La Bandera dominicana llevada en el uniforme es para defenderla a toda costa. Esa es una sugerencia del pequeño delantero de la selección quisqueyana de baloncesto, Francisco García. Sin mencionar ejemplos concretos, pero una idea que quedó bien clara, García llamó a los que se ganen el derecho de vestirse con la camiseta nacional a hacerlo con honor. “Con eso de la selección me siento muy conforme con el trabajo que han hecho y siempre estaré ahí hasta el día que me retire, jugando para mi país”, manifestó García.
El jugador de los Rockets de Houston, generosamente concedió una entrevista a elCaribe, en su hogar sobre lo que significa representar al país. “Creo que es muy importante que todos pensemos lo mismo y que en realidad uno con otro nos apoyemos”, señaló “y que no importa donde juguemos, sea en la NBA o en Europa, siempre tengamos la bandera de República Dominicana en alto y que siempre queramos defenderla, eso es lo más importante en realidad, porque hay muchos jugadores en República Dominicana que no aman su bandera, tienen que sacar la cabeza siempre por su país”.
-¿Jugadores de la selección o en sentido general?
-Estoy hablando de jugadores que han jugado en la selección.
¿Dirías un nombre?
No. Ellos saben.
¿Charlie, Feldeine o Asselyn?
La pregunta del momento con respecto al jugador a ser nacionalizado es cuál de los tres jugará como nacionalizado, Charlie Villanueva, James Feldeine o Josh Asselyn. Aunque García no dice de forma cerrada cuál de ellos prefiere, las credenciales presentadas son más que evidentes.
“En realidad sabemos que un jugador como Charlie Villanueva no lo hay en República Dominicana y hay que estar claro con eso”, comienza así su defensa sobre Villanueva. “Charlie es nuestro NBA y es dominicano”, dice sobre el delantero de los Pistones de Detroit. “Estuvo ahí, jugó en el Palacio de los Deportes, se lesionó y siguió jugando para su país, eso es algo que nosotros tenemos que tomar en cuenta y tenemos que agradecerle a Charlie”. García se refiere al torneo CentroBasket 2010. “En realidad lo que pasó el año pasado fue una cosa bien triste que él no estuvo con nosotros, pero ya eso pasó. No tenemos que echarle la culpa a nadie”, dice.
Una llamada
Cuando Charlie o Al Horford visitan la ciudad en la que juega Francisco, se produce una invitación a cenar, y viceversa. Es ya como una tradición.
Eso sugiere que existe alguna comunicación entre estos tres estelares jugadores dominicanos. Y es por eso que García, identificado con su equipo, tendrá algún rol en conversar con sus dos compañeros de la élite.
Villanueva quedó fuera de los últimos tres torneos internacionales en que estuvo el país y en torno a Horford hay dudas sobre su posible participación en el Premundial, que se disputará en Venezuela. “No he hablado con él -con Charlie- de lo que puede suceder en el futuro sí va a estar en la selección”, pero “claro”, que lo llamaría. Es más, “voy a hablar con él y voy a hablar con los dos”.
Hecho esto queda por saber lo que él llama “el paso 2”, que sería “cuando nos vamos a juntar a practicar”.
Antes de profundizar sobre Horford, específicamente, se sonríe. Horford había dicho que no estaba seguro de asistir a la convocatoria del Premundial. “No he hablado con Al sobre eso”, dice García, quien resalta la “excelente temporada” que desarrolló el centro de los Hawks de Atlanta. “Muchas felicidades para él.
Pero no he hablado con él al respecto, cuando se acerque un poco más el tiempo ahí hablaremos y veremos cuál es su punto de vista” sobre participar con la selección. Ya antes, para otras convocatorias, García ha hecho de ente motivador.
Su futuro en la NBA
García pasó siete temporadas y media con los Reyes de Sacramento, equipo que lo drafteó en el 2005 como el pick número 23 en primera ronda.
El escolta y pequeño delantero pasó luego a los Rockets de Houston, donde jugó hasta ser eliminado en postemporada por el Thunder de Oklahoma.
Su situación contractual dependerá de las negociaciones entre él y la organización. Su aspiración, en el futuro inmediato, es un “contrato multianual de tres años, o dos años mínimo”.
Aun cuando Houston anunció que no ejercerá la opción, confía en que se quedará en ese plantel.
“Es un asunto en realidad monetario”, dice, “(los Rockets) me están haciendo oferta”. El punto es que Houston está en la carrera por el centro Dwight Howard. “Ellos quieren un jugador grande y quieren que el tope salarial se abra un poco más. Todavía se está hablando y nadie sabe”, señala García.
Howard también es perseguido por los Lakers de Los Angeles, que esperan por la decisión de ese jugador. El punto sobre todo este asunto se resume en una palabra: negocio. Y de esto es algo que García se ha dado cuenta hace ya buen tiempo. “Es la realidad, es un negocio”.
De todas formas no sólo los Rockets están interesados en él. Hay otros equipos que, lógicamente, declinó mencionar en estos momentos.
Adiós a Sacramento
García llegó a ese equipo y fue en esa ciudad donde hizo vida de NBA. Para él abandonar la ciudad fue algo punzante. “Claro”, dice sobre si dolió. “Sacramento fue mi casa por siete años y era todo lo que conocía en la NBA”, manifiesta, “pero creo que todo en la vida pasa por una razón y eso ocurrió”.
Una de las partes más difíciles fue arribar a un equipo nuevo. “Cuando llegué a Houston me sentí un poco solo, pero la organización y los jugadores hicieron que eso se fuera rápido por el trato que me dieron”. García tiene casa aun en Sacramento y parte de sus pertenencias están en esa ciudad. “Fue bien fuerte cuando pasó, en realidad no sabía que iba a ocurrir. Me llamó mi agente. Pero tenía que echar para adelante y así lo hice.
A trabajar desde temprano
Al llegar a su casa, García se alistaba para realizar una preparación física, la cual se haría en el Mirador del Sur, pero la lluvia impidió ese plan. García y sus Rockets fueron eliminados desde el pasado 3 de mayo por Oklahoma.
Aun así, su entrenador, Emyi Capellán, lo mismo que García, no estaban dispuestos a dejar perder el día. Es por eso que en un lado de la casa organizaron un área para trabajar especialmente las extremidades inferiores.
“Debo prepararme fuerte para la próxima temporada”, dijo García, quien promedió 5.5 puntos por juego. “Normalmente comienzo temprano”. García trabaja en un 100 por ciento, reconoce Capellán, quien prepara por segundo año al NBA. En la rutina de ayer se trabajó en la parte baja: pantorrillas y los tobillos y también los hombros. “Es un juego muy físico y eso es lo que jamás se usa en el baloncesto”, dice Capellán, quien reconoce su papel con el jugador: “mi rol es evitar lesiones y subirle la intensidad”.