“Hasta el día de su muerte, mi padre fue mi mejor amigo”

Desde temprana edad, Lucy tuvo la certeza de que sería una mujer para su nación y de que iba a alcanzar grandes metas, y uno de los principales artífices para que esto se convirtiera en realidad fueron sus padres, quienes siempre la a

Desde temprana edad, Lucy tuvo la certeza de que sería una mujer para su nación y de que iba a alcanzar grandes metas, y uno de los principales artífices para que esto se convirtiera en realidad fueron sus padres, quienes siempre la apoyaron y la estimularon en todas las cosas que ella se proponía.1. Reuniones familiares

Fueron uno de los momentos más felices de mi vida, nos reuníamos toda la familia en la casa de los abuelos Braulio Cosme y Manín de Cosme, ellos vivían en La Vega y los que residíamos en la capital nos trasladábamos para allá. Nos juntábamos varias veces al año, los hijos, nietos, sobrinos y los tíos. También las familias de las esposas de los tíos que nos querían muchísimo y los que llegaban del extranjero.

El principal motivo de los encuentros era comerle la comida a la abuela Manín que cocinaba riquísimo, hacia un puerco en puya y sancochos divinos, ¡qué tiempos aquellos!

2. Mis padres: Un ejemplo a seguir

No podían ser mejores, dos seres maravillosos. Mi padre, Braulio José Cosme, en la familia todos se llaman Braulio por él, me amaba mucho, era mi cómplice, mi apoyo, fue un ejemplo a seguir y mi mejor amigo hasta el momento de su muerte hace dos años. Mi madre, Guillermina Thormann de Cosme, es una mujer luchadora y trabajadora, siempre se dedicó a velar para que sus hijos tuviesen un buen futuro y a dar lo mejor de sí por su familia.

3. Una travesura : Días maravillosos

Soñaba con el día que llegaran las vacaciones para preparar mi maleta e irme a La Vega donde mis abuelos Braulio y Manín, eran tiempos maravillosos, ellos me consentían y me amaban mucho, me preparaban mi comida favorita.

Allí había conocido amigos muy queridos, con quienes salía a marotear y a bañarme en el río. Un día nos fuimos a un lugar que se llama La Joya en Sabaneta, nos quedamos comiendo chinas dulces, que me encantan, jugamos, hicimos chistes y bromas, en nuestra felicidad perdimos la noción del tiempo.

En la casa no sabían dónde estábamos y salieron muy preocupados a buscarnos, cuando vi al abuelo con esa cara de guapeza que nunca había visto me asusté mucho, pero él al vernos tan felices se contagió con nuestra alegría y olvidó el mal rato.

4. Mi primer empleo: Un gran reto

Fue una experiencia aleccionadora, yo quería trabajar en la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos (Apap), ya que estudiaba secretariado ejecutivo bilingüe, y mi tía, Dorys de Paradas, tenía unos buenos contactos allí, ella habló por mí y aceptaron que yo practicara y me ganará algo de dinero para ingresar a la universidad. Yo entré al departamento de apertura de cuentas y mi jefe fue el actual viceministro de Turismo Fausto Fernández, él fue un excelente guía, me enseñó la importancia del trabajo y la disciplina.

5. Motivo de orgullo

Un reconocimiento que me ha llenado de orgullo ha sido el formar parte del libro “Grandes Dominicanos”, Carlos T. Martínez consideró que por mis aportes a la sociedad debía ser incluida dentro de las mujeres más nobles del país y ser parte de su historia. Esta distinción para mí tuvo un doble motivo de felicidad, pues me llegó un tiempo antes de la muerte de mi padre y pude entregársela a modo de gracias por las enseñanzas que puso en mí.

6.Me enamoré: El hombre ideal

Muchas veces me enamoré, pero todos fueron amores platónicos. El hombre que Dios tenía destinado para mí fue mi hoy esposo Procopes Scourtias, un griego que vino al país para ofrecer ayuda tras el paso del huracán George. Una amiga en común lo llevó a conocer la fundación de niños desamparados y en condiciones especiales que yo dirijo “Villa Bendición”, desde que nos presentaron quedamos prendados el uno por el otro hasta el día de hoy. Nos casamos a los dos meses de conocernos en un diciembre.

7. Ser madre: Algo bien particular

Mi esposo y yo adoptamos una niña que lleva por nombre Colette Marie Scourtias, es un regalo de Dios. La amamos tanto que sabemos que nuestra vida y nuestro hogar son mejor gracias a ella. También tenemos un varón que queremos muchísimo Carlos Greeg. Otros cuatro hijos viven con nosotros en nuestra casa y en ellos hemos depositado todo nuestro cariño, son ellos: Judith, Amorosa, Josué y María Isabel. Con el paso de los años Dios no podía elegir mejor familia para nosotros como la que tenemos.

8. Villa Bendición: Un regalo de Dios

Es un sueño hecho realidad, desde niña palpitaba en mi corazón poder estar con otros niños y poder ayudarlos, yo no entendía por qué en el mundo habían pequeños ricos y pobres, porqué unos tenían padres y otros no. Cuando ya fui adulta pensé que algún día podría ser parte de una institución que brindara ayuda a los pequeños. El señor me dio la oportunidad de cumplir mi deseo y pude levantar la Fundación Villa Bendición”.

9. Rosas para el Alma: Mi proyecto

Mi vida es la comunicación, a través de este medio he podido llevar a mi pueblo un poco de pan de vida, palabra de fe y aliento, y el amor de nuestro señor Jesucristo. “Rosas para el Alma” es un espacio que se transmite por CDN La Radio, trae todo lo diferente a los demás, nos hemos tomado el atrevimiento de hacer que los radioescuchas se den cuenta de que necesitan hacer una pausa ante tanto pesimismo y reconfortarse con una fuenta más inspiradora..

10. Campaña “Pónte en su lugar”

Un día, mi hermano Raymond Pozo y yo nos tomábamos una taza de té, y como siempre leyendo el periódico nos dimos cuenta de que había que hacer algo, porque sólo se podían ver noticias sobre casos de feminicidios y entendimos que hacía falta cambiar el malestar y las desastrosas estadísticas nacionales.

Siempre tuvo muy claros sus objetivos

 “Mis padres siempre fueron muy unidos y formaron un matrimonio bellísimo, en el cual  procrearon cuatro hijos.  Soy la mayor y la única hembra. Siempre me consintieron mucho; ellos apostaban por mí  y me decían que yo era bella, que era una abogadita  y que llegaría muy lejos.

Me estimulaban no sólo por mis buenas calificaciones, sino que cuando no eran tan buenas, ellos me calificaban  de la mejor manera”,  así lo expresa esta  emprendedora dominicana oriunda de La Vega, quien hizo realidad las predicciones de sus padres y en los últimos 20 años no ha parado sus múltiples acciones a favor del prójimo; desde su labor pastoral hasta la creación de un hogar para albergar a niños desamparados, el programa radial “Rosas para el Alma”,  y su más reciente proyecto “ Pónte en su lugar”, que lleva a cabo junto a Raymond, en contra de los feminicidios.

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