En San Juan, hasta el gato conoce a Félix Bautista. ¿Cómo no conocerlo si desde que construyeron el CURO-UASD con una inversión de más de RD$1,100 millones no se habla más que del  senador del  PLD? Claro, se ha hablado más de los millones que de las aulas, más que de Liborio Mateo, Caonabo y Anacaona juntos.

Pero más que construir aulas,  cunetas, parquecitos y anfiteatros, la mayor hazaña de Bautista ha sido llevarnos de vuelta a nuestra infancia, al embrujo de nuestro héroe fabricado por allá por principio del siglo pasado  por Pat Sullivan y que sirvió de inspiración, por no decir que fue una copia, a Don Walt Disney a fabricar su diminuto héroe Mickey Mouse. Así pasa con los héroes y los antihéroes, que se van, pero luego vuelven como aquel desagradable slogan de campaña.

La gente necesita héroes a quien admirar o antihéroes para descargarse de todo, equipos de deportes para aplaudir  o para abuchear. No en vano los americanos eligieron como idea, casi fija, el bueno y el villano en cada guión de muñequito, libro, película y por supuesto, en la política. Comunistas malos contra capitalistas buenos. 

Capitalistas buenos contra terroristas árabes. Obama bueno, Chávez malo. Como los héroes últimos “Félix” están de moda, Félix Supersánchez, Félix Baumgartner… ¿Será Bautista otro héroe ? Él duerme bien, no tiene que contar ovejas verdes, aunque quisiera, eso sí, tener la felicidad de la lombriz y cambiar la x por la z.