ser receloso, no confiaba en nadie. El delator indagaba la vida de todo aquel que suponía contrario al trujillismo; su misión era averiguar, examinar minuciosamente; el soplón era una figura muy valiosa para la tiranía; el chivato, el acusón tenía como misión descubrir lo que hacía o no hacia un desafecto del trujillismo.

18.- Los dominicanos y las dominicanas de la época de Trujillo, debían de ser fervientes defensores y apasionados del trujillismo, o demostrar apatía hacia la política, aunque a veces la indiferencia, el desdén, se interpretaba como signo de rechazo al gobierno y, en ocasiones, en verdad lo era.

19.- Un gesto, un ademán cualquiera, dependiendo del momento y lugar, daba pie para que los organismos de seguridad del trujillismo abrieran una investigación, la cual podía concluir con un expediente infamante, la cárcel y hostigamiento futuro permanente. Hasta para hacer una mueca, gruño, había que saber dónde se hacía y con qué motivo.

20.- Trujillo, por ser hechura de los interventores norteamericanos al país en 1916, se ocupó de sembrar la desconfianza entre los habitantes del territorio nacional. El recelo, la suspicacia, fue una de las formas de actuación ideada por el régimen lo que contribuyó a borrar la fe entre las personas, haciendo de la delación un componente de la actitud de algunos dominicanos.

21.- El método por excelencia para Trujillo imponerse como tirano, fue la aplicación del terror, con el fin de crear pánico en el seno del pueblo; en un ambiente de espanto, a Trujillo le fue posible sentar las bases de su política terrorífica que inició con La 42, y concluyó con el Servicio de Inteligencia Militar-SIM-, convertido éste en un organismo horroroso, una maquinaria integrada por personas que con su sola presencia identificaban todo el tinglado terrífico trujillista.

22.- Trujillo ubicó un agente motivador de pavor en cada espacio del territorio nacional; en el más apartado rincón del país, en la más limitada circunscripción estaba presente un agente del miedo, sin importar que fuera o no una jurisdicción amplia o limitada de terreno o población. Donde no imponía el miedo el alcalde, lo hacia el policía, el militar o el chivato de poca monta.

III.- Cuatro puntos como ejemplo a destacar.

En los marcos de este capítulo, y en referencia a la tiranía de Trujillo, voy a destacar cuatro puntos:

a.- La libertad de expresión ubicada en la prensa;
b.- El caso de Minerva Mirabal;
c.- El hostigamiento a Minerva se extendió hasta Manolo.
d.- Una experiencia personal.
a.- La libertad de expresión y la prensa.

En todo el curso del régimen de Trujillo, la libertad estaba condicionada; y la de expresión no era una excepción; ella estaba restringida, circunscripta a la que decidiera el gobierno. Ningún dominicano o dominicana estaba dispensado para, sin sujeción, exponer sus ideas.

Los dos periódicos que durante más tiempo circularon en todo el curso de la tiranía de Trujillo, fueron La Nación y El Caribe; y en las páginas de los mismos existía una especie de código para referirse a Trujillo y a su familia.

Hoy, cuando nuestro país, si no es el mejor, por lo menos es uno de los más informados del mundo, en ese sentido se puede valorar el espacio que hemos ganado a nivel de libertad de expresión, y en particular, a nivel de la prensa en sentido general.

Para hacer un parangón entre la forma como se nulificaba la palabra escrita en la época de la tiranía, y la soltura como se maneja ahora, nadie más que un periodista de larga data como el doctor Rafael Molina Morillo, para establecer el cotejo entre la libertad de escribir hoy, y el impedimento absoluto de ayer.

En el periódico El Día, de fecha 19 de agosto 2014, en su columna Mis Buenos Días, el doctor Molina Morillo, escribió:

“ Como quien no quiere la cosa, hace ya más de cincuenta años que mataron a Trujillo. Poco a poco van cayendo en el olvido los pequeños detalles que caracterizaron aquella “era” de terror y de ridiculeces, y los más jóvenes nos escuchan incrédulos a nosotros los más viejos cuando les contamos en qué forma se vivía en aquel entonces.

Aparte de que se vivía con miedo a los espías o “calieses” infiltrados en todas partes, también había que tener cuidado al hablar –o no hablar- acerca de algún miembro de la familia o el clan de los Trujillo, pues tenían la piel muy sensible y los errores se pagaban caros. Un buen ejemplo de ello fue el homenaje que se rindió en el hotel Matum de Santiago a un distinguido abogado, con la mala suerte de que ninguno de los asistentes al acto mencionó en su dedicatoria el nombre de Trujillo, y eso era un pecado mortal.

