Brasilia, una ciudad bien pensada

Brasil/Brasilia.- Brasilia está considerada por muchos como una ciudad perfecta o muy cerca de serlo. Es limpia, ordenada y urbanizada siguiendo un único plan.

Brasil/Brasilia.- Brasilia está considerada por muchos como una ciudad perfecta o muy cerca de serlo. Es limpia, ordenada y urbanizada siguiendo un único plan. Todas las edificaciones son dignas de un comentario, pues tienen formas futuristas horizontales, circulares, quebradas y hasta con forma de avión.

El plano de la ciudad fue obra de Lúcio Costa y la mayoría de los edificios más destacados fueron creados por Oscar Niemeyer. El centro de la hermosa ciudad, que desde hace 56 años ocupa el lugar de la principal metrópoli de Brasil: Río de Janeiro, fue delineado con un amplio corredor de jardines, delimitado por dos extensas avenidas, de ocho carriles cada una, que separan la ciudad en dos zonas similares: la norte y la sur.

Justo en el centro de la misma se encuentra la Plaza de los Tres Poderes, donde están erigidos el Tribunal Supremo Federal, el Congreso Nacional, con sus dos cúpulas y torres gemelas, y el palacio de Planalto, donde reside el presidente y el Supremo Tribunal Federal. Pero algo que llama la atención es la explanada de los Ministerios con sus edificios de color blanco, todos de apariencia similar.

Las dos amplias avenidas son atravesadas por otras que crean un semicírculo o arco, que observadas desde arriba tienen forma de avión o pájaro en vuelo.
Al este del centro de Brasilia está el lago Paranoá, creado por la mano del hombre, con unos 80 kilómetros de largo y 25 de profundidad.

La catedral de Brasilia, cuyo nombre completo es Catedral Metropolitana de Nuestra Señora, es de un atractivo espectacular, con una estructura hiperboloide construida en hormigón.  Su techo de cristal tiene la apariencia de abrirse al cielo. La entrada es subterránea, hay que bajar por una rampa con forma de túnel y al hablar dentro del templo la voz retumba en eco. La estructura hiperboloide en sí es el resultado de 16 columnas de hormigón idénticas que representan dos manos moviéndose hacia el cielo. Hay varios museos y otros edificios que también merecen  la atención del visitante, como la torre de televisión de 224 metros de altura, ubicada en el corazón de la ciudad, y desde donde se observa la forma perfecta como está estructurada.

Los hoteles se encuentran en el Setor Hoteleiro Norte y Setor Hoteleiro Sul, y los hay de diferentes calidad, pues sus precios varían desde lo lujoso hasta lo práctico. Algo que llama la atención es que las zonas donde están ubicados los complejos hoteleros, tienen calles amplias, aunque no tienen aceras ni esquinas donde se pueda esperar a alguien, ya que, según explicó la persona que sirvió de guía durante durante el viaje realizado a esta ciudad, invitados por   Bayer HealthCare Pharmaceuticals de Républica Somincana, estas áreas no fueron concebidas para los peatones.

Movimiento de la ciudad

En Brasilia no hay más que aquello que fue proyectado sobre el papel, y todo lo que no entra en ese plan se lleva para afuera, así dicen muchos de los críticos que han escrito sobre la creación de esta ciudad. Aseguran que en ella prácticamente sólo tienen espacio las instituciones  gubernamentales y otras infraestructuras. En el centro de Brasilia es difícil ver tumultos de personas, salvo los que esperan el tren y los autobuses en paradas específicas para ir y venir de sus trabajos. El parque vehicular es amplio, de un millón 800 mil aproximadamente ,y la velocidad máxima para desplazarse por la ciudad es de 30 millas por hora.

Aunque no estaba incluido dentro del plan original de quienes construyeron la ciudad, en los alrededores el centro de Brasilia se han ido formando repartos o suburbios. En algunas de zonas  estas hay residencias muy llamativas, aunque en otras no tanto. Según el guía, en total, la metrópolis cuenta con aproximadamente 2.6 millones de habitantes, de los cuales 600 mil residen en la metrópoli.

Razones para construirla

Son muchas las razones que dieron origen a la creación de esta ciudad. Se destaca como una de las principales, la defensa de la capital. Antes de Brasilia, la capital estaba en Río de Janeiro, una ciudad costera de difícil protección, y ello quedó patente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el país recibió cerca de la capital un ataque supuestamente dirigido por tropas alemanas. Las dificultades para defender la capital del país, que ya habían sido motivo de análisis en el pasado, quedaron evidenciadas y finalmente se decidió llevarla para el interior, donde estuviera menos expuesta a  ataques enemigos.

Otra razón que hizo plantearse la creación de una capital en el interior, fue la desigual distribución demográfica del país. Los habitantes habían colonizado básicamente las zonas costeras y en el interior del país apenas había ciudades importantes. Así pues, la creación de la capital en el interior vendría a ayudar a una distribución más homogénea de la población.

También se escuchan entre los brasileños algunas ideas más peregrinas sobre la motivación de crear una  nueva capital. Una de ellas dice que es por motivos logísticos entre las zonas de interior y las zonas costeras. Así cuando surgía un problema en el interior,  hasta que la ayuda o resolución llegaba podría pasar un buen tiempo. Sin embargo, cuando se fundó Brasilia, a mitad del siglo pasado, estos problemas logísticos no parecen suficientes para tal obra.

Para la Copa Mundial de Fútbol

Brasilia será, por primera vez, la sede de la Copa Mundial de Fútbol que se celebrará en el  2014. Para ello se está construyendo una moderna infraestructura a la que llaman Torre Solar, ubicada en la parte céntrica de la ciudad. Según se informó, su construcción está avanzada en un 70%.

En esta ocasión se apuesta, de acuerdo con la tendencia mundial, a la construcción de un complejo olímpico que además de permitir el desarrollo eficaz de las actividades deportivas sea ecológico y sostenible, que permita a Brasil constituirse un hito en la protección y conservación del medio ambiente.

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