“Soy cibaeño, de donde salen los víveres y el arroz. Siempre digo que soy el único plátano rubio de este país. Criado con salami, de cuando se hacía bueno”, expresa un alegre actor Carlos de la Mota al hablar de su nacionalidad, la que pregona con orgullo en cualquier escenario.
Aunque poco reconocido en su tierra natal, es uno de los actores más destacados de las telenovelas y el teatro en la escena internacional. Este vegano, de 38 años, ha conquistado al público con sus diversos personajes desde su debut en la producción mexicana Clase 406 (2003), y en el filme Sangre de Cuba (Dreaming of Julia), de ese mismo año.
Pero la historia profesional de De la Mota inició en el teatro dominicano luego de obtener el título de licenciado en Arquitectura, en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), de Santiago. “Pasé mucha pela cogiendo carros públicos y voladoras de La Vega a Santiago. Cuando me gradúo, vengo a Santo Domingo a trabajar en la CAASD y se me presenta la oportunidad de ser extra en una obra de teatro con Nuryn Sanlley: la persona que me cambia la vida,mi madre en el arte, alguien que se nos adelantó y que espero que Dios la tenga en un lugar especial”, recuerda. De hecho, los musicales han formado parte esencial en el crecimiento de su carrera en Santo Domingo y en México, donde hizo dos años de función de Cabaret, un musical exitoso que lo puso en la palestra artística del país azteca. “Aquí a veces nos pasamos ensayando tres meses para dos semanas de función, y yo allá hice 547 representaciones de una sola obra y me cambió la vida, porque me vieron todos los directores y productores de teatro, cine y televisión”, expresó en una entrevista en “Jaque Radio”, programa que está celebrando su quinto aniversario, conducido por Iohan Fuertes, Yéssika Matos y Robert Llaverías, por La Bakana (105.7 FM), los sábados, de 12:00 del mediodía a las 2:00 de la tarde.
Una carrera productiva
“Espacio 2000”, de Telemicro, le permitió entrar en contacto con el mundo del entretenimiento mexicano y luego de varios casting tuvo la oportunidad de incursionar en el mercado de las telenovelas. Desde entonces, ha participado en más de 15 melodramas, entre ellos, Las vías del amor, Mariana de la noche, Amar otra vez, Piel de Otoño, La Madrastra, Destilando amor, Las tontas no van al cielo, Mañana es para siempre, Cuando me enamoro y Lo que la vida me robó, esta última se transmite actualmente mostrándolo en dos vertientes: como actor y como cantante. “Es una faceta nueva (cantante) para algunos que no la conocían. Empecé haciendo musicales. Cuando me llaman para participar en mi más reciente novela, Lo que la vida me robó, no quería hacer más novelas porque quería venir a hacer una obra de teatro y una película (a República Dominicana) La directora me llamó para convencerme y le dije que sí, pero que me pusiera una canción en la novela”, contó De la Mota.
“Salí corriendo a los dos días para acá, a hablar con Frank Ceara y él hizo la letra y la música de ‘Lo que siento por ti’ con los arreglos del maestro Pengbian Sang que hizo un trabajo maravilloso. Con la fortuna y la sorpresa de que es la primera vez que un actor dominicano tiene una canción en el soundtrack de la novela. Y estaba en el horario estelar”, dijo el actor, quien no se considera un sex-symbol en el mundo del entretenimiento. “Respeto lo que hago y busco la realización de mis personajes a través de eso, por eso casi nunca salgo de galán, sino como un extranjero con acento, alguien de campo, etcétera”, afirma.
Sostiene que sus retos profesionales van mucho más allá de cómo se vea.
“Aunque yo sé que mi cuerpo es mi instrumento de trabajo y debo respetarlo, cuidándolo y yendo al gimnasio, porque me debo al público, si aún así la gente cree que soy, un sex symbol, pues qué bueno, pero no me lo creo. Tengo otras virtudes que no son tangibles, que me han llevado donde estoy. Algunos lo llaman ángel, otros carisma”, puntualizó el cantante que está promocionando “Tenerte otra vez”, su nuevo sencillo, una bachata de Frank Ceara con arreglos de Pengbian.
Atento a su patria
Carlos de la Mota está muy pendiente de su país y es un gran crítico de lo que ocurre en su tierra natal. Una de sus preocupaciones es la pérdida de valores y de ética. “Ya aparentemente no importa de dónde tengas dinero, si eres político y estás en esas condiciones, no importa. La impunidad me llega mucho. Soy de una generación donde se podía jugar en la calle y la delincuencia era mínima. Solo el rumor público llevaba a la encarcelación de alguien. Ahora todos sabemos quiénes se llevan el dinero, pero están ahí entre nosotros”, reflexionó. Entiende, que los jóvenes tienen que alzar su voz y decir las cosas que no están bien. “No soy político, y al no serlo, me siento perjudicado por las decisiones de los políticos. Mi dinero no se genera aquí, pero se gasta y se invierte aquí”, puntualizó.