La omisión se consideró una ofensa al dictador y una conspiración por parte de los asistentes al susodicho ágape, todos los cuales cayeron automáticamente en desgracia, perdieron sus empleos y fueron públicamente denostados. De ahí salió el refrán “Acuérdate del Matum”, que sirve para recordarle a alguien un detalle indispensable en una que otra actividad.

Los periodistas de entonces, por nuestra parte, nos regíamos forzosamente por un código no escrito o nomenclatura natural cada vez que nos teníamos que referir a las personalidades del régimen. Recuerdo algunas de las formas más usadas:

“Ilustre Generalísimo y Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva”. (También, en las inauguraciones, éstas se debían a la “mano taumaturga del ilustre Jefe”, y según fuera la ocasión, al tirano se le denominaba “Primer Maestro”, “Paladín del Anticomunismo en América”, “Benefactor de la Iglesia”…)”.

“La culta y distinguida Primera Dama de la República” era la esposa de Trujillo, María Martínez, y la madre del dictador era “La Excelsa Matrona”.

“A Ramfis se le conocía como “El distinguido jurisconsulto y militar”, y a Héctor B. Trujillo “El aventajado discípulo”.

“Se me quedan en el tintero del olvido muchas otras expresiones clichés por el estilo, pero es bueno recordar ese pasado, para que ridiculeces como esas no se repitan en el presente ni en el futuro”.

El citado escrito del doctor Rafael Molina Morillo, es la expresión de la dura realidad que se vivía en el país, a nivel de libertad de expresión, durante toda la tiranía de Trujillo.
Continuará la semana próxima

Posted in Sin categoría

Sugerencia

Sugiero que todo aquel que decida leer los capítulos que integran este texto, en aquellos hechos en los cuales figura el autor, haga abstracción de su persona y retenga solamente los hechos en sí mismos.

Los criterios personales que emito no necesariamente responden a la verdad absoluta; los mismos no necesariamente tienen que ser aceptados. Los sucesos narrados pueden ser comprobados en la  fuente de citas, las cuales figuran al final de este escrito y sirvieron de base al  exponente.

Introducción

En las sociedades humanas, los actos que ejecutan sus miembros siempre tienen su explicación; la especie humana mueve sus sentimientos por  motivaciones de índole material o espiritual. Los hombres y las mujeres dirigen sus acciones tomando en cuenta algo que les motoriza e impulsa a proceder en uno u otro sentido.

En cualquier país, sin importar la coyuntura o sistema social y político que impere, aquel que incide en los procesos sociales debe estar consciente de que está expuesto a un riesgo, y el peligro es mucho mayor en la medida en que el régimen de turno que se combate se comporta insensible ante los derechos humanos y las libertades públicas. Es bien sabido que las aventuras, las contingencias, aunque se ven como fruto de factores accidentales, de casualidades que escapan a la voluntad de sus actores, en el fondo tienen sus explicaciones resultantes de la realidad viva de la sociedad.

He expuesto todo lo anterior para explicar que desde muy temprana edad he participado en la vida política de mi país como militante de un partido o como simple ciudadano sin vinculación partidaria; también he actuado ligando mi concepción ideológica con mi forma de ejercer el oficio de abogado.

Si en mi vida me hubiera limitado a ser un ciudadano que ejerce su derecho al voto en los procesos electorales para elegir al presidente, a los alcaldes, regidores, senadores y diputados, a ocuparme de mi profesión de abogado y a criar y educar a mis hijos, de seguro que hubiera tenido una vida normal, tranquila, sin dificultades y también hubiera estado en buenas con todo el mundo. De comportarme en semejante forma mi persona se hubiera podido comparar con una monedita de oro. Pero no.

Debo confesar que no he sido el ciudadano que todo ordenamiento social injusto desea tener. He incidido en la vida pública como ciudadano normal y como profesional del derecho, criticando, censurando e impugnando el sistema social vigente y oponiéndome a los gobiernos odiosos, despóticos e intolerantes que ha tenido el país. Como es natural, mis adversarios no me han respondido lanzándome rosas, ni yo las esperaba. Por tanto, cuantas veces he estado en prisión, he sido investigado o golpeado física y moralmente ha sido porque aquellos a quienes les he sido adverso han utilizado en mi contra el método considerado por ellos más adecuado para eliminarme o neutralizarme.

Muchos hemos sido testigos, sin proponérnoslo, de hechos ocurridos en nuestro país y que no son debidamente conocidos por la mayoría de dominicanas y dominicanos que, de buena fe, quieren conocer las interioridades y las causas generadoras de los mismos. Los historiadores cumplen su función como investigadores serios y objetivos cuando tienen a su alcance y disposición las fuentes que les sirven para analizar un acontecimiento de naturaleza política o social. En los artículos que me propongo desarrollar no quiero actuar como historiador porque no lo soy, sino dar a conocer a la opinión pública nacional acciones en las cuales he participado directamente o he sido testigo por vinculación política o como profesional del derecho.

A mis adversarios políticos e ideológicos, a los prejuiciados, nunca los voy a convencer de que lo que creo es mi verdad; a mis amigos no tengo que explicarles nada porque me conocen. Pero mis nietos y mis nietas no saben por qué su abuelo ha ido varias veces a la cárcel, por qué decidió defender ante los tribunales a una determinada  persona acusada de un hecho infamante, como tampoco lo saben los jóvenes que hoy tienen quince, veinte, veinticinco o cuarenta años de edad. Para ellos y ellas, y para los que de buena fe están interesados en conocer hechos ocurridos en un pasado reciente, escribo este relato.

Capítulo No. 0

Fisonomía del régimen de Trujillo y sus perversidades. Algunos rasgos de comportamiento ante el régimen despiadado de Trujillo. Cuatro puntos como ejemplo a destacar: a.- La  libertad de expresión ubicada en la prensa; b.-  El caso de  Minerva  Mirabal; c.- El hostigamiento a Minerva se extendió hasta Manolo y,  d.- Una experiencia  personal.

I.- Fisonomía del régimen de Trujillo y sus perversidades.

1.- Resulta fácil tomar papel y lápiz y, como forma de gimnasia intelectual, sentarse a reseñar episodios novelados; describir lo vivido por otros es pura operación de resumen.  A la sociedad humana se le hace un aporte honesto y  responsable cuando se le dice en forma exacta lo que ha  ocurrido y la coyuntura en la cual se produjo el  hecho narrado. La veracidad no puede ser salpicada  con insinuaciones dudosas, solapadas y discutibles.

2.- Puede opinar con calidad y autoridad en torno a una realidad quien la ha vivido y de sus interioridades saca vivencias; expone con certeza aquel que puede describir expresiones de autenticidad. La certidumbre ha de estar libre de toda irrealidad, porque  de lo contrario es posible caer en narrar fantasías, ficciones que solamente contribuyen a construir falsedades fruto de la imaginación.

3.- Los antecedentes descritos con apego a la verdad histórica sirven como referencia edificante para quienes se preocupan por conocer realidades, no habladurías, chismes,  ni simples datos cargados de rumores y maliciosas murmuraciones.

4.- Pueden narrar lo ocurrido,  sin mucho esfuerzo,  aquellos que, por una u otra  razón, tuvieron la posibilidad de conocer en forma directa los hechos que constituyen la historia real de determinados acontecimientos de la vida política y social de un país.

5.- Para proceder a la comparación de una cosa con otra, hay que tener algo como punto de referencia; sólo así podemos establecer, entre ellas, semejanzas, diferencias o adecuada correlación.

6.- Cuantas veces se aborda el tema de los gobernantes que en el curso de la historia han dirigido en forma odiosa, despótica y execrable a sus respectivos países en  América Latina y el Caribe,  necesariamente debemos referirnos en forma especial a  Rafael Leónidas Trujillo Molina, quien gobernó por más de 30 años a la República Dominicana, aplicando métodos de barbarie nunca antes vistos. Los medios que Trujillo utilizó contra sus adversarios escapan a cualquier comparación. En cada acción despiadada, bestial e inhumana de su régimen  estaba impregnado el sello  distintivo de su  carácter, su mentalidad diabólica y depravada.

7.- Las reglas para vivir en el territorio nacional  dominicano, durante el tiempo que Trujillo gobernó,  las  ponía él, y quien no las aceptaba estaba condenado  junto a su familia al silencio, a la cárcel, al destierro o a la muerte. Trujillo decidía lo que cada habitante del país podía o no hacer;   cualquier persona que  residía en el país, mentalmente debía aceptar, obedecer los  lineamientos trazados por Trujillo. No había opción de acatar o desobedecer; pura  y simplemente  cumplir  con los dictados  del régimen  y quien infligiera los designios del tirano pagaba con su vida, y la de los suyos, las consecuencias.

8.- En todo el curso de la Era de Trujillo, desde el momento de su nacimiento cada dominicano o dominicana, debía  de formarse la idea de que había  llegado al mundo en un espacio del globo terráqueo en el cual la forma de actuar ya estaba predeterminada: aceptar, sin discutir ni rechazar nada; aprobar, sin derecho a rehusar; tolerar,  sin posibilidad a protestar, apoyar, sin debatir,  la desavenencia debía de ser santiguada con la concordia.

9.- La personalidad de Trujillo,  su carácter, la expresión de su régimen; el estilo de su política fue su sello distintivo fundamentado en lo perverso y malévolo.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas